¡®Vaca¡¯: una pel¨ªcula sobre lo que esconde un vaso de leche

El premio Nobel sudafricano J. M. Coetzee, c¨¦lebre animalista, asegura que toleramos el sacrificio animal solo porque no lo sufrimos. Ni lo vemos, ni lo escuchamos, ni lo olemos. Hace apenas dos a?os, la pel¨ªcula Gunda, producida por otro famoso animalista, el actor Joaquin Phoenix, y dirigida por el ruso Viktor Kossakovsky, se deten¨ªa en la vida en una granja de una cerda y sus lechones. Pese a su estilizado blanco y negro y el protagonismo de una sola camada, Gunda guardaba ciertas similitudes con Vaca, el documental de Andrea Arnold que ahora nos sumerge en la experiencia del ganado bovino en una granja lechera. Ambas pel¨ªculas arrancan con un parto y en las dos la c¨¢mara funciona como el emp¨¢tico esp¨ªa de una vida animal cuyo papel en la explotaci¨®n alimentaria resulta demasiado lejana y ajena a la mayor parte de los consumidores.

La c¨¢mara de Arnold (premio del jurado en Cannes en 2010 con su segunda pel¨ªcula, Fish Tank, y seis a?os despu¨¦s con American Honey) funciona como una esponja. No carga las tintas, solo expone de qu¨¦ se compone ¡ªtambi¨¦n durante los d¨ªas luminosos y las noches pastando en el campo¡ª una vida en la que las vacas, inseminadas artificialmente al menos una vez al a?o, solo viven para parir y producir leche. Los terneros, separados casi al instante de sus madres, seguir¨¢n la misma suerte si son hembras: partos sin descanso, ubres a reventar monitorizadas y la separaci¨®n forzosa de unos terneros que casi ni oler¨¢n.

La pel¨ªcula de la directora brit¨¢nica apela a un realismo agrario en el que los hombres son voces fuera de campo que organizan, muchas veces con buenas palabras y tono amable, una tediosa rutina en la que el espectador sentir¨¢ el dolor f¨ªsico de ser vaca lechera en una f¨¢brica. Hay momentos horribles, como el de la separaci¨®n de los terneros de las vacas, el de la cauterizaci¨®n de sus cuernos o el uso crispante del hilo musical mientras las m¨¢quinas orde?an a los automatizados animales. Tambi¨¦n hay instantes extra?amente hermosos, como los de las vacas de noche a la intemperie y bajo la luna. Algunos tachar¨¢n de propaganda vegana a Vaca, aunque Arnold tan solo se limite a plasmar lo que ocurre sin voces ni adoctrinamientos. Si es propaganda, al menos es de la inteligente. Sea como sea, la pel¨ªcula transpira desolaci¨®n y, volviendo a Coetzee y a su alter ego, Elisabeth Costello, hoy a esos animales sin poder ¡°solo les queda su silencio para hacernos frente¡±.