Luisiana introduce en Estados Unidos la castraci¨®n quir¨²rgica para los violadores de ni?os
El Estado del Sur es el primero del pa¨ªs en aprobar una ley que ha recibido las cr¨ªticas de quienes consideran que se trata de un castigo ¡°cruel¡±. ¡°Es como cortarle la mano a un ladr¨®n¡±, dice una experta
Para Delisha Boyd, congresista dem¨®crata de Luisiana, fue ¡°un asunto personal¡±. A su madre la viol¨® repetidas veces entre los 13 y los 15 a?os un familiar de 28, y Boyd es el fruto de ese estupro. Una noticia en el peri¨®dico local de Baton Rouge, capital de este Estado del profundo Sur, termin¨® el pasado mayo de convencerla. ¡°Hablaba de un hombre de 51 a?os al que buscaban por la agresi¨®n sexual a una chica de 12¡å, explic¨® recientemente la representante en una entrevista telef¨®nica. ¡°El tipo, contaban tambi¨¦n, hab¨ªa sido arrestado por la violaci¨®n de una ni?a de cinco a?os en 2007. Al leer eso, me dije: ¡®se acab¨®'. Sent¨ª que ten¨ªa que hacer algo¡±.
Boyd, una mujer negra de 55 a?os, madre de una hija, telefone¨® entonces a otra dem¨®crata, la senadora Regina Barrow, y ambas se pusieron manos a la obra: en tiempo r¨¦cord, redactaron y lograron que ambas c¨¢maras aprobaran una ley que autoriza a los jueces a condenar a la castraci¨®n quir¨²rgica a los culpables de delitos como violaci¨®n, abuso sexual o incesto, cuyas v¨ªctimas sean menores de 13 a?os.
La norma sali¨® respaldada por una amplia mayor¨ªa del Congreso y el Senado de Baton Rouge, controlados por el Partido Republicano. Hace tres semanas la firm¨® el gobernador de Luisiana, el ultraconservador Jeff Landry, que ha sido noticia recientemente por aprobar leyes antitrans, por obligar a las escuelas p¨²blicas a mostrar en las clases un cartel con los Diez Mandamientos en letra grande y legible, por reclasificar las p¨ªldoras abortivas como ¡°sustancias peligrosas¡± y colocarlas en el mismo saco que la hero¨ªna o la coca¨ªna, o por importar un nuevo m¨¦todo de ejecuci¨®n ensayado en Alabama: la asfixia por nitr¨®geno.
Cuando entre en vigor el 1 de agosto, la de la castraci¨®n quir¨²rgica ser¨¢ la primera ley en ir tan lejos en el pa¨ªs: hay otros 10 Estados que permiten la qu¨ªmica para ped¨®filos, pero raramente se usa y cuando eso sucede siempre es como una posibilidad para que los culpables de esos delitos obtengan beneficios como la libertad condicional o la reducci¨®n de penas. La castraci¨®n quir¨²rgica es legal en pa¨ªses con ordenamientos jur¨ªdicos muy duros con el crimen, como Nigeria o la Rep¨²blica Checa. En Espa?a, existe la qu¨ªmica, pero solo si es voluntaria.
¡°Si no defendemos nosotras a nuestros ni?os, ?qui¨¦n lo har¨¢?¡±, se pregunta Boyd, cuya iniciativa legislativa se enfrentar¨¢ previsiblemente a desaf¨ªos en los tribunales a la luz de la Octava Enmienda de la Constituci¨®n estadounidense, que proh¨ªbe los ¡°castigos crueles e inusuales¡±. Tambi¨¦n ha recibido duros ataques de los miembros de su partido. ¡°A aquellos que me critican los desaf¨ªo a cerrar los ojos y pensar en sus hijos o hijas a los cinco a?os. Esos ni?os quedan marcados para el resto de sus vidas, y eso s¨ª es un castigo cruel e inusual, no la pena por cometer esos cr¨ªmenes¡±, considera la congresista.
