De la dignidad a la mano dura: los giros en materia migratoria de la congresista Mar¨ªa Elvira Salazar
El cambiante discurso de la representante republicana de Florida refleja la dificultad que tiene el partido para ser fuerte en migraci¨®n a la vez que apelar a la poblaci¨®n latina
En la convenci¨®n republicana en Milwaukee hace unas semanas un desliz pas¨® desapercibido durante un panel sobre la importancia del voto latino en Estados Unidos con dos representantes a la C¨¢mara, M¨®nica de la Cruz, de Texas, y Mar¨ªa Elvira Salazar, del distrito 27 de Florida, en el sur de Miami. Era una charla de campa?a rutinaria. Pero en medio de la conversaci¨®n de casi 40 minutos, cuando se discut¨ªa el tema de la migraci¨®n, Salazar dijo en¨¦rgicamente: ¡°Aquellos que acaban de entrar y pertenecen al Tren de Aragua, deber¨ªamos matarl... deber¨ªamos agarrarlos del pelo y sacarlos a patadas¡±. La r¨¢pida autocorrecci¨®n dej¨® el incidente en una an¨¦cdota, pero esos pocos segundos de la charla reflejan los constantes cambios en el discurso migratorio que la congresista debe hacer para, por un lado, estar en l¨ªnea con la ret¨®rica m¨¢s agresiva del partido ¡ªdictada directamente y sin tapujos por el expresidente y candidato Donald Trump¡ª y, por otro, demostrar algo m¨¢s de moderaci¨®n para apelar a sus electores, mayoritariamente latinos y migrantes.
No es que no haya apetito para la mano dura entre los votantes latinos del pa¨ªs, ya que no son pocos los que apoyan las medidas de Trump. Y la ya recurrente apelaci¨®n de Salazar a importar el bukelismo para lidiar con el crimen organizado busca sacar r¨¦dito de la popularidad de las estrategias autoritarias ¡ªy presuntamente violadoras de los derechos humanos¡ª del presidente salvadore?o entre la derecha latinoamericana. Pero no siempre ha sido as¨ª. Hace poco m¨¢s de un a?o, Mar¨ªa Elvira Salazar fue la principal auspiciadora de una gran propuesta de ley bipartisana para reformar la legislaci¨®n migratoria del pa¨ªs. La propuesta refuerza la frontera intensamente, pero tambi¨¦n abre la puerta a regularizar los 11 millones de inmigrantes ilegales. Ahora mismo la ley sigue en el Congreso. Se conoce como la Dignity Act o Ley Dignidad.
Solo el lenguaje ya es muy diferente al que domina el discurso republicano alrededor de la migraci¨®n. En la ley se habla de compasi¨®n y dignidad de los migrantes, no de deportaciones masivas o acusaciones falsas de la supuesta criminalidad de los migrantes. Pero tambi¨¦n es diferente en el fondo. La propuesta de ley fue redactada junto con otros congresistas dem¨®cratas, es una propuesta de consenso. Similar a la ley que negociaron arduamente en el Congreso los dos partidos entre los pasados noviembre y febrero, que juntaba la ayuda a Ucrania e Israel con una reforma migratoria, solo para ser rechazada en el ¨²ltimo momento por orden expresa de Trump. Mantener la crisis migratoria viva es importante para su campa?a electoral; adem¨¢s, en medio de una elecci¨®n presidencial hist¨®rica y sangrienta como pocas, no se conversa ni se negocia con el adversario. Ahora, el hecho de ser ¡°bipartisana¡±, etiqueta que se lanzaba con orgullo cuando se present¨® la Dignity Act no se menciona con el mismo ¨ªmpetu, si es que se menciona.
La propuesta de ley, que tiene pocas probabilidades de pasar en el futuro cercano, se vende como una soluci¨®n comprensiva y duradera para reformar la actual legislaci¨®n migratoria. Tiene cuatro ambiciosos enfoques principales: acabar con la inmigraci¨®n ilegal ¡°de una vez por todas¡±, dar dignidad a la ¡°gente viviendo en las sombras¡±, proteger a los trabajadores estadounidenses y apoyar la industria nacional, y crecer la econom¨ªa.
