Hiperliderazgo remol¨®n
La cogobernanza es un sistema de evasi¨®n de responsabilidades: nadie quiere tomar medidas impopulares
La pandemia ha provocado una crisis sanitaria, econ¨®mica y legal. Los m¨¢s optimistas esperan que el progreso de la vacunaci¨®n interrumpa la espiral delirante de innovaci¨®n jur¨ªdica: de prolongarse la crisis, acabar¨ªamos viendo que el delegado de clase y la presidenta de la comunidad de vecinos pueden suspender derechos fundamentales y todos nos sentir¨ªamos personajes de Jos¨¦ Luis Cuerda.
Pasamos del hiperliderazgo, el lenguaje b¨¦lico y el anuncio de la derrota del virus a una especie de vigilancia remolona, con lo que Germ¨¢n Teruel ha denominado ¡°estado de alarma l¨ªquido¡±. Hemos tenido restricciones justificables y otras m¨¢s dif¨ªciles de comprender: entre ellas, no poder pasear de noche. El estado de alarma ha durado seis meses: la raz¨®n principal era que al Gobierno le costaba renovarlo (la lentitud del Tribunal Constitucional para resolver los recursos sobre los estados de alarma a?ade un toque ucr¨®nico al asunto). La vacilaci¨®n se pod¨ªa entender por la novedad y la prisa. Es m¨¢s dif¨ªcil de comprender ahora.
La cogobernanza es un sistema de evasi¨®n de responsabilidades: nadie quiere tomar medidas impopulares. Despu¨¦s del verano el Gobierno dej¨® muchas decisiones en manos de las comunidades aut¨®nomas, lo que gener¨® problemas legales. Ahora ha dise?ado un mecanismo que pone un l¨ªmite de tiempo para la respuesta de los tribunales superiores de justicia y establece la posibilidad de plantear un recurso de casaci¨®n ante el Tribunal Supremo (el Supremo ya ha emitido un informe cr¨ªtico con la decisi¨®n).
El magistrado Miguel Pasquau Lia?o ha escrito: ¡°Estamos en presencia de un subterfugio para eludir una exigencia constitucional de primera importancia: la suspensi¨®n generalizada, o para una poblaci¨®n indiscriminada, de derechos fundamentales como el de reuni¨®n o de libertad de deambulaci¨®n, requiere autorizaci¨®n parlamentaria¡±. Es lo que har¨ªa el estado de alarma. Algunos ¡ªcomo el PP¡ª defienden una ley org¨¢nica de salud p¨²blica para estos casos. Pasquau y otros consideran que el estado de alarma ofrece m¨¢s garant¨ªas.
Se ha criticado la ¡°judicializaci¨®n de la pol¨ªtica¡± a prop¨®sito de la crisis catalana. La caracterizaci¨®n se ajusta m¨¢s a la situaci¨®n actual. Se desv¨ªan a los tribunales decisiones que corresponden a los parlamentos, la confusi¨®n legal y la chapuza se vuelven una costumbre, mientras el presidente del Gobierno presume de ¨¦xitos reales o imaginarios, y desaparece cuando las cosas salen mal. @gascondaniel
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