Hijo busca madre; madre busca hijo
Miles de personas dudan: ?y si yo fui tambi¨¦n un ni?o robado? Esta es la historia de las redes ligadas durante a?os al tr¨¢fico de beb¨¦s. D¨®nde y c¨®mo. Por cu¨¢nto dinero. Por qu¨¦ motivo.
Hasta 1950, ocurri¨® en las c¨¢rceles franquistas y en los hogares de maquis o republicanas: les arrebataban a sus hijos como un m¨¦todo m¨¢s de la represi¨®n. A partir de entonces y durante las cuatro d¨¦cadas siguientes, el robo o apropiaci¨®n de ni?os se perpetraron de forma m¨¢s sutil, en cl¨ªnicas y casas cuna, la mayor¨ªa ligadas a organizaciones religiosas. Las madres ya no eran presas, rojas o esposas de rojos, sino mujeres en camis¨®n que intimidadas por un m¨¦dico, aturdidas por el dolor de haber perdido supuestamente al hijo reci¨¦n nacido, lamentan hoy no haber insistido m¨¢s para que les ense?aran el cad¨¢ver. Generalmente eran madres solteras, muy j¨®venes y con pocos recursos, incapaces de reaccionar frente a la presi¨®n de m¨¦dicos, monjas y funcionarios.
"Las v¨ªctimas eran herederas de los vencidos de la guerra, personas incapaces de protestar", dice Gonz¨¢lez de Tena
"El beb¨¦ estaba helado. Dijeron que hab¨ªa muerto, que ya lo hab¨ªan bautizado y era un ¨¢ngel de Dios", recuerda Elsa
En muchos casos, tales mujeres fueron inducidas o coaccionadas a dar en adopci¨®n a sus hijos a redes irregulares, fuera de cualquier control estatal. "Hab¨ªa un mercado que demandaba ni?os en adopci¨®n y hubo mucha gente que cre¨® un sistema para satisfacer esa demanda", explica con crudeza el soci¨®logo Francisco Gonz¨¢lez de Tena, que lleva a?os entrevistando a las v¨ªctimas.
Durante el ¨²ltimo lustro, aquellos ni?os dados en adopci¨®n se han ido organizando a trav¨¦s de Internet, en un movimiento que ha estallado como un tsunami y ha forzado a la Fiscal¨ªa General del Estado a actuar. Aquellos ni?os -hoy ya hombres y mujeres- buscan afanosamente a sus madres biol¨®gicas. "Nos sentimos como un ¨¢rbol sin ra¨ªces, como amputados", confiesa Mar¨ªa. Esta joven fue dada en adopci¨®n en la cl¨ªnica San Ram¨®n de Madrid, una de las mayores f¨¢bricas de beb¨¦s que funcionaron hasta hace 30 a?os, bajo la direcci¨®n del doctor Eduardo Vela, que hoy, a sus 77 a?os, sigue ejerciendo. Tambi¨¦n las madres que en su d¨ªa dieron a sus hijos en adopci¨®n o se los arrebataron han empezado a buscarlos. Ni?os que buscan a madres; madres que buscan a ni?os.
En una primera fase, en la posguerra, estas tramas de tr¨¢fico de beb¨¦s tuvieron no solo una cobertura legal, sino el amparo del psiquiatra de cabecera del franquismo, Nicol¨¢s Vallejo-N¨¢jera, quien ide¨® una suerte de "eugenesia positiva", casi hitleriana, para "multiplicar a los selectos y dejar que perezcan los d¨¦biles". Ese siniestro plan inclu¨ªa el robo de ni?os para entreg¨¢rselos a familias del R¨¦gimen. El soci¨®logo Gonz¨¢lez de Tena, que redact¨® para el juez Baltasar Garz¨®n un informe sobre el robo de ni?os, asegura que tras esa primera etapa en la que los beb¨¦s eran sustra¨ªdos a pu?ados en las c¨¢rceles (hasta 30.000 seg¨²n el c¨¢lculo del juez), lleg¨® una fase que tuvo como v¨ªctimas principales a las madres solteras, las j¨®venes o las humildes, herederas de los vencidos de la Guerra Civil, "incapaces de protestar". Superada la posguerra, el tr¨¢fico de ni?os continu¨® durante el tardofranquismo y la Transici¨®n. El nexo de uni¨®n entre un periodo y otro, el tel¨®n de fondo com¨²n, aunque sin conexi¨®n entre s¨ª, son tramas formadas por sacerdotes, monjas, m¨¦dicos ultracat¨®licos y probablemente jueces y notarios. La mayor¨ªa de los casos conocidos se produjeron en cl¨ªnicas o casas cuna controladas por instituciones como las Hijas de la Caridad.
