Palma, el destino para amantes del arte
Mallorca se ha convertido en uno de los mercados clave del arte contempor¨¢neo: los compradores y el talento se han disparado. Un paseo entre galer¨ªas de la capital balear con un salto a CCA Andratx, centro expositivo y residencia de artistas
Ca¨ªan las ocho de la tarde en Palma, tocaba cerrar ya las puertas de Pelaires, la galer¨ªa de arte m¨¢s veterana de Mallorca, y su coordinadora, Eva Mulet, estaba a punto de salir. Pero alguien llam¨® a la puerta. Americano, a simple vista. ¡°Iba en pantal¨®n corto y chanclas¡±, recuerda; el uniforme del turista habitual. Mulet le dej¨® entrar para que echase un vistazo. ¡°Se pase¨® no m¨¢s de dos minutos y me dijo: ¡®Esta pieza. No s¨¦ si me gusta m¨¢s para mi casa de Par¨ªs o la de Nueva York, pero me la quiero llevar¡±. Pag¨® en el acto la importante cifra y se fue con la obra debajo del brazo, como quien se compra una baguette. Resulta que era guionista de televisi¨®n y hab¨ªa decidido emplear el much¨ªsimo dinero que entonces, en los a?os 2000, daba escribir para cadenas tradicionales en galer¨ªas, no de Roma, Londres, Los ?ngeles o Par¨ªs, ni siquiera de Madrid o Barcelona, sino durante sus vacaciones en Mallorca. Aquel hombre era, en fin, la se?al de que algo estaba cambiando en la isla.
Esta historia se ha repetido una y otra vez desde entonces, con desembolsos mayores y en un n¨²mero cada vez mayor de galer¨ªas de nuevo cu?o en Palma que han hecho de Mallorca uno de los mercados clave del arte contempor¨¢neo espa?ol. Incluso dentro del bum que experimentan las Baleares en su conjunto, este caso resulta espectacular. ¡°Es una periferia, pero una periferia que interesa¡±, aduce Mulet. ¡°Es un lugar que a¨²na monta?a, mar, gastronom¨ªa, m¨²sica¡ Todo en un territorio muy peque?o y con gran calidad de vida¡±.
El talento que puede encontrarse en la isla se ha disparado y, tambi¨¦n, el perfil del comprador (no as¨ª su vestuario: las chanclas y el pantal¨®n corto son emblem¨¢ticos del coleccionista turista). ¡°Vendes una obra a alguien y te das cuenta de que es un productor musical, o de una serie, el coleccionista m¨¢s importante de Escandinavia, el Amancio Ortega de Dinamarca¡ Gente que en su ciudad no puede salir a la calle porque se le echan encima, viene a Mallorca, se relaja, disfruta de que otros no sepan con qui¨¦n est¨¢n hablando¡±, prosigue Mulet. ¡°Son personas con un nivel cultural elevad¨ªsimo y una necesidad de adquirir cultura enorme¡±.
Pasear por las nuevas galer¨ªas de la capital balear es ver el buen estado del arte local y la capacidad de la isla de atraer joven talento extranjero. Pelaires (Carrer de Can Ver¨ª, 3) se mantiene como la galer¨ªa con m¨¢s historia. Abierta en 1969 por el galerista Pep Pinya, en un espectacular espacio de tres plantas, fue la primera en traer arte internacional y defender la importancia de las obras espa?olas (cuando Picasso se consideraba demasiado subversivo en la Pen¨ªnsula, aqu¨ª se le expon¨ªa). En sus salones era habitual encontrarse a Mir¨®, amigo de Pinya, debatiendo en espardenyes, a veces acompa?ado del poeta Robert Graves o del escultor Alexander Calder. Hoy la lleva el hijo de Pinya, Federic, y todav¨ªa defiende su funci¨®n de mostrar lo cl¨¢sico con lo puntero en la isla: se pueden encontrar a artistas locales, como Francesc Rossell¨®, o extranjeros, como la muy prometedora Aileen Murphy. A partir del 23 de marzo se juntar¨¢ lo nuevo del veterano Pep Girbent con lo del joven Biel Pericos.
Hablando de espacios considerables, la importante cantidad de metros cuadrados de la galer¨ªa L21 (Reina Maria Cristina, 10) le permitir¨¢n esta primavera exhibir una rese?able cantera de talentos: el alem¨¢n Jens Braun, la escultora noruega Ingeborg Tysse, la aclamada fot¨®grafa china afincada en Brooklyn Pixy Liao, el portugu¨¦s multidisciplinar Igor Jesus, la brit¨¢nica Lydia Gifford ¡ªde quien uno nunca sabe decir si hace pintura o escultura¡ª o el fot¨®grafo Duarte Amaral Netto.
