Trueque de ni?os en San Ram¨®n
Una monja le dijo a Carmen que para darle un beb¨¦ deb¨ªa llevar una embarazada a cambio: "Explic¨® que lo hac¨ªan as¨ª para que las madres no dieran la lata busc¨¢ndolos"
Mar¨ªa del Carmen Rodr¨ªguez Flores, la madre adoptiva de David Rodr¨ªguez, es una mujer valiente. Es una de las pocas que, una vez destapada la trama de robo de ni?os y adopciones irregulares, ha accedido a contar su experiencia p¨²blicamente. En su caso, acudi¨® en 1981, por recomendaci¨®n de unos amigos, a ver a una monja que dec¨ªan que "daba ni?os", despu¨¦s de que en la Diputaci¨®n de Madrid les hubiesen dicho que ten¨ªan pocas posibilidades. "Sor Mar¨ªa nos dijo que para que ella nos diera a un ni?o nosotros ten¨ªamos que llevar a otra mujer embarazada a cambio y que ella nos entregar¨ªa el de la madre que hubiese llevado otro matrimonio. Cuando yo le pregunt¨¦ por qu¨¦ no pod¨ªa quedarme yo con el de la embarazada que ten¨ªa que llevarle, dijo que lo hac¨ªan as¨ª para que las madres no tuvieran pistas y no dieran la lata busc¨¢ndolos".
"Nos dijo: 'Vengan ma?ana y traigan el dinero. Son 50.000 pesetas por el parto"
"Estate tranquilo. No sois hijos de fulanas, sino de gente bien", le dijo el doctor Vela
En plena redada policial, el doctor Vela cit¨® al padre adoptivo en su coche
"El trueque era para familias con poco dinero. Como ni?os en rebajas"
Carmen y su marido salieron desanimados de la entrevista con sor Mar¨ªa. ?D¨®nde iban a encontrar a una embarazada que quisiera dar a su hijo en adopci¨®n? "Pero preguntando por todos los sitios, me pusieron al habla con una chica jovencita, de provincias, que se hab¨ªa quedado embarazada de un chico que no era su novio. Ella quer¨ªa dar al beb¨¦. Y le di la direcci¨®n de sor Mar¨ªa". Hecho el contacto, Carmen esper¨®.
"Cada dos o tres d¨ªas llamaba a sor Mar¨ªa para ver c¨®mo iba la cosa. Supongo que ella nos investig¨® antes de entregarnos al ni?o. Hasta que un d¨ªa me inform¨®: 'Ha habido un parto gemelar de dos ni?as, y otro de un varoncito. Hab¨ªa pensado que el primero que me llamara le dar¨ªa el varoncito. ?Y sois vosotros!' Parec¨ªa una t¨®mbola. Luego me enter¨¦ que las gemelas se las hab¨ªa quedado un matrimonio de M¨¢laga. La monja nos anunci¨® a mi marido y a m¨ª: 'Vengan ma?ana a por ¨¦l y traigan el dinero. Son 50.000 pesetas por los gastos del parto'. Tengo papeles de todo, menos de aquella factura", relata Carmen.
Para su sorpresa, cuando llegaron a la cl¨ªnica Santa Cristina, donde trabajaba sor Mar¨ªa, esta les condujo a otro hospital, el de San Ram¨®n, donde hab¨ªa nacido el ni?o. "All¨ª nos recibi¨® el doctor Eduardo Vela. Nos cont¨® que la madre era una chica joven y sana y que el ni?o era prematuro y por eso hab¨ªa tenido que estar un d¨ªa en la incubadora, que nos cobraron aparte. Tambi¨¦n nos dijo que ten¨ªamos que ir a ver a Maribel de la Vega, una asistente social, para que nos arreglara los papeles. Nada nos pareci¨® raro. Todo nos parec¨ªa maravilloso".