La Asociaci¨®n de Afectados por Adopciones Irregulares (Anadir) llev¨® el pasado 27 de enero al fiscal general del Estado 261 casos de supuestos robos de ni?os registrados en todas las comunidades, la mayor¨ªa en Madrid, Catalu?a, Andaluc¨ªa, Comunidad Valenciana y Pa¨ªs Vasco. Apenas un mes despu¨¦s ya tienen 482 m¨¢s. En total, 747. Por su parte, la asociaci¨®n de San Ram¨®n, Santa Cristina y Bel¨¦n ha reunido a unos 300 afectados (la mayor¨ªa son hijos que buscan a sus madres biol¨®gicas). Y la plataforma de afectados por robo de ni?os en cl¨ªnicas de Espa?a que coordina Mar Soriano, acumula otros 400.
En casi todos los casos, a las madres les dijeron que el beb¨¦ al que acababan de dar a luz hab¨ªa muerto y las convenc¨ªan de que ver el cad¨¢ver era un trauma innecesario. Cuando, al escuchar a otras madres, han dudado si su beb¨¦ hab¨ªa fallecido o se lo hab¨ªan quitado, han acudido a los cementerios y muchas han comprobado que no constan en los registros, lo que indica que las tramas pod¨ªan tener compinches en cementerios y funerarias. Las sospechas se han visto reforzadas ahora con el caso de una mujer de Barcelona que ha hallado viva a la hija a la que dio a luz hace 40 a?os. A ella le dijeron que la chiquilla hab¨ªa muerto al nacer, pero el ADN ha demostrado que aquello fue una gran mentira: fue dada en adopci¨®n.
La poetisa Elsa L¨®pez recuerda: "Yo di a luz a una ni?a el 5 de febrero de 1981 en la cl¨ªnica San Ram¨®n. De repente me dijeron que la ni?a estaba muy malita, que ten¨ªa malformaciones, y me entregaron un envoltorio que parec¨ªa un sudario. ?El beb¨¦ estaba helado! Luego me dijeron que hab¨ªa muerto y que no me preocupase porque le hab¨ªan bautizado y ya era un ¨¢ngel de Dios". Elsa se enter¨® al cabo de los a?os de que en San Ram¨®n se guardaba el cad¨¢ver de un beb¨¦ en el congelador y sospecha que ese cad¨¢ver fue lo que ella vio. Desde entonces est¨¢ convencida de que le robaron a una hija.
Otras veces, las menos, las monjas acallaron a j¨®venes madres dici¨¦ndoles que hab¨ªan dado a sus hijos a alguien con quien iban a estar "mucho mejor" que con ellas.
El trabajo estaba repartido. Hab¨ªa captadores de padres y captadores de ni?os. Mujeres con contactos y dinero, adeptas al R¨¦gimen, monjas y curas que se intercambiaban informaci¨®n sobre los respectivos "compromisos" adquiridos con las familias adoptivas. Las madres eran llevadas, en algunos casos, a una especie de "pisos patera", como los define Gonz¨¢lez de Tena, donde culminaban el embarazo, y en otros, a las mismas instituciones religiosas donde luego iban a dar a luz. A muchas las coaccionaron durante ese periodo para que entregaran a su hijo, sin darles la oportunidad de rectificar (la ley les conced¨ªa un plazo para hacerlo). Alguna arrepentida que intent¨® recuperar a su beb¨¦ luch¨® en vano durante a?os hasta estrellarse contra un f¨¦rreo muro formado por padres adoptivos ricos o poderosos, asesorados por buenos abogados.
El Tel¨¦fono de la Esperanza fue uno de los canales a trav¨¦s de los que fueron captadas muchas embarazadas, que acabaron cediendo a sus hijos en adopci¨®n, obligadas por una sociedad dominada por un fuerte nacional-catolicismo. En no pocos casos, tales procesos estuvieron rodeados de presiones, amenazas, enga?os e irregularidades.
El Tel¨¦fono de la Esperanza fue creado en 1971 por fray Seraf¨ªn Madrid, quien un a?o despu¨¦s muri¨® en accidente de tr¨¢fico. Ligada a la Iglesia, esta instituci¨®n pretend¨ªa "prestar soluciones de emergencia ante los nuevos problemas sociales y psicosociales" surgidos en Espa?a.
