El periodista estadounidense que sobrevivi¨® a una condena a muerte de la mafia japonesa
Jake Adelstein publica en espa?ol sus memorias, ¡®Tokyo Vice¡¯, una novela policiaca de no ficci¨®n que se adentra en el peligroso mundo de la yakuza
Jake Adelstein llega de Jap¨®n con dos regalos: unas gominolas saladas de un sabor imposible de definir, entre incomestible y muy malo, y una revista para fans de la yakuza, la mafia japonesa, un tipo de magazines que hasta hace muy poco ¡ªeste es del a?o 2018¡ª se publicaban y vend¨ªan con toda normalidad. Est¨¢ ilustrado con fotos de mafiosos haciendo cosas ¡ªasistiendo a ceremonias religiosas o a funerales¡ª, con haikus escritos desde prisi¨®n y, lo m¨¢s surrealista, organigramas de las principales familias criminales. ¡°Lo peor es que me s¨¦ los nombres de todos¡±, explica este martes Adelstein sobre la foto de portada, donde aparecen los principales jefes de la yakuza.
Nacido en Misuri (EE UU) en 1969, este periodista estadounidense se instal¨® en Jap¨®n en la adolescencia y se convirti¨® en el ¨²nico extranjero que logr¨® entrar en la n¨®mina del Yomiuri Shimbun, que en los a?os noventa era el mayor peri¨®dico de Jap¨®n y figura en El libro Guinness de los r¨¦cords como el diario que alcanz¨® la mayor difusi¨®n en papel del mundo: 13,5 millones de ejemplares en 2010. All¨ª comenz¨® como periodista de sucesos y acab¨® amenazado de muerte por uno de los principales jefes de la yakuza, tras descubrir un turbio asunto de un trasplante de h¨ªgado en Los ?ngeles. Vivi¨® para contarlo y para escribir Tokyo Vice, un libro de memorias que public¨® en ingl¨¦s en 2009 y que ahora se edita en espa?ol (Pen¨ªnsula, con traducci¨®n de Ana Camallonga), una historia que ha sido adaptada por Michael Mann para HBO y que se estrenar¨¢ a lo largo del a?o 2022.
¡°Ya no me siento amenazado por la yakuza¡±, explica en la terraza de un hotel de Madrid, adonde ha venido a promocionar la edici¨®n espa?ola. ¡°Pero si quieren saber el final de la historia deber¨¢n leer mi cuarto libro, que sale el a?o que viene¡±, a?ade entre carcajadas. ¡°Al final solo un individuo en concreto me amenazaba y sent¨ª que la protecci¨®n policial ya no era necesaria porque se fue de Jap¨®n¡±, prosigue Adelstein, tambi¨¦n sacerdote budista. ¡°Adem¨¢s, cuando se produjo el terremoto de 2011, fui la primera persona en escribir sobre c¨®mo la yakuza llev¨® ayuda y suministros a las v¨ªctimas del desastre. Y fue recogido por uno de estos fanzines de la yakuza. Y despu¨¦s de eso, de repente mis relaciones con todos los grupos han sido muy cordiales¡±.
Tokyo Vice relata la historia de aquel joven estudiante que acaba trabajando para ese gigante del periodismo y representa tambi¨¦n un retrato de la sociedad japonesa y de todos los recovecos de una cultura fascinante. Pero se trata sobre todo de una novela negra, que narra la vida cotidiana de un periodista de sucesos que se mueve en una amplia zona gris con fuentes que tambi¨¦n son polic¨ªas corruptos, chivatos o mafiosos. Transcurre en el momento de mayor poder de la yakuza, cuando la ley apenas rozaba a sus miembros y extend¨ªan sus tent¨¢culos por toda la econom¨ªa de Jap¨®n. En 2011, el Gobierno cambi¨® la legislaci¨®n y comenz¨® la decadencia de la mafia.
