?Qu¨¦ relaci¨®n hay entre los antojos de una mujer embarazada y las manchas rojizas del beb¨¦?
Hay que desechar la absurda creencia de que los hemangiomas tienen un origen esot¨¦rico que remite a un deseo no cumplido de la gestante. Pero hay hip¨®tesis que los relacionan con el embarazo
En uno de sus cuentos, Nathaniel Hawthorne nos presenta a una mujer con la cara marcada por una mancha de nacimiento, lo que popularmente se conoce como antojo. Su marido, un hombre de ciencia, ¡°eminente competente en todas las ramas de la filosof¨ªa natural¡±, la convence para que se deje quitar ¡°la marca visible de la imperfecci¨®n terrenal¡±. Ella accede y entra en el gabinete de su marido, dispuesta a borrar el estigma carmes¨ª de su mejilla.
Tal y como nos sit¨²a Hawthorne, estamos en la ¨¦poca en que la electricidad llevaba poco tiempo con nosotros y ¡°otros misterios afines de la Naturaleza parec¨ªan abrir caminos hacia la regi¨®n del milagro¡±. Lo que sucede, al final del cuento, es que la protagonista muere, pues la mancha de su piel era el v¨ªnculo por el cual ella se manten¨ªa en contacto con la vida.
Este cuento de Hawthorne sirve como met¨¢fora cr¨ªtica a los asuntos cosm¨¦ticos que tanto importan en estos tiempos de Instagram, donde la consigna es: ¡°Parecer antes que ser¡±. Con todo, lo que aqu¨ª nos interesa es hablar con sentido cient¨ªfico de esa marca escarlata, desechando la absurda creencia de su origen esot¨¦rico, aquel que afirma que se debe a un antojo no cumplido de embarazada; una leyenda urbana, la del antojo, que ha sido uno de los mitos m¨¢s extendidos de todas las ¨¦pocas y que a¨²n tiene vigencia en nuestros d¨ªas. Porque relacionar una bajada de glucosa de una mujer embarazada con un desarrollo anormal en los vasos capilares del beb¨¦ no tiene sentido cient¨ªfico. Sin embargo, hay hip¨®tesis que vinculan el embarazo con las manchas de nacimiento. Vamos a verlas.
A estas manchas se las denomina hemangiomas, y se trata de tumores benignos que provocan un aumento de los peque?os vasos sangu¨ªneos que tenemos debajo de la piel. Sus causas se desconocen, pero cuando se trata de hemangiomas de nacimiento, las hip¨®tesis involucran a ciertas prote¨ªnas de la placenta, ya que, algunos marcadores de las c¨¦lulas de la placenta se hallan tambi¨¦n en las c¨¦lulas que forman estos hemangiomas. Debido a esto, podemos afirmar que, en tal caso, la intuici¨®n popular ha rozado de casualidad el origen cient¨ªfico.
Para el tratamiento y posterior eliminaci¨®n de los hemangiomas se utilizan betabloqueantes, medicamentos que disminuyen la presi¨®n arterial. Visto as¨ª, Hawthorne no andaba descaminado en su cuento, cuando la protagonista se deja llevar hasta el gabinete alqu¨ªmico y accede a ingerir la p¨®cima milagrosa que borre el estigma de su rostro.
Cuentos aparte, hoy en d¨ªa, la intervenci¨®n quir¨²rgica es la soluci¨®n m¨¢s eficaz a la hora de eliminar la mancha, ya sea con cureta ¡ªinstrumento en forma de cuchara y borde afilado¨D o rayo l¨¢ser. De esta manera, la mancha desaparece de la piel, pero, con ello, tambi¨¦n desaparece un atributo de la persona que la tiene, un rasgo de identidad que ofrece personalidad y diferencia.
Baste recordar al que fuera presidente de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, el pol¨ªtico ruso Mija¨ªl Gorbachov, que luc¨ªa en su frente un hemangioma conocido popularmente como ¡°mancha de vino de Oporto¡±, una salpicadura que sirvi¨® de marca para la Perestroika, aquella reforma que liberaliz¨® la econom¨ªa sovi¨¦tica llev¨¢ndola hasta el mercado global; un estigma que hoy sigue dando guerra.
El hacha de piedra es una secci¨®n donde Montero Glez, con voluntad de prosa, ejerce su asedio particular a la realidad cient¨ªfica para manifestar que ciencia y arte son formas complementarias de conocimiento.
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