Una madre luch¨® 13 a?os intentando recuperar al beb¨¦ que dio en adopci¨®n
La mujer, hermana de un sacerdote, se arrepinti¨® de su decisi¨®n un mes despu¨¦s
Inmaculada R.G., madre soltera, dio en adopci¨®n a su hija en noviembre de 1973. Un mes despu¨¦s se arrepinti¨® e intent¨® que le fuera devuelta. Pero choc¨® contra un muro infranqueable frente al que pele¨® sin desmayo en los tribunales durante 13 a?os. Todo fue in¨²til: despu¨¦s de gastar muchas energ¨ªas y mucho dinero, solo consigui¨® que el Tribunal Supremo ordenara que se borrase del Registro Civil que la menor era hija de madre desconocida y que se hiciera constar qui¨¦n es su madre biol¨®gica. La historia de Inmaculada revela de forma descarnada el coraje de una joven frente al enorme poder de las tramas que manejaban las adopciones hasta hace poco m¨¢s de 20 a?os, seg¨²n dejan al descubierto varias sentencias judiciales.
La abogada contest¨®: "Si quieres un hijo, que te lo haga el que te hizo la ni?a"
Inmaculada solo ha logrado que la menor sea inscrita con sus apellidos
Inmaculada, aconsejada por el Tel¨¦fono de la Esperanza de Bilbao y por mediaci¨®n de un familiar sacerdote, contact¨® en julio de 1973 con Amalia F. G., abogada y asesora de la Asociaci¨®n Espa?ola para la Protecci¨®n de la Adopci¨®n (AEPA), ligada a la Iglesia. La mujer estaba angustiada por la situaci¨®n personal y social que le supon¨ªa su ya avanzado estado de gestaci¨®n fruto de sus relaciones con un hombre casado.
Se traslad¨® a Madrid en septiembre de ese mismo a?o. El 18 de noviembre dio a luz a una ni?a en la cl¨ªnica Nuevo Parque, de la calle de Juli¨¢n Romea de Madrid, asistida por el doctor Enrique M. B.
Inmaculada, que, adem¨¢s de soltera, era hermana del p¨¢rroco de un pueblo de la comarca del Cerrato (Palencia), probablemente fue presionada para renunciar a su hija como forma de evitar el esc¨¢ndalo. Para resolver esa situaci¨®n, la abogada de la AEPA pidi¨® al toc¨®logo que extendiera un certificado diciendo que la madre de la criatura era desconocida, a la vez que esta era inscrita en el Registro Civil con el nombre de Alicia. La ni?a, aparentemente abandonada, fue entregada a Jos¨¦ Luis G. H. y a su esposa, Mar¨ªa del Carmen F. A. sin m¨¢s dilaciones.
Desde principios de enero de 1974, es decir, apenas un mes y medio despu¨¦s del parto, Inmaculada se arrepinti¨® y decidi¨® recuperar a su hija, "ante los remordimientos de conciencia y el cari?o natural de madre" que sent¨ªa por ella, seg¨²n consta en una sentencia del Tribunal Supremo. Lleg¨® a estar enferma a causa de esa situaci¨®n de agobio y zozobra.
De nuevo contact¨® con la abogada Amalia, pero esta le dio largas, se neg¨® a indicarle el paradero de su hija y le explic¨® que ya no ten¨ªa nada que hacer para recuperar al beb¨¦ porque ya hab¨ªa sido dada en adopci¨®n. La letrada lleg¨® a decirle, sin el menor tacto y de forma desabrida: "Si quieres un hijo, que te lo haga el mismo hombre que te ha hecho a esta ni?a".
Desesperada por sus frustrados intentos por rescatar a la ni?a antes de que transcurrieran los seis meses legalmente establecidos para que fuera dada en adopci¨®n plena, Inmaculada contrat¨® a un abogado y el 23 de abril de 1974 requiri¨® notarialmente a la abogada Amalia para que le revelase el paradero de la criatura. Pero no obtuvo ning¨²n resultado.
Ante el muro de silencio infranqueable con que tropezaba, Inmaculada demand¨® por supuesta sustracci¨®n de la menor, falsedad y prevaricaci¨®n al doctor que la atendi¨® en el parto y a la abogada de la AEPA, quienes fueron absueltos el 3 de junio de 1978 por la Audiencia de Madrid al entender el tribunal que no hab¨ªan cometido ning¨²n delito.
Disconforme con este fallo judicial, la madre recurri¨® a la Sala Segunda del Tribunal Supremo, que en diciembre de 1979 dictamin¨® que los acusados no eran culpables del delito de sustracci¨®n de menores. Los magistrados se?alaban que "la mutaci¨®n de voluntad de la madre a los cinco meses del nacimiento de la ni?a no puede afectar a la licitud del acto encomendado a la letrada ni puede transformar en delictiva una actuaci¨®n profesional cumplida con riguroso escr¨²pulo".
Lejos de rendirse y darse por vencida, Inmaculada sigui¨® pleiteando contra el matrimonio que hab¨ªa logrado hacerse con su hija en adopci¨®n. Y as¨ª, el 2 de mayo de 1981, el juez de Primera Instancia de San Lorenzo de El Escorial consider¨® nula la declaraci¨®n de abandono dictada el 20 de mayo de 1974 por el juzgado n¨²mero 6 de Primera Instancia de Madrid, declar¨® v¨¢lido el reconocimiento de hija natural realizado por Inmaculada ante un notario el 26 de abril de 1976, anul¨® la inscripci¨®n de adopci¨®n realizada por el matrimonio y, por ¨²ltimo, orden¨® que la chiquilla fuera devuelta a su madre biol¨®gica.
Inmaculada hab¨ªa ganado una batalla, pero no la guerra. No pod¨ªa cantar victoria. El matrimonio que ten¨ªa a su hija apel¨® a la Sala Tercera de la Audiencia Territorial de Madrid, que el 15 de noviembre de 1984 revoc¨® la sentencia del juzgado de San Lorenzo de El Escorial y solo mantuvo lo referente a que se declarase v¨¢lido el reconocimiento de maternidad aportado por Inmaculada y que en el Registro Civil se hiciera constar que ella es la madre biol¨®gica. Adem¨¢s, los jueces ordenaron que se borrase de los archivos oficiales la anotaci¨®n de que la menor era hija de madre desconocida, puesto que tal cosa era falsa.
Ante este nuevo rev¨¦s, esta madre batalladora present¨® recurso de casaci¨®n en el Supremo. Sin embargo, la Sala Civil del alto tribunal dict¨® el 20 de abril de 1987 una sentencia en la que establec¨ªa que "no ha lugar al recurso de casaci¨®n por infracci¨®n ley". Para m¨¢s inri, condenaba a Inmaculada al pago de las costas del recurso. Tras 13 a?os de batalla jur¨ªdica, Inmaculada hab¨ªa perdido la guerra. ?Se dar¨ªa por vencida? Nadie lo sabe. Y ha sido imposible pregunt¨¢rselo porque EL PA?S no ha logrado localizarla, pese a los reiterados intentos.
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