Europa usa la llegada de Apofis para estudiar el desv¨ªo de un asteroide capaz de aniquilar un pa¨ªs
La ESA acelera una misi¨®n hacia una roca espacial del tama?o de un crucero que pasar¨¢ 10 veces m¨¢s cerca que la Luna en 2029 y ser¨¢ observable a simple vista
El 13 de abril de 2029 suceder¨¢ un evento astron¨®mico que quiz¨¢s no vuelva a repetirse en los pr¨®ximos 10.000 a?os, y que ser¨¢ visible en el cielo para cientos de millones de habitantes de Europa, ?frica y parte de Asia. El asteroide Apofis, una roca de 375 metros de di¨¢metro, realizar¨¢ su m¨¢xima aproximaci¨®n a la Tierra y pasar¨¢ unas 10 veces m¨¢s cerca que la Luna. Es una oportunidad ¨²nica que las agencias espaciales aprovechar¨¢n para entrenar la estrategia mundial contra impactos que podr¨ªan borrar del mapa toda una ciudad, o incluso un pa¨ªs peque?o.
¡°La naturaleza est¨¢ haciendo un experimento valios¨ªsimo para nosotros; lo ¨²nico que tenemos que hacer es estar ah¨ª para estudiarlo¡±, resume Paolo Martino, l¨ªder de misiones de defensa planetaria de la Agencia Espacial Europea (ESA). El paso del asteroide ser¨¢ espectacular. ¡°Con el cielo despejado, sobre las 9 de la noche [hora peninsular espa?ola] y cercano al horizonte, Apofis va a ser visible como una estrella muy, muy brillante que se mantendr¨¢ en el cielo nocturno unas cuatro horas. Para los supersticiosos, todo esto suceder¨¢ un viernes 13¡å, bromea el ingeniero italiano.
El impacto en la Tierra de objetos del tama?o de Apofis ¡ªque toma su nombre del dios del caos de los antiguos egipcios¡ª sucede una vez cada 100.000 a?os, aproximadamente, explica Martino. Son comparables en energ¨ªa a la explosi¨®n de varias bombas at¨®micas. Aunque no generan radiactividad, s¨ª producen una onda expansiva que puede ser tan destructiva como un hurac¨¢n. Los cuerpos m¨¢s devastadores son los que no llegan a tocar el suelo y explotan en pleno vuelo. ¡°Estamos acostumbrados a los escenarios tipo Hollywood en el que se descubre la amenaza con solo tres d¨ªas de margen, pero lo cierto es que probablemente lo haremos con a?os de antelaci¨®n, lo que nos dar¨ªa tiempo a desarrollar una misi¨®n de desv¨ªo similar a AIDA. En el peor de los casos habr¨ªa que usar un proyectil nuclear. La estrategia no ser¨ªa impactar directamente, porque causar¨ªa una lluvia de material radioactivo, sino detonar la bomba cerca del objeto para desviarlo¡±, detalla.
Martino resalta la importancia mundial de estas misiones. ¡°Al contrario que los terremotos o las erupciones volc¨¢nicas, el impacto de meteoritos es el ¨²nico desastre natural que podemos predecir y evitar. No sabemos cu¨¢ndo vamos a necesitar hacerlo, pero si no tenemos un plan preparado, vamos a estar en un buen aprieto¡±, destaca.
Si todo sale bien, cuando Apofis atraviese el cielo nocturno habr¨¢ una peque?a sonda europea, Ramses, viajando junto a ¨¦l. La nave rob¨®tica documentar¨¢, segundo a segundo, los alucinantes efectos que la gravedad terrestre tendr¨¢ en este cuerpo: deformaciones, cambio de velocidad y rotaci¨®n, desprendimientos e incluso terremotos. La informaci¨®n que recoja ser¨¢ clave para lanzar futuras misiones de reconocimiento de asteroides que vayan a chocar con la Tierra y dibujar la mejor estrategia de desv¨ªo, que probablemente requerir¨¢ el lanzamiento de una segunda sonda de impacto.
