La emergencia clim¨¢tica no llega a la escuela
Los expertos reclaman una reforma integral del curr¨ªculum acad¨¦mico para que la sensibilidad con el medio ambiente impregne toda la escuela
Esther Estebaranz, maestra de 58 a?os del colegio p¨²blico madrile?o Bravo Murillo, cree que mientras los pol¨ªticos presumen de programas electorales con iniciativas para proteger el medio ambiente, dejan de lado lo m¨¢s importante: la educaci¨®n ambiental en la escuela. "Es un tema muy vistoso que da muy buena imagen, pero luego la realidad es otra: en mi colegio hemos luchado durante a?os para que la Administraci¨®n instale termostatos en las aulas, el derroche de energ¨ªa con la calefacci¨®n en invierno era tremendo", cuenta. Tambi¨¦n critica el programa acad¨¦mico. En todo el ciclo de Primaria, solo aparecen contenidos espec¨ªficos sobre cambio clim¨¢tico en un tema dentro de la asignatura de ingl¨¦s, asegura. En su centro, hace a?os pusieron en marcha una actividad durante los recreos para concienciar sobre el cuidado del planeta; los chavales se turnan para recoger los residuos arrojados en el patio. "Todo depende de la voluntad de los colegios, no hay una estrategia nacional", a?ade.
El escenario que describe Estebaranz no es un caso aislado. Aunque no existen datos oficiales sobre la dimensi¨®n y la calidad de la educaci¨®n ambiental en los centros p¨²blicos espa?oles, s¨ª hay un informe de la?Red Espa?ola para el Desarrollo Sostenible?(una red independiente auspiciada por la ONU)?que denuncia que lejos de programas estructurados, en los colegios "priman las acciones puntuales" como celebraciones de efem¨¦rides ambientales o actividades concretas en las que solo participan grupos reducidos de alumnos. El informe?Hacia una educaci¨®n para la sostenibilidad?(publicado en este a?o) alerta, adem¨¢s, de la falta de programas de formaci¨®n del profesorado y critica que en muchos casos las iniciativas las lideran "docentes concienciados", y que cuando estos abandonan el centro los programas decaen.?
"El modelo que se ha impulsado desde cada una de las autonom¨ªas es muy diferente, en su mayor¨ªa, son peque?as acciones para reverdecer los programas acad¨¦micos", apunta?Carmelo Marc¨¦n, coautor del estudio. El tambi¨¦n investigador de la Universidad de Zaragoza cree que el principal problema es que no existe un organismo estatal que supervise los programas ambientales escolares y que aunque muchos centros han mejorado la gesti¨®n ambiental de sus instalaciones, no es suficiente. "Es imprescindible que se modernicen los curr¨ªculos, y eso no depende de los colegios, sino del ministerio y de las autonom¨ªas", recalca.?
La semana pasada, la educaci¨®n ambiental cobr¨® protagonismo despu¨¦s de que el ministro de Educaci¨®n de Italia,?Lorenzo Fioramonti, anunciara que el cambio clim¨¢tico ser¨¢ materia de examen para los escolares de ese pa¨ªs el pr¨®ximo curso, y que?todas las escuelas dedicar¨¢n 33 horas al a?o, en torno a una hora a la semana, a abordar la cuesti¨®n. Italia, dijo, se convertir¨¢ en el primer pa¨ªs del mundo en incluir el estudio de la crisis clim¨¢tica en la educaci¨®n obligatoria. Otra de las novedades es que esos contenidos se ver¨¢n en asignaturas como Geograf¨ªa, Matem¨¢ticas o F¨ªsica, que pasar¨¢n a? estudiarse ¡°desde una nueva perspectiva vinculada al desarrollo sostenible¡±, para analizar, por ejemplo, los efectos de la acci¨®n del hombre en las diferentes zonas del planeta.
La aprobaci¨®n de la actual ley educativa, la Lomce ¡ªimpulsada por el PP en solitario en 2013¡ª supuso una reducci¨®n de los contenidos ambientales en el curr¨ªculum respecto a la Loe, aprobada por el PSOE en 2006. El principal cambio se dio en una de las competencias b¨¢sicas, Conocimiento e Interacci¨®n con el Mundo F¨ªsico (que inclu¨ªa contenidos sobre medio ambiente), que fue sustituida por Competencia Matem¨¢tica, Ciencia y Tecnolog¨ªa. "El ministro Wert?(PP) dio m¨¢s importancia a lo tecnol¨®gico, y ahora depende de la voluntad de los docentes trabajar proyectos medioambientales", se?ala Federico Garc¨ªa, responsable del ¨¢rea social de la Sociedad Espa?ola de Ornitolog¨ªa SEO Birdlife, la ONG que en 2017 present¨® una moci¨®n en el Congreso de los Diputados para promover la "naturalizaci¨®n del curr¨ªculo", que significa m¨¢s educaci¨®n ambiental en los colegios y una asignatura espec¨ªfica en Secundaria. La petici¨®n fue escuchada pero no supuso ning¨²n cambio en el curr¨ªculo.
La Lomce, adem¨¢s, elimin¨® la asignatura Ciencias para el Mundo Contempor¨¢neo en Bachillerato, una materia que hasta ese momento era obligatoria para los alumnos de Ciencias y que inclu¨ªa contenidos medioambientales. En su lugar, se implant¨® la optativa Ciencias de la Tierra y del Medio Ambiente, y el peso curricular pas¨® de cuatro horas semanales a dos. La Lomce supuso tambi¨¦n la divisi¨®n de la asignatura de?Conocimiento del Medio?en Ciencias Sociales y Ciencias naturales. "Los legisladores no entendieron que sociedad y naturaleza van de la mano, no se pueden desligar", critica Carmelo Marc¨¦n.
