Cristina Rivera Garza: ¡°Somos una persona en un idioma y otra persona en otro¡±
La escritora mexicana publica ¡®Me llamo cuerpo que no est¨¢¡¯, una obra de cinco vol¨²menes que re¨²ne su poes¨ªa completa, producida durante casi 20 a?os
Cristina Rivera Garza (Tamaulipas, 58 a?os) se ha adentrado en todos los g¨¦neros literarios y de todos ellos ha salido triunfante. Ha explorado el cuento, la novela y el ensayo, pero pocos saben que su primera incursi¨®n fue en poes¨ªa, ¡°hace miles de a?os¡±, cuando gan¨® un concurso que organizaba la revista mexicana Punto de partida. Aunque es su lado menos conocido, la reconocida escritora cuenta con casi 20 a?os de producci¨®n po¨¦tica que ahora re¨²ne en un mismo volumen bajo el t¨ªtulo Me llamo cuerpo que no est¨¢ (Random House). ¡°Los narradores necesitamos leer poes¨ªa continuamente. Ah¨ª hay una tensi¨®n muy importante para el proceso de escritura¡±, reconoce Rivera Garza, que recibe a EL PA?S en las oficinas de la editorial.
Este compendio de cinco libros son para la narradora los ¡°rayos x¡± de los textos de ficci¨®n que fue publicando simult¨¢neamente; una especie de cara b de la cinta. Hay ciertas continuidades: cuerpos que enferman, cuerpos que desaparecen en un M¨¦xico que sigue matando a sus mujeres. Con el paso de los a?os, sin embargo, se van transformando otros aspectos de su poes¨ªa, y va incorporando nuevos elementos: versos cercenados como un miembro del cuerpo; poemas que son entradas en un blog, telegramas, tuits; definiciones de Wikipedia y diagn¨®sticos m¨¦dicos que adquieren una dimensi¨®n l¨ªrica bajo su mirada delicada.
Pero estos poemas fueron tambi¨¦n, y ahora se da cuenta de ello, uno de sus intentos por contar la historia del feminicidio de su hermana, plasmado en su novela El invencible verano de Liliana (Random House, 2021), que le vali¨® el premio Xavier Villaurrutia. La reci¨¦n electa como nuevo miembro del Colegio Nacional a¨²n no ha decidido qu¨¦ explorar¨¢ a partir de ahora, pero en su cabeza rondan todas esas chicas que, a pesar de todo, consiguieron sobrevivir.
Pregunta. Ha explorado muchos g¨¦neros antes de este. ?Qu¨¦ le ofrece la poes¨ªa que no encuentre en los dem¨¢s?
Respuesta. Gran parte de lo que he estado haciendo estos a?os se encuentra entre los g¨¦neros, cuestionando la misma idea de g¨¦nero. Pero lo cierto es que este libro estar¨¢ en un estante en una librer¨ªa donde dice poes¨ªa. Y, una vez que pienso en eso, una de las definiciones que m¨¢s me gustan viene de una autora norteamericana que se llama Lyn Hejinian, que argumentaba que la poes¨ªa es el lenguaje con el que investigamos el lenguaje. Es una definici¨®n que me abre muchos caminos, que me deja pensando muchas cosas y que no la reduce a una o dos cosas espec¨ªficas, sino que la abre al mundo.
P. Una especie de viaje a los or¨ªgenes.
R. Una exploraci¨®n, ciertamente. Pero, habiendo dicho eso, digamos que eso tambi¨¦n se hace cuando estamos escribiendo novelas, ?no? No nada m¨¢s est¨¢s contando una historia. Por lo menos el tipo de narrativa que a m¨ª me interesa es tambi¨¦n un proceso de exploraci¨®n de lo que el lenguaje es y de c¨®mo nos interviene.
P. Hay ciertas tem¨¢ticas recurrentes en todos los vol¨²menes, como el cuerpo, el g¨¦nero, la enfermedad o la violencia. ?Qu¨¦ es lo que le obsesiona de ellas?
R. Te obsesionas porque no lo puedes ver, ?no? Regresas a cosas que est¨¢n fuera de tu conciencia. Y, por eso, ver todos estos libros juntos ha sido un poco sorprendente para m¨ª. Veo que hay cosas que he estado siguiendo como un sabueso. Y yo creo que esta cuesti¨®n de habitar un cuerpo ha sido definitivamente un enigma lo suficientemente poderoso para regresar a ello una y otra vez de formas muy distintas.
