Por la Sierra Norte de Sevilla: pueblos, dehesas, castillos y un sorbito de an¨ªs al sur de Sierra Morena
En este parque natural de la provincia andaluza abundan los alcornoques, las encinas, los casta?os y los robles, adem¨¢s de villas blancas de aires morunos. Un envoltorio paisaj¨ªstico de ensue?o donde esperan multitud de atractivos naturales y culturales, tradici¨®n de licores y la Cartuja de Cazalla
Siempre hay un norte del sur. Y lo que para la geograf¨ªa es la ladera sur de Sierra Morena, para los sevillanos es su norte. Verde, h¨²medo y agreste, adem¨¢s. La Sierra Norte de Sevilla, un enorme parque natural que ocupa el 25% de la superficie de la provincia andaluza, no tiene nada que ver con esa otra Sevilla agr¨ªcola y llana del valle del Guadalquivir. Aqu¨ª lo que abundan son los alcornoques, las encinas, los casta?os y los robles. Y pueblos blancos de aires morunos c¨®mo Constantina, Cazalla de la Sierra o El Pedroso, que viven desde hace siglos de la interacci¨®n con ese bosque que les da el sustento adem¨¢s de un envoltorio paisaj¨ªstico de ensue?o.
Renombrado el a?o pasado como parque natural Sierra Morena de Sevilla, es uno de los m¨¢s grandes de Andaluc¨ªa y tiene multitud de atractivos naturales y culturales. Por ejemplo, el nacimiento del r¨ªo Hu¨¦znar y las dehesas de alcornoques y quejigos por las que discurre una V¨ªa Verde. Tambi¨¦n cascos hist¨®ricos de aires morunos, castillos, muchas rapaces surcando sus cielos, una cartuja que es un ejemplo de recuperaci¨®n del patrimonio perdido, vestigios de la actividad minera y viejos molinos que recuerdan la presencia del hombre desde anta?o en una de las zonas monta?osas m¨¢s caracter¨ªsticas de Sevilla.
El mayor centro de servicios tur¨ªsticos de la zona y un buen lugar donde establecer una base para explorarla es Cazalla de la Sierra. Un top¨®nimo que trascendi¨® las fronteras regionales gracias al producto que fue el motor de su econom¨ªa durante siglos: el an¨ªs. Tanta era su fama que tomar ¡°un cazalla¡± equival¨ªa a tomar un an¨ªs. Aquella pujanza de bodegas y destiler¨ªas provoc¨® que, entre los siglos XVI y XVIII, se levantasen las grandes mansiones, palacetes e iglesias que engalanan el casco antiguo. Todo ¨¦l gira en torno a la plaza Mayor y la plaza del Concejo, unidas en un ir y venir continuo de gente por las calles Real y El Peso. En la primera de esas plazas se levanta la iglesia de la Consolaci¨®n, un gran templo de nave basilical que en sus or¨ªgenes se apoyaba sobre la muralla almohade. Varias casonas del siglo XVI al XIX y las antiguas Casas Consistoriales, reconvertidas ahora en juzgados, cierran el per¨ªmetro de esta plaza, sin duda una de las m¨¢s se?oriales de la sierra. El urbanismo intrincado y altomedieval aparece en el antiguo barrio de la morer¨ªa, donde vuelven a surgir las callejuelas laber¨ªnticas y viviendas de humilde arquitectura serrana.
La tradici¨®n del vino y los licores en esta sierra sevillana viene desde antiguo. Aqu¨ª se llegaron a producir 20.000 arrobas anuales de tintos destinados a la exportaci¨®n a Am¨¦rica. Y aunque lleg¨® a haber m¨¢s de una docena de destiler¨ªas y hoy solo queda en producci¨®n una, Bodegas El Clavel, que admite visitas. El an¨ªs de Cazalla se sigue haciendo como entonces: destilando a fuego lento en un alambique alcohol, agua y matalauva. Si se rebaja con agua y az¨²car se obtiene el Cazalla dulce ¡ªel m¨¢s conocido universalmente¡ª con un 36% de graduaci¨®n alcoh¨®lica. Si se rebaja solo con agua sale el Cazalla seco, con un 51% de alcohol.
Pero hay m¨¢s pueblos blancos en la Sierra Norte. Por ejemplo, Constantina, una localidad tranquila y agradable con muchas calles peatonales por las que discurre la vida sosegada de la serran¨ªa. Heredera de una ciudad romana llamada Constantina Julia, de la que tambi¨¦n adquiri¨® el top¨®nimo, es la puerta de entrada al parque natural por el sur. Merece la pena subir al barrio de la Morer¨ªa, antiguo alfoz musulm¨¢n, donde se ha conservado la arquitectura t¨ªpica serrana de casitas bajas y encaladas con pulcritud.
