Andaluc¨ªa, hay que armarla: el tortuoso camino hacia la autonom¨ªa andaluza
Hace ahora 40 a?os los andaluces respaldaron masivamente en refer¨¦ndum un r¨¦gimen auton¨®mico equiparable al de las llamadas ¡®comunidades hist¨®ricas¡¯
¡°No sab¨ªamos los colores de nuestra bandera¡±. El poeta Juan de Loxa descubri¨® a principios de los setenta que Andaluc¨ªa ten¨ªa su ense?a, aprobada por los antiguos andalucistas en 1918. La blanquiverde beb¨ªa de s¨ªmbolos andalus¨ªes, replicados tras la expulsi¨®n de los musulmanes de Espa?a. El blanco y el verde aparec¨ªan y se olvidaban en varios momentos de la historia andaluza, como hilvanes en los ¨²ltimos mil a?os de la comunidad m¨¢s poblada de Espa?a.
De Loxa acudi¨® a un carpintero, a un chapista y a un pintor de brocha gorda. ¡°Quiero que me hag¨¢is esto¡±, rememor¨® en 2013. Y ¡°esto¡± era una madera forrada de chapa y pintada. ¡°Le ped¨ª al pintor que pintara una banda verde, otra blanca y otra verde¡±. Todav¨ªa hubo un encargo m¨¢s de aquel poeta granadino fallecido en 2017, incansable agitador cultural: ¡°Despu¨¦s mand¨¦ a una tienda de r¨®tulos que hicieran unas letras, y les dije que les pusieran por detr¨¢s un im¨¢n¡±. Ah¨ª le entregaron una A, una N, una D, otra A, una L, una U, una C, una I y otra A. Las letras imantadas con las que sobre el tablero met¨¢lico se pod¨ªan formar las palabras ad¨¢nica, audacia, l¨²cida y ¨²nica, pero tambi¨¦n alucinada, anclada o nada.?
Y?Andaluc¨ªa. Juan de Loxa llam¨® a aquel experimento visual ¡°Andaluc¨ªa: hay que armarla¡±.
De Loxa se dol¨ªa de no conocer su propia bandera. Y la mayor¨ªa de los andaluces desconoc¨ªa tambi¨¦n que el golpe de Estado del 18 de julio de 1936 hab¨ªa arramblado con las iniciativas de estatuto de autonom¨ªa andaluz y con su principal valedor: Blas Infante. Bajo la mano de hierro centralista de Franco qued¨® sepultado aquel proyecto autonomista. E Infante qued¨® sepultado en la fosa com¨²n de Pico Reja en el cementerio de Sevilla. Lo fusilaron el 11 de agosto de 1936 en la carretera de Sevilla a Carmona. Durante 40 a?os de franquismo, puede que el ¨²nico s¨ªmbolo identitario de Andaluc¨ªa que quedase en pie fuera el escudo de H¨¦rcules y dos leones amansados que el Padre de la Patria Andaluza hab¨ªa mandado colocar en la puerta de su casa de Coria del R¨ªo, la misma adonde fueron a detenerlo los falangistas y a la que ya nunca volvi¨®.
Pensaba Juan de Loxa que Andaluc¨ªa hab¨ªa que armarla. Y bien que Andaluc¨ªa la arm¨®: el 4 de diciembre de 1977 todas las grandes ciudades andaluzas se echaron a la calle en manifestaciones multitudinarias. Un mill¨®n y medio de andaluces pidi¨® autonom¨ªa abanderando una ense?a verde omeya y blanco almohade que poco tiempo antes la mayor¨ªa no conoc¨ªa.?¡°La ciudadan¨ªa fue por delante de los partidos y la participaci¨®n super¨® los c¨¢lculos de los propios pol¨ªticos¡±, destaca Salvador Cruz Artacho, catedr¨¢tico de Historia Contempor¨¢nea de la Universidad de Ja¨¦n, autor del libro Andaluc¨ªa en el laberinto espa?ol.