P. El t¨ªtulo que ha elegido habla de su ausencia. ?C¨®mo se piensa y se nombra aquello que no est¨¢?
R. Creo que la escritura tiene mucho que ver con esta distancia. Es una tecnolog¨ªa que nos ayuda a atravesar la distancia, pero para atravesarla tienes que reconocer que existe. La escritura presupone ese cuerpo que no est¨¢. Pero, claro, estos poemas tambi¨¦n est¨¢n muy atravesados por la mal llamada guerra contra el narco y con el proceso a trav¨¦s del cual este pa¨ªs se ha ido convirtiendo en una fosa com¨²n enorme, con una violencia que nos sigue atacando hoy.
P. ?Es tambi¨¦n la poes¨ªa un campo de batalla pol¨ªtico?
R. Cuando estamos trabajando con el lenguaje, estamos trabajando con la historia, con toda la experiencia que viene ya cargando y que arma ese lenguaje en s¨ª mismo. Entonces, quieras o no, estamos dirimiendo batallas propias y ajenas. A m¨ª me gusta pensar en la poes¨ªa como un campo abierto y alerta a su presente, que se deja atravesar por tecnolog¨ªas, energ¨ªas, preocupaciones, conflictos.
P. Precisamente varios de sus poemas est¨¢n elaborados con una m¨¢quina que mezcla textos de distintas personas. ?Puede la tecnolog¨ªa hacer poes¨ªa?
R. F¨ªjate que yo creo que la escritura siempre ha estado cerca de la tecnolog¨ªa. Un l¨¢piz y un papel son tecnolog¨ªa, una tecnolog¨ªa espec¨ªfica, pero lo es. Concepciones m¨¢s tradicionales de la escritura nos la pintan un poco como si fuera algo que ocurre en tu cabeza y que baja y se plasma en la p¨¢gina, como si no hubiera mediaci¨®n entre una cosa y otra. Y yo creo que la escritura no la hacemos con la cabeza, sino con el cuerpo. Me interes¨® mucho en su momento esto que apareci¨®, que eran m¨¢quinas cortadoras de lenguaje que volv¨ªan visible decisiones que siempre tomamos cuando escribimos. Estamos siempre escribiendo con otros, y esos otros a veces son humanos, a veces son la tradici¨®n dentro de la que estamos escribiendo y a veces son no-humanos, como estas m¨¢quinas.
P. Hace una reivindicaci¨®n de la escritura como pr¨¢ctica colectiva y utiliza un t¨¦rmino muy interesante que es el de la imaginaci¨®n p¨²blica. ?C¨®mo lo explicar¨ªa?
R. Los tres primeros libros, que se publicaron con el t¨ªtulo Los textos del yo, son poemarios que, si los lees sin esta discusi¨®n, pareciera que son confesiones, que son la verdad, la neta del planeta, sobre ti. Los quise reunir primero bajo ese t¨ªtulo un poco como este gui?o ir¨®nico. Eso que ya es una preocupaci¨®n ah¨ª, pasados los a?os, en La imaginaci¨®n p¨²blica, el primer poema es un p¨¢rrafo de un art¨ªculo que me ha impactado mucho de la te¨®rica argentina Josefina Ludmer, en el que menciona esta cuesti¨®n. Cuando estamos escribiendo, no estamos solo expres¨¢ndonos, hay un proceso de producci¨®n que va m¨¢s all¨¢. Y, si estamos utilizando este lenguaje de muchos, formamos parte de una imaginaci¨®n que no puede ser individual, sino que es plural.
P. En el texto que cita de Josefina Ludmer dice que no le importa si su escritura es o no literatura, o si es o no ficci¨®n. ?Qu¨¦ le importa?
R. Parte de la argumentaci¨®n de Ludmer ten¨ªa que ver con lo que ella considera que fue el siglo XX, literariamente hablando: una etapa en la que la literatura gustaba de pensarse a s¨ª misma como un campo aut¨®nomo que ten¨ªa sus propias reglas. Y dec¨ªa, bueno, no es cierto. Para empezar, la realidad no es la realidad, tambi¨¦n est¨¢ atravesada por la ficci¨®n. Esa idea me interes¨® mucho, y pone en cuesti¨®n c¨®mo valoramos lo literario. A este tipo de escrituras, como las podemos medir es en su capacidad de producir presente.
P. ?Y eso qu¨¦ implica?
R. Yo dir¨ªa que su capacidad de interlocuci¨®n, su capacidad de afectar el medio donde aparecen.
P. En alguna ocasi¨®n ha dicho que todos los libros anteriores la hab¨ªan preparado para escribir el libro sobre el feminicidio de su hermana. Ahora que ya lo ha escrito, ?el duelo sigue siendo un motor para su escritura o siente que ha cerrado un cap¨ªtulo?
