Hallada en Atapuerca la cara del humano m¨¢s antiguo de Europa

El equipo de excavaci¨®n de los yacimientos de Atapuerca (Burgos) ha hallado el f¨®sil de la cara de un hom¨ªnido que vivi¨® hace entre 1,2 y 1,4 millones de a?os y es el m¨¢s antiguo de Europa. El hallazgo es una sorpresa, pues no hab¨ªa hasta ahora evidencias tan rotundas de presencia humana en este continente en aquella ¨¦poca. El an¨¢lisis cient¨ªfico de estos restos tiene una importancia excepcional para comprender los primeros pasos de la evoluci¨®n del g¨¦nero humano fuera de ?frica y la aparici¨®n de especies genuinamente europeas.

Hasta el momento, los f¨®siles humanos m¨¢s antiguos de Atapuerca eran los del nivel 9 de la Sima del Elefante: una mand¨ªbula y otros pocos fragmentos ¨®seos de dos individuos que vivieron en este lugar hace 1,2 millones de a?os y que se hallaron en 2007. Estos fragmentos son tan escasos que los paleoantrop¨®logos no los han atribuido a¨²n a ninguna especie, solo al grupo Homo, al que pertenecen tambi¨¦n los humanos actuales, Homo sapiens.

El nuevo f¨®sil ha aparecido en un nivel inferior de la sima, el 7, cuya antig¨¹edad m¨¢xima puede ser de 1,4 millones de a?os. La mand¨ªbula hallada en el nivel 9 presentaba un rasgo en la barbilla que era moderno, es decir, aquellos primeros europeos pod¨ªan ser los primeros en tener un rostro muy parecido al de una persona actual y alejado de la cara m¨¢s simiesca de ancestros humanos de ?frica como el Homo ergaster o el Homo habilis. El an¨¢lisis detallado de la nueva cara hallada en el nivel 7 puede aclarar ahora qui¨¦nes eran los primeros humanos europeos, qu¨¦ relaci¨®n ten¨ªan con los grupos posteriores y si todos pertenec¨ªan a la misma especie.

El f¨®sil lo hall¨® el 30 de junio ?dgar T¨¦llez, un estudiante de doctorado del Centro Nacional de Investigaci¨®n sobre Evoluci¨®n Humana. Estaba unos dos metros m¨¢s abajo que la mand¨ªbula hallada en 2007. Primero apareci¨® entre la arcilla el fragmento de hueso del p¨®mulo y, un rato despu¨¦s, el maxilar donde ir¨ªan encajados los dientes. T¨¦llez avis¨® r¨¢pidamente a Rosa Huguet, coordinadora del yacimiento de la Sima del Elefante. ¡°Su cara al ver lo que hab¨ªa encontrado era distinta que otras veces¡±, recuerda el cient¨ªfico. El d¨ªa despu¨¦s, tras un an¨¢lisis detallado, los cient¨ªficos de la excavaci¨®n concluyeron que los restos eran inequ¨ªvocamente humanos. ¡°En este maxilar tambi¨¦n hay una proyecci¨®n vertical, como en la mand¨ªbula hallada en 2007, lo que podr¨ªa indicar que ese rostro moderno ya estaba presente en esta ¨¦poca¡±, destaca.

Los f¨®siles han sido presentados este viernes en la localidad burgalesa por los tres codirectores de Atapuerca (Juan Luis Arsuaga, Jos¨¦ Mar¨ªa Berm¨²dez de Castro y Eudald Carbonell), por Rosa Huguet y por Gonzalo Santonja, consejero de Cultura de Castilla y Le¨®n.

¡°Este descubrimiento probablemente nos ayudar¨¢ a conocer la especie que socializ¨® Europa¡±, ha resaltado Carbonell. Es posible que haya hom¨ªnidos anteriores, ha argumentado, pero estos fueron los que comenzaron a establecer poblaciones m¨¢s numerosas y permanentes.