Los andalucistas hab¨ªan creado en la clandestinidad sus primeras organizaciones pol¨ªticas a principios de los setenta, pero Andaluc¨ªa nunca hab¨ªa gozado de instituciones de Gobierno propias y la distancia de cabo a rabo del territorio, m¨¢s de 500 kil¨®metros, la agrandaban a¨²n m¨¢s unas p¨¦simas comunicaciones interiores. Los ¨²nicos intentos de conformar un m¨ªnimo ente regional desde Andaluc¨ªa hab¨ªan sido un mero acuerdo com¨²n de las ocho diputaciones en 1968, al que el r¨¦gimen dio al traste, y un af¨¢n por mancomunarse en 1976. ?C¨®mo fue posible, entonces, que un territorio tan grande como variado pidiera casi un¨¢nime y con tanto ah¨ªnco el mismo autogobierno que las comunidades donde el longevo nacionalismo hab¨ªa sobrevivido incluso a Franco?
Los andaluces construyeron un relato identitario mucho m¨¢s c¨ªvico y pol¨ªtico que otros, y en el que la inclusi¨®n est¨¢ presente¡± Salvador Cruz Artacho, catedr¨¢tico de Historia Contempor¨¢nea
¡°En las primeras encuestas en la Transici¨®n se les pregunta a los andaluces si eran nacionalistas o no, y contestan mayoritariamente que no, porque entienden que el nacionalismo implica una lengua distinta del espa?ol o caracter¨ªsticas ¨¦tnicas¡±, detalla Cruz Artacho. ¡°Pero no hay solo una manera de entender y definir la identidad. Los andaluces construyeron un relato identitario mucho m¨¢s c¨ªvico y pol¨ªtico que otros, y en el que la inclusi¨®n est¨¢ presente¡±.
Adem¨¢s, la idea de autonom¨ªa en los a?os setenta se vinculaba a la de soluciones a problemas seculares, cree el historiador: ¡°No se trat¨® solo de defender una nueva arquitectura pol¨ªtico-institucional que permitiera una identidad espec¨ªfica para Andaluc¨ªa, sino tambi¨¦n que esa identidad ten¨ªa que ser un instrumento para redimir a Andaluc¨ªa de sus problemas¡±. El paro y el subdesarrollo, apunta Cruz Artacho, entre ellos.
¡°Aqu¨ª no se trataba de recuperar ninguna identidad, sino de constituir un instrumento que sirviera para relanzar social y econ¨®mica el territorio, y en eso estaba pr¨¢cticamente todo el mundo¡±, recuerda Jos¨¦ Rodr¨ªguez de la Borbolla, secretario general de los socialistas andaluces y presidente de la Junta desde 1984 a 1990.
Los ayuntamientos franquistas, un freno
Las primeras elecciones democr¨¢ticas tras la dictadura, las constituyentes de junio del 77, hab¨ªan puesto en Madrid a 59 diputados andaluces con marchamo democr¨¢tico. Junto a los senadores conformaron la Asamblea de Parlamentarios Andaluces, y propusieron bien pronto que se concediera a Andaluc¨ªa una autonom¨ªa provisional. Pero Espa?a no hab¨ªa mudado por completo de piel: los ayuntamientos y las diputaciones albergaban ¡°los ¨²ltimos vestigios de la administraci¨®n franquista¡±, apunta Cruz Artacho.
No se trataba de recuperar ninguna identidad, sino de constituir un instrumento que sirviera para relanzar social y econ¨®mica el territorio, y en eso estaba pr¨¢cticamente todo el mundo¡± Jos¨¦ Rodr¨ªguez de la Borbolla, expresidente de la Junta de Andaluc¨ªa
Esos ayuntamientos y diputaciones ¡°torpedearon la composici¨®n de un Gobierno preauton¨®mico¡±, a?ade el investigador, en referencia al ente que cre¨® el Ejecutivo de la UCD en 27 de abril de 1977. Un mes despu¨¦s se elige al juez y senador Pl¨¢cido Fern¨¢ndez Viagas, antiguo miembro de la Junta Democr¨¢tica de Andaluc¨ªa en tiempos del franquismo, como presidente de aquel precedente del actual Gobierno andaluz.
