La extra?a epidemia de O'Donnell
Decenas de beb¨¦s constan como muertos en los sesenta en un centro denunciado por robo de ni?os - "Estoy convencida de que me quitaron a mi hija", afirma una madre
Treinta y siete beb¨¦s murieron en 22 d¨ªas del mes de enero de 1964. Otros 34 en noviembre de 1973. ?D¨®nde? En la maternidad de la calle de O'Donnell de Madrid, una de las denunciadas por el presunto robo de ni?os. En muchos de estos casos se atribuy¨® tan fatal desenlace a la otitis (hasta cinco fallecimientos en solo 24 horas). Especialistas consultados por familiares de aquellos beb¨¦s aseguran que eso es casi imposible. Ahora esas familias dudan: ?mi hijo se muri¨® o me lo robaron?
La lista de muertos en esta maternidad incluye otras causas. Al matrimonio S¨¢nchez les dieron hasta tres distintas por la muerte de su hija. "Desde el primer momento estoy convencida de que a m¨ª me la quitaron". Mar¨ªa Esperanza S¨¢nchez-Horneros no lleg¨® a verla ni a ponerle nombre. Ten¨ªa 26 a?os cuando el 30 de noviembre de 1973 dio a luz a una ni?a en O'Donnell. Durante todo su embarazo estuvo controlada por el doctor Jos¨¦ Botella Llusi¨¢, que en ning¨²n momento detect¨® problemas o anomal¨ªas en el embarazo. "Por eso me extra?¨® que en pleno parto me sedaran sin decirme nada, cuando todo iba aparentemente bien", recuerda.
"No busco culpables. Solo quiero que mi hija sepa que no la vendimos"
El vicepresidente madrile?o ofrece "colaboraci¨®n total" a los afectados
"Al despertar, chill¨¦ hasta que vino una enfermera. Le pregunt¨¦: '?Qu¨¦ he tenido?' Me contest¨® que una ni?a, pero que estaba en la incubadora porque hab¨ªa nacido con el cord¨®n umbilical enrollado al cuello. Al rato vinieron unos m¨¦dicos y comentaron entre ellos que ten¨ªan que ponerme una inyecci¨®n para que no me subiera la leche. Y supe que algo iba mal".
Sobre las cinco de la ma?ana, tres horas despu¨¦s del parto, llamaron a su marido, Jos¨¦ Antonio Su¨¢rez, del hospital para decirle que su ni?a estaba en la incubadora. "Al llegar all¨ª, sali¨® una enfermera con pijama verde y me dej¨® helado cuando me inform¨® de que nuestra ni?a hab¨ªa muerto al encharc¨¢rsele los pulmones por tragar l¨ªquido". Jos¨¦ Antonio tendr¨¢ la oportunidad de contar esta historia el pr¨®ximo d¨ªa 15 en el Congreso, ante portavoces de los grupos parlamentarios y juristas.
Jos¨¦ Antonio, entonces zapatero, y Mar¨ªa Esperanza, dedicada a "sus labores", viv¨ªan en Legan¨¦s (Madrid). El joven matrimonio prefiri¨® que su segunda hija naciera en O'Donnell y no asistidos por una matrona en casa, tras culminar los nueve meses de gestaci¨®n.
En la partida de defunci¨®n figura como hora del ¨®bito la 1.50, la misma a la que se produjo el parto. "O nunca estuvo en la incubadora o muri¨® nada m¨¢s nacer. Pero las dos cosas son imposibles", asegura Jos¨¦ Antonio. Este pidi¨® por escrito un informe de lo ocurrido porque entonces pens¨® que la muerte de su hija se deb¨ªa a una negligencia m¨¦dica. "A los diez d¨ªas nos lo entreg¨® una monja, que nos dijo: "No llor¨¦is porque si esa ni?a hubiera vivido, habr¨ªa sido tontita para siempre", relata Mar¨ªa Esperanza. En el citado informe se hac¨ªa constar que el fallecimiento fue debido a "hemorragia intracraneal", una causa distinta de la que les hab¨ªan indicado con anterioridad. En el libro de asiento de defunciones de la maternidad figura otro motivo: "sufrimiento fetal". Tres causas de muerte; dos horas distintas.
