?Compuso la CIA ¡®Wind of change¡¯ de Scorpions, la balada m¨¢s famosa del 'heavy'?

En 2006, el profesor de antropolog¨ªa Alexei Yurchak (nacido en Leningrado, la actual San Petersburgo) difundi¨® un listado de grupos de m¨²sica vetados en los a?os ochenta por las autoridades sovi¨¦ticas en la radio, con el nombre de cada banda y, al lado, el motivo de la censura. El listado, viral en redes sociales en Espa?a por la clasificaci¨®n de Julio Iglesias como ¡°neofascista¡±, puede verse como un pedazo del otro gran muro que la URSS levant¨® contra el bloque capitalista: un tel¨®n de acero cultural en medio de una Guerra Fr¨ªa que, desde luego, tambi¨¦n se libraba en el terreno de la propaganda. A d¨ªa de hoy, este tipo de archivos que documentan el grado de paranoia alcanzado en ambos lados contra el enemigo son puro kitsch, vestigios de un tiempo pasado donde la tensi¨®n de la lucha entre las superpotencias imped¨ªa percibir el rid¨ªculo de muchos de sus aspectos. Pero, despu¨¦s de las indagaciones realizadas por el periodista Patrick Radden Keefe sobre uno de los grupos de ese listado, Scorpions, habr¨¢ quien crea que la supuesta sobreprotecci¨®n sovi¨¦tica se qued¨® incluso corta.

Wind of change (¡°Viento de cambio¡±), la canci¨®n, se public¨® en 1990, a un a?o vista del fin de la Uni¨®n Sovi¨¦tica y un a?o despu¨¦s de la ca¨ªda del Muro de Berl¨ªn. Ambientada en Mosc¨², la letra, que deja muy poco margen a interpretarse err¨®neamente, habla del ocaso de una ¨¦poca y del sue?o de los ciudadanos del este por unirse al resto de la humanidad, ¡°como hermanos¡±. Klaus Meine, vocalista de Scorpions y autor oficial de la canci¨®n, asegur¨® que la idea le hab¨ªa venido a la mente a ra¨ªz del concierto del grupo en el Festival de M¨²sica para la Paz de Mosc¨², celebrado en el verano de 1989 en el Estadio Lenin (hoy, Estadio Ol¨ªmpico Luzhnik¨ª): ¡°Notaba una energ¨ªa renovada entre los j¨®venes sovi¨¦ticos. Ellos quer¨ªan ser parte del resto del mundo y esto me motiv¨® e inspir¨®¡±. No era la primera vez que Scorpions pisaba la federaci¨®n comunista: dos a?os antes, se hab¨ªan convertido en el segundo grupo de rock occidental en actuar en la URSS, despu¨¦s de Uriah Heep. Y en 1991, Mija¨ªl Gorbachov, el dirigente que puso fin a la uni¨®n de rep¨²blicas y cambi¨® la doctrina socialista por la econom¨ªa de mercado, invit¨® a la banda a interpretar la canci¨®n en la Plaza Roja, frente al Kremlin.

¡°En 2020, miramos atr¨¢s y vemos con claridad que el Muro de Berl¨ªn iba a caer y la Uni¨®n Sovi¨¦tica iba a colapsar. Pero la CIA no lo daba por hecho. Exist¨ªa la sensaci¨®n de que la Uni¨®n Sovi¨¦tica iba a durar para siempre y la CIA ten¨ªa que hacer todo lo que pudiese para socavarla¡±, explica Patrick Radden Keefe.

Con estos datos, parece absurdo pensar que la CIA realmente necesitara montar ninguna operaci¨®n con Scorpions para convencer a la poblaci¨®n sovi¨¦tica de abrirse al mundo: las mismas autoridades ya llevaban a?os con las puertas de par en par. Pero en el podcast, Patrick Radden Keefe advierte de la posibilidad de que, con ese punto de vista, caigamos en la falacia del historiador: ¡°En 2020, miramos atr¨¢s y vemos con claridad que, por supuesto, el Muro de Berl¨ªn iba a caer y la Uni¨®n Sovi¨¦tica iba a colapsar. Pero la CIA de entonces no lo daba por hecho, en absoluto. Exist¨ªa la sensaci¨®n de que la Uni¨®n Sovi¨¦tica iba a durar para siempre y la agencia ten¨ªa que hacer todo lo que pudiese para socavarla¡±.

Adem¨¢s de ser sospechosa de un sinf¨ªn de operaciones al margen de la legalidad ¨Cdesde tr¨¢fico internacional de drogas hasta organizaci¨®n de magnicidios, con especial fijaci¨®n por el dirigente cubano Fidel Castro, sobre el que se han documentado cientos de intentos de asesinato¨C, la CIA, como recuerda Wind of change, no era ni mucho menos ajena a la producci¨®n de obras culturales de guerra. Dos adaptaciones cinematogr¨¢ficas de George Orwell, Rebeli¨®n en la granja (1955) y 1984 (1956), fueron impulsadas y supervisadas por la inteligencia estadounidense con un mensaje anticomunista recargado. Keefe, sin embargo, advierte de que en muchos casos la CIA tambi¨¦n est¨¢ encantada de engrandecer su leyenda y atribuirse falsos m¨¦ritos, como muchas pel¨ªculas libremente basadas en hechos reales se han encargado de hacer (caso de la ganadora del ?scar Argo, de Ben Affleck, que sobredimensionaba el papel de la Agencia en el rescate de seis diplom¨¢ticos estadounidenses en Ir¨¢n en 1981, bajo el mandato del ayatol¨¢ Jomeini). Las grandes operaciones secretas de la entidad se encuentran, en definitiva, en un difuso punto intermedio entre el ¡°piensa mal y acertar¨¢s¡± y la leyenda urbana m¨¢s delirante.

Una tensi¨®n de la que el podcast de Keefe se alimenta, ante la debilidad de las conexiones (pese al enorme esfuerzo documental) que consigue reunir. El periodista confirma, por ejemplo, que antes de una actuaci¨®n de Scorpions en Memphis, un agente de la CIA visit¨® a la banda en su hotel y pidi¨® al cantante, Klaus Meine, que le silbara el principio de Wind of change, requerimiento que el vocalista alem¨¢n satisfizo, pero que no tendr¨ªa por qu¨¦ significar nada. Y establece un v¨ªnculo algo m¨¢s s¨®lido entre la celebraci¨®n del Festival de M¨²sica para la Paz de Mosc¨² de 1989 y el servicio de inteligencia a trav¨¦s de Doc McGhee, manager de Scorpions que, precisamente, organizaba el evento (en teor¨ªa, un festival antidrogas) como servicio a la comunidad despu¨¦s de que le condenasen por introducir m¨¢s de 18.000 kilos de marihuana de contrabando en Estados Unidos.

Tras el lanzamiento de la serie de podcast el pasado 11 de mayo, Klaus Meine ha salido al paso del rumor sobre la mano de la CIA detr¨¢s de Wind of change y, naturalmente, lo ha desmentido. Meine ha contado que el periodista Patrick Radden Keefe le entrevist¨® meses atr¨¢s y se qued¨® at¨®nito cuando, en mitad del encuentro, le pregunt¨® si hab¨ªa o¨ªdo alguna vez la teor¨ªa de que la agencia hab¨ªa compuesto la canci¨®n. ¡°Lo encontr¨¦ muy divertido y me ech¨¦ a re¨ªr a carcajadas¡±, declar¨® esta semana al programa de radio online estadounidense Trunk Nation. ¡°La historia es muy divertida y alocada, pero no tiene nada de cierto. Como dir¨ªais vosotros, es una fake news¡±.