Quince a?os del incendio del Windsor, el rascacielos que se derriti¨® a 1.000 grados
Las dudas sobre el origen de las llamas a¨²n planean sobre las cenizas del rascacielos
Eran las 23.21 del 12 de febrero, ya hace 15 a?os, cuando la central telef¨®nica de los bomberos de Madrid recibi¨® el aviso de uno de los incendios m¨¢s devastadores que ha sufrido la capital en las ¨²ltimas d¨¦cadas. En la planta 21? del edificio Windsor se hab¨ªa desatado un fuego que adquiri¨® unas dimensiones descomunales y que acab¨® con uno de los principales rascacielos de la capital. Han pasado tres lustros y todav¨ªa no se sabe a ciencia cierta qu¨¦ o qui¨¦n pudo iniciar las llamas. Todo apunt¨® a una directiva de la consultora Deloitte que no apag¨® correctamente una colilla en su despacho, pese a ser la responsable de riesgos laborales de su empresa.
Los vecinos de los edificios colindantes con el Windsor hab¨ªan percibido cierto olor a quemado hasta tres horas antes de que fueran visibles las llamas. Sin embargo, no fue hasta pasadas las once de la noche cuando un vigilante de seguridad de la empresa Prosegur detect¨® el incendio. Los bomberos pensaron entonces que el fuego se fue alimentando poco a poco a trav¨¦s de esa papelera hasta que consigui¨® material combustible y rompi¨® por la fachada. El rascacielos fue construido entre 1974 y 1978 y contaba con 28 plantas (106 metros de altura). Las compa?¨ªas aseguradoras lo hab¨ªan valorado dos a?os antes en 84,2 millones de euros. Los propietarios, la familia Reiz¨¢bal, hab¨ªan pedido permiso de obras para adecuar el rascacielos a la normativa vigente. Entre las mejoras estaba parad¨®jicamente el sistema antiincendios.
Las llamas se llevaron por delante en cuesti¨®n de una hora las cuatro plantas superiores a la 21?. Las primeras dotaciones de bomberos tardaron tan solo cuatro minutos en llegar a la torre. El parque de Santa Engracia se encuentra muy cerca. Sin embargo, las dimensiones del fuego eran descomunales y esos primeros efectivos se toparon con la realidad. El Ayuntamiento no ten¨ªa gr¨²as con suficiente altura como para llegar a esos pisos. El color de las llamas, a veces de un azul intenso, permitieron a los responsables de la extinci¨®n calcular que se alcanzaron en algunas partes del inmueble hasta los 1.000 grados. Esto hac¨ªa imposible apagar las llamas, por lo que los bomberos se afanaron en controlar que el fuego no afectara a los inmuebles colindantes, en especial a El Corte Ingl¨¦s del paseo de la Castellana. Un riesgo a?adido era la enorme gr¨²a articulada que se hab¨ªa instalado en la azotea para acometer la reforma. Pese a que el edificio se iba deformando por momentos conforme avanzaba la noche, esta maquinaria aguant¨® en pie. Pasada la una de la madrugada, parte del coloso madrile?o colaps¨®, lo que provoc¨® una catarata de objetos incandescentes. Esta ca¨ªda a¨²n proporcion¨® m¨¢s ox¨ªgeno al fuego, con lo que se reaviv¨®.
La ¨²nica esperanza que ten¨ªan los bomberos es que la llamada planta t¨¦cnica, situada en el piso 17?, detuviera el avance. Esta planta consiste en un enorme bloque de hormig¨®n que separaba en dos la estructura del Windsor. Pero no actu¨®. Las llamas corrieron libres pese a los esfuerzos de decenas de bomberos. Acudieron 32 dotaciones del Ayuntamiento de Madrid y 8 del Gobierno regional. En total, unos 180 efectivos, adem¨¢s de decenas de sanitarios y t¨¦cnicos. Al menos cinco bomberos tuvieron que ser atendidos por inhalaci¨®n de humo.
Ma?ana se cumplen 15 a?os del incendio del edificio #Windsor??Uno de esos grandes siniestros que desbord¨® al servicio de @BomberosMad y supuso un cambio de filosof¨ªa en el modelo de respuesta. Riesgo de colapso total, bomberos atrapados, situaciones l¨ªmite... As¨ª ocurri¨® todo?? pic.twitter.com/lseL5rd6bB
— Emergencias Madrid (@EmergenciasMad) February 11, 2020
Las sombras de madrugada que jam¨¢s fueron identificadas
El v¨ªdeo grabado por un vecino de la zona de Azca levant¨® las sospechas de que hab¨ªa intrusos en el edificio siniestrado. Eran las 3.30 cuando se vieron algunas sombras en la planta 12? del inmueble, cuando el fuego ya llevaba cuatro horas devorando la parte superior.
Las investigaciones de la Polic¨ªa Cient¨ªfica y del juez instructor rechazaron que esas sombras, que nunca fueron identificadas, fueran las causantes del incendio.
"Las sombras que aparecen no son producidas por un reflejo proveniente del exterior", afirm¨® el juez, que a?adi¨® que no exist¨ªa "evidencia alguna de que ello pudiera haber tenido alguna incidencia" en la causa o propagaci¨®n.