Aunque el choque de asteroides en la Tierra parece solo cosa de pel¨ªculas, la amenaza es cierta. Los m¨¢s peligrosos no son los cuerpos m¨¢s grandes que puedan causar un desastre a escala planetaria, como el de Chixculub, que hace 66 millones de a?os provoc¨® la extinci¨®n de los dinosaurios. La inmensa mayor¨ªa de estos objetos est¨¢n ya descubiertos y se sabe que no impactar¨¢n con el planeta. El mayor peligro lo plantean otros m¨¢s peque?os, con un di¨¢metro de 100 a 300 metros, pues hay decenas de miles ah¨ª afuera de los que no sabemos nada.
Dos comit¨¦s de Naciones Unidas especializados en este tipo de amenazas han estipulado el l¨ªmite exacto en el que la humanidad deber¨ªa tomar cartas en el asunto. Si tiene m¨¢s de 50 metros de di¨¢metro, habr¨ªa que poner en marcha una misi¨®n para estudiarlo y desviarlo. Estos comit¨¦s llevan a?os congregando a cient¨ªficos e ingenieros de las principales agencias espaciales para discutir opciones e incluso realizar simulacros ante amenazas inminentes. Aprovechando la llegada de Apofis, la ONU quiere declarar 2029 como el a?o mundial de la defensa planetaria.
El 27 de septiembre de 2022, la sonda DART de la NASA ¡ªdel tama?o de una nevera y con una masa de 600 kilos¡ª impact¨® contra Dimorfo, un asteroide unos 10 millones de veces mayor. Fue el primer ensayo general con el que la Oficina de Protecci¨®n Planetaria de la NASA quiso aprender a desviar futuros asteroides de m¨¢s de 140 metros de di¨¢metro, que podr¨ªan destruir una ciudad entera si llegan a impactar contra nuestro planeta.
La misi¨®n tuvo un ¨¦xito rotundo, pues fren¨® y desvi¨® considerablemente a Dimorfo, de 160 metros de di¨¢metro. Este cuerpo fue elegido porque orbita como una luna en torno a D¨ªdimo, otro asteroide de 780 metros. Tras estrellarse de frente a unos 22.000 kil¨®metros por hora, DART redujo en 32 minutos el periodo orbital de Dimorfo, lo que lo desvi¨® unos 35 metros, todo un r¨¦cord.
¡°El conocimiento conlleva responsabilidad¡±, argumenta Juan Luis Cano, ingeniero aeron¨¢utico de la Oficina de Defensa Planetaria de la ESA. ¡°Hace 30 a?os no hab¨ªamos descubierto la mayor¨ªa de asteroides que pueden suponer un riesgo grave, pero ahora que lo hemos hecho ser¨ªa absurdo que nuestras sociedades no pongan medios para evitarlo¡±, destaca.
En octubre, los 22 pa¨ªses de la ESA, incluida Espa?a, planean lanzar al espacio la misi¨®n Hera, que viajar¨¢ millones de kil¨®metros hasta llegar a ese sistema binario dentro de dos a?os. Se trata de una maniobra mucho m¨¢s complicada y costosa que la de DART, pues ¡°requiere insertarse en la trayectoria y velocidad de estos dos cuerpos, lo que lleva m¨¢s tiempo y combustible¡±, se?ala Cano. La nave lleva a bordo varias c¨¢maras y desplegar¨¢ dos sat¨¦lites peque?os para estudiar en detalle los efectos del impacto en Dimorfo, medir el cr¨¢ter que dej¨® la nave estadounidense y analizar la composici¨®n de este cuerpo. La informaci¨®n ser¨¢ un tesoro para calcular qu¨¦ hacer en caso de que un cuerpo similar amenace a la Tierra.
Conocer la composici¨®n del cuerpo amenazante es crucial. Hace 50.000 a?os, un objeto de unos 50 metros impact¨® en lo que hoy es Arizona (Estados Unidos), abri¨® un cr¨¢ter de m¨¢s de un kil¨®metro de di¨¢metro y aniquil¨® cualquier forma de vida animal a cuatro kil¨®metros a la redonda. En 1908, un cuerpo de unos 80 metros cay¨® en Tunguska, en el centro de Rusia, arrasando unos 80 millones de ¨¢rboles, pero sin tocar tierra. El meteorito de Arizona era met¨¢lico y sobrevivi¨® al paso por la atm¨®sfera. El de Tunguska era mucho menos compacto y ardi¨® completamente en la atm¨®sfera sin llegar a suelo, provocando, eso s¨ª, una infernal llamarada que arras¨® la vegetaci¨®n de una extensi¨®n similar a la isla de Gran Canaria.
