La derecha despliega todas sus redes para deslegitimar a S¨¢nchez
La campa?a contra los pactos del PSOE lleva al pa¨ªs a la m¨¢xima tensi¨®n, con la ayuda de asociaciones de jueces, sindicatos de polic¨ªa, obispos o empresarios
La democracia espa?ola parec¨ªa haberlo vivido todo sobre enfrentamientos brutales entre Gobierno y oposici¨®n. En los ¨²ltimos a?os de Felipe Gonz¨¢lez, asediado por la corrupci¨®n y el terrorismo de Estado, se introdujo en el vocabulario pol¨ªtico el t¨¦rmino crispaci¨®n, con la campa?a del PP y algunos medios en la que ¡°se roz¨® la estabilidad del Estado¡±, seg¨²n confesar¨ªa uno de sus protagonistas, Luis Mar¨ªa Anson, director de Abc. La izquierda se moviliz¨® en la segunda legislatura de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, cuando las calles hirvieron por la guerra de Irak y el desastre del Prestige. Con Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero hasta los obispos se sumaron a la algarab¨ªa, mientras la derecha agitaba la teor¨ªa de la conspiraci¨®n sobre la matanza de Atocha y acusaba al presidente de rendirse ante ETA. Y a pesar de todos esos estruendosos antecedentes, lo vivido en los ¨²ltimos d¨ªas ¡ªy lo que parece que viene por delante¡ª, tras el anuncio de la amnist¨ªa a los encausados por el proc¨¦s independentista, lo supera todo.
Nunca como ahora tantos actores se hab¨ªan alistado con tanta agresividad contra un Gobierno a¨²n en funciones, incluidos prominentes sectores judiciales o los sindicatos y asociaciones de las fuerzas de seguridad del Estado, con declaraciones tan exaltadas como el llamamiento ¡°a derramar hasta la ¨²ltima gota de sangre en defensa de la soberan¨ªa¡± nacional. Nunca se hab¨ªan vivido d¨ªas y d¨ªas de protestas continuas contra las sedes de un partido. Y nunca se hab¨ªan colocado en primer plano las apolog¨ªas desacomplejadas del franquismo. ¡°Bienvenidos al 36, Vol. II¡±, rezaba una pancarta portada por una joven ante la sede del PSOE.
Es cierto que en democracia tampoco se abord¨® nunca una amnist¨ªa como tal, aunque s¨ª numerosos indultos. Lo que sucede es que esta protesta va m¨¢s all¨¢ de la amnist¨ªa y ha derivado en una rebeli¨®n para negar a Pedro S¨¢nchez el derecho a formar Gobierno. No es la primera vez que la derecha juega con la idea de deslegitimar un Ejecutivo, pero nunca cuatro meses despu¨¦s de unas elecciones y de una forma tan evidente. El PP sostiene que fue el ganador el 23-J y le corresponde gobernar, aun con la mayor¨ªa parlamentaria en contra. Sus dirigentes, empezando por Alberto N¨²?ez Feij¨®o, hablan de ¡°fraude electoral¡± o hasta de ¡°dictadura¡±, palabra empleada por su secretaria general, Cuca Gamarra, o la presidenta madrile?a, Isabel D¨ªaz Ayuso. Y los jueces conservadores remachan proclamando ¡°el principio del fin de la democracia¡± o ¡°la abolici¨®n del Estado de derecho¡±.
Ayuso ha llegado a apelar al Rey y al Ej¨¦rcito como dos de las instituciones de las que espera una reacci¨®n. Son pr¨¢cticamente los ¨²nicos de aquello que en la Transici¨®n se llam¨® ¡°poderes f¨¢cticos¡± que guardan silencio. El resto ha acudido a la cita, desde algunos obispos (¡°los pilares de la convivencia est¨¢n en entredicho¡±, clam¨® el de Valladolid, Luis Arg¨¹ello) hasta la patronal (su presidente, Antonio Garamendi, apel¨® tambi¨¦n al Estado de derecho y la Monarqu¨ªa parlamentaria); pasando por asociaciones de cualificados funcionarios como los inspectores de Hacienda o algunos de los bufetes de abogados m¨¢s elitistas del pa¨ªs. Este es un resumen de la multiplicidad de frentes abiertos.
