El transporte p¨²blico gratuito empieza a seducir a Brasil
Casi 90 ciudades brasile?as han implantado la tarifa cero que sonaba a utop¨ªa cuando, en 2013, se populariz¨® en unas protestas monumentales por la subida del billete en S?o Paulo
Brasil abraza, paso a paso, pero a un ritmo cada vez m¨¢s veloz, una idea que hace una d¨¦cada era considerada ut¨®pica o, a lo sumo, un devaneo juvenil: la llamada tarifa cero, la gratuidad de los autobuses p¨²blicos. Casi 90 ciudades brasile?as han implantado una medida rompedora que ya es realidad en dos min¨²sculos pa¨ªses europeos, la pionera Luxemburgo y Malta. Incluso Nueva York se ha apuntado, aunque por ahora de manera experimental, y S?o Paulo, con 12 millones de habitantes, analiza pros y contras. Pero se ha roto un tab¨². La tarifa cero ya se ha aplicado en todo Brasil en tres ocasiones se?aladas: la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de 2022 y, con motivo del examen nacional para entrar en la Universidad (Enem), el domingo pasado y este. Los alcaldes est¨¢n apostando por el bus gratis como una receta para atraer m¨¢s usuarios al transporte p¨²blico, sacar coches de las calles, estimular la econom¨ªa y reducir las emisiones para da?ar menos el medioambiente.
Aunque la experiencia pionera en Brasil es de 1994 (Monte Carmelo, en el estado de Minas Gerais, 48.000 habitantes), la lista de ciudades con tarifa cero se fue ampliando con cuentagotas. Pero la velocidad a la que nuevos municipios est¨¢n abrazando la idea en los ¨²ltimos tiempos llama la atenci¨®n incluso a los especialistas: ¡°El ritmo se ha acelerado tanto este 2023 que yo mismo estoy sorprendido, las cosas est¨¢n cambiando a mucha velocidad¡±, dice al tel¨¦fono Daniel Santini, que investiga el derecho a la movilidad.
Ahorrarse la caminata, los calores o las lluvias y casi cinco reales por trayecto (que viene a ser un euro o un d¨®lar) son palabras mayores para el presupuesto de millones de brasile?os. Para muchos la imposibilidad de pagarse el billete les impide buscar trabajo, estudiar o ir al m¨¦dico.
La incorporaci¨®n m¨¢s reciente a esa lista que ya suma 87 municipios es S?o Caetano do Sul (160.000 habitantes, en la zona metropolitana de S?o Paulo), donde los buses son gratis para todos desde el pasado 1 de noviembre. En la primera semana, los usuarios se duplicaron, de 25.000 a 50.000, pero todav¨ªa queda mucha gente que no lo ha probado.
La peluquera Lidiany Gomes, de 37 a?os, esperaba expectante este jueves a la hora punta matutina la llegada del autob¨²s que la llevar¨ªa a su trabajo. ¡°Hoy va a ser la primera vez. Desde aqu¨ª hasta el trabajo suelo ir a pie, son unos 15 minutos¡±, explica en la parada. Quien le habl¨® de la tarifa cero fue la camarera del caf¨¦ donde suele parar de camino al sal¨®n. Cuando se le pregunta por el dinero que se ahorrar¨¢, se la nota esc¨¦ptica. Quiere asegurarse de confirmar que lo que le han contado es cierto y que ser¨¢ duradero, no un mero test. Los autobuses de S?o Caetano todav¨ªa tienen el torno t¨ªpico en este pa¨ªs, pero ha desaparecido la persona que cobraba el billete o se aseguraba de que pagabas en la m¨¢quina.
El precio del transporte p¨²blico es asunto sensible en Brasil como qued¨® demostrado en 2013. El anuncio de que la tarifa subir¨ªa 20 c¨¦ntimos en S?o Paulo, la ciudad m¨¢s poblada del pa¨ªs, desat¨® unas protestas que tuvieron dos efectos: popularizaron la demanda por la gratuidad bajo el lema ¡°passe livre¡± y capitalizaron un profundo enfado con la clase pol¨ªtica que deriv¨® en las mayores marchas de la historia brasile?a y alumbr¨® un movimiento s¨ªsmico en la pol¨ªtica que expuls¨® a la presidenta Dilma Rousseff del poder y aup¨® a Jair Bolsonaro, un diputado ultra con un discurso antisistema. Tras aquella convulsi¨®n, los pol¨ªticos se lo piensan mucho antes de subir las tarifas del transporte, que es gratis para varios colectivos: personas mayores, , estudiantes, embarazadas y discapacitados.
