El arte contempor¨¢neo imagina un futuro de abundancia
La colecci¨®n Francesca Thyssen-Bornemisza re¨²ne en el C3A de C¨®rdoba obras de Ai Wei Wei, Olafur Eliasson, John Akomfrah, Camille Henrot o Sarah Lucas que rebaten la teor¨ªa de Malthus de la escasez
El hombre no puede vivir en mitad de la abundancia, seg¨²n escribi¨® Thomas Malthus, pionero de la ciencia demogr¨¢fica, en su libro Ensayo sobre el principio de la poblaci¨®n (1798). All¨ª se explicaba que el g¨¦nero humano tiende a crecer en progresi¨®n geom¨¦trica, mientras los recursos naturales lo hacen en progresi¨®n aritm¨¦tica, con un resultado que nos abocar¨ªa a la escasez. Malthus recog¨ªa una doble herencia de la Ilustraci¨®n, a trav¨¦s de Rousseau y Hume, y la moral religiosa protestante ¨Dtambi¨¦n era cl¨¦rigo anglicano¨D, y supuso a su vez una influencia determinante para Darwin y su teor¨ªa de la evoluci¨®n de las especies, pero tambi¨¦n para la econom¨ªa moderna. Contra este paradigma de la escasez, que desde entonces ha dominado el pensamiento, la teor¨ªa econ¨®mica e incluso el g¨¦nero de la ciencia ficci¨®n, se rebela la exposici¨®n Futuros abundantes, que se puede visitar en el Centro de Creaci¨®n Contempor¨¢nea de Andaluc¨ªa de C¨®rdoba (C3A) hasta el 5 de marzo de 2023. Incluye m¨¢s de 40 piezas de la Colecci¨®n TBA21, creada por Francesca Thyssen-Bornemisza, de artistas como Ai Wei Wei, Olafur Eliasson, John Akomfrah, Camille Henrot o Sarah Lucas.
La comisaria de la muestra, Daniela Zyman, cree que Malthus err¨® al convertir la escasez en una doctrina indiscutible, lo que no evita la necesidad de aplicar una distribuci¨®n justa y eficiente de los recursos: ¡°Futuros abundantes le desaf¨ªa pensando en futuros alternativos que pasan por la reducci¨®n del consumo, la redistribuci¨®n de bienes y la reflexi¨®n en torno al porqu¨¦ de la escasez. Pero la escasez no es algo natural: de eso va esta muestra¡±. Zyman, que es adem¨¢s directora art¨ªstica de la Fundaci¨®n TBA21, plantea a cambio la posibilidad de un porvenir marcado por la abundancia, entendida como un concepto vasto y proteico. En esta l¨ªnea destacan en la muestra el fot¨®grafo Thomas Struth, que capta una naturaleza exuberante como una promesa de bienestar, o un v¨ªdeo de la artista multimedia portuguesa Diana Policarpo que representa el patr¨®n de crecimiento de un hongo que es al mismo tiempo t¨®xico o curativo, seg¨²n el uso que se le aplique. Organismos que crecen y se multiplican, dominando el espacio, aparecen tambi¨¦n en las pinturas de la espa?ola Regina de Miguel o en las instalaciones de la alemana Susanne M. Winterling y el brasile?o Ernesto Neto, una de las primeras obras adquiridas por Francesca Thyssen-Bornemisza para su colecci¨®n, hace ya dos d¨¦cadas.
La riqueza de las tradiciones, de las formas de conocimiento intuitivo que al pensamiento cient¨ªfico le ha interesado menospreciar, se pone de relieve con los t¨®tems dedicados al agua de Asunci¨®n Molinos Gordo o las postales etnogr¨¢ficas de mujeres de Mathilde ter Heijne. Del mismo modo proliferan las autoconstrucciones del mexicano Abraham Cruzvillegas, basadas en las arquitecturas precarias de las clases desfavorecidas de su pa¨ªs.
Las piezas del argentino Tom¨¢s Saraceno, creadas a partir de telas de ara?a, desvelan que con estas arquitecturas biol¨®gicas el animal genera en realidad una prolongaci¨®n de su propio cuerpo. Y cuerpos h¨ªbridos o mutantes presentan las esculturas de Camille Henrot y Sarah Lucas: para esta ¨²ltima, la idea de la abundancia pasa por no tener que elegir entre sexos, al reunirse todos en una misma morfolog¨ªa. De lo liminal entre los cuerpos y los dispositivos dise?ados para transportarlos tratan las dos obras monumentales de Teresa Solar, que forman parte del conjunto de cinco que la artista madrile?a produjo para la pasada Bienal de Liverpool de 2021. Son las ¨²nicas piezas de la exposici¨®n que no fueron encargadas o adquiridas por la colecci¨®n de Francesca Thyssen-Bornemisza.
Solar es, adem¨¢s, una de las artistas seleccionadas por la comisaria Cecilia Alemani para la exposici¨®n central de la Bienal de Venecia que se inaugura el pr¨®ximo 23 de abril, y que comparte con Futuros abundantes muchos de los temas citados: el cuestionamiento de la raz¨®n patriarcal heredada de la Ilustraci¨®n, el poshumanismo, lo liminal, la hibridaci¨®n, la apreciaci¨®n de los conocimientos tradicionales y del pensamiento no cient¨ªfico, habitado por lo misterioso o lo abiertamente m¨¢gico. Pero la muestra del C3A puede asimismo entenderse como una extensi¨®n de otra que tambi¨¦n comisari¨® Daniela Zyman para la Fundaci¨®n TBA21, titulada Cotton Under My Feet, que el a?o pasado pudo verse en el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid. En aquella, el artista liban¨¦s Walid Raad realizaba un apasionante ejercicio de fabulaci¨®n que entrelazaba hechos hist¨®ricos con elementos de pura fantas¨ªa a partir de distintas piezas de la colecci¨®n Thyssen y de la propia genealog¨ªa de esta familia. En este caso, Zyman proyecta hacia el futuro esa misma capacidad de fabulaci¨®n, sugiriendo que la pr¨¢ctica del comisariado art¨ªstico puede constituir, entre otras muchas cosas, un fruct¨ªfero ejercicio narrativo.
Con Futuros abundantes, TBA21 inicia tres a?os de presencia en C¨®rdoba y celebra a su vez el vig¨¦simo aniversario de su fundaci¨®n. El d¨ªa de la inauguraci¨®n de esta primera colaboraci¨®n se celebr¨® en los jardines del C3A un evento gastron¨®mico, The Long Table Cycle, obra del colectivo multidisciplinar cordob¨¦s Plata, autor tambi¨¦n de varias instalaciones vegetales integradas en la exposici¨®n. Los asistentes se serv¨ªan los alimentos naturales ¨Dverduras, semillas, frutos o aceites¨D que eran depositados sobre una gran mesa a modo de ofrenda de hospitalidad. Y con ello se rebat¨ªa otra c¨¦lebre cita de Malthus, seg¨²n la cual para el ser humano no hay un cubierto reservado en el gran banquete de la naturaleza.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.