Ahora, a escucharla
QUIZ? USTED IGNORE a¨²n de qui¨¦n hablamos, o lo sepa de o¨ªdas, como cuando hay tormenta en el pueblo de al lado y uno se asoma a la ventana y dice: parecen truenos. Saber de o¨ªdas significa saber por aproximaci¨®n, que es la forma de conocimiento en boga. Una did¨¢ctica, podr¨ªamos decir. Pues eso, que a lo mejor usted, porque sea monje de clausura, ignore a¨²n la existencia de esta joven cuyas canciones tienen m¨¢s escuchadores que habitantes Espa?a. Rosal¨ªa, que as¨ª se llama, es en s¨ª misma un pa¨ªs en el que conviven los ritmos surgidos de la calle con los nacidos en las academias: el flamenco y el gregoriano, por ejemplo. Lo explica ella misma hablando de su ¨²ltimo disco, El mal querer: ¡°Hay muchas armon¨ªas vocales que se basan en la m¨²sica antigua¡±. Se pone uno a escucharla y detecta, en efecto, las trazas del canto mon¨®dico del mismo modo que localiza el sabor a pizarra en los vinos denominados minerales.
Ven¨ªamos compar¨¢ndola por casualidad con un pa¨ªs cuando advertimos que Rosal¨ªa es una catalana hibridada de cultura andaluza, o viceversa. Parece, pues, una met¨¢fora oportun¨ªsima, un s¨ªmbolo en un pueblo yermo de literalidad, una alegor¨ªa, en fin, de la que quiz¨¢ usted no ten¨ªa noticia alguna hasta que Pienso en tu mir¨¢ empez¨® a sonar en el sal¨®n de la casa de su vecino como la tormenta en el pueblo de al lado. Solo que esta tormenta no va a pasar, afortunadamente, porque la est¨¢bamos esperando como agua de mayo, un agua, si me permiten la cursiler¨ªa, semejante a la de las ?l¨¢grimas que corren geograf¨ªa abajo por el rostro de la artista. Ahora, a escucharla.?
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