Unidos para salvar el mayor ecosistema coralino del mundo
Seis pa¨ªses asi¨¢ticos dise?an un plan de acci¨®n regional para proteger sus recursos marinos y garantizar el acceso de la poblaci¨®n a los alimentos
Anochece en Taytay, una peque?a poblaci¨®n costera de la isla de Palawan, en la parte occidental de las Filipinas. Ramil Bohol vuelve del mar despu¨¦s de una jornada de trabajo. Hoy, de nuevo, la pesca ha sido m¨¢s bien escasa: apenas un par de kilos de mero. ¡°Cuando llegu¨¦ aqu¨ª para trabajar, en los a?os ochenta, las aguas estaban llenas de peces; sol¨ªa volver a tierra con unos 20 o 25 kilos¡±, recuerda. Pero las cosas empezaron a cambiar en la d¨¦cada siguiente con la multiplicaci¨®n de los barcos comerciales en esta zona del mar de Jol¨® y su consecuente sobrepesca.
La poblaci¨®n de peces se vio tambi¨¦n afectada por las diversas agresiones a su h¨¢bitat natural: el arrecife de coral, donde no solo se reproducen sino tambi¨¦n se protegen de los predadores. Por una parte, el calentamiento global aument¨® la frecuencia de los episodios de blanqueamiento de los corales, un fen¨®meno que puede llevar a su muerte si se prolonga en el tiempo. Por otra parte, los a?os noventa marcaron el inicio de la intensificaci¨®n de t¨¦cnicas da?inas. La pesca con cianuro, un m¨¦todo empleado especialmente para atrapar a las especies destinadas a los acuarios, tiene efectos considerables: por cada pez capturado de esta manera, se estima que se destruye un metro cuadrado de coral. En el caso de la pesca con dinamita, las explosiones crean cr¨¢teres de dos a tres metros de di¨¢metro.
Adem¨¢s del peligro ecol¨®gico, esta situaci¨®n tiene consecuencias econ¨®micas para este municipio de unos 75.000 habitantes. Al contrario de la localidad de El Nido, situada m¨¢s al norte y que vive principalmente del turismo gracias a sus espectaculares playas, el 70% de la poblaci¨®n de Taytay todav¨ªa depende de la pesca para subsistir. Pero el caso de Taytay est¨¢ lejos de ser aislado. Se repite ampliamente en todo el llamado Tri¨¢ngulo de Coral, una zona de seis millones de kil¨®metros cuadrados que comprende regiones de seis pa¨ªses: las Filipinas, Indonesia, las islas Salom¨®n, una parte de Malasia, Timor Leste y Pap¨²a Nueva Guinea.
Menos conocido que la Gran Barrera de Coral de Australia, su importancia ecol¨®gica es a¨²n mayor, ya que alberga el 75% de las especies de coral del mundo, m¨¢s de 2.200 especies de peces as¨ª como seis de las siete especies de tortugas marinas, seg¨²n WWF. Esto le ha valido el apodo de ¡°Amazonas de los mares¡±. Frente a sus dificultades comunes, los seis pa¨ªses afectados decidieron unirse para formar la Iniciativa del Tri¨¢ngulo de Coral (CTI) y afrontar as¨ª juntos los retos: no solo proteger sus valiosos recursos marinos, sino tambi¨¦n garantizar la seguridad alimentaria y mejorar los ingresos de los cerca de 120 millones de personas que viven en las zonas costeras de la regi¨®n.
Las autoridades se suelen topar con el rechazo de los pescadores, que no aceptan que su fuente de ingresos se vea restringida
¡°Necesitamos entendernos porque, en la mayor¨ªa de casos, no es eficiente que cada pa¨ªs trabaje de manera aislada¡±, explica Widi A. Pratikto, quien fue el primer director de la CTI. Una evidencia cuando se analiza, por ejemplo, los itinerarios de los peces, que no entienden de fronteras. ¡°Lo mismo pasa con las tortugas marinas: el trabajo de protecci¨®n en una zona se ver¨¢ afectado si en la zona colindante siguen captur¨¢ndolas¡±, ilustra.
