Demencia
En la cabeza perdida del anciano, sonaban discursos y aplausos, insultos y alabanzas. Se sent¨ªa muy feliz aunque no recordaba nada
Escritor y periodista. Ganador, entre otros, de los premios de novela Alfaguara y Nadal. Como periodista empez¨® en el diario 'Madrid' y las revistas 'Hermano Lobo' y 'Triunfo'. Se incorpor¨® a EL PA?S como cronista parlamentario. Desde entonces ha publicado art¨ªculos, cr¨®nicas de viajes, reportajes y daguerrotipos de diferentes personalidades.
En la cabeza perdida del anciano, sonaban discursos y aplausos, insultos y alabanzas. Se sent¨ªa muy feliz aunque no recordaba nada
A Miguel le gustan los meseros que sin pretenderlo se hallan envueltos en un aura literaria, que dan rostro humano al local donde trabajan
Si el tiempo no estuviera dividido en a?os, la edad no existir¨ªa, puesto que nadie podr¨ªa saber la fecha en que uno hab¨ªa nacido
Eligi¨® la acci¨®n, pero supo muy pronto que su esfuerzo por cambiar el mundo no servir¨ªa de nada
Despu¨¦s del derrumbe de las Torres Gemelas, la historia ya no ten¨ªa la obligaci¨®n de pasar por esa ciudad anta?o orgullosa e inviolable
Ya no existe gente como aquella, salvo en la mente de gente muy antigua y si quedara alguna, anda con cuidado porque tiene mucho peligro
Puede que Tamames sue?e, como remate de su f¨¦rtil biograf¨ªa, con ofrecer una lecci¨®n magistral para la historia, si bien corre el peligro de que todo acabe en un sainete ratonero sobre la unidad de Espa?a con la exaltada verborrea de cualquier falangista
Miguel hab¨ªa sido enviado a Roma para escribir la cr¨®nica de la beatificaci¨®n del fundador del Opus Dei
Podr¨ªa sucederle a la ciencia lo mismo que a Pulgarcito si el ciego azar la llevara a adentrarse en el bosque de la inteligencia artificial
Hoy nadie espera que un Dios reivindique la inmensa tragedia del se¨ªsmo de Turqu¨ªa y Siria
Entre Juana Mord¨® y Juana de Aizpuru, el mundo de las galer¨ªas madrile?as perdi¨® por completo la caspa
En el mundo digital cualquier error que cometas, seguir¨¢ de forma perenne en la Red, como si lo estuvieras cometiendo siempre ahora mismo
Tal vez la percepci¨®n que nos dan hoy los telediarios es que entre el bien y el mal, entre la belleza y el horror no existe distancia alguna
Tierno Galv¨¢n se mostraba dispuesto a todo con tal de parecer moderno y antiguo a la vez, una mezcla explosiva que le proporcion¨® muchos r¨¦ditos electorales
Si un d¨ªa te sorprende una borrasca en alta mar, deber¨¢s estar preparado para capear el temporal, un largo desaf¨ªo en el que se va a medir tu car¨¢cter
Antes de llegar al uso de raz¨®n ya me di cuenta de que hab¨ªa perros m¨¢s buenos e inteligentes que sus amos
Beber bien o beber mal, esa era la cuesti¨®n. Ning¨²n alcohol ser¨ªa malo si te obligaba a escribir como Scott Fitzgerald despu¨¦s de un primer Martini
Aunque el nombre de Ratzinger parece el de un interior del Bayern de M¨²nich, en realidad fue un te¨®logo que en medio de los lobos voraces hizo de Dios, como Pel¨¦, un juego de la imaginaci¨®n
Es todo un arte el saber colocarse discretamente al borde del camino para contemplar el paso de los d¨ªas y de las horas con una copa en la mano y brindar por el hecho de seguir vivo
