¡°Necesito apoyo para conservar mi humanidad¡±: un reo que lleva 15 a?os en el corredor de la muerte se sincera en un c¨®mic
Renaldo McGirth explica a EL PA?S c¨®mo se convirti¨® en protagonista del tebeo ¡®Perpendicular al sol¡¯, que recoge la correspondencia que mantuvo durante a?os con Valentine Cuny-Le Callet. La novela gr¨¢fica de la artista encabeza una oleada de ¨®peras primas muy ambiciosas de creadoras
Renaldo McGirth (Florida, 33 a?os) se convirti¨® en 2008 en la persona m¨¢s joven en ser condenada a muerte. Ten¨ªa 18 a?os. Detr¨¢s de ese dato hay un suceso: el asalto por parte de tres hombres a una casa que termin¨® con la muerte de una mujer. ¡°Necesito apoyo para conservar mi humanidad¡±, dice el reo a EL PA?S desde el corredor de la muerte en el Instutici¨®n Correcional Union en Florida, donde lleva 15 a?os recluido. Ese grito de auxilio aparece tambi¨¦n en el c¨®mic Perpendicular al sol, publicado este mes en espa?ol por Salamanda Graphic, donde la autora francesa Valentine Cuny-Le Callet (Par¨ªs, 28 a?os) ilustra la correspondencia que tuvo con McGirth durante casi una d¨¦cada. Y, de paso, refuerza una oleada de ¨®peras primas de creadoras muy ambiciosas que han invadido el mercado del c¨®mic en Espa?a en las ¨²ltimas semanas.
A Cuny siempre le atorment¨® la idea de que la pena capital siga vigente en pleno siglo XXI en algunos pa¨ªses del mundo (52, seg¨²n Amnist¨ªa Internacional). ¡°No consigo concebir los horrores por los que condenaron a los hombres que he visto en el corredor de la muerte; esa violencia me supera. Pero la de las instituciones contra ellos me supera tambi¨¦n. Para empezar, se dedican a momificarles el cuerpo y la mente, y luego les inducen a esa muerte, a veces d¨¦cadas despu¨¦s de los hechos que provocaron la condena, a veces cuando ya ni se parecen en nada a la persona que fueron¡±, escribe la joven autora en la que es su primera novela gr¨¢fica. Sin embargo, asegura que no empez¨® la correspondencia con McGirth pensando en hacer un libro, sino en acercarse a ese mundo que le indignaba pero tambi¨¦n le provocaba curiosidad. La idea de plasmar en una obra cientos de miles de cartas vino seis meses despu¨¦s de que mandara la solicitud de participaci¨®n en el programa de correspondencia con un condenado a muerte, a trav¨¦s de la Acci¨®n de los Cristianos para la Abolici¨®n de la Tortura (Acat). Cuando, con 19 a?os, visit¨® por primera vez a McGirth, se sinti¨® sobrecogida por las im¨¢genes y conversaciones que escuch¨®; necesitaba exorcizar esas impresiones.
Desde la introducci¨®n del libro, Cuny se?ala que Perpendicular al sol es una coautor¨ªa entre ella y McGirth, pero la ley estadounidense proh¨ªbe que los presos obtengan r¨¦dito econ¨®mico del relato de sus delitos. ¡°Quiero que la gente vea lo que la bendici¨®n de una amistad puede significar para dos personas. Quiero que vean la lucha, pero tambi¨¦n hacerles entender que ni yo ni ellos nos definimos por las experiencias negativas¡±, explica a este peri¨®dico Mcgirth. Sus respuestas, al someterse a un detallado escrutinio por parte de las autoridades, tardan var¨ªos d¨ªas en llegar. McGirth espera desde 2016 una nueva audiencia que confirme su pena de muerte o lo sentencie a cadena perpetua sin libertad condicional, despu¨¦s de que el Tribunal Supremo de Florida anulara el fallo, siguiendo la orden de la Corte Suprema de que todas las sentencias de pena capital posteriores a 2002 deben ser un¨¢nimes: la de ¨¦l fue una decisi¨®n de cuatro jurados contra uno.
La intenci¨®n de Perpendicular al sol nunca fue ahondar o ser un alegato de la inocencia o culpabilidad de su protagonista, seg¨²n apunta su creadora, sino humanizar e inmiscuirse en los pensamientos de un reo que no sabe exactamente cu¨¢ndo ser¨¢ la ¨²ltima vez que despierte. ¡°Soy reh¨¦n, pero no solo del Estado, de la ley, de las apelaciones, sino tambi¨¦n de mis propios sue?os y de saber que hoy est¨¢n m¨¢s lejos que cuando era un cr¨ªo¡±, se lee en una carta de McGirth. Cuny apenas dedica un par de p¨¢ginas a reconstruir el asalto y lo que sigue son ilustraciones hiperrealistas, muy trabajadas, que dan vida a la cabeza de McGirth, cuyas misivas componen la mayor¨ªa del libro. El formato de correspondencia provoca una sensaci¨®n de cercan¨ªa y se sigue la evoluci¨®n de la amistad de los autores. El lector asiste en primera fila a las batallas internas del convicto, que se van agudizando hacia el final del libro: ¡°Sufro los efectos de mi condici¨®n. Me destruye, me averg¨¹enza (...) Dios ha hecho de m¨ª un aut¨¦ntico ser humano y eso nadie me lo arrebatar¨¢¡±.
