Qu¨¦ tienen en com¨²n Megan Rapinoe, Manuela Carmena y la Capitana Marvel
Cada vez hay m¨¢s mujeres visibles en m¨¢s ¨¢mbitos, las expertas apuntan a un avance aunque creen que esas referentes no calar¨¢n hasta que la igualdad real llegue
Pablo pidi¨® insistentemente una Capitana Marvel por su quinto cumplea?os hace dos semanas, le lleg¨® por Amazon al peque?o pueblo manchego donde vive. Mar¨ªa, de nueve, se empe?¨® en hacer su exposici¨®n oral en el colegio madrile?o al que va sobre Greta Thunberg ¡ªla voz y el rostro de la lucha juvenil contra el cambio clim¨¢tico¡ª y se niega a usar servilletas de papel porque no son ecol¨®gicas, se lo repite a su abuela cada vez que le pone una sobre la mesa. Y Candela, a la que el f¨²tbol le gusta desde que sopl¨® tres velas sobre su tarta de cumplea?os, est¨¢ ahora, con seis, deslumbrada por Megan Rapinoe, la capitana de la selecci¨®n nacional de f¨²tbol de Estados Unidos, y este a?o ha jugado por primera vez en un equipo, el de su barrio, en el centro de Madrid. Aunque es mixto, ella ha sido la ¨²nica jugadora.
La realidad m¨¢s inmediata, la del d¨ªa a d¨ªa, muestra que la situaci¨®n est¨¢ cambiando, que cada vez hay m¨¢s mujeres y m¨¢s visibles en m¨¢s ¨¢mbitos: el nombre de Rapinoe, como el de la nadadora Mireia Belmonte o el de la cantante Aitana son algunos de los que ya forman parte del imaginario actual de ni?as y ni?os. Se las llama referentes, ?pero se pueden considerar como tales? ?Es algo consolidado? En la ¨²ltima encuesta de Adecco a unos 1.800 menores de entre 4 y 16 a?os sobre qu¨¦ quieren ser cuando sean mayores, publicada el pasado martes, por primera vez en 15 a?os las ni?as contestaron ¡°futbolistas¡± (7,1%). Un peque?o paso dentro de unas respuestas que se repiten a?o tras a?o: ellos siguen so?ando mayoritariamente con ser como Messi (uno de cada cuatro) y ellas con ser profesoras (una de cada cinco).
Esto tiene que ver con la visi¨®n de Nuria Varela, experta en feminismo y violencia de g¨¦nero, que relata c¨®mo en el siglo XXI se sigue hablando de pioneras en el relato medi¨¢tico, se siguen copiando modelos masculinos y no hay una visualizaci¨®n de las mujeres en plural. "Parece que las mujeres hacen las cosas solas o de forma casual y que cuando una consigue algo es porque sobresale, ¨²nica, sobre la mediocridad de las dem¨¢s¡±. Eso, seg¨²n ella, significa que los cambios son m¨ªnimos: ¡°Los referentes no tienen mucha fortaleza o no se consolidan¡±.
Asunci¨®n Bern¨¢rdez, directora del Instituto de Investigaciones Feministas de la Universidad Complutense, ahonda en esta cuesti¨®n. Explica que ¡°los ni?os y las ni?as se educan copiando a los adultos", e insiste en que ese proceso de copia es fundamental. Pero para que sea consistente, apunta, hay que cambiar no solo la forma sino el fondo: ¡°Cuando una mujer alcanza alguna meta hay que ver qu¨¦ procesos sociales hay detr¨¢s. Los logros no son tanto de las personas como de los grupos sociales. Habr¨ªa que empezar a analizarlos¡±. Bern¨¢rdez se queja, como Varela, de la ausencia de relato plural y del efecto pionerismo. ¡°Para que una mujer se haga famosa haciendo algo ha habido cientos que ya lo han hecho antes¡±.