¡°No vamos a vaciar las calles¡±. En el PP se dicen sorprendidos por c¨®mo la amnist¨ªa ha echado a sus bases a las calles, y no pretenden aflojar. Por eso, cuando las protestas derivaron en incidentes violentos, arrastr¨® los pies para condenarlos, informa Elsa Garc¨ªa de Blas. ¡°No vamos a ser el partido que le incendie las calles al PSOE, pero tampoco el que se las vac¨ªe¡±, afirman en el equipo de Feij¨®o. ¡°Que no nos pida el PSOE que rebajemos la tensi¨®n emocional de sus decisiones¡±, se zafa un estrecho colaborador del l¨ªder del PP, mientras tacha a la izquierda de hip¨®crita por ¡°amnistiar incidentes peores que los de Ferraz¡±. La agitaci¨®n social es solo una de las patas de la ofensiva, cuyo objetivo es tambi¨¦n la investidura de S¨¢nchez, aunque nadie conf¨ªa en frustrarla.
El PP espera este domingo una movilizaci¨®n multitudinaria en todo el pa¨ªs, con concentraciones a mediod¨ªa en las 52 capitales de provincia. En una decisi¨®n sin precedentes, Vox se ha sumado a las protestas organizadas por el partido de Feij¨®o. La estrategia de agitar la calle no va a terminar este fin de semana. Feij¨®o y su direcci¨®n volver¨¢n a salir el pr¨®ximo s¨¢bado en una protesta convocada por asociaciones de la sociedad civil vinculadas a la derecha. Por el camino, aunque no est¨¦n patrocinadas por el PP, nadie duda de que los grupos radicales van a seguir acosando Ferraz y algunos dirigentes sospechan que los ultras intentar¨¢n, como en su d¨ªa la extrema izquierda, rodear el Congreso durante la investidura.
FAES, la fundaci¨®n de Aznar, ha instado a ir m¨¢s lejos. ¡°La indignaci¨®n, adem¨¢s de su expresi¨®n leg¨ªtima y pac¨ªfica, no puede llenarlo todo¡±, dice. Aznar fue el primero que toc¨® a rebato (¡°El que pueda hacer, que haga. El que pueda aportar, que aporte. Y el que se pueda mover, que se mueva¡±), y su fundaci¨®n apela a la ¡°responsabilidad hist¨®rica¡± del PP para apretar a fondo y ¡°afrontar lo que empieza por ser un desaf¨ªo al pacto constitucional y se transforma en una amenaza a la integridad nacional¡±.
La ofensiva tiene su vertiente institucional. El PP cuenta para ello con su ej¨¦rcito de poder territorial, sus diez presidentes auton¨®micos, para dar la batalla. Ya han anunciado recursos en los tribunales contra la amnist¨ªa y la condonaci¨®n de parte de la deuda de Catalu?a, y pretenden forzar la convocatoria de la Conferencia de Presidentes. El PP usar¨¢ su mayor¨ªa absoluta en el Senado para torpedear la ley de amnist¨ªa, con una reforma del reglamento que retrasar¨¢ su aprobaci¨®n al menos un mes, y prepara un pronunciamiento de la Federaci¨®n de Municipios y Provincias.
Y a¨²n queda la carta de Europa. ¡°Este comisario belga, [Didier] Reynders, ha cogido el tema con ganas¡±, se felicita un bar¨®n. El comisario de Justicia, liberal y con buena relaci¨®n con el PP, ha pedido explicaciones al Gobierno en una ins¨®lita carta que ha provocado un hondo malestar en La Moncloa. Feij¨®o estuvo reunido con ¨¦l en octubre en Bruselas.
Los populares preparan una bater¨ªa de recursos jur¨ªdicos, primero en el Congreso y luego en el Tribunal Constitucional. Sobre este ¨²ltimo, con mayor¨ªa progresista, ha empezado ya otra campa?a de deslegitimaci¨®n. ¡°Es un tribunal de parte porque S¨¢nchez y su Gobierno lo han invadido todo¡±, sentenci¨® el viernes el vicesecretario Miguel Tellado en la SER.