Mientras el esc¨¢ndalo pol¨ªtico contin¨²a, el panadero fabrica el pan nuestro de cada d¨ªa; el fontanero arregla la ca?er¨ªa o el grifo que gotea y la gente va y viene, cada uno con sus problemas a cuestas
El papel de H¨¦ctor y Aquiles ser¨¢ asumido por Messi y Mbapp¨¦, sin que se sepa en este caso qui¨¦n de los dos ser¨¢ el vencedor y el derrotado
Miguel se decidi¨® a fumar a los 18 a?os viendo c¨®mo lo hac¨ªan en las pel¨ªculas los actores de Hollywood
Sus canciones quedar¨¢n en el aire como una lecci¨®n que el Mediterr¨¢neo ofrece de placer, de equilibrio y de locura de un amor olvidado tras las ca?as
El verdadero asalto al Congreso de los Diputados se produce desde dentro, con luz y taqu¨ªgrafos, en cada sesi¨®n parlamentaria, de forma en apariencia arriera
En los a?os ochenta, los progresistas espa?oles de entonces se hicieron gastr¨®nomos y pusieron restaurantes en los que rescataron sabores de su infancia
Solo si pones el foco en la direcci¨®n correcta, tu pensamiento podr¨¢ volar sobre una Espa?a de la pasi¨®n y de la inteligencia clara
La visi¨®n del astronauta fue interrumpida por la imagen de una bestia semejante a un drag¨®n. Hasta sus pies llegaba un grito un¨¢nime: ??Gol, gol, gol!!
Las primeras lecturas se superponen con los primeros sabores y en algunos casos constituyen un ¨²nico placer que se guarda para siempre en la memoria
Existe otra memoria democr¨¢tica feliz, con perfume de lavanda, confundido con el sue?o rom¨¢ntico de la cultura que guarda el hotel Reina Victoria de cuando todav¨ªa quedaba alguna esperanza
Noviembre ha acabado por doblarle el codo al calor y el oto?o ha impuesto a la naturaleza el imperio de sus colores
Durante a?os, el nombre de ¡¯Perdita¡¯, una ¡®cocker¡¯ blanca y negra, fue una de las claves que Miguel tecleaba para abrir el ordenador
Pese a que puedan pasar por idiotas, a¨²n queda mucha gente que por propia naturaleza apuesta siempre por el lado positivo de las cosas
Los fichajes, traspasos, enjuagues, trampas que se realizan en los despachos del estadio no son ni de lejos tan limpios como los que cerr¨¢bamos los ni?os sentados en corro en la acera
En medio de las tensiones pol¨ªticas y de la crisis econ¨®mica por la que pas¨® el pa¨ªs durante el gobierno de Zapatero, la existencia de ¡®Tobi¡¯, ¡®Ron¡¯ y ¡®Nela¡¯ fue para Miguel parte esencial del tejido de su vida
Parece que la sociedad civil se ha quedado sin pulso y no cabe esperar que millones de ciudadanos se levanten dispuestos a detener la miserable tropel¨ªa de la guerra entre Rusia y la OTAN
No invoques al lobo. Si pronuncias su nombre, la bomba at¨®mica llegar¨¢
La rebeli¨®n de los j¨®venes frente a sus mayores era el acontecimiento sociol¨®gico que se produc¨ªa cada noche a simple vista en las aceras, pero la revoluci¨®n social so?ada por los comunistas era como ladrar a la luna
El mito de Apolo y Dionisos representado por estos dos tenistas alcanz¨® su culminaci¨®n en la despedida del suizo
Si las c¨¢maras hubieran podido husmear a estos personajes por dentro, sin duda habr¨ªan descubierto muchas sondas, botellas y pa?ales absorbentes entre las piernas de los asistentes en la abad¨ªa de Westminster
¡®Lara¡¯ ladraba solo lo necesario. Nunca lo hac¨ªa cuando llegaban a casa el chico del supermercado, el cartero o el fontanero