Leonardo Padura, premio Pepe Carvalho de la BCNegra 2023
El autor cubano, creador de la serie de Mario Conde y gran narrador de la realidad de su pa¨ªs, recibe el reconocimiento del festival barcelon¨¦s a toda una carrera
En 1989, cuando Leonardo Padura (La Habana, 67 a?os) peleaba con el d¨ªa a d¨ªa del periodismo en Cuba mientras empezaba a perfilar al personaje de ficci¨®n que ha marcado su carrera, no pod¨ªa imaginar que el mundo iba a cambiar para siempre, pocos meses despu¨¦s, con la ca¨ªda del Muro de Berl¨ªn. Tampoco, que esa carrera literaria todav¨ªa en ciernes le iba a otorgar grandes reconocimientos. El ¨²ltimo, esta tarde de lunes cuando ha sido galardonado con el Premio Pepe Carvalho de la BNegra a toda su carrera, un premio de un festival que celebra su decimoctava edici¨®n y que en las ¨²ltimas ediciones han ganado Don Winslow, Juan Madrid, Joyce Carol Oates o Claudia Pi?eiro, que ha sido la encargada de anunciarlo.
Padura, que ha homenajeado esta tarde a su amigo Manuel V¨¢zquez Montalb¨¢n y ha subrayado ¡°el hueco irrellenable¡± que dej¨® su muerte en la cultura espa?ola, ha emplazado a los lectores al discurso que dar¨¢ el jueves, cuando recoja el premio en uno de los actos centrales de BCNegra, palabras que ya tiene escritas en ¡°seis cuartillas a doble espacio¡± porque, bromeaba, es un hombre ¡°muy disciplinado¡±.
El autor cubano public¨® la primera novela protagonizada por Mario Conde en 1991. Se titulaba Pasado perfecto, cap¨ªtulo inicial de una tetralog¨ªa que marc¨® un punto y aparte en la literatura negrocriminal en espa?ol. Protagonizada por un polic¨ªa que no quiere serlo, o que no sabe serlo al servicio del poder, la serie nos muestra, en ¡°novelas escu¨¢lidas y conmovedoras¡± como las que le gustar¨ªa escribir al propio Conde, La Habana de 1989 a trav¨¦s de unas tramas policiales s¨®lidas y de un conjunto de personajes inolvidables. As¨ª defin¨ªa el autor en Agua por todas partes, su libro de reflexiones sobre su obra y la literatura, la relaci¨®n de sus personajes con una ciudad en la que sigue viviendo. ¡°Mis personajes son, como yo, habaneros. Algunos, aunque no lo confiesen, son en realidad mantilleros. Y casi siempre son gentes aferradas a su origen, a su circunstancia, a su tiempo, a su ciudad. Tipos que padecen la insularidad pero que, a la vez, se revuelcan en ella y que, si deben partir, se sienten partidos: una de sus mitades se va, otra se queda¡±.
Esas novelas narran un mundo en conmoci¨®n, la vida en 1989 en un pa¨ªs que ha ocupado un lugar en la historia reciente muy por encima de su influencia geopol¨ªtica o su tama?o. ¡°Mi generaci¨®n creci¨® en medio de la revoluci¨®n, particip¨® en ella, pero cuando alcanz¨® su momento de madurez, de recoger los frutos, a principios de los a?os noventa, vio c¨®mo ca¨ªa la Uni¨®n Sovi¨¦tica y todo se desmoronaba. A ese proceso tambi¨¦n se le sum¨® el acceso a una informaci¨®n que no ten¨ªamos antes. Todo eso gener¨® una conmoci¨®n que he podido trasladar a mis novelas, pero siempre partiendo de los personajes¡±, explicaba en una entrevista en EL PA?S. Padura ha frecuentado el relato, las memorias, el reportaje period¨ªstico y otras obras h¨ªbridas como La novela de mi vida, pero es en su serie negra, es a trav¨¦s de la mirada y las vicisitudes de Mario Conde, como mejor se refleja en lo cotidiano este intenso devenir hist¨®rico.
El autor de Herejes recibi¨® en 2015 el Premio Princesa de Asturias, un galard¨®n que un a?o antes hab¨ªa recibido John Banville (Benjamin Black cuando es autor de la serie del pat¨®logo forense Quirke) y en 2018 Fred Vargas en una muestra de la pujanza de un g¨¦nero que tiene en Padura a uno de sus mejores representantes.
Tras la Tetralog¨ªa de las cuatro estaciones, como se conoce a esas cuatro primeras novelas, da un salto temporal hasta el presente para las otras cinco que completan el ciclo por el momento. La ¨²ltima de ellas, Personas decentes (Tusquets, como toda la serie) es el mejor reflejo de la vitalidad de un personaje, Mario Conde, ya en los anales del g¨¦nero, y de un conjunto de novelas circunscrito a La Habana pero de alcance universal. Mario Conde tiene 62 a?os y ha envejecido en lo f¨ªsico y en lo mental. Es 2016, hace casi tres d¨¦cadas que no es polic¨ªa, ocupaci¨®n a la que dedic¨® ¡°la barbaridad de 10 a?os¡± y sobrevive vendiendo libros (o cualquier cosa con algo de valor) de segunda mano. Sigue a cuestas con su ¡°pesimismo hist¨®rico¡±, su lucidez para interpretar la vida, pero tambi¨¦n atrapado, como le recuerda su amigo Carlos el Flaco, ¡°entre el dolor del presente y el temor al futuro¡±. Primero con Herejes y luego con La transparencia del tiempo, Padura acometi¨® un cambio de estilo en el que la parte hist¨®rica ganaba terreno y el n¨²mero de p¨¢ginas aumentaba considerablemente. En Personas decentes ese nuevo prop¨®sito alcanza su mejor expresi¨®n, lo que augura un buen futuro a la serie de Conde.
Fuera de lo criminal, es autor de El hombre que amaba a los perros (Tusquets) una novela sobre el asesinato de Trotsky a manos de Ram¨®n Mercader, un trabajo de m¨¢s de 20 a?os de investigaci¨®n en el que el autor se convirti¨® en detective para completar un relato de ficci¨®n lleno de realidad, una novela en la que todos mienten, un monumento literario.
Amante del juego de pelota (b¨¦isbol) desde ni?o, tiene pendiente una novela sobre su gran pasi¨®n y asegura que si sus lectores no la han disfrutado todav¨ªa es porque no ha descubierto ¡°c¨®mo hacerlo¡±. ¡°Creo que Cuba puede contar su historia sin hablar de sus escritores, de sus pintores o de su gastronom¨ªa, pero no puede hacerlo sin hablar de sus m¨²sicos o de sus jugadores de b¨¦isbol¡±, comentaba a este diario para reflejar su gran pasi¨®n.
El premio homenajea al Pepe Carvalho de Manuel V¨¢zquez Montalb¨¢n, un personaje esencial en la historia de la novela negra mediterr¨¢nea, l¨²cido analista de la realidad de su ¨¦poca, un car¨¢cter ¨²nico, un particular sentido de la fidelidad, una mirada diferente a la vida. Seguro que, como sus creadores, Carvalho y Conde habr¨ªan sido buenos amigos.
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