Los expertos, lejos de valorar si los contenidos ambientales deben darse en una u otra asignatura, recalcan que para que tenga un impacto en la vida de los j¨®venes, es imprescindible que se ense?e de forma transversal, que impregne todo el programa acad¨¦mico. En su informe?Educaci¨®n para los objetivos del desarrollo sostenible, la Unesco?considera que son necesarias "experiencias directas" que afecten en lo emocional a los alumnos. "Las competencias no se pueden ense?ar, sino que los alumnos las adquieren con acci¨®n, experiencia y reflexi¨®n", se?ala el documento. Los estudiantes tienen que ser capaces de crear en grupo "acciones innovadoras" que fomenten la sostenibilidad a escala local. "Deben adoptar una postura propia en el discurso del clima", a?ade.
"En el modelo tradicional de escuela, impera la l¨®gica de transmitir informaci¨®n, pero los retos actuales requieren planteamientos m¨¢s profundos relacionados con el comportamiento; el v¨ªnculo emocional es el que te transforma", apunta?Eduard Vallory, director del Centro para la UNESCO de Catalu?a. "Sucede lo mismo con el bullying o la violencia de g¨¦nero; los power points no sirven para nada, hace falta acci¨®n y para eso hay que cambiar el paradigma de c¨®mo ense?amos y aprendemos", a?ade. En su opini¨®n, el medio ambiente tiene que estudiarse como un todo, porque "no se puede desvincular qu¨¦ son las bacterias de c¨®mo los humanos han creado el pl¨¢stico, uno de los elementos que nos est¨¢ matando".
"No podemos decir que no se traten contenidos ambientales en Secundaria: en primero de la ESO est¨¢ la asignatura obligatoria Geolog¨ªa y Biolog¨ªa, donde se ve el efecto invernadero o la contaminaci¨®n de las aguas; en Biolog¨ªa de tercero de la ESO hay un tema sobre ecosistemas y acciones que favorecen la conservaci¨®n del medio ambiente; a partir de ah¨ª, ya depende de la rama y las optativas que escoge el alumno", explica Jos¨¦ Luis Guti¨¦rrez, profesor y jefe del departamento de Biolog¨ªa del instituto p¨²blico Sierra de Guadarrama en la localidad madrile?a de Soto del Real. A su juicio, el problema es que en el actual sistema educativo la educaci¨®n ambiental se da de forma aislada, desde departamentos estancos. "Se debe abordar desde diferentes asignaturas, si no el alumno percibe que es un tema que solo preocupa a los bi¨®logos, pero ?qu¨¦ pasa con los costes econ¨®micos de una crisis ambiental? Eso se puede tratar desde Matem¨¢ticas o Historia", opina.
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"Un solo profesor concienciado no puede hacer magia"
En los a?os noventa, las autonom¨ªas empezaron a impulsar las llamadas ecoescuelas, redes de centros p¨²blicos con programas que inclu¨ªan experiencias reales, como diagnosticar la situaci¨®n de las ciudades y proponer proyectos de mejora relacionados con la gesti¨®n de residuos, la movilidad, o la alimentaci¨®n saludable. En ninguna de ellas se modific¨® el programa acad¨¦mico.? No todas funcionan de la misma forma.
"Los centros tienen autonom¨ªa pedag¨®gica y deciden si quieren adherirse. La red madrile?a no implica cambios en el curr¨ªculum, sino acciones concretas y formaci¨®n del profesorado", apuntan desde la Consejer¨ªa de Educaci¨®n.
Otras escuelas, forman parte de redes ambientales privadas, impulsadas por fundaciones. ADEAC es una de esas redes, con programas escolares ambientales en m¨¢s de 60 pa¨ªses, y 566 centros p¨²blicos espa?oles adheridos (324 colegios, 116 institutos y 19 escuelas infantiles). "Incidimos en que no se creen clubs privados de unos pocos alumnos, sino que los proyectos impregnen toda la escuela. Igualmente, un solo profesor concienciado no puede hacer magia, la direcci¨®n del centro se tiene que volcar", asegura Carmen Fern¨¢ndez-Enr¨ªquez, t¨¦cnico de ADEAC.
La plena revoluci¨®n verde todav¨ªa no ha llegado a los colegios espa?oles. En la etapa de infantil (de tres a seis a?os) s¨ª existen centros privados con unas pr¨¢cticas dr¨¢sticas homologados por la Administraci¨®n. Bosquescuela, por ejemplo, es el ¨²nico centro homologado de la Comunidad de Madrid en el que est¨¢n exentos de aulas convencionales; los alumnos aprenden en una caba?a de madera bioclim¨¢tica. Pasan el 90% del tiempo en el bosque, parte de la Dehesa de Cerceda, un espacio p¨²blico. "Acciones puntuales no hacen vivir la ecolog¨ªa en primera persona, hay que palpar la naturaleza para respetarla, ver que todo est¨¢ relacionado es lo que genera conciencia ambiental", apunta Esther Fern¨¢ndez, maestra y responsable del programa acad¨¦mico de Bosquescuela. "El respeto por el Planeta no se puede explicar con fichas. Los chavales aprenden desde la emoci¨®n", zanja.
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