¡°Pl¨¢cido ten¨ªa un despacho en un rinc¨®n de lo que ahora es la Casa de la Provincia de Sevilla y le hac¨ªan feos los presidentes de diputaciones, gobernadores civiles y no digamos otras autoridades, militares, que no lo reconoc¨ªan para nada¡±, recuerda Isidoro Moreno, catedr¨¢tico de Antropolog¨ªa Social y Cultural de la Universidad de Sevilla, y que en aquel entonces era el secretario general del Partido del Trabajo de Andaluc¨ªa. Destaca del primer presidente de los andaluces su af¨¢n de aunar esfuerzos y de impulsar una autonom¨ªa plena.
Mu?endo acuerdos a izquierda y derecha, Fern¨¢ndez Viagas se vio con formaciones desde la conservadora AP hasta las de extrema izquierda, y de ellas sac¨® una petici¨®n conjunta para pedir que Andaluc¨ªa consiguiese pronto el m¨¢ximo nivel de autonom¨ªa. El 4 de diciembre de 1978, el primer aniversario de las manifestaciones, aquellos 11 partidos presentaban el pacto en Antequera. Se compromet¨ªan a "impulsar y desarrollar los esfuerzos unitarios encaminados a conseguir para Andaluc¨ªa, dentro del plazo m¨¢s breve posible, la autonom¨ªa m¨¢s eficaz en el marco de la Constituci¨®n".
Cruz Artacho y el presidente de los andalucistas, Alejandro Rojas-Marcos, coinciden en considerar el Pacto de Antequera como una ¡°reconducci¨®n¡± de la voluntad inequ¨ªvoca mostrada en las manifestaciones de 4D. El andalucista recuerda alg¨²n forcejeo suyo para pedir no la autonom¨ªa ¡°m¨¢s eficaz¡±, sino la ¡°m¨¢s plena¡±, pero asegura que desisti¨® en aras del consenso.
La Constituci¨®n relega a Andaluc¨ªa
Solo dos d¨ªas despu¨¦s, el 6 de diciembre de 1977, los espa?oles refrendan masivamente la Constituci¨®n. A¨²n mayor es el apoyo que logra de los andaluces el texto constitucional. La Disposici¨®n Segunda de la Carta Magna propone una ¡°v¨ªa r¨¢pida¡± hacia la autonom¨ªa para las llamadas "comunidades hist¨®ricas", esto es, las tres que hab¨ªan refrendado estatutos auton¨®micos en el pasado: Catalu?a, Pa¨ªs Vasco y Galicia. Andaluc¨ªa y el resto de regiones quedaban relegadas a una ¡°v¨ªa lenta¡± del art¨ªculo 143, con menores competencias.
Hay en el texto constitucional, eso s¨ª, una manera de zafarse del furg¨®n de cola. El art¨ªculo 151 brinda la posibilidad ¨Cdespu¨¦s de conseguir una petici¨®n mayoritaria de ayuntamientos y diputaciones¨C de conseguir una autonom¨ªa r¨¢pida y m¨¢s plena si la mayor¨ªa del censo de todas las provincias dice que quieren ser una autonom¨ªa plena.
Lo que hizo Andaluc¨ªa no se ha hecho jam¨¢s en la historia de Espa?a: torcerle el pulso al Gobierno de la naci¨®n y convertir en norma jur¨ªdica una protesta nacida desde abajo¡± Javier P¨¦rez Royo, catedr¨¢tico de Derecho Constitucional
Se oteaban en el horizonte las primeras elecciones municipales democr¨¢ticas tras la muerte de Franco, en abril de 1979. ¡°El protagonismo de los municipios fue fundamental¡±, recuerda Isidoro Moreno. Aquel plebiscito deja atr¨¢s al fin los ayuntamientos franquistas, y a las alcald¨ªas llegan por primera vez en d¨¦cadas pol¨ªticos democr¨¢ticos de todos los colores pol¨ªticos. Con ellos desaparece el freno de los ¨²ltimos franquistas agazapados en los consistorios.
