Los hogares m¨¢s pobres dedican m¨¢s de la mitad de su renta a pagar la hipoteca
Las familias con menos ingresos han reducido menos su deuda y son m¨¢s vulnerables a una subida de los tipos de inter¨¦s, seg¨²n advierten el Banco de Espa?a y la Comisi¨®n Europea
La deuda de las familias espa?olas ha ca¨ªdo a plomo. Enfrentadas con el miedo a perder el trabajo, recortaron el consumo y dispararon el ahorro para amortizar la hipoteca. Entre 2009 y 2016, disminuyeron los pr¨¦stamos en unos 200.000 millones, un hito facilitado por los tipos bajos. Sin embargo, todav¨ªa se detecta un problema muy grave en las rentas m¨¢s bajas, que a¨²n no se han recuperado de la crisis y que no han podido reducir el endeudamiento igual que el resto. As¨ª lo advierten el Banco de Espa?a y la Comisi¨®n Europea. El 10% con menores recursos dedica m¨¢s de la mitad de sus ingresos al pago de la hipoteca, la misma proporci¨®n que en 2008 pese a la fuerte rebaja de intereses. Y uno de cada cinco hogares a¨²n destina m¨¢s del 35% de su renta.
Como en cualquier trampa, en las deudas resulta bastante f¨¢cil entrar pero muy dif¨ªcil salir, dec¨ªa el escritor y c¨®mico estadounidense Henry Wheeler Shaw. Sin embargo, mientras que las rentas bajas y altas accedieron al cr¨¦dito con igual facilidad durante la bonanza, a la luz de los datos parece que la salida ser¨¢ mucho m¨¢s desigual: las bajas siguen empleando una parte muy alta de sus rentas para devolver la deuda y los intereses, seg¨²n denuncian el Banco de Espa?a y la Comisi¨®n Europea.
¡°La carga de la deuda hipotecaria superaba en 2017 el 50% de la renta del 10% con ingresos m¨¢s bajos¡±, se?ala el Informe de Estabilidad Financiera del Banco de Espa?a publicado la semana pasada. A pesar del fuerte descenso de los tipos de inter¨¦s, una d¨¦cada despu¨¦s siguen abonando la misma proporci¨®n de su renta.
Y ello ocurre porque estos colectivos han bajado la deuda en euros bastante menos que el resto, seg¨²n se desprende de las estad¨ªsticas del Banco de Espa?a. Otra explicaci¨®n radica en que, como apuntan los datos de la Comisi¨®n, los hogares de menos ingresos son los que todav¨ªa no han restablecido sus niveles de renta previos a la crisis.
Para colmo de males, estos grupos han tomado prestado m¨¢s cr¨¦dito al consumo en proporci¨®n a su renta. Seg¨²n el Banco de Espa?a, el 20% m¨¢s pobre debe en cr¨¦dito al consumo el equivalente al 16% de sus ingresos, frente al 8% que han contra¨ªdo las rentas m¨¢s altas.
A este respecto, los datos que esgrime la Comisi¨®n se antojan clarificadores: mientras que los ingresos de las rentas bajas todav¨ªa no han recobrado las cotas previas a la crisis, el consumo de estos colectivos se ha recuperado mucho mejor. O lo que es lo mismo, sus tasas de ahorro se han hundido. ¡°En algunos casos, incluso podr¨ªan estar en negativo¡±, afirma el Ejecutivo comunitario en su informe sobre Espa?a.
En consecuencia, las rentas bajas estar¨ªan compensando su falta de ingresos con m¨¢s cr¨¦dito al consumo, cuyos tipos de inter¨¦s son adem¨¢s m¨¢s elevados, subiendo la carga financiera y reduciendo el alivio de los tipos bajos. ¡°Podr¨ªa indicar una mayor vulnerabilidad de los hogares de renta m¨¢s baja frente a los cambios en las condiciones econ¨®micas y financieras¡±, sostiene la Comisi¨®n.
