Despu¨¦s de la guerra
La humanidad tiene por delante una prueba de fuego que reta a la institucionalidad labrada durante d¨¦cadas: manejar la relativa abstracci¨®n de ¡°los Estados¡± y dar respuesta, mientras tanto, a las afrentas al derecho internacional
Y no cesan de aumentar las v¨ªctimas. Desde el centenar de israel¨ªes muertos el 7 de octubre a manos de Ham¨¢s. Hasta los 11.000 civiles palestinos por los incesantes bombardeos israel¨ªes sobre Gaza. Dentro de ellos, 4.100 ni?os, como nos acaba de recordar p¨²blicamente el Secretario General de la ONU, Ant¨®nio Guterres.
Estos son s¨®lo algunos ya conocidos de los tremendos costos en la humanidad del conflicto en curso. As¨ª como lo es la brutal ¡°tierra arrasada¡± en marcha contra Gaza, con decenas de miles de desplazados/refugiados y la mayor¨ªa de casas y dem¨¢s edificaciones derruidas. Record¨®, tambi¨¦n Guterres, que m¨¢s periodistas han muerto en estas cuatro semanas que en ning¨²n otro conflicto en al menos tres d¨¦cadas. Asimismo, 89 funcionarios de la ONU muertos; hecho sin precedentes, por su magnitud, en la historia b¨¦lica de las ¨²ltimas d¨¦cadas.
Pero esta es, a fin de cuentas, s¨®lo una suerte de ¡°foto¡± del impacto incesante de la guerra en la poblaci¨®n civil. Mientras, suenan desmedidas las reacciones israel¨ªes a las reiteradas ¡ªy l¨®gicas¡ª propuestas de cese de fuego por el Secretario General de la ONU. Aunque suene dantesco, se observa una situaci¨®n que es una especie de ¡°manual¡± ¡ªo resumen¡ª de violaciones al derecho internacional humanitario.
Dentro de este contexto tremebundo, que pareciera hoy sin salida, dos asuntos son particularmente relevantes sobre lo que puede venir despu¨¦s. Ello, en el escenario optimista de que se aplaquen los humos de la guerra hoy prevalecientes.
Primero, la viabilidad de una hipot¨¦tica negociaci¨®n futura que recupere el objetivo ¡ªahora ilusorio¡ª de los dos Estados, uno jud¨ªo y el otro palestino. Que, como se sabe, es lo que estuvo en la base de la creaci¨®n de Israel por la ONU en 1947. Por el momento se ve muy dif¨ªcil, por no decir imposible.
A la conocida oposici¨®n radical de Netanyahu a tal camino, se a?ade ahora el persistente bombardeo israel¨ª sobre Gaza. Que m¨¢s all¨¢ de los efectos pol¨ªticos o psicosociales sobre la poblaci¨®n palestina masivamente afectada, apunta a la despoblaci¨®n palestina de Gaza, particularmente su zona norte. No se cuenta con una cifra, pero deben ser decenas de miles que ya abandonaron la zona y que se apunta a una despoblaci¨®n de palestinos.
En esa l¨®gica, la hipot¨¦tica salida de una negociaci¨®n hacia los dos Estados ser¨ªa ilusoria al estar siendo desplazados millones de palestinos de su suelo. M¨¢s all¨¢ de las razones humanitarias para exigir el cese de los bombardeos, existe otra la responsabilidad y obligaci¨®n internacional: preservar la presencia palestina en ¨¢reas que, en teor¨ªa al menos, deber¨ªan ser parte del hipot¨¦tico Estado palestino.
Brutalmente despobladas mal podr¨¢n ser una base s¨®lida para constituir all¨ª un Estado con todas las de la ley. Y, con ello, socavadas las pretensiones onusianas durante m¨¢s de siete d¨¦cadas de tener en la zona dos Estados.
