Blanqueo

Acaba el festival de cine que empez¨® bajo la sombra del Ternera que rechaza ese apodo. Algunas precisiones sobre la pol¨¦mica en la que todo se embarull¨®. La carta que medio millar de ciudadanos firmamos iba dirigida al festival, no a Jordi ?vole. Solo nos faltaba ya tener correspondencia con ese se?or: la decadencia de Occidente. Por tanto, no ped¨ªamos cancelar esa entrevista filmada, sino que no se proyectase en ese escaparate costeado con dinero p¨²blico y que lleva el nombre de la ciudad m¨¢s agredida por los salvapatrias asesinos. Lo que blanquea a Ternera no es lo que diga o deje de decir a ?vole: lo ¨²nico interesante que podr¨ªa declarar es el nombre de los compinches que bajo sus ¨®rdenes cometieron cr¨ªmenes a¨²n no esclarecidos o hacer un acto de contrici¨®n perfecta ante los padres de los ni?os asesinados en Zaragoza. Nada de eso se le pasa por la boina ni a ¨¦l ni a su entrevistador. Pero lo que le blanquea y dignifica es que un festival de primera categor¨ªa (tambi¨¦n en hipocres¨ªa, en condenas a guerras lejanas y escaqueo ante la que asolaba su pa¨ªs, en subterfugios para no comprometerse proyectando documentales valientes de verdad como los de Arteta) programe esa entrevista como si fuera un acontecimiento cinematogr¨¢fico, cuando es simplemente negociar con el morbo.

Cuentan con los felpudos vocacionales. Uno que suele hacerse el interesante dice que es un testimonio period¨ªstico de excepcional importancia. Otro asegura que gracias a ?vole sabemos que es un asesino fan¨¢tico, con ideas de bombero torero (pido perd¨®n al gremio) y la empat¨ªa de un rinoceronte. ?Qu¨¦ sorpresa! Le cre¨ªamos un sabio lleno de benevolencia universal y resulta que es m¨¢s pat¨¦tico que peripat¨¦tico. Han hecho bien en ponerle alfombra roja para despejar el equ¨ªvoco. Aunque la ternera con chorizo me sigue pareciendo indigesta.