El triste espect¨¢culo fue visible desde casi toda la ciudad, gracias a una noche clara de invierno y a unas potentes llamaradas que causaron una densa humareda blanca. Miles de curiosos se acercaron a los aleda?os para fotografiar y ver en directo el siniestro, pese a que la zona fue acordonada y se cre¨® un ¨¢rea de seguridad. Tambi¨¦n se cerraron las estaciones de metro y cercan¨ªas de Nuevos Ministerios y se restringi¨® la circulaci¨®n por todas las calles aleda?as. Algunos inmuebles colindantes fueron evacuados ante el riesgo del humo y el fuego. Todas estas restricciones afectaron a unos 600.000 ciudadanos, entre los que se inclu¨ªan los empleados de la zona de Azca, vecinos de los inmuebles colindantes y, sobre todo, usuarios del transporte p¨²blico.
Las llamas fueron bajando planta a planta por todo el inmueble hasta que a las 19.20 del domingo 13 de febrero el responsable de bomberos dio por extinguido el incendio. Madrid tan solo hab¨ªa vivido un siniestro parecido cuando se quem¨® y se derruy¨® el Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid el 28 de junio de 2001, en la calle de Felipe II. Una soldadura en la cubierta y la ca¨ªda de un soplete fue en este caso el desencadenante de que un simb¨®lico edificio de la capital construido unos 40 a?os antes quedara reducido a cenizas. Era un viernes de verano y la ciudad se paraliz¨® al ver tambi¨¦n una enorme columna de humo.
Sin acelerantes
Si en el Palacio de los Deportes qued¨® claro el causante del siniestro, no ocurri¨® igual en el Windsor. Los especialistas de la Polic¨ªa Cient¨ªfica entraron en el edificio una vez que fue seguro el acceso a la planta donde se origin¨®. Su informe destac¨® que no existi¨® intencionalidad en el fuego. Todo fue fortuito, porque ni siquiera hallaron sustancias acelerantes. La r¨¢pida propagaci¨®n de las llamas fue atribuida a diversos factores, como la cantidad de combustible que hab¨ªa en todas las plantas, como muebles y material de oficina: la falta de un sistema autom¨¢tico de extinci¨®n de incendios ¡ªel Windsor solo ten¨ªa detectores de humo y de calor¡ª y la propia estructura del rascacielos.
Por tanto, todo apuntaba a la directiva de Deloitte y su imprudencia a la hora de fumar en su despacho (el 2.109) y de no apagar convenientemente la colilla. A?os despu¨¦s, este peri¨®dico contact¨® con la afectada y neg¨® todo, incluso que fuera ella la persona que hab¨ªa sido investigada por la Polic¨ªa Nacional.
El titular del Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 28 de Madrid peg¨® carpetazo al asunto el 31 de enero de 2006, casi un a?o despu¨¦s del incendio. En su auto de archivo explic¨® que la investigaci¨®n no hab¨ªa determinado que existiera un ¨¢nimo de quemar el edificio y que, por tanto, no hab¨ªa responsabilidad penal. Cerrado este procedimiento, quedaba la v¨ªa civil para dirimir qui¨¦n y c¨®mo ten¨ªa que hacer frente a los 200 millones de euros que se perdieron como consecuencia del incendio. Pasaron los a?os y las tres compa?¨ªas implicadas (Deloitte, Prosegur y El Corte Ingl¨¦s) llegaron a un acuerdo extrajudicial para dirimirlo.
El Corte Ingl¨¦s compr¨® en 2006 el solar que qued¨® despu¨¦s de demoler los restos de la torre. El desmontaje se hizo de arriba hacia abajo y tard¨® meses, dadas las dificultades para acceder al interior y evitar un derrumbe total o parcial. A?os despu¨¦s, levant¨® la llamada Torre Titania, de 104 metros, con centro comercial en las primeras plantas y oficinas de la compa?¨ªa en el resto. El Windsor, uno de los seis principales rascacielos de Madrid en su momento, hab¨ªa pasado a la historia.
Para saber m¨¢s del Windsor
- As¨ª cont¨® EL PA?S el "voraz incendio", que segu¨ªa activo al cierre de la ¨²ltima edici¨®n, sobre las tres de la madrugada.?"Lo m¨¢s importante ahora es garantizar la seguridad de las personas, ya que el incendio no se va a poder apagar. Estaremos pendientes de ver si las llamas han afectado a la estructura central de hormig¨®n del inmueble, lo que podr¨ªa hacer que todo el edificio se derrumbara", se?al¨® el alcalde.
- El incendio, en im¨¢genes. En esta galer¨ªa se recopilaron las mejores fotos del incendio?hechas por profesionales y en esta otra, las que enviaron los lectores.
- Andreu Buenafuente relat¨® as¨ª sus vivencias del incendio en la Revista de Verano.
- En este gr¨¢fico, el peri¨®dico cont¨® el relato judicial de los hechos y en esta galer¨ªa se puede ver el antes y el despu¨¦s.
- En otro aniversario redondo, a los 10 a?os, un bombero de la primera dotaci¨®n que atac¨® el fuego del rascacielos revivi¨® aquella noche en un reportaje para este peri¨®dico.?Al llegar, vio a los vigilantes de seguridad muy tranquilos, as¨ª que dijo a sus compa?eros: "Tranquilos, parece que no es nada".
- Verne repesc¨® el "uno de los misterios sin resolver m¨¢s famosos de Madrid" tambi¨¦n a los 10 a?os del incendio y se pregunt¨® qu¨¦ fue de los fantasmas del edificio. En este art¨ªculo, repasaron las cinco teor¨ªas m¨¢s extendidas, desde fantasmas "de verdad" a los bomberos y los "buscadores de documentos".
- En 2016, el incendio se convirti¨® en una obra de teatro?de la mano del dramaturgo Antonio Rojano, que quiso usarlo para hablar de "la ficci¨®n medi¨¢tica" que se vive diariamente.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.