Una fot¨®grafa gana a Warhol en los tribunales y el arte se pregunta cu¨¢l es el l¨ªmite de la inspiraci¨®n
La corte de alta instancia estadounidense sienta un precedente sobre el alcance de la defensa del ¡°uso justo¡± en las obras. Lo que implica para el mundo de la creaci¨®n a¨²n est¨¢ por determinar
Es dif¨ªcil saber si Da Vinci se retorci¨® en su tumba cuando Basquiat pint¨® su versi¨®n de la Mona Lisa, o si Vel¨¢zquez hubiera demandado a Picasso por reproducir sus Meninas en lienzos cubistas, pero es indiscutible que estas obras ¡ªlas originales y las derivadas¡ª son cl¨¢sicos de la historia del arte y que la tradici¨®n occidental ha estado marcada desde el Renacimiento por las versiones, las reinterpretaciones y las conversaciones de lo nuevo y lo antiguo. Por eso, la sentencia del Tribunal Supremo estadounidense de la semana pasada, seg¨²n la cual Andy Warhol viol¨® los derechos de autor de la fot¨®grafa Lynn Goldsmith al utilizar su foto del cantante Prince en una serie de serigraf¨ªas, ha puesto en alerta al mundo del arte. La cuant¨ªa de la multa, que asumir¨¢ la fundaci¨®n del artista, est¨¢ todav¨ªa por determinar.
La decisi¨®n de la m¨¢s alta instancia jur¨ªdica estadounidense sienta un precedente sobre el alcance de la defensa del ¡°uso justo¡± ¡ªlo que los americanos llaman fair use¡ª, una regla que permite emplear porciones de obras protegidas por la propiedad intelectual sin necesidad de pedir permiso. Las obras de Andy Warhol, el mayor exponente de arte pop en el mundo, se inspiran en publicidades, fotos o bienes de consumo ya existentes para reproducirlos, modificarlos y darles otro significado: sus series de im¨¢genes de Coca-Cola o de Marilyn Monroe parten de un dise?o anterior para transformarlo y hacer un comentario cr¨ªtico sobre el capitalismo o las superestrellas.
En 1981, Lynn Goldsmith fotografi¨® a Prince para la revista Newsweek. Tres a?os despu¨¦s, la revista Vanity Fair encarg¨® a Andy Warhol una serie de serigraf¨ªas y dos bocetos a l¨¢piz del cantante. Para ello, Warhol utiliz¨® la foto en blanco y negro de Goldsmith, que transform¨® a?adi¨¦ndole color. Vanity Fair pag¨® entonces a la fot¨®grafa 400 d¨®lares por el uso ¨²nico de parte de su trabajo como ¡°material de referencia¡±. Cuando Prince muri¨® en 2016, la revista decidi¨® recuperar el encargo a Warhol (fallecido en 1987) y pag¨® 10.250 d¨®lares a la Fundaci¨®n Andy Warhol por el uso de otra de las serigraf¨ªas de la serie. Pero no a la autora original. Cuando el caso lleg¨® al Tribunal Supremo, la jueza Sonia Sotomayor, que redact¨® la opini¨®n de la mayor¨ªa (de siete contra dos), consider¨® que ambas obras compart¨ªan en esta situaci¨®n el mismo prop¨®sito y uso comercial (las dos se vendieron a revistas) y que, como Vanity Fair ya hab¨ªa hecho en 1984, ten¨ªa que haber habido una compensaci¨®n econ¨®mica para Goldsmith en 2016.
El fallo del Supremo podr¨ªa cambiar las reglas del juego de la creaci¨®n art¨ªstica en el pa¨ªs americano, pero por el momento no en el resto del mundo, aunque el caudal de obras, galer¨ªas, multinacionales del entretenimiento o artistas estadounidenses es tan grande y predominante que el alcance podr¨ªa ser global. Cristina Villasante, abogada especializada en derechos de autor, es consciente de los l¨ªmites de la influencia de esta en Europa: ¡°No creo que esta sentencia provoque una oleada de demandas aqu¨ª. Estoy convencida de que la decisi¨®n del Tribunal Supremo de EE UU podr¨ªa influir en las decisiones que al respecto tomen nuestros tribunales en Europa, si bien debemos tener en cuenta que el sistema continental europeo y el anglosaj¨®n son bastantes diferentes y la decisi¨®n no crea jurisprudencia en Europa¡±.