La primera parte incluye un presupuesto de 25.000 millones para asegurar la frontera, la renovaci¨®n de la tecnolog¨ªa e infraestructura y el refuerzo del personal fronterizo. Tambi¨¦n propone un sistema para procesar los casos de asilo en 60 d¨ªas en centros especializados ubicados en los puertos de entrada. Y todo esto se pagar¨ªa, dice la propuesta, con los mecanismos incluidos en la siguiente parte de la ley, esa de dar dignidad a la ¡°gente viviendo en las sombras¡±. Esto consiste en ofrecer a los 11 millones de inmigrantes indocumentados la posibilidad de regularizar su situaci¨®n con un programa de siete a?os durante el cual tendr¨ªan estatus legal temporal, podr¨ªan trabajar regularmente, pagar impuestos pero tambi¨¦n estar¨ªan obligados a desembolsar una cuota extraordinaria de ¡°restituci¨®n¡± de 5.000 d¨®lares. No tendr¨ªan derecho a ning¨²n programa de ayudas federal, pero despu¨¦s de los siete a?os podr¨ªan entrar a otro programa adicional de cinco a?os, llamado ¡°Redenci¨®n¡±, tras el cual podr¨ªan conseguir ser elegibles para la ciudadan¨ªa, despu¨¦s de haber aprendido ingl¨¦s, civismo nacional y haber hecho trabajo comunitario.
A pesar de ofrecer ¡°dignidad¡±, no es una propuesta generosa con los inmigrantes, y algunos cr¨ªticos han dicho que les exige demasiado. Pero tampoco sigue la l¨ªnea de Trump, que aboga por ¡°la mayor deportaci¨®n de la historia¡±. Durante la conversaci¨®n en la convenci¨®n del partido, Salazar busc¨®, precisamente, un punto medio cuando habl¨® de la propuesta de ley. La idea de otorgar ¡°dignidad¡± segu¨ªa presente, pero la caracterizaci¨®n de los migrantes ilegales s¨ª se acercaba m¨¢s a la que domina el discurso republicano en la actualidad. Tambi¨¦n asegur¨® que la ley no daba la posibilidad de ciudadan¨ªa, cuando eso no es verdad: s¨ª da la posibilidad, aunque despu¨¦s de un proceso muy largo, arduo y caro.
Luego, Salazar produjo un momento de realpolitik sin caretas hablando de las pol¨ªticas migratorias de Trump: ¡°A veces esas son ret¨®ricas que dices cuando est¨¢s en campa?a, pero que cuando llega el momento de gobernar pueden no suceder¡±. Y enseguida enunci¨® claramente el argumento econ¨®mico que expone que esos trabajadores se necesitan para mantener la econom¨ªa a flote, yendo en contra de la l¨ªnea del partido que asegura que los migrantes le ¡°roban¡± los trabajos a los estadounidenses. Este peri¨®dico contact¨® con la oficina de la congresista Salazar, pero no ha recibido respuesta hasta el momento de la publicaci¨®n.
La pol¨ªtica migratoria es central en el mensaje electoral de Trump, como siempre lo ha sido, y obliga a su partido a renunciar al consenso y defender medidas extremas. Entre estas est¨¢n algunas muy conocidas, como construir un muro en la frontera, deportar a millones de inmigrantes ilegales, perseguir intensamente a los criminales que trafican personas o acabar con el derecho por nacimiento a la ciudadan¨ªa, el ¡°birthright citizenship¡±.
Esto ¨²ltimo es particularmente espinoso para Salazar, hija de cubanos nacida en Florida, y tambi¨¦n muchos otros republicanos latinos que se han beneficiado de este derecho. Nunca se ha pronunciado abiertamente a favor de la propuesta, pero tampoco en contra. Para los republicanos latinos que este noviembre luchan por un esca?o en el Congreso en circunscripciones mayoritariamente latinas, como Salazar, la ambivalencia es la estrategia del momento.
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