Segundo: la retah¨ªla ostensible de violaciones al derecho internacional en curso. ?Qu¨¦ viene despu¨¦s? Dif¨ªcil pensar que ¡°nada¡± o la impunidad.
Venimos de d¨¦cadas muy laboriosas de perfeccionamiento del derecho internacional y de afirmaci¨®n de tribunales internacionales que han puesto los derechos de la gente en lugar prioritario. Desde que se constituyeron las Naciones Unidas hace 78 a?os, se acordaron, por ejemplo, las Convenciones de Ginebra (1949). Y se cre¨® la Corte Penal Internacional (CPI) con el Estatuto de Roma, en vigor desde el 2002. Un verdadero c¨®digo penal internacional sobre graves cr¨ªmenes. Y se crearon, adem¨¢s, sendas cortes regionales de derechos humanos en Europa, Am¨¦rica y ?frica.
La humanidad tiene y tendr¨¢ por delante una prueba de fuego y que reta a esta institucionalidad labrada durante d¨¦cadas. Que, para no cortar la l¨®gica de la historia, deber¨ªan apuntar en el presente a manejar la relativa abstracci¨®n de ¡°los Estados¡± y dar respuesta, mientras tanto, a estas afrentas al derecho internacional.
Por ejemplo, m¨¢s all¨¢ de los est¨¢ndares previstos en las normas del derecho internacional humanitario de las Convenciones de Ginebra de 1949, est¨¢ la justicia penal internacional. Hoy existente desde que entr¨® en vigencia el 2002 el Estatuto de Roma, tratado constitutivo de la Corte Penal Internacional (CPI). Lo particular de las normas penales internacionales da clara competencia a la Corte para actuar. E investigar y, de ser el caso, procesar, a individuos sindicados como responsables, no a Estados. Por lo que la identificaci¨®n hoy de las autoridades que pudiesen ser responsables lleva a que esas personas sean las que tendr¨ªan que responder en su momento. Como es evidente, no es dif¨ªcil pensar en los posibles nombres de individuos que podr¨ªan ser materia de investigaci¨®n/procesamiento.
El abanico de posibles figuras delictivas comprometidas en este caso podr¨ªa ser muy amplio. Habr¨ªa que remitirse al Estatuto de la CPI que tipifica varios delitos que podr¨ªan entrar a ser de pertinente referencia en lo que est¨¢ ocurriendo en Israel/Palestina. Se discute, por ejemplo, si Israel estar¨ªa cometiendo genocidio o no. Hay posiciones encontradas entre destacados internacionalistas.
Pero cuando se alude a otras figuras delictivas m¨¢s obvias previstas en el Estatuto de Roma, los datos de la realidad podr¨ªan apuntar m¨¢s directamente a delitos all¨ª claramente tipificados. Por ejemplo, los cr¨ªmenes de lesa humanidad, regulados con detalle en el art¨ªculo 7 del Estatuto. O los cr¨ªmenes de guerra (art¨ªculo 8). Invito a la lector¨ªa a revisar esos art¨ªculos y probablemente se le vendr¨¢n a la cabeza varios hechos como los que est¨¢ sufri¨¦ndose en Gaza desde hace semanas.
Si la Fiscal¨ªa de la CPI as¨ª lo decidiese, podr¨ªa oficializar un proceso de investigaci¨®n y, en su caso, abrir proceso contra las personas que pudiesen ser consideradas responsables. Hay que tomar nota que hace un par de semanas el Fiscal de la CPI, Karim Khan, visit¨® el paso de Rafa, fronterizo de con Gaza. Se sospecha que lo hizo no de paseo sino en funci¨®n de posibles pasos que podr¨ªa dar. Habida cuenta que la CPI tiene competencia sobre hechos ocurridos en zonas palestinas, como lo es la jaqueada y bombardeada Gaza y sus 4.000 ni?os muertos este es curso de evoluci¨®n de las cosas que hay que seguir con atenci¨®n.
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