Ej¨¦rcito y polic¨ªas cierran la puerta a celiacos y diab¨¦ticos
J¨®venes con intolerancia al gluten y dolencias controlables son rechazados por normas obsoletas tras los avances m¨¦dicos
El sue?o de Pablo Bueno, cordob¨¦s de 21 a?os, es ser militar, pero su intolerancia al gluten lo ha roto. Su padre Rafael se lo tem¨ªa y por eso pregunt¨® a la Delegaci¨®n de Defensa en C¨®rdoba si su hijo, diagnosticado de celiaqu¨ªa a los dos a?os, pod¨ªa ingresar en el Ej¨¦rcito antes de presentarse a las pruebas de acceso. La misma inquietud que se apoder¨® de Rafael la comparten tambi¨¦n diab¨¦ticos y portadores del virus de VIH que quieren incorporarse, adem¨¢s de al Ej¨¦rcito, a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad. ¡°Claro que puede entrar. Si hay dieta para musulmanes, la hay para celiacos¡±, le prometieron. Y en julio de 2017, Pablo Bueno ingres¨® en la Escuela de Infanter¨ªa de Marina de Cartagena, aunque apenas dur¨® un mes. Le echaron cuando pidi¨® un men¨² sin gluten, porque la celiaqu¨ªa ¡°est¨¢ incluida en el cuadro m¨¦dico de exclusiones¡±, aunque no lo especifica. A este rechazo tambi¨¦n se enfrentan quienes batallan con la diabetes y el VIH.
Las asociaciones de afectados por estas patolog¨ªas reclaman al Ejecutivo de Pedro S¨¢nchez que siga los pasos de la Comunidad Valenciana y modifique los cuadros de exclusi¨®n, ya que los avances que se han producido en los tratamientos permiten a quienes las padecen desempe?ar con normalidad sus tareas en el Ej¨¦rcito, la Guardia Civil y la polic¨ªa. ¡°Se debe valorar la situaci¨®n cl¨ªnica del aspirante, no solo el diagn¨®stico¡±, se?alan.
El secretario de Estado de Funci¨®n P¨²blica, Jos¨¦ Antonio Benedicto, comenta por tel¨¦fono que el Gobierno revisar¨¢ las ¨®rdenes ministeriales de exclusi¨®n m¨¦dica para acceso a estas profesiones, cuya ¨²ltima actualizaci¨®n data de 2008, para ¡°terminar con los desajustes entre la normativa y la capacidad de estas personas¡±.
Se trata de evitar que se repitan casos como el de Pablo, al que la falta de claridad en la orden del Ministerio de Defensa le meti¨® en este l¨ªo. Esta contempla que ¡°las afecciones del est¨®mago y el intestino¡± son motivo de exclusi¨®n para ser militar. Miguel Montoro, gastroenter¨®logo del Hospital de Huesca y miembro del comit¨¦ cient¨ªfico de la Federaci¨®n de Celiacos de Espa?a (FACE), reconoce que la celiaqu¨ªa lo es. Aunque a?ade que la descripci¨®n debe ser m¨¢s precisa, porque "cuando un cel¨ªaco no ingiere gluten, no tiene ninguna afecci¨®n estomacal; solo es una persona sana que come diferente¡±, asegura.
Esta ambig¨¹edad llev¨® a Bueno a no indicar en el cuestionario de acceso ¡°los problemas de est¨®mago¡± por los que se le preguntaba. ¡°No lo marqu¨¦ porque no los tengo. Pas¨¦ todas las pruebas, la m¨¦dica tambi¨¦n¡±, comenta. Y es que detectar la celiaqu¨ªa es muy complicado. Montoro asegura que, para confirmarla sin una biopsia, "se debe superar en diez veces el rango normal de anticuerpos, dar positivo en la prueba gen¨¦tico y en la de anticuerpos antidiomisios".
