La batalla clim¨¢tica determinar¨¢ qui¨¦n lidera la econom¨ªa mundial
La transici¨®n energ¨¦tica hacia un modelo m¨¢s sostenible ser¨¢ el principal campo de batalla entre las primeras potencias durante el siglo XXI
A Ignacio Ba?os no lo detuvo ni una pandemia. El verano pasado, en medio de la crisis sanitaria, el consejero delegado de Lithium Iberia, junto con su equipo de ingenieros, perforaron sin descanso, las 24 horas del d¨ªa, en el yacimiento de Las Navas (Ca?averal, C¨¢ceres). Con una especie de broca gigante dieron m¨¢s de 30 peque?os ¡°pinchazos¡± en el subsuelo, alcanzado una profundidad media de hasta los 450 metros bajo tierra. El objetivo: analizar el contenido del litio de la zona, rica en este material, esencial para las bater¨ªas de los coches el¨¦ctricos y el almacenamiento energ¨¦tico de las renovables. ¡°Para nosotros era fundamental no perder ni un minuto¡±. A la espera de cumplir con todos los tr¨¢mites y estudios medioambientales, en 2022 iniciar¨¢ operaciones esta mina del llamado ¡°oro blanco¡±, que promete poner a Espa?a en el nuevo mapa energ¨¦tico del planeta y que suministrar¨¢ del mineral a la primera f¨¢brica de bater¨ªas del sur del continente. ¡°Nuestro proyecto es estrat¨¦gico, no solo local y regional, sino nacional y europeo¡±, remata Ba?os.
Este empresario, desde un rinc¨®n perdido de Extremadura, forma parte de una carrera mundial que, en gran medida, determinar¨¢ el dominador de la econom¨ªa del siglo XXI. Si primero estall¨® un pulso comercial entre las grandes potencias, seguido por uno tecnol¨®gico, la batalla clave de las pr¨®ximas d¨¦cadas ser¨¢ la clim¨¢tica. En un planeta donde la electrificaci¨®n es la respuesta al cambio clim¨¢tico, el dominio sobre materias primas (litio, cobre, cobalto o tierras raras) y las cadenas de producci¨®n de las energ¨ªas renovables se ha convertido en una cuesti¨®n de seguridad nacional y fuente de mucho dinero. ¡°Quien controle la econom¨ªa sostenible, las inversiones, la investigaci¨®n y el desarrollo y las l¨ªneas de suministro tendr¨¢ una ventaja geopol¨ªtica¡±, afirma Haim Israel, responsable global de an¨¢lisis e inversiones tem¨¢ticas en Bank of America (BofA). Decenas de pa¨ªses mueven los hilos para adoptar objetivos de emisiones netas cero de gases de efecto invernadero para 2050 (China lo har¨¢ en 2060). Muchas de ellas se han unido al Acuerdo de Par¨ªs de 2015, cuyo objetivo es limitar el aumento de la temperatura mundial este siglo por debajo de los 2¡ãC. La situaci¨®n es de total emergencia. La frecuencia y la gravedad de las olas de calor, los huracanes, las inundaciones y las sequ¨ªas se est¨¢n intensificando.
El impacto econ¨®mico del cambio clim¨¢tico podr¨ªa alcanzar los 69 billones de d¨®lares (58,4 billones de euros) al finalizar este siglo y la inversi¨®n en la transici¨®n energ¨¦tica debe aumentar hasta los cuatro billones al a?o, seg¨²n c¨¢lculos de BoFA. Por eso todas las grandes potencias han pisado el acelerador en la ruta hacia un mundo m¨¢s sostenible con planes millonarios, aprovechando sus programas de recuperaci¨®n econ¨®mica tras la covid-19. Europa invertir¨¢ un 30% de los 750.000 millones de euros de los fondos Next Generation en proyectos medioambientales. EE UU ¡ªque ha vuelto al Acuerdo de Par¨ªs y que busca salvar los muebles de su pol¨ªtica medioambiental¡ª destinar¨¢ dos billones de d¨®lares en los pr¨®ximos 10 a?os. China ¡ªcon un 20% de la poblaci¨®n del planeta y el mayor emisor de CO? del mundo¡ª no ha puesto una cifra sobre la mesa para lograr la neutralidad, pero no tiene intenci¨®n de quedarse atr¨¢s.