Pero la v¨ªa del 151 es espinosa: si uno solo de los casi 800 ayuntamientos andaluces aprueba en pleno su voluntad de que Andaluc¨ªa opte por la ¡°v¨ªa r¨¢pida¡±, en ese momento empieza a correr una cuenta atr¨¢s, de solo seis meses, para que las tres cuartas partes de los municipios de cada provincia, y que adem¨¢s aportasen una mayor¨ªa holgada de poblaci¨®n, se sumen a la petici¨®n de m¨¢xima autonom¨ªa. El riesgo es grande: si pasado el plazo no se consigue esa adopci¨®n casi un¨¢nime, habr¨¢ que esperar cinco a?os para poder volver a intentarlo.
Tuvimos claro que el 28F no iba a salir desde el primer momento en que se aprueba la Ley de Refer¨¦ndum con unas condiciones que ni Euskadi ni Catalu?a hab¨ªan cumplido, pero naturalmente luego nos echamos a la calle a pedir el voto¡± Alejandro Rojas-Marcos, l¨ªder de los andalucistas
Los dos primeros ayuntamientos en hacer saltar la liebre son los de Los Corrales (Sevilla) y Puerto Real (C¨¢diz), el 24 de abril de 1979, ambos en manos de la izquierda jornalera revolucionaria de la CUT y el PTA. Los ocho ayuntamientos de las capitales de provincia deciden escenificar su uni¨®n y aprueban la "v¨ªa r¨¢pida" en la misma fecha, el 27 de julio. Casi la unanimidad de los municipios andaluces, el 97%, pide el 151 antes de que se cumplan los seis meses.
?Por qu¨¦ ese empecinamiento con la v¨ªa del 151 si las condiciones de aprobaci¨®n eran tan leoninas? Rodr¨ªguez de la Borbolla ve dos razones: ¡°Porque era la ¨²nica v¨ªa para alcanzar desde el primer momento la institucionalizaci¨®n del m¨¢ximo nivel en Andaluc¨ªa; y porque era una manera de impulsar un modelo homog¨¦neo para toda Espa?a evitando uno particularista en determinados territorios¡±.
El 3 de octubre de 1979 el presidente del Gobierno, Adolfo Su¨¢rez, y el nuevo presidente de la Junta, el socialista Rafael Escuredo, acuerdan que el 28 de febrero se celebre el refer¨¦ndum. Ese mismo mes, el 25 de octubre, Catalu?a y Pa¨ªs Vasco, que gracias a la prebenda constitucional no hab¨ªan necesitado de referendos para conseguir su autonom¨ªa, aprueban sus estatutos por mayor¨ªa de electores, no de censados. El 2 de diciembre, casi dos a?os despu¨¦s de las masivas manifestaciones de 1977, medio mill¨®n de andaluces vuelve a salir a la calle a pedir autonom¨ªa plena.
A Andaluc¨ªa se le exige m¨¢s
[El Gobierno de Su¨¢rez] no quer¨ªa que Andaluc¨ªa tuviera autonom¨ªa y us¨® todo el poder para oponerse¡±Manuel Clavero, exministro de UCD
El a?o 79 est¨¢ a punto de terminar. El 28 de diciembre, a dos meses justos de que Andaluc¨ªa abra los colegios electorales, y cuando catalanes y vascos ya han votado, el Congreso aprueba la Ley Org¨¢nica de Modalidades de Refer¨¦ndum, que desarrolla el art¨ªculo 151: se refrenda que los pr¨®ximos en ir a las urnas (los andaluces, pero tambi¨¦n el resto de comunidades que aspiren a la "v¨ªa r¨¢pida") tendr¨¢n que conseguir que la mayor¨ªa de todos los censados, no de los electores como en cualquier otra elecci¨®n, digan ¡®s¨ª¡¯ en cada provincia.
