La bestia Dani Arnold sobrevive a Ueli Steck
El alpinista suizo cierra una d¨¦cada de escaladas sin cuerda firmando cinco r¨¦cords de velocidad en las seis caras norte m¨¢s importantes de los Alpes
El contacto con la naturaleza, con las monta?as en particular, puede causar indiferencia o envenenar la mente, que arranca a so?ar sin avisar con escenarios aislados donde uno va al encuentro¡ ?de s¨ª mismo? Dani Arnold, criado en un pueblo suizo a 1.700 metros sobre el nivel del mar sabe bien lo que es el aislamiento: para ir al colegio necesitaba subirse a un telef¨¦rico todas las ma?anas y por la tarde, antes de que cerrasen sus puertas. Nunca pudo jugar con sus amigos al salir de clase. Rodeado de cimas, con una cuerda de su padre, y con harina robada a su madre (sab¨ªa que los escaladores se embadurnan las manos con un producto blanco, pero desconoc¨ªan que era magnesio), se puso a escalar con sus hermanos. Arnold, de 37 a?os, cerr¨® la semana pasada un sue?o dibujado de forma imprecisa en su ni?ez, imaginado en la adolescencia y perpetrado a lo largo de los ¨²ltimos diez a?os: escalar en solo integral las seis caras norte m¨¢s temidas, respetadas e ic¨®nicas de los Alpes. Para ello, solo ha tenido que sobrevivir a Ueli Steck, otro alpinista suizo con sue?os casi id¨¦nticos.
En 2011, surgido de ninguna parte, Dani Arnold irrumpe en la escena mundial del alpinismo batiendo el r¨¦cord de velocidad de Ueli Steck en la cara norte del Eiger: le rebana 20 minutos y lo fija en 2 horas y 28 minutos. Apenas era la tercera vez en su vida que escalaba sin cuerda. Steck, en cambio, es ya una estrella apodada la m¨¢quina suiza, y como si dos m¨¢quinas no pudiesen coincidir en el tiempo, Arnold pasa bajo el radar. Sumamente discreto, Arnold no replica cuando Steck le arrebata el r¨¦cord en 2015 (dej¨¢ndolo en 2 horas y 22 minutos) pero, poco a poco, sigue haciendo camino y se afana en lograr todos los r¨¦cords en las cinco caras norte restantes.
Steck, fallecido en 2017 en el Lhotse, sigue ostentando el r¨¦cord de velocidad en la norte del Eiger, pero los otros cinco pertenecen a Arnold. La semana pasada escal¨® la ruta Allain-Leininger en la norte del Petit Dru en una hora y 43 minutos. Una cordada excelente suele necesitar al menos d¨ªa y medio¡ En su mochila caben tambi¨¦n r¨¦cords siderales de velocidad en el Cervino (2015), Piz Badile (2016), Grandes Jorasses (2018)y Cima Grande de Lavaredo (2019).
Dani Arnold carece de un Oscar de Hollywood como el que posee Alex Honnold, pero muchos est¨¢n de acuerdo en se?alar al suizo como una bestia que supera las aptitudes del norteamericano: no solo escala en terreno mixto o en roca: en 2018 dej¨® boquiabierta a la parroquia escalando el m¨¢ximo grado de dificultad en hielo, una cascada de 300 metros. Su polivalencia es escalofriante. La paternidad le concedi¨® tiempo para escribir un libro, cuyo t¨ªtulo ?Por qu¨¦ todo esto?, es un gui?o a la pregunta que todos los que se le acercan le espetan. ¡°Y no tengo respuesta, como tampoco s¨¦ por qu¨¦ quise tener estos r¨¦cords. Nunca encuentro respuestas satisfactorias a estas cuestiones. Es un juego entre las monta?as y yo, un juego de libertad, de ligereza y me fascina la velocidad aunque implique un sufrimiento f¨ªsico y psicol¨®gico. Eleg¨ª las seis caras norte porque es all¨ª donde los grandes alpinistas dejaron su huella. Pero tambi¨¦n estoy orgulloso de mis expediciones o de mis ascensiones con cuerda, aunque nadie habla de ello¡¡±
Superar las comparaciones con Ueli Steck no fue sencillo: Arnold necesitaba su camino. ¡°Yo carezco del profesionalismo de Steck, soy m¨¢s ca¨®tico y pese a que antes pensaba que era imposible ser un buen alpinista sin cuidar todos los detalles (alimentaci¨®n, preparaci¨®n, patrocinios, etc) soy la prueba de que es posible ser un poco desastre, como yo, y hacerlo bien porque el talento y la intuici¨®n no se entrenan y son fundamentales¡±, explicaba el a?o pasado en la radio RTL.