El gigante asi¨¢tico ha sido el pa¨ªs que m¨¢s ha invertido en transici¨®n en la ¨²ltima d¨¦cada: 1,2 billones de d¨®lares. A pesar de ello, a¨²n depende de los f¨®siles. El 58% de todo su consumo de energ¨ªa proviene del carb¨®n, un sector en el que a¨²n invierte. La mitad de las plantas de esta materia prima en construcci¨®n del mundo se encuentran all¨ª. China es consciente de que esta fuente de energ¨ªa no funciona a su favor. ¡°Le es m¨¢s costoso mantener funcionando las centrales de carb¨®n que agregar nueva capacidad renovable¡±, dice un an¨¢lisis del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores. Sobre todo, en un contexto donde los costes de producci¨®n de electricidad de las energ¨ªas verdes han ca¨ªdo dr¨¢sticamente en una d¨¦cada (un -82% en la solar fotovoltaica, un -39% para e¨®lica terrestre y un -29% para la e¨®lica marina).
Son la fuente de electricidad m¨¢s barata de la historia, dice la Agencia Internacional de la Energ¨ªa (AIE). Ello se debe en gran medida al avance tecnol¨®gico de los desarrolladores, pero tambi¨¦n a las econom¨ªas de escala (avivadas por China) y las cadenas de suministro cada vez m¨¢s competitivas. Hoy, desde Abu Dabi (el emirato rico en petr¨®leo, con una de las mayores plantas solares del mundo) hasta Laos y But¨¢n, que venden a pa¨ªses vecinos electricidad generada en sus hidroel¨¦ctricas, est¨¢n en busca de un futuro verde. ¡°A medida que el sistema energ¨¦tico se transforma, tambi¨¦n lo hacen las relaciones entre los pa¨ªses¡±, advierte Thijs Van de Graaf, profesor de Pol¨ªtica Internacional en la Universidad de Gante (B¨¦lgica).
De esta transici¨®n surgir¨¢ un nuevo grupo de ganadores y perdedores. ¡°?Se imagina a Marruecos exportando energ¨ªa sostenible a los pa¨ªses del sur de Europa?¡±, pregunta Olafur Ragnar Grimsson, expresidente de Islandia y actual presidente de la Comisi¨®n Global sobre Geopol¨ªtica de la Transformaci¨®n Energ¨¦tica. ¡°En el futuro quiz¨¢s ocurra¡±, dice del otro lado del tel¨¦fono. Desde 2009, el pa¨ªs africano ha desarrollado un programa de energ¨ªa renovable (solar y e¨®lica) con el que pretende cubrir el 52% de su demanda de energ¨ªa a finales de 2030. Pero a¨²n est¨¢ lejos de competir con Europa, l¨ªder en renovables. El a?o pasado estas se convirtieron en la principal fuente de electricidad en la zona, por encima de los combustibles f¨®siles. Y su m¨²sculo industrial es fuerte: ocho de las 10 empresas de tecnolog¨ªa limpia m¨¢s grandes del mundo son europeas.
Exportadores netos
Algunos pa¨ªses ya son exportadores netos de electricidad generada por energ¨ªas verdes. Noruega vende energ¨ªa a sus vecinos y est¨¢ construyendo cables de transmisi¨®n a Alemania y el Reino Unido. Y Portugal enviar¨¢ hidr¨®geno verde a los Pa¨ªses Bajos. ¡°Estamos frente a una transformaci¨®n geopol¨ªtica¡±, agrega Grimsson. ¡°La energ¨ªa verde ser¨¢ la base del ¨¦xito y el progreso de los Estados¡±, arguye el exmandatario. ¡°Las renovables redistribuyen la riqueza y el poder entre pa¨ªses y regiones¡±, abunda Van de Graaf.
El control de la energ¨ªa siempre ha sido un arma de pol¨ªtica exterior. El caso ic¨®nico: el embargo de petr¨®leo ¨¢rabe de 1973, que dej¨® sin crudo a EE UU y algunos pa¨ªses de Occidente, y que aceler¨® la independencia energ¨¦tica estadounidense. M¨¢s recientemente, por ejemplo, Estados Unidos (convertido en el primer productor de crudo gracias a la perforaci¨®n hidr¨¢ulica) ha impuesto sanciones petroleras contra Ir¨¢n (por sus actividades nucleares), Venezuela (contra el r¨¦gimen de Nicol¨¢s Maduro) y Rusia (a ra¨ªz de la anexi¨®n de Crimea). Rusia, por su parte, ha utilizado durante mucho tiempo los precios del gas natural de manera estrat¨¦gica, otorgando descuentos a reg¨ªmenes aliados como Bielorrusia y Armenia, y aumentando los precios para aquellos de tendencia Occidental.
