Pa¨ªses Bajos blinda el uso de la bicicleta en el debate pol¨ªtico
Con 20 millones de veloc¨ªpedos para 17,8 millones de personas, su red de carriles suma ya 35.000 kil¨®metros
La bicicleta debuta en los hogares holandeses en la primera infancia de sus habitantes y prolonga su presencia hasta pasada la edad de la jubilaci¨®n. Con unos 20 millones de veloc¨ªpedos para 17,8 millones de personas, la red de carriles suma alrededor de 35.000 kil¨®metros. El total anual recorrido es de unos 16.000 millones de kil¨®metros y, a escala municipal, hay consenso sobre la necesidad de reducir la presencia urbana de coches. La pregunta es c¨®mo y a qu¨¦ ritmo. La respuesta no es tanto pol¨ªtica como de planificaci¨®n del tr¨¢fico. El uso de la bici se fomenta desde el Gobierno, y grandes ciudades como ?msterdam, Utrecht y Nimega est¨¢n dise?ando barrios en los que no sea posible aparcar el auto delante de casa. De todos modos, no siempre fue as¨ª. En los a?os setenta, la capital de Pa¨ªses Bajos estaba asfixiada por los autom¨®viles y la protesta de sus habitantes acab¨® convirtiendo la bicicleta en un asunto p¨²blico que cambi¨® las pol¨ªticas hasta hacerle un hueco.
El holand¨¦s Frans Timmermans, vicepresidente de la Comisi¨®n Europea, dijo este jueves en Valladolid que ir en bici ¡°es guay, es bueno y tiene que ser seguro¡±, y defendi¨® la contribuci¨®n de este modo de transporte p¨²blico sostenible. ¡°?Mejorar la calidad del aire es una pol¨ªtica de izquierda o de derecha? Es una pol¨ªtica que beneficia a toda la gente¡±, remach¨® durante la inauguraci¨®n del consejo informal de ministros de Medio Ambiente y Energ¨ªa.
Marco te Br?mmelstroet, catedr¨¢tico de Movilidad Urbana del Futuro en la Universidad de ?msterdam, ha le¨ªdo las declaraciones de su compatriota, y abunda en sus argumentos. ¡°Si quieres cumplir con las normas europeas, mejorar la calidad de vida y descongestionar las calles, es preciso reducir los coches. Es l¨®gico¡±, dice en conversaci¨®n telef¨®nica. En su opini¨®n, en Pa¨ªses Bajos se debaten las distintas medidas para lograrlo, pero no es tanto una pugna entre derecha e izquierda. ¡°Lo que se plantea es si mantener el nivel actual de coches en las ciudades, o bien hacer las cosas de otro modo para mejorar la situaci¨®n y tener las calles libres. Eso requiere humildad por parte de los pol¨ªticos y que la gente se involucre¡±, asegura.
?msterdam era una ciudad eminentemente ciclista hasta que los autos emergieron con fuerza en los a?os cincuenta y sesenta. El Consistorio y sus urbanistas decidieron modernizarla y la llenaron de v¨ªas anchas con un tr¨¢fico intenso. Las bicis siguieron circulando, pero con gran peligro porque la calzada era para todos. No hab¨ªa carriles separados, como ahora. En 1970, hubo 114 accidentes mortales, y despu¨¦s de a?os de conflictos y tensiones el Ayuntamiento opt¨® por hacerle sitio a las bicicletas. ¡°En 1977, tuvo lugar una gran manifestaci¨®n frente al Rijksmuseum contra la inseguridad vial similar a las llevadas a cabo ahora por el clima¡±, recuerda Kees Bakker, portavoz de la Asociaci¨®n Ciclista (Fietsersbond, en neerland¨¦s).
Las fotos de la ¨¦poca muestran a cientos de ciudadanos tendidos y sentados en el suelo junto a sus bicicletas. Tambi¨¦n a ¨¦l le parece que, en su pa¨ªs, no se trata de un dilema con color pol¨ªtico porque ¡°la bici es un veh¨ªculo para todos¡±. ¡°Si hay planes para mejorar la infraestructura que sirva para su utilizaci¨®n, no es que la derecha est¨¦ en contra. Sin duda, hay partidos m¨¢s proclives al uso del coche. Pero a escala local, hay formaciones conservadoras que construyen m¨¢s carriles bici porque saben que los usar¨¢ mucha gente y es una buena inversi¨®n¡±, apunta.
En 2005, el Ayuntamiento del distrito donde se alza el Rijksmuseum ¡ªque estuvo en obras una d¨¦cada y fue abierto de nuevo en 2013¡ª cedi¨® a las presiones de la Federaci¨®n Ciclista de la ciudad. Tras dos a?os de retraso sobre la fecha prevista de apertura, se forz¨® la modificaci¨®n del dise?o firmado por los arquitectos espa?oles Antonio Ortiz y Antonio Cruz. Ellos propon¨ªan una entrada en medio del t¨²nel que atraviesa el edificio, un atajo que comunica el centro y el sur de la ciudad. Tuvieron que cambiar de planes para que las bicis pudieran circular, con una regulaci¨®n horaria, por el pasaje, su apelativo coloquial. Los visitantes acceden a la pinacoteca por los laterales. En conjunto, las obras costaron 375 millones de euros.