A los tres meses, el doctor Vela telefone¨® al marido de Carmen y le dijo que ten¨ªa que llevarle unos documentos. "Al llegar a la cl¨ªnica, Vela abord¨® a mi marido y le urgi¨®: 'Aqu¨ª no'. Y lo llev¨® a su coche. Le dijo que las aguas estaban muy revueltas". Y tanto. Por aquellos d¨ªas se hab¨ªa producido una redada por compraventa de ni?os que salpicaba a la cl¨ªnica San Ram¨®n. Vela ni siquiera fue interrogado. La investigaci¨®n policial se cerr¨® r¨¢pida y sorprendentemente sin ahondar m¨¢s.
"Recuerdo que con aquello de la redada me llam¨® una amiga m¨ªa y me dijo: '?Te has enterado de esto? ?Tendr¨¢s alg¨²n problema t¨²?' Yo le contest¨¦ que no, que ten¨ªa todos mis papeles en regla, con notario y todo, y que aquello no iba con nosotros. ?C¨®mo iba a pensar yo...? En aquel momento no sospech¨¦ nada. Hoy no s¨¦ qu¨¦ decir", relata. "Nada me parec¨ªa raro. Sor Mar¨ªa era una de las v¨ªas que hab¨ªa para adoptar un ni?o y cuando quieres una cosa, vas a por ella hasta conseguirlo".
Carmen y su marido tambi¨¦n hab¨ªan acudido a una casa de ayuda para madres solteras para ver si all¨ª pod¨ªan adoptar un ni?o. "All¨ª se quedaban chicas embarazadas que quer¨ªan quedarse con los ni?os pero a veces tambi¨¦n hab¨ªa alguna que quer¨ªa darlo... y por eso fuimos. Se quedaron con nuestros datos y casualmente nos llamaron cuando David ten¨ªa tres o cuatro meses. Cogi¨® el tel¨¦fono mi marido y la persona que llamaba, al o¨ªr llorar a nuestro ni?o, cort¨® la conversaci¨®n: 'Me parece que lo que le vamos a ofrecer ya no lo quieren'. Era un ni?o de una chica que hab¨ªa decidido no quedarse con ¨¦l". Carmen y su esposo confesaron a David que era adoptado cuando contaba cinco a?os. "Al d¨ªa siguiente fue grit¨¢ndolo al colegio, seg¨²n me cont¨® su profesor, y los otros ni?os le dec¨ªan: ?Qu¨¦ suerte!", recuerda Carmen.
Cuando cumpli¨® los 18 a?os, David quiso buscar a su madre biol¨®gica. "Ped¨ª a mis padres los papeles. Pusieron mala cara, pero me los dieron. Al principio me equivoqu¨¦ y fui a otra cl¨ªnica, la de Virgen del Mar. Al pronunciar el nombre del doctor Vela, me abord¨® un m¨¦dico diciendo: 'T¨² naciste en San Ram¨®n. Eres adoptado. Yo que t¨² dejar¨ªa de buscar porque todo aquello se hizo por el bien de los ni?os". A partir de ah¨ª David empez¨® a ver cosas raras. "Intent¨¦ hablar con la asistente social, Maribel de la Vega, pero fue imposible. En Santa Cristina me dijeron que sor Mar¨ªa no hab¨ªa dejado all¨ª muy buena fama y en San Ram¨®n, que no ten¨ªan archivos. As¨ª que fui a ver a sor Mar¨ªa. Me hizo gracia porque cuando le dije por qu¨¦ estaba all¨ª, ella zanj¨®: 'Uuuuy... estoy muy mayor, tengo mala memoria....' Pero a continuaci¨®n me pregunt¨® en qu¨¦ a?o hab¨ªa nacido. Se lo dije, y me respondi¨® con una lista de 15 nombres. Ninguno era el de mis padres".
Tampoco le sirvi¨® de mucho la visita, hace un a?o, al doctor Vela, que sigue con consulta abierta y que no ha querido ofrecer su versi¨®n a este diario. "Me pareci¨® un hombre afable. Cuando le habl¨¦ de por qu¨¦ estaba all¨ª me dijo que ¨¦l hac¨ªa esas cosas para evitar abortos, porque las chicas se iban a abortar a Londres o a barcos en aguas internacionales. Le pregunt¨¦ por el acta de renuncia de mi madre biol¨®gica [documento que deber¨ªa haber estado y nunca estuvo en su expediente] y me respondi¨® que a los seis meses las quemaban. Tambi¨¦n me dijo que estuviera tranquilo: 'Ninguno de vosotros es hijo de ninguna fulana' . Seg¨²n ¨¦l, todos ¨¦ramos hijos de gente bien. Lo dijo de tal manera que parec¨ªa que ¨¦ramos todos hijos bastardos de la nobleza. Me insinu¨® que era mejor dejar de buscar y no remover el pasado".