Tambi¨¦n est¨¢n las peleas mentales de Cuny, quien se pregunta si es su culpa que McGirth entre en depresi¨®n al hacerle excavar en su cabeza: ¡°Al principio me causaba mucho conflicto pensar si hab¨ªa hecho algo malo. Pero despu¨¦s me di cuenta de que sus cartas eran un mensaje de ¡®contin¨²a¡¯, ¡®sigue escribiendo¡¯, porque cada una de ellas le costaba dinero, esfuerzo¡±, cuenta la artista por videollamada desde Texas, donde vive con su esposo y hace un doctorado en Bellas Artes. McGirth dice estar feliz con el resultado final de un libro que, a pesar de haberle hecho sentir vulnerable en el proceso, es su ventana para exponerse al mundo.
De hecho, las cartas son su conexi¨®n con el exterior, lo que le permite ver la realidad. Ahora mantiene correspondencia con ocho personas, aunque algunos escriben solo una vez y otros solo quieren compartir sus pensamientos sobre el libro. ¡°En cualquier caso est¨¢ bien porque las cartas me permiten conservar mi humanidad, ser parte del mundo, de sus vidas... vivir fuera de los barrotes, del hormig¨®n y del acero de este infierno hecho por el hombre. Y amar y ser amado¡±, responde por escrito.
Buscando la representaci¨®n visual de los pensamientos
¡°?C¨®mo representar los recuerdos, los sue?os y los miedos de Renaldo?, ?c¨®mo crear una imagen que transmita su voz sin traicionarla y sin usurpar su lugar?¡±, se pregunta a s¨ª misma la artista en el tebeo. La respuesta tiene dos vertientes: por un lado, est¨¢n las im¨¢genes que reconstruyen memorias y lugares reales, dibujos hiperrealistas con muchas escalas de grises; y, por otro, est¨¢n las ilustraciones aleg¨®ricas y simb¨®licas que representan los pensamientos del protagonista, y que Cuny realiza con xilograf¨ªas (grabado sobre madera). En ambos casos hay vi?etas oscuras, crueles, en algunas ocasiones. ¡°Imprimo im¨¢genes muy negras. El dibujo naci¨® en la sombra¡±, dice la artista.
Al recurrir a un estilo realista, Cuny se apoya en un sinf¨ªn de referencias art¨ªsticas y documentales, desde el cuadro El jard¨ªn de las delicias de El Bosco hasta libros de bot¨¢nica, pasando por fotograf¨ªas del archivo del Estado de Florida. Su proceso de investigaci¨®n se incluye en el c¨®mic y revela c¨®mo hist¨®ricamente se ha utilizado una gram¨¢tica visual racista para representar a las personas negras: mammys (uso despectivo para mujeres negras que realizaban trabajo dom¨¦stico), pickaninnies (peyorativo para ni?os afrodescendientes) o el estereotipo de su gusto por las sand¨ªas. McGirth no solo es coautor del guion, sino que tambi¨¦n aporta algunas im¨¢genes, v¨ªvidos paisajes que contrastan con su encierro.
Historietistas que debutan con obras vanguardistas
Con Perpendicular al sol, Cuny se suma a una serie de novelas gr¨¢ficas de autoras debutantes publicadas en espa?ol entre finales del a?o pasado y comienzos de este y que comparten una vocaci¨®n por la experimentaci¨®n visual y de contenido. En Alison (Errata Naturae), Lizzy Stewart (Plymouth, 36 a?os) ofrece un minucioso retrato visual del Londres de las ¨²ltimas tres d¨¦cadas para contar la historia de una artista que busca hacerse un nombre en la escena internacional; Merel (Garbuix), de Clara Lodewick (Bruselas, 28), retata a una cuarentona soltera que divide su tiempo entre sus patos y el f¨²tbol; Bea Lema (A Coru?a, 38) se apoya en el bordado para recordar su infancia con una madre que padece una enfermedad mental en El cuerpo de cristo (Astiberri); Rotunda (Andana), de Candela Sierra (Granada, 33), expone la precariedad laboral para los jovenes; y Zoe Thorogood (Ipswich, 25) narra el tortuoso camino hacia la oscuridad de una pintora en La inevitable ceguera de Billie Scott (Reservoir Books).
Son obras premiadas, aplaudidas por la cr¨ªtica y que cuentan historias de mujeres en contextos adversos. La protagonista de Alison, por ejemplo, se da cuenta de que no puede ser una pintora renombrada por s¨ª sola, en un sector creado y estructurado por hombres. O en Rotunda, el jefe de la protagonista se aprovecha de su desesperaci¨®n en busca de trabajo para acosarla. ¡°Los abusos de poder est¨¢n incluso en la familia. Empieza a haber una conciencia, que es superficial, y muchas veces hip¨®crita. Ten¨ªa un proyecto en mente para mi primer c¨®mic, pero quer¨ªa expresar toda la rabia contenida¡±, cuenta la andaluza Sierra.
Son tambi¨¦n relatos que parten de la propia experiencia biogr¨¢fica. Como en El cuerpo de Cristo, donde la gallega Lema reconstruye su traum¨¢tica infancia con una madre enferma. ¡°Es un ejercicio de autoficci¨®n, surgi¨® por mi necesidad de hablar sobre un tema que en casa era tab¨². Nuestra vida ha girado en torno al diagn¨®stico de mi madre. Al final es mi historia, pero la de muchas otras, porque alrededor de las enfermedades mentales sigue habiendo un tab¨²¡±, cuenta la autora sobre su ¨®pera prima, que fue galardonada con el premio del p¨²blico en el ¨²ltimo Festival de Angulema. Historias que demuestran que el c¨®mic no tiene miedo de dibujar asuntos que hist¨®ricamente han sido esquivados, como los trastornos mentales, el acoso laboral o los reos que viven perpendiculares al sol en el corredor de la muerte.
Babelia
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