Men¨²s para un planeta en calentamiento
Cinco expertos relacionados con el mar nos dan pistas sobre lo que podemos hacer para reducir nuestro impacto en el medioambiente
Estresados por el cambio clim¨¢tico oculto bajo las olas, los peces y otras especies marinas afrontan una enorme alteraci¨®n. ?Qu¨¦ podemos hacer nosotros para aligerar nuestro impacto en estos animales? Hemos hablado con cinco expertos ¨ªntimamente relacionados con el mar: un chef noruego especializado en pescado, con hincapi¨¦ en la comida de autor; un explorador que lucha por prohibir la pesca en dos terceras partes de los oc¨¦anos mundiales; una cient¨ªfica medioambiental preocupada por el auge mundial de la acuicultura; un emprendedor que forma a j¨®venes desempleados como ¡°vigilantes del mar¡± para proteger reservas marinas; y un cocinero de Nueva Inglaterra experto en sushi de especies invasoras.
Christopher Haatuft, chef
Christopher Haatuft suelta un flet¨¢n de seis kilos tan largo como su brazo en el mostrador de su restaurante. Introduce la punta del cuchillo cerca de las agallas y despu¨¦s lo desliza hacia la cola para sacar un filete. El color n¨ªveo y la delicada textura de esta carne la convierten en favorita de los clientes de su restaurante, Lysverket, en el puerto noruego de Bergen, donde Haatuft y otros cocineros reimaginan la cocina escandinava.
Pero a Haatuft no solo le preocupa el sabor. Tambi¨¦n sabe con exactitud d¨®nde se ha criado el pescado: la granja Glitne, de un fiordo situado al norte de la ciudad, que usa tanques situados en tierra para evitar verter al mar los restos de los peces.
No me cabe la menor duda de que dentro de 10 a?os tendremos proveedores mayoristas de pescado que no necesariamente pesquen en masa Christopher Haatuft, chef
¡°Me gusta usarlo porque es una forma avanzada de criar peces¡±, explica con sus brazos tatuados recuerdo de ¨¦pocas m¨¢s j¨®venes en la escena del rock punk. ¡°Pienso que los cocineros empiezan a ser muy conscientes de la procedencia del pescado, y quieren asegurarse de que representan bien al restaurante ofreciendo pescado sostenible¡±.
Su objetivo m¨¢s reciente es convencer a los pescadores de langostinos de que le vendan los pulpos que se cuelan en las nasas [un arte de pesca], en lugar de matarlos y arrojarlos de nuevo al mar. ¡°Me encantar¨ªa ver que el sector pesquero se aleja por fin de la industrializaci¨®n que ha tenido lugar para reconvertirse en proveedores m¨¢s artesanales y de menor tama?o¡±, comenta. ¡°No me cabe la menor duda de que dentro de 10 a?os tendremos proveedores mayoristas de pescado que no necesariamente pesquen en masa, sino que ofrezcan pescado capturado con anzuelo y con una procedencia muy f¨¢cil de trazar¡±.
Enric Sala, ecologista marino
Enric Sala lucha por uno de los objetivos m¨¢s ambiciosos en la historia de la conservaci¨®n: convertir casi dos tercios de los oc¨¦anos en reserva marina.
?Parece iluso? En la d¨¦cada transcurrida desde la creaci¨®n del Proyecto Pristine Seas (Mares pr¨ªstinos), que la National Geographic Society considera su mayor iniciativa dedicada a la conservaci¨®n medioambiental, Sala y su equipo, en colaboraci¨®n con aliados de todo el mundo, han convencido a distintos Gobiernos para que creen 19 zonas protegidas. Juntas, estas nuevas reservas abarcan aguas equivalentes a la mitad del tama?o de Canad¨¢.
El calentamiento global y la acidificaci¨®n van a da?ar la vida oce¨¢nica de un modo ins¨®lito Enric Sala, ecologista marino
Sala cree que la forma m¨¢s r¨¢pida de empezar a proteger los oc¨¦anos contra los efectos del cambio clim¨¢tico ser¨ªa prohibir la pesca en alta mar: el territorio mar¨ªtimo no sometido a la jurisdicci¨®n de ning¨²n pa¨ªs, que cubre casi la mitad de la superficie terrestre.
¡°Estamos en plena emergencia planetaria: el calentamiento global y la acidificaci¨®n van a da?ar la vida oce¨¢nica de un modo ins¨®lito¡±, asegura Sala, exprofesor de la Instituci¨®n de Oceanograf¨ªa Scripps. ¡°La ciencia est¨¢ clara, la econom¨ªa est¨¢ clara: proteger la alta mar podr¨ªa ser la forma m¨¢s f¨¢cil de conservaci¨®n oce¨¢nica¡±. ¡°Es f¨¢cil deprimirse, pero deber¨ªamos enfurecernos¡±, remacha. ¡°Tenemos que dirigir adecuadamente esta furia, esta energ¨ªa, hacia una acci¨®n positiva¡±.
Jennifer Jacquet, cient¨ªfica medioambiental
Orcas majestuosas, delfines juguetones y ballenas blancas de mirada penetrante; estas criaturas han hechizado a generaciones de amantes de los oc¨¦anos. Los berberechos, los mejillones y las almejas que se alimentan discretamente en el lecho marino no tienden a despertar tanto entusiasmo. Jennifer Jacquet cree que es hora de que lo hagan.
Jacquet, profesora adjunta en el Departamento de Estudios Medioambientales de la Universidad de Nueva York, cree que los bivalvos podr¨ªan ser la clave para reducir la presi¨®n sobre la vida oce¨¢nica, sitiada por la r¨¢pida aceleraci¨®n del cambio clim¨¢tico.