El an¨¢lisis cient¨ªfico y dataci¨®n de los restos llevar¨¢ al menos un a?o, ha explicado Berm¨²dez de Castro. Junto al maxilar se encontr¨® un diente, pero estaba partido, por lo que no est¨¢ claro si se podr¨¢n rescatar prote¨ªnas. Las excavaciones continuar¨¢n hasta finales de este mes y el equipo espera poder encontrar m¨¢s restos humanos, posiblemente dientes de los que extraer material biol¨®gico. ¡°Este f¨®sil obligar¨¢ a reescribir los libros de evoluci¨®n humana¡±, ha destacado Arsuaga. Los restos ¡°retrasan en el tiempo la presencia humana en Europa y nos muestran que cosas que pens¨¢bamos que aparecieron al final de la evoluci¨®n [como el rostro moderno] surgieron al principio¡±, ha a?adido.

El f¨®sil lo hall¨® el 30 de junio ?dgar T¨¦llez, un estudiante de doctorado

Los yacimientos de Atapuerca comenzaron a excavarse de forma sistem¨¢tica en 1978. Se sit¨²an en la trinchera de un ferrocarril minero que atravesaba esta sierra burgalesa y que dej¨® al descubierto antiguas cavidades con restos f¨®siles. El 8 de julio de 1994, hace hoy 28 a?os, la arque¨®loga Aurora Mart¨ªn se qued¨® petrificada al encontrar un diente sobresaliendo de la tierra que parec¨ªa de un humano. El equipo de excavaci¨®n encontr¨® m¨¢s dientes y otros f¨®siles humanos y, tres a?os despu¨¦s, anunci¨® los hallazgos al mundo en un estudio hist¨®rico publicado en la revista Science, donde le dieron nombre a una nueva especie humana: el Homo antecessor.

Los investigadores piensan que antecessor es descendiente de los primeros hom¨ªnidos que abandonaron ?frica hace 1,8 millones de a?os, los Homo erectus, que ya caminaban erguidos y fabricaban herramientas de piedra con las que cortar la carne de animales. La especie burgalesa ser¨ªa el antepasado com¨²n de los neandertales que evolucionaron en Europa hace unos 400.000 a?os como de nuestra especie, los Homo sapiens, que aparecieron en ?frica hace unos 250.000 a?os.

Los humanos de Atapuerca eran n¨®madas y establec¨ªan sus campamentos all¨ª donde estuvieran en ese momento la mejor caza y los mejores frutos. El yacimiento de la Gran Dolina es el campamento temporal m¨¢s antiguo de Europa. En este abrigo rocoso han aparecido m¨¢s de 170 f¨®siles de al menos nueve antecessor que vivieron hace m¨¢s de 860.000 a?os, junto a los restos de sus muchas presas animales.

Los restos humanos muestran que antecessor ten¨ªa una cara tan moderna que si fuera arreglado y peinado en un vag¨®n de metro, no llamar¨ªa la atenci¨®n. Su cuerpo a¨²n presentaba rasgos arcaicos, como un tronco m¨¢s robusto que los de los sapiens. Med¨ªa entre 1,65 y 1,85 metros. El tama?o de machos y hembras era muy similar, lo que sugiere que eran una especie sociable en la que no hab¨ªa encuentros violentos asociados al apareamiento, como s¨ª sucede en otros primates, como los chimpanc¨¦s.

La mayor¨ªa de los individuos de la Gran Dolina eran ni?os de pocos a?os y j¨®venes. El detalle m¨¢s escalofriante es que muchos de sus huesos conservan marcas inequ¨ªvocas de que fueron devorados por otros humanos en un acto de canibalismo cultural. En aquella ¨¦poca no escaseaba ni la caza ni los frutos en la sierra de Atapuerca, por lo que los investigadores piensan que el canibalismo sucedi¨® tras un enfrentamiento por estos recursos en el que habr¨ªan participado grupos rivales; una especie de germen de la guerra. Es algo parecido a lo que sucede en los chimpanc¨¦s. Aunque sea una pr¨¢ctica abominable, el canibalismo es marca com¨²n entre la mayor¨ªa de las especies humanas del pasado y la pr¨¢ctica es mucho m¨¢s frecuente entre los miembros de nuestra propia especie, el Homo sapiens.

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