Incluso ahora, con muchos m¨¢s nombres en el relato medi¨¢tico, todav¨ªa los de ellas son mucho menos numerosos y se recuerdan de forma menos instant¨¢nea que los de ellos: ¡°Hist¨®ricas salen, pero mujeres indiscutibles de hoy, no¡±. Para que eso deje de ocurrir, Varela asegura que hace falta barrer estereotipos: ¡°Es lo que no hemos roto, no en lo educativo, que es determinante¡±. Apunta que sigue sin estudiarse qu¨¦ hicieron y hacen las mujeres, que el aula sigue siendo masculina y que sigue habiendo un relato sesgado en los medios de comunicaci¨®n y enfocado de tal manera que es dif¨ªcil que las ni?as, y sobre todo los ni?os, se identifiquen: ¡°En el deporte, que es el ¨¢rea donde m¨¢s mujeres destacan ¨²ltimamente [la jugadora de b¨¢dminton Carolina Mar¨ªn, la atleta Ruth Beitia, la competidora en halterofilia Lydia Valent¨ªn, la karateca Sandra S¨¢nchez, la nadadora Ona Carbonell, la piloto Ana Carrasco o la tenista Garbi?e Muguruza], se las sigue llamando ¡®las reinas de¡¯, ¡®las madres de¡¯¡ Los roles siguen ah¨ª¡±.
Ritxar Bacete es m¨¢s optimista: "La prueba del algod¨®n est¨¢ en las nuevas generaciones. La m¨ªa tiene el lastre de referentes del pasado, pero ellas ya no. Ellas tienen modelos en los que mirarse, y se miran". El antrop¨®logo experto en igualdad asegura que todo el trabajo y el recorrido del feminismo del siglo XX est¨¢ siendo recogido por las ni?as del siglo XXI. "Hay una serie de activos referenciales que son poderosos y nuevos, elementos que no fuimos capaces de construir en el pasado y elementos simb¨®licos que son innegables y que ayudan a hacer desaparecer los estereotipos", dice.
Los modelos en casa
Esos clich¨¦s pueden pulirse, por ejemplo y entre otros ¨¢mbitos, con referentes dentro del hogar. Lo percibe Soledad, la madre de Mar¨ªa, la fan de Greta Thunberg. Ella, al contrario que Candela, que no quiere ni ver las mu?ecas, s¨ª jugaba con ellas: cuando las acostaba les colocaba unas gafas y un libro. Ahora que est¨¢ a punto de cumplir nueve a?os lee, pinta y trastea jugando a ser cient¨ªfica en la cocina. Soledad, su madre, est¨¢ convencida de que para su hija ver a mujeres ocupando espacios y haciendo determinadas cosas significa que ella puede ocuparlos y hacerlas tambi¨¦n: ¡°La llev¨¦ a ver mi lugar de trabajo y lo que m¨¢s le gust¨® fue el despacho, cont¨® en el colegio que su madre ten¨ªa un despacho y haciendo fichas de dibujo para aprender vocabulario en ingl¨¦s le pidieron que dibujara un alcalde, ella pint¨® a Manuela Carmena. Est¨¢ claro que los modelos funcionan¡±.
En ni?as como Mar¨ªa, y sobre todo en adolescentes, Nuria Varela es donde ve el avance: ¡°En los j¨®venes tambi¨¦n, aunque menos. En general hay una toma de conciencia, se ha hecho mucha divulgaci¨®n y las redes sociales han ayudado a ello. Pero no existe un cambio profundo y real en el mundo¡±. Asunci¨®n Bern¨¢rdez es algo m¨¢s optimista: ¡°Hay un cambio enorme en la representatividad de las mujeres que empez¨® con la integraci¨®n de la clase obrera despu¨¦s de la Transici¨®n a la Universidad¡±.