R. El duelo yo creo que no cierra, especialmente cuando hay una cuesti¨®n de impunidad. La impunidad mantiene una actitud vigilante y una herida muy abierta. Pero lo que s¨ª hace la escritura, creo, o al menos lo que me queda a m¨ª de esta experiencia que ha sido sorpresiva y enorme, es que el duelo se transforma en algo social que se parece m¨¢s a la activaci¨®n de la que habl¨¢bamos, a esa capacidad de producir realidad. Yo no hab¨ªa pensado que este libro de poemas iba a ser el que siguiera a la publicaci¨®n del libro de mi hermana, pero me ha gustado mucho el salto de uno a otro.
P. Esta recopilaci¨®n abarca algo menos de 20 a?os de escritura, pero termina en 2015. ?Ha vuelto a escribir poes¨ªa desde entonces?
R. Conforme he ido escribiendo libros m¨¢s colindantes, la urgencia de llamarle a algo poes¨ªa ha ido disminuyendo. Sin embargo, hace un par de meses, alguien me pregunt¨® si ten¨ªa alg¨²n poema in¨¦dito para publicar, y dije que no. Y despu¨¦s me qued¨¦ con eso en la cabeza. Regres¨¦ a mi casa y me puse a buscar en mi computadora, y encontr¨¦ un archivo de poemas. Y pens¨¦, wow, de d¨®nde sali¨® esto.
P. ?Ha redescubierto algo en ellos despu¨¦s de haberlos olvidado?
R. Primero, descubrirlos as¨ª, en s¨ª mismos, porque son muchos y algunos de ellos est¨¢n escritos en ingl¨¦s tambi¨¦n. No ten¨ªa una memoria tan clara de ese proceso, y muchos de ellos corresponden a mi experiencia como migrante en Estados Unidos. Algo de lo que de manera directa he escrito muy poco en espa?ol.
P. El propio tema te pide contarlo en uno u otro idioma.
R. Uno es una persona en un idioma y otra persona en otro, ?no? Y tambi¨¦n hay cosas que te das permiso de hacer en un idioma y que no te das permiso de hacer en otro. Yo he vivido muchos a?os en Estados Unidos, pero lo que no he hecho es publicar lo que he escrito en otro idioma. Soy como una escritora biling¨¹e de cl¨®set [r¨ªe].
P. ?Le da m¨¢s pudor escribir en un segundo idioma, o contar experiencias ¨ªntimas en su lengua materna?
R. Hay una autora canadiense que se llama Anne Michaels, que tiene una novela que se llama Piezas en fuga, y ah¨ª tiene un personaje que crece hablando alem¨¢n y termina escribiendo en ingl¨¦s. Una de las cosas que ¨¦l dice y que para m¨ª fue muy revelador es la gran libertad que le daba la segunda lengua. Se centraba en poder hablar de experiencias que hab¨ªa vivido en otra lengua, porque las experiencias eran demasiado cercanas y dolorosas. Yo siempre hab¨ªa pensado, err¨®neamente, que la segunda lengua me limitaba. Dec¨ªa, nunca voy a tener el nivel de dominio que tengo en la lengua materna. Entonces me di cuenta de que escribir no es una cuesti¨®n de dominio, sino todo lo contrario. Y con esta idea empec¨¦ a escribir mucho m¨¢s en ingl¨¦s.
P. Como cuando nos abrimos con un desconocido antes que con un amigo.
R. Puede ser, exactamente. Hay cosas que no puedo escribir en espa?ol porque son muy pesadas. De hecho, en el libro de Liliana, el proceso fue escribirlo en espa?ol y en ingl¨¦s. En febrero sali¨® la edici¨®n en ingl¨¦s, y no lo puedo presentar como una traducci¨®n porque realmente es una versi¨®n que tambi¨¦n es original. Esa relaci¨®n emocional distinta se resuelve est¨¦ticamente tambi¨¦n de manera distinta.
P. El mes que viene tiene la ceremonia de ingreso en el Colegio Nacional. ?Ya tiene el discurso?
R. Esa es una de las cosas que me ha costado m¨¢s trabajo, porque los discursos son como un g¨¦nero en s¨ª mismo. Ya tengo un primer borrador, por eso estoy tranquila. Juan Villoro va a contestar el discurso y, bueno, vamos a ver qu¨¦ pasa ah¨ª.
P. ?De qu¨¦ va a hablar?
R. Siempre he dicho que, si te invitan a estas instituciones, te invitan por ser lo que eres, entonces voy a tratar los temas que me han obsesionado y ahora veo con m¨¢s claridad. Y ofreciendo esa perspectiva como una posibilidad de ampliar la conversaci¨®n.
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