Najat el Hachmi: ¡°El feminismo islamista a¨ªsla a las mujeres musulmanas¡±
Escritora nacida en Marruecos y criada en Espa?a, su ¨²ltimo ensayo, 'Siempre han hablado por nosotras', es un alegato contundente contra los nuevos velos mentales
Despu¨¦s de a?os de lucha y compromiso feminista, Najat el Hachmi (Beni Sidel, Marruecos, 1979) ha tenido necesidad de lanzar un grito de alerta. Tras el ¨¦xito de su ¨²ltima novela, Madre de leche y miel (2018), la escritora publica ahora Siempre han hablado por nosotras (Destino), un alegato breve pero contundente contra los nuevos velos mentales que en su opini¨®n tratan de separar no solo a las musulmanas del resto de mujeres, sino a todos los musulmanes de origen inmigrante respecto de la comunidad en la que viven.
PREGUNTA. En el libro hay malestar y combate. Dice que no lo escribe por valent¨ªa sino para sobrevivir. ?Por qu¨¦?
RESPUESTA. El panorama de las mujeres que procedemos del ¨¢mbito musulm¨¢n est¨¢ cambiando mucho. Hay una regresi¨®n en avances que cre¨ªamos irreversibles. Me preocupa c¨®mo algunos discursos muy peligrosos penetran en las mentes j¨®venes. Tienen acceso a la educaci¨®n, al trabajo, pero algunas defienden, con un impacto medi¨¢tico importante, ideas que van en contra de la igualdad.
P. Muchas vuelven al velo, con lo que les cost¨® a ustedes quit¨¢rselo.?
R. Nosotras sufrimos la discriminaci¨®n en la propia piel, pero el contexto en el que crecimos nos permit¨ªa ver que era posible un destino distinto del de nuestras madres. Ahora no solo se ponen voluntariamente el pa?uelo, el signo externo de toda esa involuci¨®n, sino que asumen un discurso que acaba justificando y legitimando la discriminaci¨®n de las mujeres. El pa?uelo es la punta del iceberg de una estrategia para imponer la idea de que todo aquello que pertenece al ¨¢mbito religioso, como hay que respetar las religiones, no se puede cuestionar.
P. Defienden el derecho a cubrirse como una cuesti¨®n de identidad.
R.?S¨ª, y al principio pensaba que era algo minoritario, pero la idea de que mi religi¨®n es mi identidad se ha ido contagiando. Puedo entender que la religi¨®n vertebre el d¨ªa a d¨ªa, pero es una trampa hacernos creer que, por el hecho de que la religi¨®n forme parte de nuestra identidad, las mujeres tengamos que mostrarlo en la forma de vestir. El objetivo est¨¢ claro: volver a taparnos, obligarnos a mostrarnos siempre dentro de los l¨ªmites de la religi¨®n.?
P. ?C¨®mo se canaliza el discurso?
R. Uno de sus principales valedores es el llamado feminismo isl¨¢mico. Me parece fant¨¢stico que las creyentes intenten hacer compatibles las creencias y la necesidad de igualdad. El problema aparece cuando pretenden que los derechos de todas dependan de textos sagrados y niegan la misoginia estructural de las religiones monote¨ªstas, tan evidente en el islam.?
P. En su libro sostiene que este feminismo identitario se aprovecha de ciertas teor¨ªas del pensamiento decolonial.
Las 'hiyabistas' de Instagram venden la idea de que por fin la modernidad puede ser compatible con la religi¨®n
R. Lo que vienen a decir es que las reivindicaciones de las mujeres blancas occidentales no son representativas de las mujeres musulmanas y adem¨¢s se las acusa de estar ejerciendo sobre el resto de mujeres la misma dominaci¨®n que los hombres blancos occidentales ejercen sobre ellas. Es tan efectivo apelar a la culpa de las mujeres¡ He visto a feministas que siempre han sido antirracistas sentirse acomplejadas ante estas acusaciones. ?Que a estas alturas me digan que mi problema como mujer se debe a lo que haga la mujer blanca occidental es de locos!?
P. ?Y por qu¨¦ cree que estas ideas seducen a las j¨®venes?
R. El cuestionamiento feminista siempre es doloroso. Tomar conciencia y enfrentarte a tu entorno es muy duro, a veces tienes que cuestionar a quien m¨¢s quieres. Seguramente a muchas j¨®venes les resulta m¨¢s f¨¢cil esquivar esa confrontaci¨®n y tomar la v¨ªa del feminismo islamista. Aunque a largo plazo tenga peores consecuencias, porque tarde o temprano se van a topar con los efectos de la desigualdad que legitimaban.
P. Si las mujeres no van a las mezquitas ni a los oratorios, ?c¨®mo les llega este discurso?
R. A trav¨¦s de las redes sociales. Las hiyabistas de Instagram tienen un ¨¦xito tremendo y venden la idea de que por fin podemos hacer compatible la modernidad con la religi¨®n. Se nos presentan como una opci¨®n moderna, atractiva, tecnol¨®gica, fashion. Lo que no aparece es la carga patriarcal que subyace. La idea de fondo sigue siendo que el problema es el cuerpo de la mujer, nunca el comportamiento del hombre. Todo radica en que la mujer es responsable del deseo masculino y culpable del caos que, seg¨²n los fundamentalistas, amenaza a la sociedad musulmana.
P. Sorprende que unas ideas tan arcaicas penetren tan f¨¢cilmente¡
R. El problema es que no estamos vacunadas frente al fundamentalismo islamista. Cuesta ver que lo que propone en realidad es un doble desarraigo: de la sociedad en la que vivimos, porque las normas que impone hacen muy dif¨ªcil la convivencia, y de nuestras familias y origen porque si no practicamos la religi¨®n como dice, no somos buenos musulmanes. Eso nos deja en lo que el antrop¨®logo Jordi Moreras llama ¡°identidades a la intemperie¡±. Me deja perpleja c¨®mo desde la izquierda se facilita que el elemento religioso penetre en la esfera p¨²blica. En aras de la inclusi¨®n y el respeto a la diversidad, se considera leg¨ªtimo presentarse en la esfera p¨²blica en tanto que musulmanes, y eso lo vemos cada vez que hay un atentado islamista. Con la idea de prevenir la islamofobia, se da voz a los musulmanes como grupo religioso diferenciado. Es lo que buscan los terroristas: visibilidad y que nos atrincheremos en nuestra comunidad. Me siento decepcionada. Todo esto no deja de tener un componente racista. Sus consecuencias solo nos afectan a nosotras: a nadie que no sea musulm¨¢n le van a imponer el velo. Cuando se defiende que hay que respetar el velo porque es una cuesti¨®n de identidad, no se tiene en cuenta que lo que persigue el feminismo islamista es aislar a las mujeres musulmanas.?
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