Periodista y escritora, antes de llegar a EL PA?S fue editora en la revista PlayGround y redactora en El Peri¨®dico de Catalu?a y La Opini¨®n. Estudi¨® periodismo en la Universidad de Murcia y realiz¨® el m¨¢ster de Periodismo Pol¨ªtico Internacional de la Universitat Pompeu Fabra. Es autora de la novela 'Desencajada' y varios relatos.
Naci¨® en el seno de una familia privilegiada de Guinea-Conakry. Estudiaba Derecho y luchaba por los derechos humanos hasta que ¨¦l y los suyos fueron encarcelados. Huy¨®, cruzando medio continente africano a trav¨¦s del desierto del S¨¢hara. En Marruecos se subi¨® a una patera que acab¨® hundi¨¦ndose. Hoy es camarero en Algeciras y ha escrito un libro titulado ¡®Tres d¨ªas en la arena¡¯.
En la Rep¨²blica Dominicana, el pa¨ªs que atesora algunas de las mejores playas del Caribe, los habitantes sienten sin embargo una aut¨¦ntica devoci¨®n por los r¨ªos. Es en los arroyos, afluentes yriachuelos donde se celebran las grandes fechas que marcan una vida, donde se come, se baila y se bebe. El fot¨®grafo Juan Manuel D¨ªaz Burgos ha captado la esencia de ¡°esos lugares que invitan a olvidarse de todo¡± en su proyecto Fluye, que se expondr¨¢ en el Palacio Consistorial de Cartagena desde el 8 de julio. Las fotograf¨ªas, realizadas de 2009 a 2019, son una celebraci¨®n y un homenaje al agua, el elemento que todo lo arrastra o por el que todo fluye.
La primera pregunta a este poderoso generador de texto fue: ?por qu¨¦ los seres humanos os tenemos miedo? Las im¨¢genes que acompa?an esta cr¨®nica fueron generadas por DALL-E 2, otra herramienta de inteligencia artificial.
Ya hay gente que se re¨²ne en el metaverso, que compra parcelas de tierra virtuales en ¨¦l y que hasta celebra bodas ah¨ª. Puede que, dentro de nada, muchos de nosotros no podamos vivir sin ¨¦l.
Cuando una pareja joven con dos hijos se fij¨® en esta casa en el centro de Madrid era un espacio deslucido, en ruinas y con el techo derrumbado en algunas partes. Estaba muy lejos de ser el hogar que es hoy.
La estrat¨¦gica ciudad portuaria est¨¢ controlada casi al completo por las tropas rusas, pero la ¨²ltima resistencia asegura que luchar¨¢ ¡°hasta el final¡±
La localidad se ha convertido en s¨ªmbolo de la brutalidad del Ej¨¦rcito ruso en Ucrania. El horror que viven sus habitantes, atrapados bajo las bombas, solo llega al exterior a trav¨¦s de algunos testimonios, de quienes logran huir y de mensajes en una red social
El peluche que portan muchos ni?os ucranios es lo ¨²nico que les sigue recordando que hubo un tiempo en el que ellos tambi¨¦n tuvieron una infancia. Una vida normal.
¡°No sabes el miedo que da estar en un s¨®tano fr¨ªo toda la noche mientras fuera disparan¡±. Mi abuela me cuenta la guerra en directo a m¨¢s de 3.000 kil¨®metros de distancia
EL PA?S contacta con una empleada de la planta de Zaporiyia, la mayor de Europa, a la que no ha podido acceder tras el asalto de las tropas rusas durante la madrugada
Los padres de Olga, de 21 a?os, colaron a su hija en un convoy abarrotado. La espera un largo viaje para cruzar la frontera y llegar a su actual residencia de estudio, Eslovaquia
La periodista de EL PA?S relata c¨®mo sus t¨ªos y primos, residentes en una de las localidades clave en el frente de guerra, logran huir antes de que los controles militares solo permitan la salida a mujeres y ni?os
La periodista Margaryta Yakovenko tiene casi 30 a?os y su pa¨ªs, Ucrania, 31. En esta cr¨®nica cuenta c¨®mo viven su generaci¨®n y su familia estos d¨ªas de tensi¨®n
¡°En la amistad y en el amor se es m¨¢s feliz con la ignorancia que con el saber¡±, dej¨® escrito William Shakespeare sin saber que en el covid tambi¨¦n
¡°Si el exilio no fuera una terrible experiencia humana, ser¨ªa un g¨¦nero literario¡±, escribi¨® Cristina Peri Rossi, premio Cervantes, sin saber que estaba creando una nueva geograf¨ªa del refugio para todos los que solo ten¨ªamos un billete de ida
Cre¨ªa que Espa?a no era un Estado fallido y que como mujer, ten¨ªa cierta libertad y hab¨ªa alcanzado cierto grado de protecci¨®n. El suficiente como para saber que tengo el derecho de tomar la decisi¨®n adecuada sobre mi cuerpo
No entiendo c¨®mo ha pasado ni tampoco qu¨¦ significa exactamente que el megavatio por hora empiece a costar una quinta parte del salario m¨ªnimo actual