Los veh¨ªculos municipales de S?o Caetano do Sul llevan un letrero luminoso que dice bien claro Tarifa Zero. Los usuarios tambi¨¦n han notado el cambio en el bolsillo y en sus desplazamientos porque los veh¨ªculos van en hora punta mucho m¨¢s llenos que antes, algunos, incluso atestados pese a que la flota se ha ampliado. Se da la paradoja de que la principal empleadora de la ciudadl es la automovil¨ªstica General Motors.
En Maric¨¢, la ciudad que recibe m¨¢s royalties del petr¨®leo, paga la cuenta del bus municipal con los dineros del oro negro, otras con un fondo al que aportan las empresas que se ahorran el vale-transporte para sus empleados y las que tienen cuentas saneadas, con el presupuesto¡
El experto en movilidad Santini explica que las redes de transporte p¨²blico en Brasil est¨¢n colapsando. S?o Paulo es un buen ejemplo. ¡°En 2013 ten¨ªa 3.000 millones de pasajeros anuales y ha perdido 1.000 millones desde entonces. La pandemia aceler¨® un declive que ven¨ªa de antes¡±. La fuga de usuarios es un mal en infinidad de ciudades. Y las arrastra a un c¨ªrculo vicioso: los usuarios disminuyen, as¨ª que suben el precio del billete o reducen el servicio y eso ahuyenta a m¨¢s viajeros, explica Santini.
Cuenta que Teresina, la capital del estado de Piaiu¨ª, lleg¨® a quedarse sin transporte p¨²blico durante una temporada. Que el servicio sea viable requiere lograr un fin¨ªsimo equilibrio. Ese es el panorama que est¨¢ impulsado a los alcaldes a adoptar la tarifa cero. Las elecciones municipales de dentro de un a?o tambi¨¦n los animan a dar alegr¨ªas al electorado. ¡°La tarifa cero es una medida con una enorme aprobaci¨®n. Y, una vez se ha implantado, es raro que sea revertida¡±, seg¨²n el investigador en movilidad.
Los beneficios son m¨²ltiples, como recalc¨® el alcalde de Vargem Grande Paulista, Josu¨¦ Ramos, a BBC Brasil: ¡°Es una cuesti¨®n mucho mayor que la movilidad. En cuanto implant¨¦ la tarifa cero, aument¨® el gasto en el comercio, la recaudaci¨®n de impuestos... Y hasta la cuesti¨®n sanitaria. Un 30% de las personas faltaba a las citas m¨¦dicas porque no ten¨ªa dinero para llegar a la consulta¡±, dec¨ªa el regidor, que subrayaba que cualquier debate sobre la gratuidad debe tener en cuenta todos esas ventajas indirectas.
Pero, para combatir la congesti¨®n viaria, la poluci¨®n, los accidentes de tr¨¢fico y el cambio clim¨¢tico, ¡°solo la tarifa cero no basta¡±, avisa el experto: ¡°Necesitamos un cambio modal, m¨¢s gente a pie, en autob¨²s o en bicicleta y menos gente en coche¡±. Se?ala que a¨²n es necesario investigar mejor el impacto econ¨®mico de la medida.
De vuelta a la parada de S?o Caetano do Sul, Lucas Alexander, de 17 a?os, est¨¢ encantado con lo que ahorra a diario de camino a su trabajo en una ebanister¨ªa. ¡°Fue el patr¨®n el que me avis¨®. Me gustar¨ªa ahorrar para comprarme un coche cuando me saque el carn¨¦¡±. ?Y sabe ya cu¨¢l quiere? ¡°S¨ª, un Mitsubishi Lancer¡±, dice sonriente. ?l, como la peluquera, y como otros muchos de los que esperan al bus vienen de otros municipios. Por eso, llegar a trabajar implica tomar a diario varios medios de transporte, con sus correspondientes tarifas y mucho, mucho tiempo. De ida y de vuelta. Por eso, los entrevistados apuntan que la medida se deber¨ªa extender tambi¨¦n a los buses interurbanos.
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