Existen tres formas en que los pa¨ªses pueden ejercer influencia en el sistema energ¨¦tico verde, seg¨²n un an¨¢lisis de la Agencia Internacional de las Energ¨ªas Renovables (IRENA, por sus siglas en ingl¨¦s). El primero: exportando electricidad o combustibles sostenibles. El segundo: controlando las materias primas. El tercero: logrando una ventaja tecnol¨®gica, como en el desarrollo de las bater¨ªas para los veh¨ªculos el¨¦ctricos. En este nuevo campo de batalla las armas de guerra son viejos conocidos: l¨ªmites a las exportaciones, imposici¨®n de aranceles, sanciones o restricci¨®n. ¡°La carrera ya est¨¢ en marcha¡±, afirma Israel, de BofA. Y una de las caras m¨¢s visibles en esta disputa es la de los veh¨ªculos el¨¦ctricos, dice.
Tesla y China
La semana pasada China prohibi¨® a su personal militar y empleados de empresas estatales el uso de veh¨ªculos de la estadounidense Tesla, por miedo a la filtraci¨®n de informaci¨®n a trav¨¦s de las c¨¢maras del autom¨®vil. La medida ha sido un jarro de agua fr¨ªa para la compa?¨ªa de Elon Musk. China es su segundo mercado m¨¢s grande, despu¨¦s de EE UU. Una quinta parte de los 500.000 coches comercializados en todo el planeta durante el a?o pasado, rueda por alguna carretera china. El inesperado golpe no es balad¨ª, seg¨²n los expertos. Ocurre en pleno ascenso de la industria de fabricantes chinos de veh¨ªculos el¨¦ctricos, forjada con un vasto apoyo gubernamental. Nio, XPeng y Li Auto han ganado fuerza en los mercados y popularidad entre el p¨²blico.
El movimiento adem¨¢s coincide con la vuelta de EE UU a la agenda sostenible. Joe Biden quiere que la transici¨®n a las energ¨ªas limpias sea la clave de su pol¨ªtica econ¨®mica. El mandatario ha puesto una fecha para alcanzar la neutralidad de carbono: 2050. Ello se lograr¨¢ a trav¨¦s de otro hito: un sistema de electricidad sin emisiones para 2035. En este contexto, ambos pa¨ªses buscan proteger a sus propios fabricantes, coinciden los analistas. La prohibici¨®n de Pek¨ªn a?ade m¨¢s picante a la crispada relaci¨®n, que ha dejado serios encontronazos. El ¨²ltimo ocurri¨® hace un par de semanas en la primera cumbre China-EE UU en la era Biden, y en la que ambos no disimularon sus diferencias. ¡°Esta guerra en torno a la energ¨ªa se entrelaza con conflictos m¨¢s amplios¡±, explica Van de Graaf.
China, sin embargo, no se amilana. Sabe que tiene la sart¨¦n por el mango. Durante a?os ha otorgado beneficios econ¨®micos a sus empresas para reducir la brecha tecnol¨®gica con Occidente, enfoc¨¢ndose en sectores clave, como las renovables y los veh¨ªculos el¨¦ctricos. Para ello ha puesto en marcha desde incentivos tanto en el lado de la oferta (devoluciones de impuestos o pr¨¦stamos a bajo inter¨¦s) como en la demanda (subsidios al consumidor). Los frutos son palpables. Pek¨ªn controla la fabricaci¨®n de tres cuartas partes de los paneles solares del mundo (seg¨²n la Asociaci¨®n de la Industria Fotovoltaica de China) y tiene m¨¢s de un tercio del mercado mundial de turbinas e¨®licas. Sus instalaciones de energ¨ªas renovables no paran de crecer.
En 2020, China construy¨® m¨¢s parques e¨®licos que todo el planeta en conjunto, a pesar de la pandemia, seg¨²n el Consejo Global de Energ¨ªa E¨®lica. ¡°La energ¨ªa verde es la energ¨ªa del futuro y asumir¨¢ la importancia de los combustibles f¨®siles a medio plazo¡±, asegura Janka Oertel, directora del programa de Asia en el Consejo Europeo de Relaciones Exteriores. ¡°Ser¨ªa ingenuo ignorar los cambios econ¨®micos y pol¨ªticos que traer¨¢ la agenda de descarbonizaci¨®n de las econom¨ªas m¨¢s grandes¡±, destaca la experta.
El rey de las bater¨ªas
China es el rey de las bater¨ªas de litio. Pek¨ªn manufactura el 77% de estas a pesar de extraer solo un 9% del mineral (el mercado lo controlan Australia y Chile con una cuota del 75%), seg¨²n la consultora brit¨¢nica Benchmark Mineral Intelligence. ¡°El dominio de China est¨¢ en la cadena de valor: desde el procesamiento de minerales hasta la fabricaci¨®n¡±, dice Caspar Rawles, analista de Benchmark. Su liderazgo ha llevado a EE UU y Europa a depender de Pek¨ªn.
