Gobierno Petro: ni el cambio prometido ni el desastre temido
Quedan tres a?os por delante y el presidente podr¨ªa enmendar errores y sumar apoyos para avanzar en reformas o persistir en su mirada dogm¨¢tica
El primer a?o del Gobierno de Gustavo Petro no ha dado tiempo de respirar. Han sido meses cargados de propuestas, esc¨¢ndalos, peleas, novedades y tambi¨¦n viejas pr¨¢cticas pol¨ªticas. No ha sido el mes¨ªas que defienden sus seguidores ni el demonio que pintan los opositores. El pa¨ªs no se acab¨® ni se acabar¨¢ como plantearon los visionarios de desastres, pero el anhelado cambio, por lo menos en la dimensi¨®n prometida, tampoco se ve. Hay, como en todos los gobiernos, aciertos y errores, pero esta administraci¨®n marca hitos en lo bueno y en lo malo que vale la pena destacar.
Lo primero es entender que al margen de que guste o no, la llegada de un presidente de izquierda al poder por la v¨ªa de las urnas fortalece la democracia colombiana. Es importante la alternancia pol¨ªtica pac¨ªfica en un pa¨ªs con conflicto armado porque aqu¨ª se confunde guerrilla con izquierda y paramilitarismo con derecha. Todav¨ªa, de manera peligrosa, algunos l¨ªderes pol¨ªticos alimentan esa confusi¨®n porque es una f¨®rmula para conseguir adeptos en tiempos de polarizaci¨®n.
Reconocer que en una democracia no hay enemigos a eliminar sino personas que piensan distinto es un paso seguro en el camino hacia ese sue?o permanente de convivir en paz en medio de las diferencias. Por eso es importante tener un gobierno de izquierda y por eso, gran paradoja, tambi¨¦n es tan riesgoso el discurso del presidente Gustavo Petro cuando en su estilo de balc¨®n insiste en dividir el mundo en grupos irreconciliables. Curioso estar dispuesto a hablar con los armados, pero tener dificultades para escuchar a los desarmados que opinan distinto, incluso en su propio gabinete. Algunos opositores hacen lo propio cuando se?alan como lo m¨¢s importante el pasado guerrillero del presidente para descalificar su gesti¨®n.
Vale destacar la llegada al Gobierno de personas distintas venidas de muchos territorios que representan sectores excluidos. Ver a m¨¢s mujeres, ind¨ªgenas, l¨ªderes afro en las altas esferas del Gobierno da un respiro. Trae retos tambi¨¦n por la falta de conocimiento sobre la operaci¨®n del Estado, por la lenta curva de aprendizaje y por las debilidades propias del activismo que sirve para entender la realidad, pero ri?e a veces con una mirada macro de los problemas. Sin embargo, el mensaje de democracia real es contundente. Esas personas, m¨¢s all¨¢ de su origen y de los sectores que representan, deben mostrar resultados, administrar bien, ejecutar. Si lo logran, la transformaci¨®n puede ser inmensa y si no es as¨ª, pueden echar para atr¨¢s a?os de batallas sociales por la inclusi¨®n. Las est¨¢n juzgando y las van a juzgar con mayor severidad porque este es un pa¨ªs con profundas ra¨ªces de discriminaci¨®n.
En materia econ¨®mica no hubo la debacle anunciada por los m¨¢s ortodoxos analistas. Hay mejoras en algunos indicadores como la inflaci¨®n, el desempleo o la inversi¨®n extranjera. Tambi¨¦n baj¨® el precio del d¨®lar. Sin embargo, falta mucho camino para consolidar el crecimiento y hay inquietudes porque no es claro si las cuentas del Estado dan para tantas promesas y programas sociales. Ojal¨¢ alcance la caja porque es bueno, sin duda, que se dediquen m¨¢s recursos para el agua, la educaci¨®n, la salud y que se invierta tambi¨¦n lo que sea para atender la crisis de hambre en la Guajira. Veremos si las ideas anunciadas se traducen en realidades.