El Grupo Andalucista se opone de pleno a aquella ley. ¡°Tuvimos claro que el 28F no iba a salir desde el primer momento en que se aprueba la Ley de Refer¨¦ndum con unas condiciones que ni Euskadi ni Catalu?a hab¨ªan cumplido, pero naturalmente luego nos echamos a la calle a pedir el voto¡±, apunta Alejandro Rojas-Marcos. Los andalucistas denuncian en ese momento que los censos alcanzan el 20% de errores en algunas zonas andaluzas.
El 28 de enero de 1980 se convoca el refer¨¦ndum en el BOE. A los andaluces se les da solo dos semanas de campa?a electoral, no las tres que ha sido costumbre. Y la pregunta que aparecer¨¢ en las papeletas es enrevesada: ¡°?Da usted su acuerdo a la ratificaci¨®n de la iniciativa, prevista en el art¨ªculo 151 de la Constituci¨®n, a efectos de su tramitaci¨®n por el procedimiento previsto en dicho art¨ªculo?¡±. En contraste, la cuesti¨®n de los referendos de de Catalu?a y Pa¨ªs Vasco hab¨ªa buscado unas f¨®rmulas m¨¢s directas: ¡°?Aprueba el proyecto de Estatuto de Autonom¨ªa para Catalu?a / el Pa¨ªs Vasco?¡±.
Las quejas por las trabas toman forma de huelga de hambre, que el 2 de febrero comienza Rafael Escuredo y otros pol¨ªticos y ciudadanos de 60 municipios andaluces. Los andalucistas proponen que los parlamentarios que representan a las ocho provincias andaluzas se retiren de Congreso y Senado. ¡°El censo estaba mal hecho. En Ja¨¦n y Almer¨ªa, provincias de mucha emigraci¨®n, constaban personas que estaban en Catalu?a. Hab¨ªa fallecidos inscritos. Y quien no votaba, era como si diera un voto para el no¡±, recuerda Rojas-Marcos. En el censo hay adem¨¢s nombres duplicados y menores de edad registrados como votantes.
Los obst¨¢culos de Su¨¢rez
¡°El Gobierno de Su¨¢rez impuso todos los obst¨¢culos posibles¡±, describe Cruz Artacho. El presupuesto para la difusi¨®n del refer¨¦ndum con que cuenta la Junta es exiguo. A Rafael Escuredo no se le permite defender el ¡®s¨ª¡¯ en TVE, cuando s¨ª se hab¨ªa entrevistado a sus hom¨®logos de Catalu?a y Pa¨ªs Vasco. ¡°En Almer¨ªa desembarcaron apoderados e interventores de otros territorios de Espa?a comandados por [Rodolfo] Mart¨ªn Villa¡±, apunta Rodr¨ªguez de la Borbolla.
La UCD sufre fuertes fricciones internas, un precedente de las que m¨¢s adelante llevar¨¢n a su desintegraci¨®n. El ministro de Cultura en el Gobierno de Adolfo Su¨¢rez, el andaluz Manuel Clavero, dimite y se da de baja en su partido junto a un grupo de militantes. Ven¨ªan pidiendo claramente al Gobierno que apoyara el s¨ª, algunos desde el origen mismo del proceso.
?Qu¨¦ raz¨®n esgrim¨ªa Su¨¢rez para no apoyar la autonom¨ªa plena? ¡°Dos razones: que hab¨ªa que modificar la Constituci¨®n ¡ªque no preve¨ªa el caso de Andaluc¨ªa y s¨ª los de Catalu?a, Pa¨ªs Vasco y Galicia¡ª y que en Andaluc¨ªa no hab¨ªa esp¨ªritu autonomista. Y lo que ocurri¨® en las manifestaciones ven¨ªa a demostrar lo contrario¡±, recuerda tanto tiempo despu¨¦s Clavero. UCD pide la abstenci¨®n o el voto en blanco. El Gobierno, sostiene el antiguo ministro centrista, ¡°no quer¨ªa que Andaluc¨ªa tuviera autonom¨ªa y us¨® todo el poder para oponerse. Incluso contrataron a Lauren Postigo para que en los anuncios dijera: ¡®andaluz, este no es tu refer¨¦ndum¡±.