¡°China est¨¢ lista para ser el gran ganador¡±, resalta Daniel Yergin, historiador econ¨®mico. Tambi¨¦n es la estrella en la extracci¨®n de tierras raras: un conjunto de 17 elementos de la tabla peri¨®dica, que se utilizan en las turbinas e¨®licas y dispositivos electr¨®nicos. Cuando no puede extraer las materias primas en su territorio, como es el caso del cobalto, invierte en operaciones en el extranjero para garantizar el suministro. Esto es evidente en la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo, que controla m¨¢s de tres cuartas partes de la producci¨®n mundial, y donde China se ha hecho con las principales compa?¨ªas mineras.
Pek¨ªn ha pegado fuerte. Sin embargo, Europa quiere una segunda oportunidad. La busca despu¨¦s de verse frente al espejo. Durante los primeros meses de la pandemia, que llev¨® al cierre de la econom¨ªa y a la paralizaci¨®n de las cadenas de suministro, la zona evidenci¨® a¨²n m¨¢s su dependencia. Entre el 75% y el 100% de la mayor¨ªa de metales esenciales cr¨ªticos, muchos de ellos utilizados en la industria de las renovables, se compran fuera del continente, seg¨²n la Comisi¨®n Europea. Por ejemplo, el 98% de las tierras raras proviene de China y Sud¨¢frica suministra el 71% del platino.
Ante ello, Europa ha puesto en marcha la maquinaria para reactivar la extracci¨®n de algunos metales, entre ellos el litio. El continente consumir¨¢ hasta 18 veces m¨¢s de ese material en 2030 y unas 60 veces m¨¢s para 2050, seg¨²n la Comisi¨®n. El plan de Europa es extraer en el continente un 80% de las necesidades del mineral en 2025. ¡°No podemos permitir que nuestra actual dependencia de los combustibles f¨®siles se sustituya por una dependencia de las materias primas fundamentales¡±, afirm¨® Maros Sefcovic, vicepresidente de la Comisi¨®n Europea, en septiembre pasado. Portugal, Espa?a, Finlandia, Alemania, Austria y Rep¨²blica Checa cuentan con proyectos mineros de este mineral en fase de desarrollo.
¡°Si tenemos una industria de la automoci¨®n tan importante en Espa?a y Europa, tambi¨¦n tenemos que asegurar el suministro de las materias primas¡±, afirma David Valls, representante de Infinity Lithium, otra de las dos empresas que compite por extraer litio en C¨¢ceres. ¡°No hacerlo ser¨ªa una p¨¦rdida de mercado¡±. Esta compa?¨ªa busca obtener esta materia prima de San Jos¨¦ Valdefl¨®rez, la segunda mina de litio m¨¢s grande de Europa, por detr¨¢s de un yacimiento en el norte de Portugal. ¡°Nuestro proyecto tiene una vida de 30 a?os¡±, dice Valls. ¡°Vamos a producir una media anual de 15.000 toneladas de hidr¨®xido de litio que podr¨ªan dar para fabricar hasta 10 millones de veh¨ªculos el¨¦ctricos¡±, a?ade. La empresa cuenta con el apoyo de Alianza Europea de Bater¨ªas (EBA, por sus siglas en ingl¨¦s), una iniciativa comunitaria lanzada en 2017 creada para resarcir la brecha con China.
Nuevas minas
Los responsables de Infinity Lithium (que se ha encontrado con el rechazo por parte de los grupos ecologistas) esperan que una vez superados los tr¨¢mites administrativos logren poner en operaci¨®n la mina a finales de 2022 o principios de 2023. Tanto la mina de San Jos¨¦ Valdefl¨®rez como la de Ca?averal, liderada por Lithium Iberia, solo son una parte de la cadena. Europa tambi¨¦n quiere impulsar la fabricaci¨®n de bater¨ªas. EIT InnoEnergy, gestora de la EBA, estima que en el continente hay unos 70 grandes proyectos relacionados con esta tecnolog¨ªa que van desde la extracci¨®n y el refinado de materias primas y materiales avanzados, hasta la fabricaci¨®n de celdas y tratamiento y reciclaje de bater¨ªas usadas.