El peligro est¨¢ en que el legado que dejemos como conservacionistas se quede meramente sobre el papel y no signifique nada Wietse Van Der Werf, emprendedor
Su l¨®gica es sencilla: el auge mundial de la acuicultura industrial est¨¢ sometiendo a los oc¨¦anos a una carga insostenible al provocar la captura de enormes cantidades de peces salvajes para alimentar a los salmones y otras especies carn¨ªvoras criadas en cautividad. Sostiene que si la industria abandonase la cr¨ªa de peces carn¨ªvoros para producir marisco de bajo impacto y algas marinas, reducir¨ªa en gran medida la presi¨®n.
¡°Nuestro argumento es que tenemos que criar especies situadas en una parte m¨¢s baja de la cadena alimenticia¡±, afirma Jacquet. ¡°Tenemos que replantearnos qu¨¦ es la acuicultura y c¨®mo ser¨¢ en el futuro. De lo contrario, seguir¨¢ siendo parte del problema, y lo peor es que los consumidores piensan que es parte de la soluci¨®n¡±.
Wietse Van Der Werf, emprendedor
Es una de las mayores victorias de los ecologistas en la pasada d¨¦cada: muchos gobiernos del mundo han creado nuevas reservas marinas para proteger la vida oce¨¢nica. Pero Wietse van der Werf, que pas¨® a?os protestando contra la pesca ilegal en el Mediterr¨¢neo y en el norte de ?frica, teme que estas victorias no sirvan de nada si no hay quien mantenga alejados a los furtivos.
Van der Werf, activista medioambiental holand¨¦s convertido en emprendedor social, cree que ha encontrado la soluci¨®n: contratar a veteranos de la marina mercante y de la naval para formar a j¨®venes desempleados como "vigilantes marinos" que se encarguen de patrullar zonas que los Estados no tienen recursos para cubrir.
¡°El peligro est¨¢ en que el legado que dejemos como conservacionistas se quede meramente sobre el papel y no signifique nada¡±, se?ala Van der Werf. ¡°La cuesti¨®n es c¨®mo vamos a vigilar esas zonas¡±.
Nuestro argumento es que tenemos que criar especies situadas en una parte m¨¢s baja de la cadena alimenticia Jennifer Jacquet, cient¨ªfica
Su Servicio de Vigilancia Marina, uno de cuyos colaboradores es una fundaci¨®n creada por el exejecutivo de Google Eric Schmidt funciona del siguiente modo: j¨®venes parados de larga duraci¨®n solicitan formaci¨®n gratuita como profesionales mar¨ªtimos. Despu¨¦s, los solicitantes asisten a un campamento de instrucci¨®n de cinco semanas en el que uno de cada cuatro ser¨¢ seleccionado para asistir a meses de formaci¨®n en el mar. Una vez formados, los equipos desempe?ar¨¢n, cobrando unos honorarios, una amplia gama de tareas para organismos p¨²blicos, empresas e institutos de investigaci¨®n.
¡°El entorno mar¨ªtimo est¨¢ cambiando con mucha rapidez¡±, afirma Van der Werf. ¡°Queda mucho por hacer en lo referente al cultivo de alimentos en el mar y a la transici¨®n energ¨¦tica¡±.
Bun Lai, chef
El chef Bun Lai acababa de preparar una fritura de peces plateados de dos cent¨ªmetros y diminutos cangrejos asi¨¢ticos invasores junto con tempura de alga wakame, todo ello recolectado por la ma?ana en el cercano estrecho de Long Island. Est¨¢ sentado a la mesa del comedor, fumando.
Es una contradicci¨®n extra?a para un hombre cuyo restaurante, Miya¡¯s Sushi, es conocido por sus creaciones cardiosaludables de sushi, a menudo cocinadas con especies marinas invasoras y algas, as¨ª como hierbas recolectadas de su salvaje huerto. Pero Lai es un manojo de contradicciones energ¨¦ticas.
Califica su restaurante, situado a pocas manzanas de la Universidad de Yale, en New Haven, Connecticut, como el primer restaurante de sushi sostenible del mundo. El men¨² incluye jabal¨ª salvaje invasor de Texas, un rollo llamado sushi salaam, dedicado a ¡°un mundo sin violencia ni represalias¡±, as¨ª como un plato de arroz del que sobresalen grillos fritos.
¡°Este es nuestro plato contra el cambio clim¨¢tico¡±, dice. Forma un disco de 15 cent¨ªmetros de agua del estrecho congelada. Est¨¢ mezclada con algas invasoras, tambi¨¦n del estrecho, y sal de Kiribati, una naci¨®n isla del Pac¨ªfico que tiene dificultades para mantenerse por encima de los crecientes niveles del mar. Pone el disco encima de una jarra de agua con una vela en el fondo. El disco brilla y proyecta sombras verdes sobre una isla de pez le¨®n invasor cortado en lonchas muy finas. El pez le¨®n es originario de Kiribati, comenta Bun, pero el pescado que ha servido se captur¨® en M¨¦xico. Tras ser liberado en la naturaleza por propietarios de acuarios, este pez del Pac¨ªfico se ha extendido por el sureste de Estados Unidos y por todo el Caribe. Sin depredadores naturales, est¨¢ desplazando a muchas especies aut¨®ctonas.
Para ¨¦l, servir pez le¨®n significa comer animales y plantas en concierto con lo que la naturaleza proporciona, en lugar de obligar a la naturaleza a proporcionar lo que nosotros queremos.
(Este art¨ªculo forma parte de Ocean Shock, una serie de Reuters que explora el impacto del cambio clim¨¢tico sobre las criaturas marinas y las personas que dependen de ellas).
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