Algunos interpretan la decisi¨®n de la mayor¨ªa como una victoria del peque?o artista, cuyo trabajo sale protegido. Pero otros ven este dictamen como una lacra a la libertad de expresi¨®n y a la posibilidad de crear obras de arte que que deriven de otras ya existentes. Artistas como Richard Prince, Sherrie Levine o Jeff Koons, cuyos trabajos caminan en la fina l¨ªnea entre plagio e inspiraci¨®n, podr¨ªan verse afectados. Expertos legales en derechos de autor explican los matices de este caso y de sus efectos.
?Una sentencia que limita o favorece la creaci¨®n art¨ªstica?
La encargada de redactar el parecer disidente fue la liberal Elena Kagan ¡ªhabitualmente alineada con Sotomayor¡ª, que replic¨®: ¡°[La sentencia] Reprimir¨¢ la creatividad de todo tipo. Impedir¨¢ el arte, la m¨²sica y la literatura nuevos. Frustrar¨¢ la expresi¨®n de nuevas ideas y el logro de nuevos conocimientos. Har¨¢ que nuestro mundo sea m¨¢s pobre¡±. Sotomayor respondi¨® que estas afirmaciones no envejecer¨ªan bien.
Sin embargo, Kagan no es la ¨²nica en pensar que esta sentencia podr¨ªa empobrecer la creaci¨®n art¨ªstica. En un art¨ªculo del New York Times, Blake Gopnik, cr¨ªtico de arte y autor de una biograf¨ªa de Warhol, argument¨® que, aunque la decisi¨®n no ten¨ªa por qu¨¦ perjudicar a los artistas, podr¨ªa desalentarlos a crear arte derivado. ¡°?Qu¨¦ pasar¨ªa si Goldsmith insistiera en que le pagaran mil millones de d¨®lares por una licencia, o exigiera solo miles a alg¨²n artista que no puede permitirse siquiera eso? De repente, Goldsmith tendr¨ªa casi derecho de veto sobre la expresi¨®n art¨ªstica de otra persona o, como m¨ªnimo, sobre su reproducci¨®n medi¨¢tica¡±, expone el cr¨ªtico.
Andy Ramos, abogado experto en propiedad intelectual, concuerda con este punto de vista. Explica por tel¨¦fono a EL PA?S que le sorprendi¨® que la opini¨®n de la mayor¨ªa del Supremo fuera en esa direcci¨®n: ¡°Tradicionalmente, en la doctrina del fair use se le daba mucha importancia al uso transformativo, que es que la obra de la que t¨² est¨¢s bebiendo tenga una finalidad y una naturaleza diferente a la obra que resulta¡±. Por ejemplo, ilustra, en el cuadro de Warhol de las latas de sopa Campbell hay uso transformativo porque la obra original es una lata de sopa cuya finalidad es vender sopa, pero en el cuadro hay una finalidad art¨ªstica de hacer un comentario sobre la sociedad de consumo.
¡°En cambio, en este caso, m¨¢s que centrarse en el uso transformativo, el Supremo se ha centrado en la naturaleza y en el prop¨®sito de la obra y, sobre todo, en si ese prop¨®sito es comercial¡±, contin¨²a Ramos. ¡°As¨ª que, claro, los artistas ir¨¢n con m¨¢s cuidado al crear arte derivado de obras de terceros. Si ahora alguien quiere apropiarse de forma leg¨ªtima y sin pedir autorizaci¨®n una obra de terceros, va a tener que hacer un an¨¢lisis mucho m¨¢s complejo que hasta ahora. No quiere decir que pierdan el derecho a hacerlo, pero s¨ª que les va a ser m¨¢s laborioso¡±, aclara.
Tambi¨¦n Noah Feldman, acad¨¦mico y jurista estadounidense, esgrime un argumento parecido en su an¨¢lisis de The Washington Post: seg¨²n ¨¦l, esta sentencia es proartistas pero antiarte. ¡°El Tribunal Supremo se ha puesto del lado de los artistas individuales, pero en contra del arte en s¨ª¡±, empieza, y evoca la idea, tambi¨¦n aludida por Kagan, de que el arte nuevo siempre toma algo prestado del antiguo. Artistas como Eric Doeringer, cuya obra se basa en transformar trabajos ya existentes, han mostrado su desacuerdo con esta resoluci¨®n. ¡°Si aplica el fair use, se deber¨ªa aplicar el fair use para hacer lo que quieras con ello. Que me digan que mi forma de expresarme no es realmente m¨ªa lo percibo como censura¡±, declar¨® Doeringer, que en su carrera ha utilizado varios cuadros de Warhol para transformarlos.