El 28F casi dos millones y medio de andaluces, el 58% de los censados, dice ¡®s¨ª¡¯ a la autonom¨ªa y solo 152.000, ¡®no¡¯. El porcentaje de andaluces que vota con respecto al censo es mayor que el de catalanes y vascos que han sacado adelante sus estatutos. Por cada almeriense que vota ¡®no¡¯ hay otros 10 que votan ¡®s¨ª¡¯. Aun as¨ª, no basta.
La noche electoral una masa de gente desborda el centro de recepci¨®n de datos, instalado en el Casino de la Exposici¨®n de Sevilla. Vocean ¡°UCD es culpable¡±, ¡°impugnaci¨®n, impugnaci¨®n¡±, ¡°Andaluc¨ªa unida, jam¨¢s ser¨¢ vencida¡± e incluso ¡°independencia, independencia¡±. Se recibe con aplausos a Manuel Clavero. Rodr¨ªguez de la Borbolla comparece y considera que, con todo, la votaci¨®n ha sido un ¨¦xito y adelanta que los socialistas no van a aceptar recortes en el estatuto. El andalucista Rojas-Marcos declara: ¡°Si fu¨¦ramos vascos o catalanes, hoy habr¨ªamos alcanzado una autonom¨ªa de primera clase. No nos han discriminado las urnas, sino la legislaci¨®n; solo cabe, por tanto, modificar la legalidad, incluida la Constituci¨®n, porque entendemos que es discriminatoria con el pueblo andaluz¡±.
Tras los recursos de los partidos, la Audiencia Territorial de Granada determina que Ja¨¦n se ha salvado por la m¨ªnima: el 50,07% de los jiennenses censados dice s¨ª, pero los resultados de Almer¨ªa sigue sin alcanzar. La UCD intenta impugnar, sin ¨¦xito, los resultados en Granada, donde tambi¨¦n ha ganado el s¨ª. ¡°Triunfal derrota¡±, titula Diario 16. Andaluc¨ªa ten¨ªa que esperar cinco a?os para volver a intentarlo.
Pero no fue as¨ª. ¡°La situaci¨®n se desbloque¨® porque la presi¨®n ciudadana y pol¨ªtica no ces¨® y tambi¨¦n porque en aquel punto Espa?a ten¨ªa que normalizar el pacto aut¨®nomico¡±, describe Cruz Artacho.
Por fin, el desbloqueo
La actividad parlamentaria espa?ola entra en juego. El foco se traslada de Andaluc¨ªa a Madrid. As¨ª lo recuerda Alejandro Rojas-Marcos: ¡°Lo primero que hacemos es proponer una reforma de la Constituci¨®n y cuando Su¨¢rez nos dice que no, pedimos que se repita el refer¨¦ndum en Almer¨ªa, pero Su¨¢rez nos dice de nuevo que no, porque como en la Constituci¨®n estaba prevista la unificaci¨®n de Navarra con el Pa¨ªs Vasco, los militares temen que se haga ese refer¨¦ndum y que si no se gana se repita indefinidamente hasta que lo ganen. No quer¨ªan sentar ese precedente¡±. Su¨¢rez necesita los apoyos de los andalucistas ante las andanadas del PSOE, que viene crecido desde las elecciones del 1979 y se ve ya como alternativa en La Moncloa. Tras la negativa de presidente del Gobierno, los andalucistas ven una posibilidad en otro art¨ªculo, el 144. ¡°Yo lo apoy¨¦ para desbloquear la situaci¨®n y como una v¨ªa que permitiera llegar al 151. Le dijimos a Su¨¢rez que est¨¢bamos a favor de votar de la moci¨®n de confianza pero que hab¨ªa que devolver a Andaluc¨ªa el 28F que perdi¨®¡±, asegura el pol¨ªtico, ya retirado.