Los padres adoptivos pagaban, en concepto de gastos de hospitalizaci¨®n de la parturienta, entre 50.000 pesetas y 150.000 (esta ¨²ltima cantidad equivaldr¨ªa a unos 18.000 euros de hoy). Enrique Vila, abogado de la Asociaci¨®n Nacional de Afectados por Adopciones Irregulares asegura que el precio de los ni?os iba de las 50.000 pesetas al mill¨®n.
Los demandantes pod¨ªan escoger si quer¨ªan ni?o o ni?a. Y en el caso de las casas cuna, incluso qu¨¦ ni?o o qu¨¦ ni?a, pues las monjas organizaban con frecuencia desfiles de candidatos, que eran escrutados a conciencia (pelo, dientes, arqueo de las piernas) antes de elegir. Hasta la promulgaci¨®n de la ley de 1970, los padres adoptivos pod¨ªan inscribir a los ni?os como hijos propios, lo que conllevaba eliminar de un plumazo a la madre biol¨®gica y hacer que la madre adoptiva figurase en todos los papeles como la mujer que lo hab¨ªa engendrado en su vientre. Esos son los llamados ni?os apropiados.
En muchos de estos casos intervinieron personas ligadas a la Asociaci¨®n Espa?ola para la Protecci¨®n de la Adopci¨®n (AEPA), una entidad fundada en 1969 por Gregorio Guijarro Contreras, padre adoptivo de dos gemelas y ex fiscal del Tribunal Supremo, con el respaldo del Consejo Superior de Protecci¨®n de Menores y C¨¢ritas Espa?ola.
Guijarro declaraba a EL PA?S en julio de 1979: "Nosotros somos una asociaci¨®n que ve en la adopci¨®n una soluci¨®n final en esta sociedad cuando los mecanismos de encuadramiento del ni?o en el ¨¢mbito familiar propio no se han logrado".
En esas fechas ya se hablaba mucho de la existencia de un mercado ilegal de compraventa de beb¨¦s y de adopciones irregulares. Pero Guijarro replicaba: "Esta teor¨ªa la potencian muchas veces los propios padres adoptantes con su temor a que se conozca la situaci¨®n familiar nueva que crea la adopci¨®n, aunque actualmente esta empieza a perder su car¨¢cter vergonzante. Estos padres, temerosos de que se sepa que su hijo es un ni?o adoptado, llegan a l¨ªmites tales como simular un embarazo falso e inscribir al ni?o adoptado como hijo legal".
La adopci¨®n a trav¨¦s de la Diputaci¨®n Provincial de Madrid, por ejemplo, era larga y en la mayor¨ªa de los casos, imposible. Los solicitantes sol¨ªan recibir al cabo de un a?o o m¨¢s un simple escrito denegatorio en el que se les informaba de que hab¨ªa "muchas solicitudes y muy pocos ni?os disponibles". En 1980, la Diputaci¨®n ten¨ªa acumuladas 6.000 solicitudes y llevaba a?os sin dar en adopci¨®n ni a un solo beb¨¦. Sin embargo, durante ese a?o -y los anteriores y posteriores- hubo miles de menores dados en adopci¨®n, a trav¨¦s de una oscura estructura que constitu¨ªa "una mafia buena", seg¨²n la calific¨® en su d¨ªa uno de sus integrantes.
"En cuesti¨®n de adoptantes, un buen fichero est¨¢ en poder de sor Mar¨ªa G¨®mez Valbuena", encargada del servicio social de la maternidad de Santa Cristina, seg¨²n aseguraba Guijarro en julio de 1980. En esa fecha, sor Mar¨ªa admit¨ªa que en solo tres a?os hab¨ªan pasado por sus manos 3.000 peticiones de adopci¨®n y se manifestaba en contra de que tal proceso fuese gestionado por la anquilosada Diputaci¨®n Provincial.
"Hoy por hoy, y tal como est¨¢n las cosas, el sistema m¨¢s r¨¢pido y eficaz para conseguir un ni?o en adopci¨®n es meterse en el bolsillo o ganarse la simpat¨ªa, de las personas relacionadas directamente con el tema. Asistentes sociales, monjitas encargadas de maternidades, etc¨¦tera. Si se logra caer mejor que los dem¨¢s de su lista, el resto es f¨¢cil", reconoc¨ªa abiertamente Guijarro, quien muri¨® poco despu¨¦s en accidente de tr¨¢fico.
Habr¨ªa que esperar a la Ley de Adopci¨®n de 1987 para que el Gobierno pusiera orden y acabara con esta red de adopciones.
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