David fue el verano de 2009 a una residencia para madres solteras en Los Molinos (Madrid). "La madre superiora me cont¨® que la monja que se ocupaba de aquello, Mar¨ªa Isolina, hab¨ªa muerto el a?o anterior. Dijo que en 1985 'debido a la persecuci¨®n del Gobierno socialista a la Iglesia' tuvo que quemar los expedientes, que hab¨ªa casos de ni?as de 13 a?os embarazadas por una violaci¨®n y que no pod¨ªa darme datos porque las chicas daban a los ni?os en secreto de confesi¨®n. Las monjas, como supe m¨¢s tarde, no tienen secreto de confesi¨®n".
Desde entonces, David ha pagado de su bolsillo, a raz¨®n de 500 euros cada una, dos pruebas de ADN con una mujer que dice que le robaron a su hijo y otra que asegura que la coaccionaron a darlo. Las dos han sido negativas. Al hablar con unos y con otros, el hoy portavoz de la Asociaci¨®n de Afectados de la Cl¨ªnica San Ram¨®n, Santa Cristina y Bel¨¦n asegura que solo ha encontrado otro caso como el suyo. "Lo del trueque que le hicieron a mi madre, esto de 'traernos a otra embarazada', solo lo he visto en otra persona. Creo que lo utilizaban con familias con menor capacidad adquisitiva, como si fu¨¦ramos una especie de ni?os en rebajas".
David ya no sabe qu¨¦ pensar: "Por eso yo me he preparado para cualquier desenlace. Me da igual si soy robado, si me dieron, si a mi madre la coaccionaron...".
Buscar los or¨ªgenes
- El primer paso para confirmar que una persona es adoptada consiste en solicitar una copia literal del certificado de nacimiento en el Registro Civil. Al ser adoptados, estos documentos son declarados de publicidad restringida para proteger la intimidad, por lo que solo les ser¨¢n entregados al titular o a sus padres adoptivos. Para localizarla hacen falta los nombres completos y el nombre del sanatorio donde se produjo el parto, as¨ª como la fecha en la que ocurri¨®.
- El art¨ªculo 12 de la Ley 54/2007 garantiza el derecho de los adoptados a conocer sus or¨ªgenes biol¨®gicos. Literalmente establece: "Las personas adoptadas, alcanzada la mayor¨ªa de edad o durante su minor¨ªa de edad representadas por sus padres, tendr¨¢n derecho a conocer los datos que sobre sus or¨ªgenes obren en poder de las Entidades P¨²blicas espa?olas, sin perjuicio de las limitaciones que pudieran derivarse de la legislaci¨®n de los pa¨ªses de que provengan los menores. Este derecho se har¨¢ efectivo con el asesoramiento, la ayuda y mediaci¨®n de los servicios especializados de la Entidad P¨²blica de Protecci¨®n de Menores u organizaciones autorizadas para tal fin. Las Entidades P¨²blicas competentes asegurar¨¢n la conservaci¨®n de la informaci¨®n de que dispongan relativa a los or¨ªgenes del ni?o, en particular la informaci¨®n respecto a la identidad de sus padres, as¨ª como la historia m¨¦dica del ni?o y de su familia".
- Quienes buscan sus or¨ªgenes han solicitado al Gobierno la creaci¨®n
de un banco de ADN. El ministro de Justicia, Francisco Caama?o, ha ofrecido pruebas gratuitas siempre que haya una autorizaci¨®n judicial. Mientras tanto, los afectados de las cl¨ªnicas San Ram¨®n, Santa Cristina y Bel¨¦n ya han
contactado para tal fin con el laboratorio ADF Tecnogen.
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