El PSOE y PCE dicen no a la v¨ªa del 144. Hay una pugna abierta por ver qu¨¦ fuerza abandera mejor las aspiraciones que los andaluces han reiterado tantos a?os en las calles y al final en las urnas. El 1 de octubre, UCD y los socialistas, en una cumbre sobre las autonom¨ªas, aceptan conjuntamente el 151 como camino auton¨®mico y pocos d¨ªas despu¨¦s una asamblea de alcaldes y concejales andaluces congrega en Almer¨ªa a 7.000 personas a favor del 151. El 23 de octubre se atisba el final del bloqueo: socialistas, centristas, andalucistas y comunistas acuerdan proposiciones para el desbloqueo. El texto no menciona expl¨ªcitamente el 144 (sino el T¨ªtulo VIII de la Constituci¨®n), pero s¨ª los ¡°motivos de inter¨¦s nacional¡± que aparecen en ese art¨ªculo. El 11 de? noviembre, el pleno del Congreso modifica la Ley de Refer¨¦ndum y permite que los diputados y senadores por Almer¨ªa puedan pedir, como as¨ª lo hacen, que se sustituya el plebiscito por una Ley Org¨¢nica. La v¨ªa por el 151 queda expedita.
El 4 de diciembre de 1980 se re¨²ne en Carmona la comisi¨®n que redactar¨¢ el Estatuto, en un ambiente que el catedr¨¢tico de Derecho Constitucional de la Universidad de Sevilla Javier P¨¦rez Royo y Jos¨¦ Rodr¨ªguez de la Borbolla, dos de sus ponentes, recuerdan como colaborador, tambi¨¦n por parte de los representantes del partido de Su¨¢rez. ¡°La UCD estaba ya derrotada¡±, detalla el primero.
"Lo que hizo Andaluc¨ªa no se ha hecho jam¨¢s en la historia de Espa?a: torcerle el pulso al Gobierno de la naci¨®n y convertir en norma jur¨ªdica una protesta nacida desde abajo; eso no se hab¨ªa hecho jam¨¢s en la historia de Espa?a, es un caso ¨²nico", apunta P¨¦rez Royo. Rojas-Marcos insiste en la que considera la mayor traba a la autonom¨ªa de Andaluc¨ªa: "Nadie la quer¨ªa al principio y al final la quisieron todos. [En el franquismo] ning¨²n partido de la oposici¨®n democr¨¢tica hab¨ªa pedido la autonom¨ªa para Andaluc¨ªa. Estaban de acuerdo de que no se le dar¨ªa autonom¨ªa m¨¢s que a Catalu?a, Pa¨ªs Vasco y Galicia. No quer¨ªan abrir el mel¨®n de m¨¢s autonom¨ªas". Para Cruz Artacho, "el aporte m¨¢s significativo que Andaluc¨ªa leg¨® a la historia de la Transici¨®n fue su lucha y conquista de la autonom¨ªa". Jos¨¦ Rodr¨ªguez de la Borbolla recuerda, 40 a?os m¨¢s tarde, la importancia de la fecha que pasar¨ªa a ser el D¨ªa de Andaluc¨ªa: "Quitando la guerra de la independencia, este es el ¨²nico d¨ªa en la historia de Espa?a en que el pueblo ha ganado una batalla a los poderes establecidos. En otros sitios se celebran derrotas o conquistas. Hay una cierta diferencia, hay una diferencia de grado en el proceso auton¨®mico andaluz".
?Y qu¨¦ fue del tabl¨®n de madera y madera que Juan de Loxa perge?¨® con la ayuda de pintor, carpintero y chapista? Se empaquet¨® y viaj¨® desde Granada hasta Sant Cugat del Vall¨¨s. Era noviembre de 1975, el de la muerte de Franco, y el curioso artefacto luc¨ªa en una exposici¨®n de poes¨ªa visual en la localidad barcelonesa. ¡°Para tantos andaluces en Catalu?a, [aquello] fue encontrarse con su bandera¡±, record¨® cuando cont¨® sus peripecias en un acto, en 2013, en que ced¨ªa el objeto a la Casa Natal de Blas Infante en Casares (M¨¢laga). ¡°Han pasado 40 a?os y creo que hemos avanzado much¨ªsimo. Pero todav¨ªa yo me pienso que a Andaluc¨ªa, con inteligencia, con amor, hay que seguir arm¨¢ndola¡±.
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