Defensa acabar¨¢ con el veto a los afectados de celiaqu¨ªa
La ministra de Defensa, Margarita Robles, ha ordenado revisar el cuadro m¨¦dico de acceso a las Fuerzas Armadas para acabar con el veto que sufren los celiacos. As¨ª lo asegura con rotundidad una portavoz del departamento, quien a?ade que la ministra ¡°est¨¢ en contra de la exclusi¨®n¡± y cree que el acceso a la profesi¨®n militar es ¡°un elemento de integraci¨®n¡± de este colectivo. ¡°Desde Defensa se est¨¢ estudiando c¨®mo resolver el asunto de manera favorable¡±, agrega.
Esta postura es contraria a la que manten¨ªa su antecesora en el cargo, Mar¨ªa Dolores de Cospedal. El anterior equipo apoyaba la exclusi¨®n de los al¨¦rgicos al gluten porque en determinadas circunstancias, como la participaci¨®n en maniobras o en misiones internacionales, no se les podr¨ªa garantizar el suministro de alimentaci¨®n adecuada. Ante el razonamiento de que ya las Fuerzas Armadas facilitan raciones especiales a los soldados de confesi¨®n musulmana (sin productos del cerdo), Defensa alegaba que este supuesto era diferente porque el incumplimiento de sus normas espec¨ªficas de alimentaci¨®n en caso de necesidad no implicaba riesgo para la salud.
Lo que s¨ª reconoc¨ªan entonces los responsables del Ministerio era la ambig¨¹edad del cuadro m¨¦dico de exclusiones, que se prestaba a diferentes interpretaciones, por lo que admit¨ªan la necesidad de modificarlo. La reforma que se preparaba no iba, encaminada a se?alar expresamente que los celiacos no pod¨ªan entrar en las Fuerzas Armadas y la Guardia Civil.
¡°Cuando ped¨ª la dieta sin gluten, se lo notificaron a los m¨¦dicos, que me dijeron que ten¨ªa que abandonar¡± la escuela militar, cuenta Bueno, quien a?ade que la situaci¨®n causa malestar dentro del propio Ej¨¦rcito: ¡°Un comandante m¨¦dico me dijo que era lamentable que no pudiera disponer de un men¨² a medida¡±. Y es que esas prote¨ªnas, que se encuentran en algunos cereales como el trigo, son una barrera infranqueable para la Administraci¨®n militar. Pero no para quienes sufren la intolerancia: "Hago triatl¨®n; eso dice mucho de mi condici¨®n f¨ªsica", comenta Bueno, que ahora cursa el segundo a?o de Historia, su otra pasi¨®n.
En febrero pasado, con Mar¨ªa Dolores de Cospedal al frente, el Ministerio de Defensa en una carta a Rafael, el padre de Pablo, justific¨® la exclusi¨®n de su hijo alegando que no se puede garantizar que los cel¨ªacos puedan seguir la dieta sin gluten en maniobras u operaciones en el extranjero. Algo que FACE rechaza. ¡°Es sencillo, incluso en combate, ofrecer men¨²s espec¨ªficos, ya que los procesos siguen un protocolo¡±. Es lo mismo que razona Alejandro Tribaldos, de 19 a?os, que tambi¨¦n ha visto este a?o como el gluten le apartaba de la carrera militar que tanto ansiaba, a pesar de haber superado todas las pruebas.
A diferencia de Bueno, este joven madrile?o dej¨® constancia de su celiaqu¨ªa en el cuestionario de acceso. Y cuenta por tel¨¦fono que "ni siquiera la m¨¦dica militar del centro de selecci¨®n sab¨ªa si pod¨ªa ingresar". Por eso, le enviaron al hospital militar G¨®mez Ulla y all¨ª fueron contundentes: no pod¨ªa entrar en el Ej¨¦rcito, porque "no se pod¨ªa asegurar el mantenimiento de mi dieta", recuerda apesadumbrado.
El padre de Bueno sugiri¨® la posibilidad de que el Ej¨¦rcito prepare raciones especiales, como se hace con la tropa musulmana, cuyo rancho excluye el cerdo. Sin embargo, la carta de Defensa alegaba que ¡°la situaci¨®n no es la misma, ya que si un soldado musulm¨¢n se salta la dieta, no sufre problemas de salud¡±. Un punto en el que coincide Montoro, aunque informa de que "un celiaco puede desempe?ar la inmensa mayor¨ªa de funciones dentro del Ej¨¦rcito".