Su ¨¢mbito de estudio, la comunicaci¨®n y la semi¨®tica de los medios de masas, son en gran parte responsables del progreso o retroceso de la igualdad. ¡°Es en torno a la cultura, sobre todo la audiovisual, la que funciona como pegamento de la gente, donde hay grandes contradicciones¡±. Asegura que las mujeres est¨¢n cada vez m¨¢s representadas, cada vez se cuentan m¨¢s y mejores historias desde el feminismo, pero que siguen estando muy encajadas en clich¨¦s y que, en muchas ocasiones, siguen hipersexualizadas: ¡°Es muy dif¨ªcil que el mainstream abandone la estereotipizaci¨®n total y absoluta, pero la proliferaci¨®n de plataformas como Netflix o HBO permiten una segmentaci¨®n de los p¨²blicos que antes ten¨ªa mucha menos oferta de series, pel¨ªculas, etc. As¨ª se ha permitido que los modelos femeninos se vayan haciendo m¨¢s complejos¡±.
Pero no es suficiente. Tanto Varela como Bern¨¢rdez coinciden en que, a pesar de los avances y la visibilidad en aumento, esta no es la sociedad que deber¨ªa ser. "?Tenemos cosas que hacer? s¨ª, y muchas cosas que cambiar", sentencia la profesora de la Complutense. Bacete lo ve todo con algo m¨¢s de "luz" y recuerda que el partido en San Mam¨¦s del pasado enero, 48.121 espectadores viendo los cuartos de final de la Copa de la Reina entre el Athletic Club y Atl¨¦tico de Madrid. "Viendo a 22 mujeres jugando al f¨²tbol". Y apunta algo m¨¢s: "?Qui¨¦nes est¨¢n liderando algunas de las ¨²ltimas luchas? Mujeres. Ah¨ª est¨¢n Greta Thunberg, Malala, Anabel Montes, Carola Rackete, la capitana del Sea Watch 3...Muchas mujeres". Esas cuyo trabajo es un paso m¨¢s para que Candela no sea la ¨²nica ni?a de su equipo de f¨²tbol y para que no sea algo extraordinario que la madre de Mar¨ªa tenga un despacho o que Pablo pida una superhero¨ªna por su cumplea?os.
La ralentizaci¨®n del cambio
¡°Claro que hemos cambiado, ven¨ªamos de estar bajo m¨ªnimos en la dictadura. El cambio provocado por un cambio del armaz¨®n legal fue espectacular¡±, exclama Nuria Varela, experta en feminismo y violencia machista. Sin embargo, asegura que ha habido una ralentizaci¨®n o un estancamiento de los cambios que comenzaron en la Transici¨®n. ¡°La capacidad de dise?ar nuestras vidas, de decidir, no la ha tenido ninguna otra generaci¨®n¡±, apunta. Pero se?ala varios ¡°peros¡±. Las mujeres no cobran lo mismo, no tienen las mismas pensiones ni los mismos recursos ni los mismos puestos de direcci¨®n ni la misma representaci¨®n el ¨¢mbito p¨²blico, no pisan las calles igual y se ven sometidas a una violencia espec¨ªfica: la de g¨¦nero.
Con ese contexto, la pol¨ªtica se posiciona como algo clave. Tanto para Varela como para Asunci¨®n Bern¨¢rdez, la profesora de la Complutense y directora del Instituto de Investigaciones Feministas de la Universidad Complutense, el auge de la extrema derecha es una alerta de lo fr¨¢gil que puede ser el avance del feminismo. La docente dice que "construyen al enemigo [en este caso el feminismo] a trav¨¦s de los medios de comunicaci¨®n". Y se retrotrae tres siglos: "Si algo define a nuestra cultura heredera de la Revoluci¨®n Francesa es la idea de que podemos cuestionarlo todo y podemos tender a la igualdad y que eso es una aspiraci¨®n leg¨ªtima.
Ambas comparten cierto temor ante estas ideas no nuevas pero s¨ª renovadas. ¡°Esos discursos conservadores son llevar a Espa?a a tiempos pasados, tambi¨¦n en Europa y en Estados Unidos. Esa es la tragedia que estamos viviendo¡±, comenta Bern¨¢rdez. Y Varela dice ¡°ojal¨¢¡± al pensar en los avances del feminismo: ¡°Pero no lo demos por seguro, todo puede deshacerse. Y recordemos que hay lugares estrat¨¦gicos que no se tocan, como la prostituci¨®n. Y nuevos que nos hablan de retroceso: los vientres de alquiler¡±.
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