Dani Arnold apenas completa una o dos ascensiones anuales prescindiendo de la cuerda. Se trata de aventuras tan extenuantes en lo psicol¨®gico que tiene que dosificarlas con esmero. ¡°En la cima no tengo pensamientos metaf¨ªsicos: tan solo la alegr¨ªa de que todo haya ido bien. El alivio que siento no es por no haberme matado, sino por no tener objetivos, por no necesitarlos. Despu¨¦s del Eiger, durante 6 meses ni siquiera me apetec¨ªa practicar alpinismo. Pero luego llega, poco a poco, la necesidad de vivir otra aventura¡±, escribe. De hecho, no intentar¨¢ batir el r¨¦cord de Steck en el Eiger: le basta con haber vivido una vez esa experiencia.
Su discreci¨®n le convirti¨® en un rebelde a los ojos de sus patrocinadores: no avisaba de sus proyectos; los llevaba a cabo y lo comunicaba despu¨¦s. Ahora sufre de antemano cada vez que ha de poner en marcha uno de ellos y apenas soporta la carga de la mercadotecnia. Todo resulta mucho m¨¢s sencillo en la pared, escalar le libera, le aleja del estr¨¦s, borra sus miedos. ¡°Nunca dudo cuando escalo sin cuerda: soy capaz de mirar el vac¨ªo, y s¨¦ que si cometo un error me mato, as¨ª que siempre voy concentrado y preparado al m¨¢ximo. S¨¦ que existe un riesgo residual¡ as¨ª que solo escalo sin cuerda cuando s¨¦ que todo ir¨¢ bien, me agarro a este pensamiento¡±, asegura.
No se habla de la muerte en su casa: ¡°creo que todo est¨¢ escrito, que hay un destino prefijado. Claro que hay que tener cuidado, vigilar, pero quedarse quieto no es una opci¨®n y considero importante tener una actitud optimista. Ahora tengo mucha experiencia mientras que al principio era mucho m¨¢s valiente y tuve tanta suerte que s¨¦ que la he agotado. Solo puedo contar con mi experiencia y no con la fortuna¡±.
Dani Arnold asegura que solo conoce una manera de superar sus miedos: enfrentarse a ellos. Si el miedo a caer le sorprende escalando con cuerda, se cae a prop¨®sito un par de veces para comprobar que est¨¢ seguro. Pero uno de sus miedos tiene que ver con la posibilidad de enga?arse¡ o de enga?ar. Para no enga?ar, documenta escrupulosamente sus r¨¦cords con filmaciones ¨ªntegras de sus ascensiones, con vuelos de dron y hasta con testigos que adelanta en las paredes. No enga?arse es m¨¢s complicado: ¡°Ahora tengo que preguntarme si de verdad me sigue gustando escalar sin cuerda y el d¨ªa que la respuesta no sea clara, tendr¨¦ que dejarlo: es importante ser sincero con uno mismo y autocr¨ªtico, sobre todo para seguir vivo. S¨¦ donde acaba el placer y d¨®nde empieza lo irrazonable¡±.
?Por qu¨¦ todo esto? La pregunta rebota, tiene su propio eco. ¡°Estoy orgulloso de ser mi propio jefe, de haberme fabricado un nombre yo mismo, de haber hecho mi camino¡±. Es una respuesta.
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