¡°Las bater¨ªas son el futuro de las energ¨ªas verdes¡±, dice Mario Celdr¨¢n, consejero delegado de Phi4Tech, que est¨¢ a punto de construir, en Badajoz, una de las primeras f¨¢bricas en el pa¨ªs y en la que participa el Banco Santander. Esta se suma a la anunciada por el Gobierno junto a Volkswagen, Seat e Iberdrola. ¡°En Espa?a cabe m¨¢s de una f¨¢brica, claro¡±, a?ade Celdr¨¢n. Europa tambi¨¦n ha allanado el camino para que empresas como Tesla y BMW puedan instalar proyectos en diversos pa¨ªses de la zona. La expectativa de la Comisi¨®n es que al menos 30 millones de veh¨ªculos el¨¦ctricos circulen en la regi¨®n en 2030.
El Viejo Continente ha superado a China en las ventas mundiales de autom¨®viles el¨¦ctricos. En 2020, la comercializaci¨®n de estos coches subi¨® un 137%. Ahora, Europa acapara un 43% del mercado global frente al 26% que ten¨ªa en 2019, seg¨²n EV-volumes. Los grandes fabricantes tambi¨¦n se han volcado a este nicho con ¨ªmpetu. El a?o pasado lanzaron 65 nuevos modelos de veh¨ªculos en Europa, el doble que en China, y se espera que otros 99 salgan al mercado este a?o. Algunas empresas, como Ford, han anunciado que solo distribuir¨¢n coches con esta tecnolog¨ªa a finales de esta d¨¦cada.
En esta historia, EE UU lleva las de perder. ¡°Los a?os de presidencia de Trump retrasaron el despliegue de veh¨ªculos el¨¦ctricos¡±, comenta Jim Greenberger, fundador de NAATBatt, una asociaci¨®n de fabricantes de bater¨ªas. A pesar de contar con una ventaja competitiva que es su ecosistema de innovaci¨®n, los participantes del sector no han sabido digerir el avance de las renovables. Estas representan una parte residual de su matriz energ¨¦tica dominada por el petr¨®leo, gas y carb¨®n. Hoy, las grandes compa?¨ªas de energ¨ªa ¡ªque apostaron por la fracturaci¨®n hidr¨¢ulica, que llev¨® a EE UU a conseguir independencia energ¨¦tica y a ser el mayor productor de crudo del mundo¡ª quieren dar la vuelta a la tortilla. El gran atractivo: los recursos que ofrece la transformaci¨®n.
Algunos inversores han dejado de financiar proyectos de energ¨ªas f¨®siles, impulsados por la acci¨®n clim¨¢tica mundial. Los principales administradores de dinero tambi¨¦n est¨¢n a bordo. Larry Fink, fundador y director ejecutivo de BlackRock, anunci¨® que la sostenibilidad era el objetivo para su empresa, que gestiona siete billones de d¨®lares. Otras gestoras de fondos, como Fidelity y Vanguard, apuestan por esta tendencia. En 2020, los fondos que invierten en bonos verdes en el mundo recaudaron 350.000 millones de d¨®lares, un 36% m¨¢s que en 2019, seg¨²n JP Morgan. ¡°La covid-19 ha provocado la mayor recesi¨®n desde la Segunda Guerra Mundial, pero ha renovado el enfoque de los due?os del capital en el cambio clim¨¢tico¡±, dice este banco de inversi¨®n.
En enero, Biden firm¨® una serie de ¨®rdenes ejecutivas para frenar el cambio clim¨¢tico, endureciendo los controles de vigilancia en la t¨¦cnica de fractura hidr¨¢ulica para la extracci¨®n de gas y petr¨®leo. Asimismo, exigi¨® una revisi¨®n de las cadenas de suministro de materiales cr¨ªticos, incluidos los necesarios para los autom¨®viles el¨¦ctricos. EE UU ha dicho que depender de fuentes extranjeras para estos materiales crea una ¡°vulnerabilidad estrat¨¦gica¡± para su econom¨ªa. ¡°El desaf¨ªo para Occidente de competir con China en tecnolog¨ªas verdes no es de ninguna manera insuperable¡±, afirma Greenberger.
Su dominio es un fen¨®meno reciente. A mediados de 2015 se vendieron m¨¢s veh¨ªculos el¨¦ctricos ligeros en Estados Unidos que en el pa¨ªs asi¨¢tico. Hace 10 a?os, China ten¨ªa una participaci¨®n casi insignificante del mercado de bater¨ªas de iones de litio, controlado por los japoneses y surcoreanos. ¡°Si Occidente quiere ser due?o de este sector tecnol¨®gico, todav¨ªa puede hacerlo¡±, afirma el representante del sector americano. ¡°Solo necesita hacer la inversi¨®n necesaria¡±, concluye.
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