Nueva York aprueba la primera tasa de congesti¨®n de EE UU: cobrar¨¢ 15 d¨®lares por acceder en coche a Manhattan
La medida, que ya se aplica en urbes como Londres, Mil¨¢n o Estocolmo, comenzar¨¢ a funcionar en primavera y pretende recaudar mil millones de d¨®lares al a?o para el transporte p¨²blico
Muchas ciudades europeas aplican desde hace a?os restricciones de tr¨¢fico por acceder al centro de las urbes, pues son las zonas m¨¢s densamente pobladas y mejor conectadas en transporte p¨²blico, como una herramienta para reducir el tr¨¢fico y mejorar la calidad del aire. En cambio, Estados Unidos tiene un modelo urbano de zonas residenciales dispersas basado en el coche sin casi limitaciones. Pero Nueva York acaba de aprobar la primera tasa de congesti¨®n del pa¨ªs, que cobrar¨¢ 15 d¨®lares (unos 14 euros) a los autom¨®viles que accedan a la almendra central de Manhattan, algo m¨¢s para furgonetas (unos 22 euros) y autobuses y camiones (unos 33). La medida, que ya se aplica en Londres, Mil¨¢n o Estocolmo, se debe ratificar en dos meses y est¨¢ previsto que comience a funcionar en primavera.
La iniciativa, aprobada este mi¨¦rcoles por la autoridad de transporte de la ciudad (MTA, en sus siglas inglesas), se denomina ¡°peaje de congesti¨®n¡± y se aplicar¨¢ en una urbe en la que sus ciudadanos pasan de media 236 horas al a?o atrapados en el tr¨¢fico, seg¨²n un informe reciente. La idea es, por una parte, aliviar la congesti¨®n del tr¨¢fico y reducir la contaminaci¨®n, adem¨¢s de recaudar un m¨ªnimo de mil millones de d¨®lares al a?o (unos 930 millones de euros) que se invertir¨¢n en renovar infraestructuras de transporte como por ejemplo el metro.
La idea ha puesto en pie de guerra al Estado vecino de Nueva Jersey, ciudad dormitorio de Nueva York, por los precios m¨¢s asequibles del alojamiento; la mayor¨ªa de sus residentes acude a Manhattan a trabajar. La tarifa de 15 d¨®lares (la mitad para las motos) se aplicar¨¢ entre las cinco de la ma?ana y las nueve de la noche (y de nueve a nueve los fines de semana); las horas valle costar¨¢n un 75% menos. Habr¨¢ descuentos para los automovilistas de rentas m¨¢s bajas (por debajo de 50.000 d¨®lares al a?o) que necesiten el coche para sus desplazamientos. No obstante, como recordaba un estudio de 2022, la mayor¨ªa de los conductores que acceden a Manhattan tienen ingresos medios o altos, as¨ª que los bonificados ser¨¢n un 4%.
Los taxis pagar¨¢n 1,25 d¨®lares, que recaer¨¢n previsiblemente en el pasajero, igual que los 2,50 que se cargar¨¢n a los veh¨ªculos de plataformas como Uber o Lyft. Adem¨¢s, el pago del peaje aumentar¨¢ un 25% en los ¡°d¨ªas de alerta por atasco¡± anuales, que se producen durante la Asamblea General de la ONU, en septiembre, y en periodos de muchos desplazamientos como el navide?o. Una tasa suplementaria por atasco ya se aplica en los taxis.
Este modelo de movilidad arranc¨® en Singapur en 1975, urbe a la que sigui¨® Londres en 2003: consiste en que todos los conductores que accedan al ¨¢rea m¨¢s c¨¦ntrica deben pagar una cantidad ¡ªpuede haber bonificaciones para los residentes o colectivos vulnerables¡ª, cuya recaudaci¨®n se destina a mejorar la movilidad sostenible y el transporte p¨²blico. La aplicaci¨®n en la capital brit¨¢nica de esa tasa ¡ªque asciende ya a 17 euros y se combina con otra de 14,5 para la corona metropolitana¡ª ha conseguido reducir el tr¨¢fico en un tercio. El modelo lo han adoptado despu¨¦s Mil¨¢n, Estocolmo y Gotemburgo.
La otra idea para descongestionar las ciudades son las zonas de bajas emisiones, donde se proh¨ªbe el acceso al centro de los veh¨ªculos m¨¢s contaminantes y se multa a quienes lo incumplen. Es el modelo que funciona ya en Madrid y Barcelona ¡ªdonde los coches y motos sin etiqueta ambiental no pueden circular por el centro¡ª y que deben implantar cuanto antes las 151 urbes espa?olas de m¨¢s de 50.000 habitantes que todav¨ªa no lo tengan. Es, adem¨¢s, el m¨¢s extendido en Europa. Oslo ha ido incluso m¨¢s all¨¢ y se ha propuesto eliminar la emisi¨®n de gases nocivos para 2025 y para ello prohibir¨¢ la circulaci¨®n de veh¨ªculos que se mueven con di¨¦sel y gasolina (incluso los nuevos).