Aquel noviembre de 1973, la maternidad de O'Donnell registr¨® una alta mortalidad infantil: fallecieron 34 beb¨¦s. "Cuando fui al dep¨®sito de cad¨¢veres de la cl¨ªnica, hab¨ªa otros padres esperando para ver a sus hijos muertos. El empleado me pregunt¨® si la cl¨ªnica se hac¨ªa cargo del entierro. Le dije que s¨ª porque lo est¨¢bamos pasando mal y no pod¨ªamos pensar con claridad. El empleado me advirti¨® de que, en ese caso, nunca sabr¨ªamos d¨®nde estaba enterrada mi ni?a", declara Su¨¢rez, que hoy se arrepiente de aquella decisi¨®n. El matrimonio no firm¨® ni un solo papel antes de abandonar el hospital sin su hija.
Todos esos ni?os que por extra?as epidemias mor¨ªan por aquellos a?os en O'Donnell, deber¨ªan haber sido bautizados "en art¨ªculo mortis", seg¨²n asegura el soci¨®logo Francisco Gonz¨¢lez de Tena, en un informe elaborado para un juzgado. Pero tales bautizos no est¨¢n registrados en la parroquia de San Vicente Ferrer de la calle de Ibiza, la m¨¢s pr¨®xima al hospital.
En esa parroquia, por ejemplo, deber¨ªa estar registrada Beatriz Soriano, fallecida en O'Donnell el 19 de enero de 1964. Su hermana Mar ha llevado el caso a la justicia. A su madre, al igual que a Mar¨ªa Esperanza, tambi¨¦n le dijeron que se llevaban a la ni?a a la incubadora antes de comunicarle que hab¨ªa muerto. "Cuando mi padre dijo que quer¨ªa verla y enterrarla, le contestaron que ya se hab¨ªan ocupado ellos de todo y que estaba en una fosa com¨²n del cementerio de La Almudena".
Beatriz es una de las extra?as muertes por otitis denunciadas en esta cl¨ªnica. El doctor Ignacio Villa Elizaga, que firma el certificado de defunci¨®n, asegur¨® ayer a EL PA?S: "La otitis, en 1964, pod¨ªa ser causa de muerte en un prematuro porque puede provocar infecciones generalizadas. Hoy en d¨ªa, con los medios que hay, no ocurrir¨ªa, pero entonces s¨ª". Preguntado por el caso de Mar Soriano, Villa Elizaga afirma: "No puedo aportar nada. Yo no estoy metido en esto. Hay cierta psicosis con este asunto". El pediatra, que sigue ejerciendo, pide que se lleve a cabo "una investigaci¨®n muy seria".
En este hospital tambi¨¦n muri¨® supuestamente por otitis un a?o m¨¢s tarde, en 1965, el hermano de Nuria Mass¨®. Cuando cuarenta a?os despu¨¦s, su hijo estaba aquejado de otitis, ella acudi¨® alarmada a su pediatra temiendo que le ocurriera lo mismo. "El m¨¦dico me asegur¨® que era imposible que un beb¨¦ muriera de eso, incluso en 1965", recalca.
La Comunidad de Madrid ofrece su "colaboraci¨®n total a los interesados, a los jueces y a los fiscales" que investigan estas muertes, seg¨²n el vicepresidente, Ignacio Gonz¨¢lez. "Pero no vamos a hacer una causa general, como tampoco la ha hecho la fiscal¨ªa del Estado", a?ade. Mientras, Jos¨¦ Antonio y su esposa aclaran: "No buscamos culpables. Solo queremos saber la verdad. Poder decirle a nuestra hija que ni la vendimos ni la abandonamos".
37 BEB?S MUERTOS EN 22 D?AS
Esta es la lista de defunciones de enero de 1964 que la maternidad de O'Donnell mand¨® al juzgado. Son 37 beb¨¦s muertos: 12 "fetos masculinos", nueve "fetos femeninos", ocho "p¨¢rvulos" y ocho "p¨¢rvulas". La defunci¨®n del d¨ªa 19 (que figura sin tachar y que firma el doctor Ignacio Villa Elizaga), corresponde a Beatriz Soriano, hermana de Mar, coordinadora de una de las plataformas de afectados por robo de ni?os. La causa de la muerte en este caso y en cuatro m¨¢s en el breve intervalo de solo 24 horas, fue supuestamente una otitis.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.