Aunque, seg¨²n sus c¨¢lculos, representan una octava parte de los que fueron en su ¨¦poca dorada, siguen existiendo. Adelstein distingue entre dos tipos de criminales. ¡°Se podr¨ªan dividir entre la yakuza proletaria y la yakuza de cuello blanco. Est¨¢n los l¨ªderes del grupo por un lado y por otro los ejecutores que utilizan la fuerza bruta, que dan palizas, asesinan. Pero tambi¨¦n existen hombres de negocios que disponen de la red de informaci¨®n de la yakuza, pero no parecen yakuza. No les faltan dedos. No est¨¢n tatuados¡±, asegura el periodista en referencia a dos los rasgos m¨¢s universalmente conocidos de la mafia japonesa: cuando un miembro comete una falta, tiene que cortarse un dedo, y llevan adem¨¢s todo el cuerpo tatuado, motivo por el que en Jap¨®n no se puede entrar en unos ba?os p¨²blicos, extremadamente populares, con la m¨¢s peque?a marca de tinta en el cuerpo. ¡°Y lo han hecho bien. Es decir, b¨¢sicamente se est¨¢n dedicando a negocios leg¨ªtimos. Est¨¢n dirigiendo agencias de trabajo temporal. Creo que probablemente empezar¨¢n a entrar en los casinos porque han sido legalizados. Sin embargo, la extorsi¨®n y otros negocios de los que hablo en el libro son cada vez m¨¢s dif¨ªciles. Cuando Tokyo Vice sali¨® en ingl¨¦s, en 2009, podr¨ªa haber 80.000 yakuza y ahora no habr¨¢ m¨¢s de 10.000¡±.
El libro relata tambi¨¦n el siniestro mundo de la industria del sexo en Jap¨®n y la esclavitud sexual a la que son sometidas muchas mujeres, llevadas al pa¨ªs con enga?os para acabar siendo forzadas a prostituirse. De nuevo, severos cambios legales llevados a cabo por el Gobierno japon¨¦s han mejorado la situaci¨®n y han sacado a los yakuza de este negocio. ¡°Cuando la polic¨ªa empez¨® a ofrecer protecci¨®n a las mujeres que hab¨ªan sido v¨ªctimas de trata, los mafiosos dijeron: ¡®Esto es demasiado peligroso. No podemos ganar dinero¡¯. Y se alejaron de ello muy r¨¢pidamente¡±.
Dos detalles de Tokyo Vice sirven a Adelstein para describir la cultura japonesa. Uno de ellos es el hecho de que las listas de libros m¨¢s vendidos est¨¦n copadas por manuales de todo tipo, que reflejan una sociedad que cree que hay una manera correcta de hacer las cosas y que debe aplicarse a fondo para alcanzarla. El libro m¨¢s exitoso era un manual para discutir con los coreanos, que reprochan a muchos japoneses su negacionismo de las barbaridades del imperialismo. Tambi¨¦n existe un manual del perfecto suicida (la presi¨®n social y laboral es a veces terrible), otro para aspirantes a caseros, unos cuantos sobre t¨¦cnicas sexuales (estos con muchas fotos)¡
La segunda historia tiene que ver con el intercambio de tarjetas, un rito totalmente codificado, que describe cuando conoce a su primer yakuza. ¡°Me das tu tarjeta con las dos manos. La recojo con las dos manos y la miro y veo tu nombre y, para mostrar mi respeto, te doy mi tarjeta con una mano para dejar claro que es ligera, que pesa menos que la tuya. As¨ª que tomas con dos manos y das con una siempre a menos que te encuentres con alguien como el emperador o el primer ministro¡±.
Despu¨¦s de su experiencia con la yakuza, Adelstein se convirti¨® en sacerdote budista, algo que asegura ha influido en su vida decisivamente: ¡°Medito m¨¢s. Tengo que hacerlo. Estoy aprendiendo. Ser un sacerdote budista zen en Jap¨®n es algo realmente grande. Es como estar en el ej¨¦rcito. As¨ª que tengo que aprender a hacer servicios funerarios y otras cosas. Y sobre todo significa comportarse de una manera determinada: hay 10 cosas que no puedes hacer, incluido enfadarte. Y trato de cumplir con todas ellas¡±.
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