La misi¨®n Ramses har¨¢ algo muy similar a Hera con Apofis. La intenci¨®n es seguir a este cuerpo antes, durante y despu¨¦s de su acercamiento m¨¢ximo a la Tierra, lo que pone a la ESA en una carrera contrarreloj. Hay que despegar en abril de 2028 para llegar un mes y medio antes de su m¨¢ximo acercamiento, a una distancia similar a la de muchos sat¨¦lites geoestacionarios.
La gravedad terrestre ejerce una fuerza variable dependiendo de lo cerca que se est¨¦ de su centro. Este principio b¨¢sico va a obrar maravillas en Apofis. Su zona m¨¢s cercana al planeta sufrir¨¢ empujes mayores que la m¨¢s alejada, lo que lo comprimir¨¢, deformar¨¢ y probablemente causar¨¢ desprendimientos en sus paredes de roca e incluso terremotos, que ser¨¢n medidos por un peque?o sat¨¦lite que antes habr¨¢ aterrizado en su superficie para recabar informaci¨®n clave ante una futura amenaza.
If Ramses is to rendezvous with asteroid Apophis ahead of its close approach to Earth, it must launch by April 2028. We cannot wait until the next Ministerial Council to secure funding or we would lose the opportunity, thus @ESA has been approved to kick-start mission prep using¡ pic.twitter.com/CTC9NTBvkL
— Josef Aschbacher (@AschbacherJosef) July 16, 2024
Lanzar una misi¨®n como Ramses en apenas cuatro a?os es un reto al que la ESA nunca se hab¨ªa enfrentado. De hecho, la necesidad de poner el proyecto en marcha ya ha provocado una decisi¨®n hist¨®rica de sus 22 pa¨ªses miembros para saltarse la burocracia y empezar a dedicar dinero y tiempo al dise?o de la misi¨®n antes de su aprobaci¨®n oficial, prevista para la reuni¨®n ministerial en noviembre del pr¨®ximo a?o. ¡°Nos estamos labrando el camino a una nueva ESA¡ y a Apofis¡±, ha celebrado Josef Aschbacher, director general de la agencia, en las redes sociales.
Ahora comienzan dos tareas cruciales: el dise?o de la misi¨®n y el trabajo pol¨ªtico y diplom¨¢tico para que, llegada la cumbre de noviembre de 2025, los pa¨ªses miembros decidan dar luz verde a Ramses. Sin haberlo planeado, la ESA est¨¢ poniendo a prueba la capacidad de desarrollar una misi¨®n de reconocimiento en tiempo r¨¦cord, una situaci¨®n muy parecida a la que suceder¨ªa con un impacto inminente.
Aunque la ESA no ha detallado cu¨¢nto dinero se va a dedicar al dise?o de Ramses ni tampoco su coste total, s¨ª se sabe que quiere que sea algo m¨¢s barata que su predecesora Hera, que ha costado unos 300 millones de euros. Por ese precio, Europa puede marcarle un gol a la NASA. En abril de 2022, la agencia espacial de Estados Unidos decidi¨® redirigir su misi¨®n Osiris-Rex, que regresaba a la Tierra tras visitar el asteroide Bennu, para que se desv¨ªe hacia Apofis. Pero la falta de combustible solo le va a permitir llegar despu¨¦s del m¨¢ximo acercamiento, cuando la gravedad terrestre ya habr¨¢ obrado su transformaci¨®n del asteroide, que incluso cambiar¨¢ de trayectoria. La informaci¨®n de Ramses ser¨¢ clave para aprender a desviar rocas espaciales, explica Cano: ¡°Un cuerpo del tama?o de Apofis podr¨ªa destruir por completo una regi¨®n del tama?o de Catalu?a¡±.
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