En el marco de esta organizaci¨®n, el trabajo conjunto de los seis pa¨ªses ha tomado la forma de una cooperaci¨®n triangular, un tipo de cooperaci¨®n h¨ªbrido entre la sur-sur y la tradicional norte-sur. Algunos pa¨ªses industrializados, como Estados Unidos o Australia, instituciones internacionales, como el Banco Asi¨¢tico de Desarrollo, y ONG medioambientales colaboran con la iniciativa. En base a un plan de acci¨®n regional dise?ado conjuntamente, cada pa¨ªs elabora sus propias medidas.
Una de las principales herramientas es la creaci¨®n de ¨¢reas marinas protegidas, que se establecen tras identificar las principales zonas de reproducci¨®n de peces. En Taytay, la colaboraci¨®n de WWF y del Gobierno local llev¨® a la creaci¨®n del Parque Marino del arrecife de Tecas, una zona de m¨¢s de 165 hect¨¢reas en la que se impuso una prohibici¨®n total de pescar. ¡°El perjudicial blanqueamiento del coral no es necesariamente un fen¨®meno irreversible¡±, explica Mavic Matillano, jefa de proyecto en WWF Filipinas. Despu¨¦s de un episodio de decoloraci¨®n, unas algas se desarrollan en la superficie del coral pero los peces que se alimentan de ellas permiten su saneamiento. A final de cuentas, una mayor poblaci¨®n de peces evita que esta situaci¨®n se vuelva definitiva.
El objetivo de la CTI es que el 20% del espacio mar¨ªtimo y de las zonas costales de los pa¨ªses miembros est¨¦n bajo alg¨²n tipo de protecci¨®n en el a?o 2020
El establecimiento de zonas de prohibici¨®n de pesca es un proceso que resulta dif¨ªcil. Las autoridades se suelen topar con el rechazo de los pescadores, que no aceptan que su fuente de ingresos se vea restringida; hay que tener en cuenta que la provincia de Palawan produce cada a?o unas 150.000 toneladas de peces. Por ello, una patrulla establecida en un min¨²sculo islote a pocas millas de la costa vigila la zona las 24 horas del d¨ªa, pero Matillano cree en las virtudes de la sensibilizaci¨®n: ¡°Les decimos que estas zonas son sus cuentas de ahorros para el futuro¡±. Tambi¨¦n cree que se ha aprendido de los errores del pasado. ¡°El principal fallo era que se dise?aban estas ¨¢reas principalmente para proteger la biodiversidad en vez de para recuperar las poblaciones de peces y mejorar los ingresos de los pescadores¡±, reconoce. Para reforzar la aceptaci¨®n de la medida, se implementaron programas para formar a los afectados en t¨¦cnicas menos destructivas o para ofrecer nuevas fuentes de ingresos, como el cultivo de algas o la piscicultura.
El objetivo de la CTI es que el 20% del espacio mar¨ªtimo y de las zonas costeras de los pa¨ªses miembros est¨¦n bajo alg¨²n tipo de protecci¨®n en el a?o 2020. Todo el esfuerzo de la CTI consiste en coordinar estas ¨¢reas marinas protegidas para racionalizar los costes e incrementar la eficiencia de cada una de ellas. Para Mavic Matillano, esta cooperaci¨®n internacional tambi¨¦n tiene una incidencia en la aceptaci¨®n de estas medidas por parte de la poblaci¨®n y de las autoridades. ¡°La CTI? es ahora m¨¢s consciente de lo que est¨¢ en juego. Se sienten parte de algo m¨¢s grande y el resultado es que su compromiso para la conservaci¨®n de la zona es mayor¡±, concluye.
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