En El Pedroso la riqueza minera era explotada ya desde Al-Andalus. Incluso hubo una fundici¨®n de altos hornos hasta el siglo XIX. Alan¨ªs, en la zona norte del parque, es un peque?o y tranquilo pueblo en el que destaca la silueta de su castillo de origen ¨¢rabe y, en especial, su torre hexagonal construida en el siglo XIV y ahora rodeada de olivares, la riqueza del municipio. Guadalcanal, la poblaci¨®n m¨¢s septentrional de la sierra, creci¨® al albur de unas minas de plata hoy agotadas. La famosa batalla de Guadalcanal, una de las decisivas y m¨¢s sangrientas entre los aliados y las tropas japonesas en el frente del Pac¨ªfico durante la Segunda Guerra Mundial tuvo como escenario esta isla del Pac¨ªfico descubierta en 1567 por un paisano del pueblo que iba en la expedici¨®n de Menda?a, Pedro Ortega Valencia, que le puso el nombre de su localidad natal
En cualquier caso, el mayor valor de la Sierra Norte y por lo que llegan aqu¨ª cientos de visitantes es su riqueza natural. Los bosques de alcornoques y encinas son interminables y se alternan con zonas de dehesa, ese paisaje tan caracter¨ªstico y ejemplo mod¨¦lico de equilibrio entre la extracci¨®n de productos y el mantenimiento de valores ambientales gracias a la tala selectiva del bosque mediterr¨¢neo, sustituyendo los arbustos por pastizales, pero dejando las especies arb¨®reas (alcornoque, encina y quejigo, en su mayor¨ªa) para que creen una cubierta vegetal y protejan el suelo.
Otro de los grandes atractivos es la rivera del Hu¨¦znar, sin duda su espacio natural m¨¢s afamado y visitado, sobre todo en verano. El r¨ªo Hu¨¦znar, que nace unos kil¨®metros m¨¢s arriba, se enclaustra a lo largo de 14 kil¨®metros en un estupendo bosque de galer¨ªa, una de las mejores representaciones de vegetaci¨®n riparia de la provincia de Sevilla, pr¨¢cticamente desaparecida de las orillas de los r¨ªos por la presi¨®n demogr¨¢fica e industrial. Un oasis de verdor y humedad gracias a la presencia constante de agua en movimiento que facilita el crecimiento de alisos, chopos, fresnos, olmos y un matorral denso de madreselvas, juncos, adelfas y lentiscos, entre otros. Varias ¨¢reas recreativas y un par de campings permiten el acceso a la zona de bosque y a las pozas de agua fresca, a las que se llega por la carretera de Cazalla a Constantina, a unos ocho kil¨®metros de la primera. Otro de los puntos m¨¢s concurridos son las cascadas del Hu¨¦znar, cerca del ¨¢rea recreativa de Martinete, dos kil¨®metros antes de San Nicol¨¢s del Puerto.
La plataforma y trinchera de un viejo ferrocarril minero que bajaba el material de la explotaci¨®n del Cerro del Hierro y que discurr¨ªa en buena parte por el interior de ese bosque de ribera, es ahora la V¨ªa Verde de la Sierra Morena de Sevilla. Una infraestructura de unos 19 kil¨®metros de longitud perfecta para hacer a pie o en bicicleta. Empieza en la estaci¨®n de Cazalla-Constantina, a la que se accede en tren desde Sevilla capital, lo que hace la ruta a¨²n m¨¢s asequible y popular. Como toda V¨ªa Verde, es un trazado muy c¨®modo (apto para todo tipo de p¨²blico y bicicletas), con firmes de tierra compactada y asfalto que apenas ofrece desnivel.
Y, para terminar, si busca un alojamiento original ninguno mejor que la Cartuja de Cazalla, a dos kil¨®metros y medio de la salida de Cazalla por la carretera de Constantina. Fue uno de los cuatro monasterios cartujos que hubo en la provincia de Sevilla. El gran complejo monacal qued¨® pr¨¢cticamente derruido tras la Desamortizaci¨®n de Mendiz¨¢bal, en 1836. En 1977 una iniciativa particular lo recuper¨® para convertirlo en una interesante mezcla de hospeder¨ªa y centro de arte, merecedora del premio Europa Nostra 1987. Su docena de habitaciones permiten pernoctar en plena naturaleza serrana, pero dentro de un genuino trozo de la historia de la provincia de Sevilla.
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