El presidente Petro ha impuesto un ritmo distinto desde el poder. Por los anuncios diversos, por las ganas de abarcar todo, por las peleas directas en las que se mete, por la impuntualidad y las citas que cancela. Gasta capital pol¨ªtico valioso en minucias. Es un liderazgo que confunde y tiende a generar incertidumbre. De manera equivocada ha convertido su cuenta de Twitter en el centro de la comunicaci¨®n oficial y con ello si bien marca la agenda medi¨¢tica y de opini¨®n, tambi¨¦n impide conocer lo que pasa de fondo en su Gobierno. Con la capacidad que tiene para llamar la atenci¨®n desde esa cuenta, se esperar¨ªa que la usara para mejores prop¨®sitos.
Por otra parte, puso al pa¨ªs a hablar de reformas necesarias y aplazadas hace tiempo, pero no ha logrado consensos en torno a ellas porque se aferra a ideas imposibles de cambios totales, en vez de buscar acuerdos para sacar reformas posibles que pueden significar avances importantes. El exministro Alejandro Gaviria en su libro La explosi¨®n controlada describe bien la personalidad de Gustavo Petro. Al revelar detalles de lo que pasa tras la cortina del poder nos dibuja a un presidente con buenas intenciones que se pierde en ideas generales y ambiciosas, pero con poca capacidad para concretar proyectos posibles.
Esa misma ambici¨®n que va m¨¢s all¨¢ de lo posible est¨¢ en la Paz Total que no acaba de despegar. Era claro desde el primer momento lo dif¨ªcil de llevar a buen puerto tantos di¨¢logos simult¨¢neos. Hasta el momento se avanza en la instalaci¨®n de algunas mesas, pero eso no ha significado cambios importantes en los niveles de violencia. Al contrario, la percepci¨®n de inseguridad en el campo y en la ciudad se ha incrementado hasta convertirse en una de las grandes debilidades del Gobierno, a pesar de que los funcionarios dicen que las cifras muestran lo contrario. Lo cierto es que siguen los ataques de grupos ilegales contra la poblaci¨®n civil, las masacres y el asesinato de l¨ªderes sociales. Es pronto para hablar de fracaso, pero hay razones para el pesimismo.
Poco se ha escuchado sobre los planes para combatir la corrupci¨®n, un tema que fue bandera pol¨ªtica del hoy presidente, pero que no ha tenido prioridad en su agenda ni en sus trinos. Mayor importancia les ha dado a los temas internacionales. El presidente desde el comienzo dej¨® clara su intenci¨®n de buscar liderazgo en la regi¨®n y en el mundo y ha logrado conectar f¨¢cilmente con agendas importantes como la del cambio clim¨¢tico. Sin embargo, no logra concretar en el pa¨ªs el camino adecuado para hacer la transici¨®n energ¨¦tica. S¨ª genera optimismo el freno que se logr¨® poner a la deforestaci¨®n con la cifra m¨¢s baja desde el a?o 2013.
No han faltado las crisis, aprovechadas muy bien por la oposici¨®n. Sin embargo, el presidente ha sorteado con tino los esc¨¢ndalos que lo han tocado muy cerca: su hijo Nicol¨¢s Petro, Laura Sarabia, Armando Benedetti, Irene V¨¦lez. No ha dudado en retirar del cargo a los cercanos y en pedir que investiguen a sus familiares sin intervenir en el trabajo de la justicia. M¨¢s complicado ha sido mantener la coalici¨®n en el Congreso y un gabinete amplio alineado. Quedan tres a?os por delante y el presidente podr¨ªa enmendar errores y apuntar a sumar apoyos para avanzar en reformas que van m¨¢s all¨¢ del Congreso o persistir en su mirada dogm¨¢tica y tal vez convertirse en una esperanza frustrada. El cambio se logra paso a paso y sumando.
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