Sin embargo, hay quien considera esto positivo. La abogada Cristina Villasantes piensa que priorizar la propiedad intelectual es algo favorable, porque incentiva la creaci¨®n de nuevas obras originales, ya que los artistas se ver¨¢n abocados a crear siguiendo su propia personalidad. ¡°En Estados Unidos se suele poner el derecho de la libertad de expresi¨®n por encima casi de la propiedad intelectual. En cambio, en este caso, la sentencia favorece a los autores y eso incentiva tambi¨¦n la creaci¨®n y la innovaci¨®n¡±, expone la letrada.
Una decisi¨®n sorprendente en EE UU, pero poco llamativa en Europa
Villasantes asegura que esta es una sentencia que sorprende en Estados Unidos, ¡°pero que no llamar¨ªa la atenci¨®n en Europa, si se produjera algo similar¡±. En el pa¨ªs norteamericano, la doctrina del fair use, inexistente en Europa, otorga la posibilidad de utilizar la propiedad intelectual siempre y cuando se considere que su uso no perjudique los derechos de autor, sin necesitar permiso del due?o de dichos derechos, por ejemplo, para uso acad¨¦mico, informativo o par¨®dico.
¡°All¨ª el fair use es una gran instituci¨®n. Para los expertos del copyright es un poco como hablar aqu¨ª de la monarqu¨ªa¡±, compara Andy Ramos. En Europa, la Ley de Propiedad Intelectual se basa en un sistema de l¨ªmites que, explica Villasantes, hay que interpretar de forma m¨¢s restrictiva.
El prop¨®sito comercial de las obras
Los tribunales de los Estados Unidos consideran cuatro factores para determinar si es v¨¢lida la defensa del fair use: el prop¨®sito y el car¨¢cter del uso en disputa, la naturaleza de la obra protegida con derechos de autor, la importancia de la parte utilizada en relaci¨®n con la obra en total y el efecto de dicho uso en el mercado sobre el valor de la obra protegida. En este caso, el Tribunal Supremo subray¨® que el uso y prop¨®sito de ambas era comercial, y que compet¨ªan en el mismo mercado: el de vender fotos a revistas.
Eso hizo que el Supremo fallara del lado de Goldsmith. Villasantes aclara: ¡°Si el Supremo hubiera establecido que lo que hab¨ªa hecho Andy Warhol se amparaba en el fair use, la obra de esta fot¨®grafa podr¨ªa dejarse de licenciar, porque cualquier transformaci¨®n de su obra se empezar¨ªa a comercializar y, por lo tanto, ella dejar¨ªa de ganar dinero por la licencia de su obra¡±.
Aunque en la sentencia la jueza Sotomayor deja claro que la obra de Warhol se podr¨ªa exponer, por ejemplo, en un museo, o en un libro de texto de historia del arte, no est¨¢ tan claro c¨®mo se interpretar¨ªa la venta de merchandising con esa obra. ¡°Si la expones, ah¨ª hay un prop¨®sito no comercial. Pero si est¨¢s vendiendo camisetas o postales, falla en la misma l¨ªnea que ha hecho el Supremo en esta ocasi¨®n¡±, explica Ramos.
El dilema de la inteligencia artificial y los derechos de autor
¡°Ya hay una demanda colectiva en Estados Unidos de Getty Images a Stability AI por violar derechos de autor con Stable Diffusion, el software de generaci¨®n de im¨¢genes con inteligencia artificial¡±, informa Villasantes. La inteligencia artificial se alimenta de im¨¢genes ya existentes, con derechos de propiedad intelectual, sin pedir autorizaci¨®n a los autores correspondientes, para producir un resultado derivado de esas im¨¢genes. Por eso, la agencia fotogr¨¢fica Getty considera que este uso deber¨ªa estar regulado y que los autores deben poder autorizar o no esa inclusi¨®n en la base de datos de la IA.
Sin embargo, argumenta la abogada, una vez obtenido el output surgen otras dudas: ¡°?Cu¨¢l es el uso que se va hacer de esa imagen? ?Se puede considerar que es lo suficientemente original y distinto como para entenderlo como una obra nueva y ampararlo en el fair use? Tambi¨¦n entrar¨ªa en juego el problema de la autor¨ªa, ya que ser¨ªa una obra creada por una m¨¢quina y no por una persona f¨ªsica¡±. Aunque esta sentencia no garantiza que gane este caso Getty Images, Villasantes asegura que crea un precedente que podr¨ªa ser favorable a los derechos de autor y, por lo tanto, perjudicial para Stable Diffusion.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.