No es la primera vez que Boyd conquista la atenci¨®n nacional, algo poco frecuente en una pol¨ªtica de ¨¢mbito estatal: esta representante por Nueva Orleans recurri¨® a su caso ¨Dhija de una madre adolescente que ¡°no falleci¨® en el parto qued¨® marcada hasta su muerte antes de los 30 a?os¡å¨D para intentar introducir las excepciones de violaci¨®n e incesto para menores de 17 a?os en la ley del aborto de Luisiana. Esta se trata de una de las m¨¢s estrictas de las que entraron en vigor por todo el pa¨ªs despu¨¦s de que el Tribunal Supremo derogara el precedente del fallo Roe contra Wade, y con ¨¦l, la protecci¨®n federal de ese derecho. Aquella vez no tuvo ¨¦xito. ¡°Quienes dicen defender la vida solo se preocupan de esta cuando est¨¢ en el ¨²tero¡±, lamenta.
Penas de tres a cinco a?os
La nueva ley deja a la discreci¨®n de los jueces, y previo asesoramiento m¨¦dico, la imposici¨®n de la castraci¨®n quir¨²rgica cuando la pena de prisi¨®n se acerque a su fin. Si los reos no aceptan que se les extirpen los test¨ªculos o, en el caso de las mujeres, los ovarios, una operaci¨®n que debe ¡°llevarse a cabo¡±, dice el texto, ¡°antes de una semana desde su puesta en libertad¡±, reciben una condena adicional de entre tres y cinco a?os de prisi¨®n, ¡°con o sin trabajos forzados¡±. La norma solo se aplicar¨¢ a aquellos delitos posteriores a su entrada en vigor. En Luisiana, que tiene en prisi¨®n a 2.224 personas por los tipos penales que contempla el nuevo texto, se aprob¨® hace 16 a?os la castraci¨®n qu¨ªmica. Boyd solo ha sido capaz de encontrar un caso en el que se haya aplicado, el de ¡°un hombre blanco¡±.
¡°[Estas innovaciones legislativas] Pueden abrir, y suelen hacerlo, las compuertas, y servir de ejemplo en parlamentos por todo el pa¨ªs. No es popular entre los votantes quedarse atr¨¢s en el castigo de las personas que cometen esa clase de cr¨ªmenes¡±, advierte en un correo electr¨®nico Sandy Rozek, directora de comunicaci¨®n de la Asociaci¨®n Nacional por unas Leyes Racionales para los Delitos Sexuales (NARSOL son sus siglas en ingl¨¦s). Su equipo legal, confirma Rozek, est¨¢ estudiando la manera de tumbar la ley de Luisiana. El tribunal de apelaciones que estudiar¨¢ esos desaf¨ªos, el de Quinto Circuito, es uno de los m¨¢s conservadores del pa¨ªs.
Adem¨¢s de por su potencial de contagio, la norma ha recibido cr¨ªticas por el simbolismo de que se reinstaure una pena as¨ª en un Estado del Sur, con su historia de linchamientos durante la era del Jim Crow, cuando los hombres negros acusados de propasarse con una mujer blanca eran castrados. ¡°Mi respuesta a eso¡±, dice Boyd, ¡°es que durante la esclavitud las mujeres negras eran violadas por los propietarios de esclavos y por otros esclavos. Ni siquiera era un delito. As¨ª que, por favor, que vayan a llorar a otra parte. Adem¨¢s, el tipo que protagonizaba la historia que le¨ª en el peri¨®dico era blanco¡±, considera la congresista, que conf¨ªa que la ley sirva, al menos, ¡°para disuadir a algunos agresores sexuales¡±. ¡°Sentir¨¦ que toda esta pol¨¦mica y tanta atenci¨®n medi¨¢tica ha tenido sentido si uno solo de esos hombres horribles se lo piensa dos veces¡±.
Esa efectividad que Boyd persigue no est¨¢ garantizada. ¡°No hay pruebas que sostengan que el incremento de penas para aquellos condenados por delitos sexuales sirva para disminuir su reincidencia. Ning¨²n estudio avala una pena de ese tipo. Es cruel e in¨²til. El equivalente a cortarle la mano a un ladr¨®n: una medida medieval¡±, opina Emily Horowitz, profesora de sociolog¨ªa y autora de From Rage to Reason: Why We Need Sex Crime Laws Based on Facts, Not Fear (De la rabia a la raz¨®n: por qu¨¦ necesitamos leyes sobre delitos sexuales basadas en hechos, no en miedo, Bloomsbury Academic, 2023). La mejor manera de reinsertar a un delincuente, a?ade, es ¡°permitirle conseguir un trabajo, tener una familia, encontrar una vivienda, tejer redes sociales¡ Someterlos a castigos excesivos tiene el efecto contrario¡±.
