El doble riesgo de ser mujer periodista en Am¨¦rica Latina
En una regi¨®n con altos ¨ªndices de violencia machista, la coacci¨®n hacia las mujeres en las redacciones del continente es permanente y diversa, a lo que se suman las agresiones cotidianas basadas en el g¨¦nero
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En un cl¨¢sico programa de radio que desde hace a?os escuchan en las ma?anas los bogotanos, el locutor principal, un periodista aclamado, repasa los titulares de este peri¨®dico: Ser mujer periodista en las Am¨¦ricas: una lucha por la justicia, en medio de grandes desaf¨ªos, lee. Luego, parad¨®jicamente, menciona a la autora ¡ª la misma que escribe esta columna ¡ª a quien se refiere como ¡°la ni?a¡±, la palabra que usa constantemente cuando entrevista a mujeres j¨®venes. De ese tipo de experiencias est¨¢ plagado este oficio, que son parte de un gran entramado de violencias machistas a las que a diario nos enfrentamos las mujeres periodistas en Latinoam¨¦rica. De acuerdo a un informe de la Relator¨ªa Especial para la Libertad de Expresi¨®n, la violencia hacia las mujeres en las redacciones del continente es permanente y diversa, a lo que se suman las agresiones cotidianas basadas en el g¨¦nero. Recordemos que pa¨ªses como M¨¦xico o Brasil tienen las cifras m¨¢s altas de feminicidios.
En un intento por transformar esas experiencias desde dentro, varias periodistas que participan en un programa de periodismo con enfoque de g¨¦nero de la DW Akademie se dieron cita hace algunas semanas en la Ciudad de M¨¦xico. All¨ª no solo dialogaron sobre sus reportajes, sino que hubo un espacio particular para hablar sobre ser mujer y reportera en contextos muy adversos. Americanas recoge tres de estas historias de valent¨ªa y amor por el oficio, que dan cuenta de la necesidad de seguir insistiendo en un periodismo m¨¢s justo para todas.
Contra la narco-violencia en M¨¦xico
Mientras la mayor¨ªa de mujeres se manifiestan en enormes m¨ªtines el D¨ªa de la Mujer, el 8 de marzo, las reporteras de Chilpancingo, en el Estado mexicano de Guerrero, no. Ellas, en consenso colectivo, decidieron que su d¨ªa para salir a marchar y conmemorar ser¨ªa el 9 de marzo, pues prefer¨ªan estar el d¨ªa antes cubriendo la lucha de otras. As¨ª, en la organizaci¨®n y la uni¨®n, las reporteras de esa ciudad han encontrado una forma efectiva de resistir a la violencia machista en medio de una ya grave oleada de criminalidad que vive su regi¨®n.
Entre ellas est¨¢ Alina Navarrete, quien desde hace diez a?os es reportera. Para Navarrete, el machismo y la violencia de los ¨²ltimos a?os han sido todo un reto. En 2020, se enfrent¨® al asedio y amenazas jur¨ªdicas por parte de acad¨¦micos de una prestigiosa universidad de Guerrero, quienes fueron acusados de acoso y la tomaron contra Alina tras un reportaje contando el caso. Cuando la marea parec¨ªa bajar, Guerrero se sumi¨® en el caos. En Chilpancingo, el crimen organizado asesin¨® al alcalde.
Ese suceso hizo todo m¨¢s dif¨ªcil para sus colegas. Para ellas, a¨²n m¨¢s. Alina debe sortear el odio de pol¨ªticos que en su momento la difamaron por hacer visibles las denuncias de v¨ªctimas de acoso. Cuando la ciudad donde vive se paraliza y debe moverse sola en transporte p¨²blico en medio de manifestaciones, la zozobra aparece. ¡°Inevitable: al ser mujeres nos enfrentamos a violencias muy marcadas. Ahora, al ser prensa nos enfrentamos a todas las agresiones: bloqueos informativos, amenazas, difamaciones¡±, sostiene. Decidi¨® protegerse con un s¨ªmbolo cat¨®lico que lleva consigo siempre.
Contra la violencia estatal en Cuba
Una mujer amamanta en una estaci¨®n de polic¨ªa mientras espera un interrogatorio de la polic¨ªa. La ven y se conmueven. La dejan ir. A esa escena siempre se remite Ana (nombre ficticio para proteger su identidad) para hablar de lo que significa ser periodista mujer en Cuba. La periodista prefiere que no se cite su nombre real ni que le haga fotos. Tiene miedo a la persecuci¨®n que ha visto sufrir a muchos de sus colegas. Precisa que, aunque la represi¨®n es para todos, para las mujeres por su carga de cuidados, empeora.