En definitiva, el peso de la deuda se distribuye de manera muy distinta por estratos sociales. Seg¨²n cifras del Banco de Espa?a, las rentas medias emplean algo m¨¢s de un 20% de sus ingresos al pago de la hipoteca. El 10% m¨¢s rico en torno a un 10%. Y cuanta mayor renta posee un hogar, m¨¢s ha bajado su deuda en euros en los ¨²ltimos a?os. Sin embargo, el 10% m¨¢s pobre desembolsa m¨¢s del 50% para pagar la vivienda. Y uno de cada cinco hogares destina m¨¢s de un 35% de su renta para sufragar la hipoteca, por encima del umbral considerado financieramente sostenible seg¨²n los est¨¢ndares de supervisi¨®n.
De ah¨ª que la Comisi¨®n y el Banco de Espa?a destaquen la fragilidad de estos colectivos, que siguen haciendo un esfuerzo muy grande para mantener su vivienda y que apenas disponen de margen ante una subida de tipos o un cambio de ciclo que les reste ingresos. Al estar la deuda muy concentrada en estos grupos, la probabilidad de impago resulta m¨¢s elevada, lo que podr¨ªa llevar a una repetici¨®n de los desahucios y a serios problemas reputacionales a?adidos para la banca. Todos estos datos se han elaborado con medianas para que sean m¨¢s representativos, explican varios expertos consultados.
Deuda y competitividad
Prestigiosos acad¨¦micos como el execonomista jefe del FMI Raghuram Rajam han argumentado que las autoridades facilitaron el endeudamiento durante la burbuja para tapar los problemas de competitividad que generaban la globalizaci¨®n y las nuevas tecnolog¨ªas, sobre todo en el empleo de los menos cualificados.
En Espa?a, el motor que impuls¨® este proceso fue la construcci¨®n, favorecida por la tendencia de los espa?oles a tener vivienda en propiedad, las desgravaciones fiscales y una excesiva relajaci¨®n de las condiciones financieras y del acceso a los cr¨¦ditos. La pujanza del ladrillo brindaba adem¨¢s mayores sueldos a trabajadores que estaban poco formados, ocultando unos problemas de desigualdad que luego con la crisis afloraron en toda su crudeza.
Tras la recesi¨®n, seg¨²n destaca el informe de estabilidad del Banco de Espa?a, se produjo un considerable endurecimiento del acceso a la financiaci¨®n hipotecaria. Sin embargo, no ha sucedido as¨ª con el cr¨¦dito al consumo, que se ha llegado disparar en tres a?os a tasas del 40%, si bien sus crecimientos se han moderado en los ¨²ltimos meses y en total solo representa un 13,7% del conjunto del cr¨¦dito concedido a las familias. En un entorno de tipos bajos, las entidades han buscado en este nicho rentabilidades extra. Y aunque en dimensiones mucho menores que la hipotecaria, las familias pobres han vuelto a entrar con suma facilidad en estas deudas.
El recorte de la deuda se acaba
¡°La deuda de las familias se distribuye de manera desigual, y algunos hogares sobreendeudados ¡ªa menudo de bajos ingresos o cuyos miembros est¨¢n desempleados¡ª son particularmente vulnerables a cambios del entorno econ¨®mico¡±, afirma la Comisi¨®n, que a?ade que las rentas bajas ¡°pueden haber experimentado un aumento de su vulnerabilidad en los ¨²ltimos a?os¡±. El Ejecutivo comunitario subraya, adem¨¢s, que los niveles de deuda del conjunto de las familias espa?olas contin¨²an siendo elevados, y que ¡°a¨²n existen necesidades de desapalancamiento¡±. Sin embargo, observa que ¡°el volumen de pr¨¦stamos a los hogares ha dejado de disminuir¡±. Por su parte, el Banco de Espa?a ve una estabilizaci¨®n del saldo hipotecario tras las ca¨ªdas vividas en a?os precedentes. Es m¨¢s, detecta que desde junio de 2018 ¡°el flujo neto de financiaci¨®n a las familias, en t¨¦rminos acumulados de doce meses, ha pasado a ser positivo por primera vez desde diciembre de 2010¡±.
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