Horowitz no estudia el caso de la castraci¨®n quir¨²rgica en su ensayo, pero no lo extra?a que haya llegado a Luisiana. ¡°Son medidas muy populares, que hacen ganar votos, y nadie puede oponerse a ellas sin parecer un monstruo al que no le importa el bienestar de los ni?os. Son delitos horribles, que destruyen a las v¨ªctimas y sus familias, pero este no es el camino. Existe un verdadero p¨¢nico moral, especialmente con la pederastia, en Estados Unidos, y tambi¨¦n muchos mitos y malos entendidos. Esos criminales ya reciben largas penas de c¨¢rcel, y al salir quedan en libertad condicional, entran en una lista de delincuentes sexuales que es p¨²blica. Sus vecinos reciben notificaciones, tienen restricciones para viajar. No los dejan ir a los parques, a las bibliotecas, los obligan a poner un cartel en la puerta de su casa en Halloween. Es decir, reciben castigos muy duros, a?adir otro a la lista no les har¨¢ menos proclives a volver a hacerlo¡±, advierte la experta en una entrevista telef¨®nica.
Durante el debate por la tramitaci¨®n de la ley en el Senado de Baton Rouge, el dem¨®crata Ed Price se pregunt¨® c¨®mo aplicar con justicia una medida irreversible como la castraci¨®n quir¨²rgica, en un Estado como Luisiana, que tiene uno de los ¨ªndices m¨¢s altos de condenas err¨®neas del pa¨ªs, en las que, dijo tambi¨¦n, acostumbra a concursar un elemento de discriminaci¨®n racial. Ante eso, Boyd, la mujer para la que la persecuci¨®n de los violadores de menores es ¡°un asunto personal¡±, recuerda que la ley de la que es autora ¡°no prev¨¦ en ning¨²n caso una castraci¨®n al estilo justiciero¡±, porque que los condenados ¡°siempre pueden decidir pasar m¨¢s tiempo entre rejas si no quieren someterse a la operaci¨®n¡±. ¡°Todo esto no tiene nada que ver con la raza¡±, insiste la congresista, ¡°sino con proteger a nuestros ni?os¡±.
Un solo caso en 14 a?os: el ejemplo espa?ol en el contexto europeo
En España, la aplicación de la castración quirúrgica es “impensable conforme a nuestro sistema constitucional y al Convenio Europeo de Derechos Humanos", explica Mar Carrasco, catedrática de derecho penal de la universidad de Alicante. Carrasco es autora, junto a Mar Moya, profesora del mismo departamento, de un completo artículo científico sobre el tema. Lo publicaron en 2021, en pleno debate por la tramitación de la ley del solo sí es sí, según recordaron ambas en una conversación por videoconferencia.
“La castración química se permite solo para el caso de que el delincuente quiera someterse a ella voluntariamente, y siempre que venga acompañada de una terapia cognitiva para ayudarle a contener sus impulsos”, aclara Carrasco. “Además, solo funciona mientras el individuo quiera tomar el medicamento, que tiene unas consecuencias graves para la salud. La mayoría de la doctrina es muy reticente [con su administración], y en ningún caso puede ser una medida generalizada y de uso indiscriminado".
Moya aclara que la aplicación de ese tratamiento inhibidor de la libido se empezó a discutir en Francia en 2007. Más tarde, en España, tras el escándalo por la posible puesta en libertad del violador del Vall d’Hebron, recibió el aval de un comité de expertos en Cataluña, que tiene transferidas las competencias penitenciarias. La medida empezó a funcionar en 2010.
Moya y Carrasco solo tienen constancia de un caso en el que un reo decidiera someterse en España a la castración química. “En el ámbito europeo está el caso de Polonia, donde esta es obligatoria”, explica Moya. “La quirúrgica está vigente en países como Alemania, donde muy raramente se aplica, o República Checa”.
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