M¨¢s bicis que habitantes
Seg¨²n las cifras del Ayuntamiento de ?msterdam, hay en la ciudad entre 920.000 y 950.000 bicicletas, muchas m¨¢s que habitantes. Estos suman 880.000. Hay 820 kil¨®metros de carriles, se efect¨²an m¨¢s de 670.000 viajes diarios, y en total se recorren unos dos millones de kil¨®metros cada jornada. En el conjunto del pa¨ªs, cada ciudadano recorre cerca de mil kil¨®metros anuales en bici. Para estimular su manejo, se ha habilitado espacio en los barrios donde antes hab¨ªa plazas de aparcamiento para los coches. Caben unas 10 por cada auto quitado. Se ha construido tambi¨¦n un parking subterr¨¢neo de gran tama?o junto a la estaci¨®n central de ferrocarril con espacio para 7.000. Por otro lado, en los ¨²ltimos cinco a?os ¡°han sido a?adidas 15.000 plazas en los aparcamientos vigilados y otras 25.000 en la calle¡±, seg¨²n las mismas fuentes.
En Utrecht, que tiene 361.000 habitantes y el doble de bicis, es donde m¨¢s se utilizan de todo el pa¨ªs. Cuentan con un garaje subterr¨¢neo donde caben 12.500. Sin embargo, no todo son datos brillantes. En las ciudades, los carriles se ha llenado de modelos el¨¦ctricos que pueden alcanzar los 25 kil¨®metros por hora, y es preciso mejorar la seguridad de ni?os y mayores. Adem¨¢s, un 6% de los ciclistas se comporta de manera imprudente ¡ªlos sustos que les dan a los turistas son recurrentes¡ª y cerca de 25.000 usuarios ponen a otros en peligro cada d¨ªa, informan desde el Consistorio.
¡°Los ni?os son los principales viajeros, porque aprenden a partir de los tres o cuatro a?os y van as¨ª a la escuela entre los seis y los 18. Entre los 30 y los 40 a?os, baja la frecuencia ya que mucha gente se desplaza en coche al trabajo¡±, se?ala Kees Bakker. A partir de los 50 a?os, se retoma como deporte. Despu¨¦s, hacia los 65 a?os, para el ocio. ¡°De todos modos, un 50% de los que van a trabajar en tren llegan a la estaci¨®n en bici¡±.
Desplazarse as¨ª no hace distinciones, y pedalean ciudadanos an¨®nimos y famosos. Como el primer ministro hoy dimisionario, Mark Rutte, que llegaba as¨ª a su despacho en La Haya. O bien las tres hijas de los reyes Guillermo y M¨¢xima. Tanto la heredera, la princesa Amalia, como sus hermanas, Alexia y Ariane, se han dejado fotografiar con las suyas saliendo temprano del palacio Huis ten Bosch, en la misma ciudad, camino de la escuela secundaria.
En ?msterdam, cuando los coches y la bicis fueron repartidos entre la calzada y el carril, mejor¨® el tr¨¢fico para todos. Se redujo el n¨²mero de accidentes; lo mismo ocurri¨® en otras ciudades. Ahora hay otros retos. ¡°En los a?os setenta solo se introdujo de forma segura la bici en un entorno dominado por el autom¨®vil. Fue una soluci¨®n a corto plazo para que todo el mundo encajase. Con el tiempo, ha mostrado sus l¨ªmites¡±, indica Te Br?mmelstroet.
En el contexto espa?ol, cree que este tipo de discusiones ¡°tendr¨¢n lugar a largo plazo¡±. Si bien ciudades como Barcelona experimentan con las supermanzanas peatonales y se habla de reducir el tr¨¢fico, ¡°la bici no est¨¢ todav¨ªa insertada y predomina el coche¡±. Bakker observa que en ?msterdam, Utrecht y Nimega ¡°hay barrios permanentes, no se trata de un programa piloto, donde el coche se aparca a 300 o 400 metros de la puerta de casa para que el due?o vaya a pie o tome una bici¡±.
Con cerca de nueve millones de autos a escala nacional, ¡°ha llegado el momento de elegir si quieres tener m¨¢s o menos en las ciudades¡±, advierte Te Br?mmelstroet. ?Qu¨¦ espera del debate actual? ¡°No lo s¨¦. En las urbes holandesas, la gente dispone cada vez menos de un coche. Un 75% de los hogares de la capital no lo poseen, y debido a las leyes europeas hay que tomar medidas de mayor calado para reducir las emisiones de di¨®xido de carbono y de nitr¨®geno, y preservar la naturaleza¡±. Este experto ve posible que la mayor¨ªa de los habitantes rechacen medidas favorables a los coches. ¡°Y como cient¨ªfico este debate me resulta fascinante¡±.
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