¡°Iniciativa transformadora¡±
La iniciativa de Nueva York ya ha recibido los parabienes de la gobernadora del Estado, Kathy Hochul, que la considera ¡°transformadora¡±. Pero ya hay ofertas de matr¨ªculas falsas en plataformas online para ahorrarse el peaje. Un total de 122 colectivos han solicitado ser eximidos del pago, pero no lo ha logrado ninguno, ni siquiera los funcionarios municipales ¡ªincluidos los agentes del departamento de polic¨ªa¡ª que entren en el coraz¨®n de Manhattan: exactamente, al sur de la calle 60, que marca longitudinalmente la divisoria del condado en el extremo sur de Central Park. Ambulancias, camiones de basura y bomberos y coches de polic¨ªa no tendr¨¢n que pagar, pero s¨ª los veh¨ªculos privados de sus empleados, aunque se dirijan a sus centros de trabajo.
Leonard G. vive en Nueva Jersey y trabaja en un banco extranjero en el distrito financiero de Manhattan, que a¨²n no se ha recuperado de la desbandada masiva al teletrabajo provocada por la pandemia. Por la diferencia horaria de las operaciones que realiza, sus jornadas a menudo empiezan o terminan a horas intempestivas. ¡°Me da mucha pereza usar el transporte p¨²blico de madrugada, en invierno, en el banco tenemos aparcamiento gratuito y voy de puerta a puerta en apenas 20 minutos. Me plantear¨¦ hacerlo muy de vez en cuando, es muy caro¡±, explica.
La propuesta de cobro de un peaje fue presentada por la junta de movilidad de la MTA, un grupo de expertos de la agencia de la que depende la gesti¨®n de metro y autobuses. La recaudaci¨®n servir¨¢ para contribuir al mantenimiento ¡ªen muchos casos, renovaci¨®n completa¡ª de infraestructuras m¨¢s que vetustas. Ni siquiera la anunciada ayuda del Gobierno federal para remozar el t¨²nel que enlaza Manhattan con Nueva Jersey ha supuesto un respiro para las alica¨ªdas arcas de la MTA, deficitarias desde la pandemia, al igual que el distrito financiero, donde edificios enteros de oficinas se est¨¢n reconvirtiendo en residenciales. As¨ª que cualquier mecanismo recaudador es bienvenido.
Tras la aprobaci¨®n de la propuesta, arranca un periodo de 60 d¨ªas abierto a comentarios y objeciones p¨²blicos; si no prospera ninguna impugnaci¨®n como la de Nueva Jersey, que ha presentado una demanda federal, la agencia someter¨¢ a una votaci¨®n final el plan para empezar a cobrar en primavera. Es la primera vez que una propuesta concreta para monetizar la congesti¨®n sale adelante, pero la idea lleva rondando desde hace m¨¢s de medio siglo. El intento m¨¢s solvente fue el del entonces alcalde Michael Bloomberg en 2008, cuando propuso un peaje de ocho d¨®lares, pero la Asamblea del Estado tumb¨® sus planes.
¡°Un primer paso en la buena direcci¨®n¡±
Los expertos consideran la medida como un primer paso en la buena direcci¨®n para financiar el metro y los autobuses y como forma de hacer de las calles de Manhattan un lugar m¨¢s amable. Tambi¨¦n como una gran oportunidad para acabar con la cultura del coche en una ciudad ¡ªpuede que la ¨²nica de EE UU¡ª perfectamente abordable en transporte p¨²blico, salvo ¨¢reas de la periferia incomunicadas. Por esto, algunos creen que la medida no es lo suficientemente ambiciosa, pues deber¨ªa aplicarse a los cinco condados de Nueva York.
¡°Hay que empezar por alg¨²n sitio, y este es un gran comienzo¡±, sostiene Howard Yarus, del comit¨¦ de transportes del distrito 7. El grupo que representa ya propuso en 2019 un plan para eliminar el aparcamiento gratuito en la calle, un cambio impensable para el paisaje urbano. ¡°Hasta ahora, si agarraba mi coche, que contamina el medio ambiente, para ir al centro no pagaba nada, tampoco al aparcar. Pero si iba en transporte p¨²blico, me costaba 2,90 d¨®lares [el billete de metro o bus]. Como pol¨ªtica p¨²blica me parece terrible¡±.
Otros critican que a los VTC les salga pr¨¢cticamente gratis la nueva normativa, pese a que contribuyen en grado sumo, junto con los camiones de reparto, a la congesti¨®n: pese al descenso del volumen de tr¨¢fico en la ¨²ltima d¨¦cada, la velocidad media no supera la de una tortuga (un hecho especialmente rese?able en los autobuses p¨²blicos, los m¨¢s lentos de todo el pa¨ªs). Otros expertos centran el debate en objetivos medioambientales. ¡°Tenemos que hacer frente al cambio clim¨¢tico, a las emisiones de los coches, a los problemas de calidad del aire y de seguridad vial, que no han hecho m¨¢s que empeorar en Manhattan y en los distritos. Todo se debe al exceso de coches¡±, explicaban a comienzos de semana al The New York Times fuentes del Instituto de Pol¨ªtica de Transporte y Desarrollo.
Mientras, la picaresca para manipular las matr¨ªculas y ahorrarse unos d¨®lares ¡ªel acceso de los veh¨ªculos ser¨¢ le¨ªdo por c¨¢maras¡ª ya ha puesto a hacer cuentas a los art¨ªfices del plan, que calculan que el porcentaje de placas ¡°ilegibles¡± puede llegar a restar hasta 300 millones a los 1.000 millones anualmente previstos de recaudaci¨®n. La picaresca no es patrimonio del Mediterr¨¢neo o de los pueblos del sur: el porcentaje de placas ¡°ilegibles¡± se dispar¨® hasta el 17% en Toronto tras la introducci¨®n de los radares de velocidad hace unos a?os.
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