Resulta sintom¨¢tico que la galer¨ªa berlinesa Kewenig, famosa por su ojo para el arte conceptual, abriera una sucursal aqu¨ª en 2004 (Sant Gaiet¨¤, 4A): se ubicaron en un espacio del siglo XIII, el Oratorio de Sant Feliu, una capilla rom¨¢nica en el casco hist¨®rico, lo que la convierte en una parada obligada. No es f¨¢cil ver en paredes tan antiguas arte abstracto tan puntero: hasta el 15 de marzo, por ejemplo, exhiben al alem¨¢n Raimund Girke (1930-2002), firma a reivindicar del art informel de la postguerra. En la liga de los espacios impresionantes juega tambi¨¦n Bar¨® (Can San?, 13), la reci¨¦n inaugurada versi¨®n balear de la galer¨ªa de Maria Bar¨® en S?o Paulo (Brasil). Tambi¨¦n se ha situado en un espectacular edificio del siglo XII cuyas sucesivas reformas delatan el paso del tiempo y el comercio de Mallorca: de los gigantes arcos g¨®ticos que la enmarcan a los discretos detalles renacentistas italianos que la enriquecen. Aqu¨ª puede verse el tino de la brasile?a, que actualmente expone al venezolano Eugenio Espinoza, nombre fijo de la Tate de Londres, el MoMA neoyorquino o el MASP, en S?o Paulo.
La Bibi Gallery (Mol¨ª del Comte, 47A), creaci¨®n de dos de los galeristas m¨¢s j¨®venes de la isla, es un lugar excelente para conocer el gusto y sentido del humor de sus due?os. Esta primavera expondr¨¢n tres firmas de tendencia m¨¢s pop: Manu Garc¨ªa, joven ovetense explosivamente colorido; el ascendente Grip Face (David Oliver), pintor y escultor de origen skater; y la surcoreana Miju Lee, famosa en Instagram por sus caras profundamente expresivas.
Otros espacios a tener en cuenta: la joven P Gallery, fundada en 2022 y espl¨¦ndidamente ubicada en la Pla?a de Cort, 3; la Pep Llabr¨¦s (Sant Jaume, 17:), o la Fran Reus (Paseo Mallorca, 4). En esta ¨²ltima se puede ver, por ejemplo, lo m¨¢s reciente de Miquel Ponce, un joven valenciano (27 a?os tiene) que ya tiene marcado un estilo propio jugando entre lo pict¨®rico y lo instalativo. Completa el paseo la Xavier Fiol (Sant Jaume, 23A), con una exposici¨®n del italiano Ivan de Menis, cuyas obras juegan, a trav¨¦s del color y la textura, a la tridimensionalidad. Tambi¨¦n es notable la Galer¨ªa Maior (Pla?a Maior, 4), ya en Pollensa, para quien quiera aventurarse al norte de la isla.
Otro viaje que vale la pena son los 30 minutos en coche que llevan al Centre Cultural Andratx (CCA), una inquietud de los galeristas daneses Jacob y Patricia Asbaek que sirve de espacio expositivo y residencia para artistas internacionales: la vocaci¨®n de Mallorca como punto de encuentro internacional se aprovecha aqu¨ª para ofrecer un puente a esos artistas con talento a los que les falta un empuj¨®n para consagrarse. Ubicado en esas monta?as mallorquinas que caen directamente sobre el mar, el centro tiene cuatro estudios, donde cada a?o se alojan 48 artistas. Por aqu¨ª han pasado nombres a tener en cuenta para el futuro. Ac¨¦rquense este a?o para conocer las obras que pinta con sus manos la japonesa Ayako Rokkaku, la de la ya m¨ªtica dise?adora danesa afincada en Mallorca Lis Utzon o la de la h¨²ngara Andrea Breitling.
Fuera ya del circuito de galer¨ªas, pero no de su afinidad est¨¦tica, hay una ¨²ltima parada casi obligada en Palma: Cortana (Montenegro, 3), donde la dise?adora y empresaria Rosa Esteva vende los dise?os de moda que ella misma realiza desde hace 22 a?os. La forma en que est¨¢ organizado el espacio es digna de ser vista: las prendas cuelgan de sus altos techos en coloridas riadas de lino. Se delata aqu¨ª la importancia que la arquitectura ha tenido en la vida de Esteva: su padre y hermano conforman el estudio Esteva i Esteva y han contribuido a la impresionante disposici¨®n del establecimiento. Las colecciones, adem¨¢s, tienen la distinci¨®n de haber sido sostenibles desde siempre, incluso cuando la sostenibilidad no era una prioridad en la industria de la moda. ¡°Tienes que hacerte la pregunta de cu¨¢nto tiempo te va a gustar esa prenda. Es como un novio, si es muy pesado igual lo quieres solo para una noche. Por eso hay que hacer algo especial¡±, defiende Esteva. Ella apenas importa: trabaja con tejidos europeos (casi todo variaciones sobre lino o c¨¢?amo, que combina con lana, seda o cachemir) que luego se confeccionan en talleres de Barcelona e Italia. Es un peque?o espacio de alma mallorquina que, como cada vez m¨¢s obras de arte, se vende por todo el mundo.
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