La misma batalla
La historia de Bueno la entiende a la perfecci¨®n Antonio Rey. Este catal¨¢n de 41 a?os es bombero de la Generalitat y le diagnosticaron diabetes tipo I hace diez. Le lleg¨® cuando ya vest¨ªa el uniforme, pero quienes quieren pon¨¦rselo cuando ya est¨¢n diagnosticados no pueden. Rey est¨¢ apartado desde entonces de las labores propias de un bombero. "Fueron dos m¨¦dicos de un tribunal quienes me dijeron que ten¨ªa que dejarlo, sin hacerme una evaluaci¨®n personalizada", cuenta frustrado por tel¨¦fono.
La Federaci¨®n Espa?ola de Diabetes (FEDE) es contundente al respecto. "Hay muy pocas labores que un diab¨¦tico no pueda hacer y por eso pedimos que se analice cada caso de manera individual. En las exclusiones actuales, solo por el hecho de ser diab¨¦tico ya se est¨¢ vetado", comenta el doctor Alfonso L¨®pez, endocrin¨®logo y Director de Comunicaci¨®n de la Sociedad Espa?ola de Diabetes (SED). Lo mismo alertan desde Cesida, la coordinadora de asociaciones de afectados por el VIH y el SIDA. "Pacientes con carga viral indetectable y que sigan su tratamiento no tienen ning¨²n impedimento f¨ªsico", asegura el presidente de la coordinadora, Ram¨®n Espacio.
El Defensor del Pueblo, sin embargo, justific¨® el pasado 1 de octubre la exclusi¨®n de los diab¨¦ticos del acceso a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad porque "las situaciones de estr¨¦s que se viven en estos cuerpos pueden desencadenar hipoglucemia e impedir la realizaci¨®n plena de sus funciones".
El doctor L¨®pez puntualiza que los cuadros de exclusi¨®n son inapropiados, porque ignoran los avances en el control de la diabetes. Rey corrobora que su condici¨®n f¨ªsica y su vida no han cambiado. "Me controlo la enfermedad perfectamente. No tengo ninguna limitaci¨®n f¨ªsica. Y, sin embargo, estoy haciendo mapas para que los compa?eros [bomberos] se gu¨ªen en las salidas". Para Cesida, los dos motivos esgrimidos para excluir a quienes portan el VIH (el riesgo de transmisi¨®n y la alteraci¨®n de la capacidad para el desempe?o), son muy poco frecuentes.
Rey se encuentra, adem¨¢s, en una situaci¨®n profesional que le impide la promoci¨®n interna. "Estoy estancado profesionalmente", comenta. Este bombero se enfrenta a una de las paradojas que comparten los afectados por estas patolog¨ªas: se les impide entrar, pero no se les despide si son diagnosticados cuando ya est¨¢n dentro. Eso s¨ª, se les imponen limitaciones a la carrera profesional. No se van a rendir hasta que las normas de la Administraci¨®n se pongan a la altura de los avances de la medicina.
Las profesiones prohibidas
Cel¨ªacos. Solo tienen vetado el acceso a las Fuerzas Armadas y a la Guardia Civil.
Diab¨¦ticos. Est¨¢n rechazados en las Fuerzas Armadas y en la Guardia Civil. Tambi¨¦n en la polic¨ªa nacional, local y en los cuerpos auton¨®micos; en los cuerpos de bomberos; en las instituciones penitenciarias y en la aviaci¨®n civil. Tampoco pueden desempe?ar como controladores de la circulaci¨®n a¨¦rea o conductores del parque m¨®vil del Estado.
Personas con VIH.?Las exclusiones se centran en las polic¨ªas locales (excepto en Valencia), la polic¨ªa nacional y el resto de auton¨®micas. Tampoco pueden desempe?ar en la Guardia Civil o en el Ej¨¦rcito. Lo mismo les ocurre si quieren ser funcionarios de prisiones.
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