M¨¢s si se trata de temas relacionados con la violencia de g¨¦nero. Desde reporteras hasta activistas han sido criminalizadas en Cuba por visibilizar el problema. En 2019, en el pa¨ªs se intent¨® legislar una ley para prevenir y mitigar la violencia machista. Muchas firmaron la petici¨®n, otras tem¨ªan. El proyecto jam¨¢s se aprob¨® y las principales impulsoras fueron interrogadas por la seguridad del Estado. ¡°El c¨®digo penal mantiene la pena de muerte, pero se negaron a tipificar el feminicidio¡±, explica.
En un pa¨ªs donde expresarse puede costar la c¨¢rcel, su mam¨¢ le ha encomendado que no se meta en problemas. Ana intenta hacerle caso, pero no puede ser indiferente a las injusticias y subraya el caso de Brenda D¨ªaz, una mujer trans que est¨¢ presa en un penal para varones. Quienes cubren este tipo de temas y quienes los protagonizan han tenido que aprender a vivir con la angustia de la persecuci¨®n o con la posibilidad del exilio. ¡°Ese es un libro que estoy tratando de evitar¡±, apunta.
Contra el racismo en Chile
Martina Paillacar Mutiz¨¢bal habla poco, y cuando lo hace no pierde la seriedad. Antes de hablar castellano, se presenta en mapudung¨²n, el idioma del pueblo mapuche. Es periodista en el territorio ancestral Wallmapu y trabaja en Mapuexpress, un colectivo informativo comunitario que surgi¨® en 2020. Su pueblo se ha enfrentado hist¨®ricamente al despojo y la violencia colonial. Muchos y muchas encontraron en el periodismo una forma de revitalizar su cosmovisi¨®n, su cultura y, sobre todo, apropiarse de las narrativas sobre su gente.
Desde el ¨²ltimo estallido social, las agresiones y el racismo se han recrudecido para los mapuches. Y para las mujeres, la situaci¨®n empeora. Recuerda el caso de una colega, Carol Gallardo, una fotoperiodista mapuche que fue desnudada mientras realizaba su trabajo en Valdivia, en el sur de Chile, en el marco de varias protestas. Como si la represi¨®n militar y policial que sufren no fuese suficiente, tambi¨¦n lidian con la sub representaci¨®n, incluso en los mismos colectivos de comunicadores mapuche. La suma de todo en ocasiones deriva en que las mismas reporteras se excluyan de estos espacios. Otras, como Martina resisten en medio de la precariedad, pese a asegurar que se ha visto expuesta a diferentes situaciones de violencia.
Para la reportera, esa represi¨®n y aislamiento repercute directamente en la libertad de expresi¨®n, de prensa y de la democratizaci¨®n de los medios de comunicaci¨®n. Por ello, para mantener viva la historia de sus colegas, Martina ha dedicado su tiempo a documentar a las periodistas mapuches que le han abierto camino. ¡°Aqu¨ª continuamos luchando, resistiendo y buscando la transformaci¨®n social, porque pese a todo tenemos un firme compromiso con los derechos humanos y una profunda reflexi¨®n sobre el ser ind¨ªgena¡±, concluye.
Nuestras historias de la semana:
Por ¡°el historial de agresiones que ha vivido¡±: Boric indulta a Katty Hurtado, condenada en Chile por el homicidio de su expareja
A una adolescente discapacitada la violaron y la obligaron a dar a luz: su madre est¨¢ acusada de negligencia y el violador, libre
Cuatro a?os buscando a Francisca Mariner y el cad¨¢ver siempre estuvo en la morgue
Ir¨¢n detiene a una periodista italiana en Teher¨¢n
Tabata Amaral, pol¨ªtica: ¡°Mi conexi¨®n con los j¨®venes no es por Harvard, es porque s¨¦ lo que es trabajar¡±
Blake Lively demanda por acoso sexual al director y coprotagonista de ¡®Romper el c¨ªrculo¡¯
El dif¨ªcil fin de una relaci¨®n con un narcisista
?Muchas gracias por acompa?arnos y hasta el pr¨®ximo lunes! (Si les han enviado esta newsletter y quieren suscribirse para recibirlo en su correo, pueden hacerlo aqu¨ª).
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