Orgullo
No somos obedientes, sino, por fin, civilizados. Ahora solo falta que los pol¨ªticos est¨¦n a la altura
No somos obedientes, sino, por fin, civilizados. Ahora solo falta que los pol¨ªticos est¨¦n a la altura
Dec¨ªa Elie Wiesel, superviviente del Holocausto, que lo contrario del amor no es el odio, sino la indiferencia
Las fronteras son inventos de ocasi¨®n, ef¨ªmeros. Nacer en un lugar no te hace due?o de ¨¦l