En la parte discursiva, los populares han inflamado al m¨¢ximo la ret¨®rica. Su propio l¨ªder equipara los pactos del PSOE con los independentistas al 23-F o el terrorismo de ETA. La mayor¨ªa de los dirigentes sostienen que est¨¢ genuinamente preocupado por la gravedad en t¨¦rminos democr¨¢ticos de lo pactado por el PSOE. Los m¨¢s moderados, aunque reconocen que ser¨ªa ¡°un profund¨ªsimo error¡± llevar al pa¨ªs a una tensi¨®n que se fuera de madre, apuntan como descargo: ¡°Hay que quitarle espacio a Vox¡±. Algunas voces advierten de que no se puede mantener la tensi¨®n durante mucho tiempo. ¡°En la primera legislatura de Zapatero tambi¨¦n se celebraron muchas manifestaciones y en 2008 volvi¨® a ganar. Hay que canalizar el cabreo, pero, a efectos electorales, las manifestaciones no influyen¡±, admite un presidente auton¨®mico.
El odio a S¨¢nchez. Cada vez que una bandera franquista ondea sobre las cabezas de los manifestantes, algunos de ellos gritan: ¡°Esa bandera no nos representa¡±. Tambi¨¦n silban y abuchean cuando los falangistas entonan el Cara al Sol o los embozados lanzan un petardo o encienden una bengala. ¡°Ya est¨¢n los de siempre. Esto acabar¨¢ mal¡±, se lamenta un hombre bien trajeado. Es noche cerrada a unos 200 metros de la sede federal del PSOE, y su pron¨®stico se cumplir¨¢ una vez m¨¢s, informa Miguel Gonz¨¢lez.
Entre los que han acudido a la convocatoria contra la ¡°traici¨®n¡± de S¨¢nchez hay pandillas de j¨®venes varones que parecen salidos de un colegio mayor, familias enteras abrigadas con banderas de Espa?a a modo de capa, profesionales liberales, funcionarios y tenderos, ultras del f¨²tbol y cruzados del Sagrado Coraz¨®n. Todos ellos, incluso los m¨¢s templados, comparten el mismo sentimiento: la inquina al l¨ªder socialista. ¡°Pedro S¨¢nchez, hijo de puta¡±, es el lema que se corea con m¨¢s vehemencia. No se trata solo de que S¨¢nchez deje el poder. Piden que sea detenido porque ¡°no es un presidente, es un delincuente¡±.
Si ya es chocante o¨ªr a personas afables insultar a voz en grito al presidente con lenguaje tabernario, a¨²n lo es m¨¢s ver c¨®mo hacen suyos esl¨®ganes racistas (¡°con los moros no ten¨¦is cojones¡±, reprochaban a los polic¨ªas) o guerracivilistas (¡°puto rojo el que no vote, eh¡±). Dicen los expertos que la masa es aut¨®noma de los individuos que la componen y esta se mueve al ritmo de Vox. ¡°El Ej¨¦rcito deber¨ªa intervenir¡±, le comenta una joven a su amiga, subida sobre un banco. ¡°El Ej¨¦rcito no se puede meter en pol¨ªtica¡±, le contesta la otra. ¡°Pues que den un golpe de Estado. Lo que est¨¢n haciendo ellos es un pu?etero golpe, ?no?¡±, zanja la primera.
El presidente de Vox, Santiago Abascal, esper¨® a que Feij¨®o condenase el jueves el pacto entre el PSOE y Junts antes de pronunciarse. Lo calific¨® de ¡°golpe de Estado¡± y tild¨® a S¨¢nchez de ¡°dictador¡±. Vox, el partido que tom¨® vuelo con el proc¨¦s y que hab¨ªa perdido fuelle a medida que este se desinflaba, ha hallado un bal¨®n de ox¨ªgeno. Los ultras han ganado la calle a los populares. Feij¨®o congreg¨® a 40.000 personas en Madrid el 24 de septiembre y Abascal a 100.000 el 29 de octubre. Al contrario que el PP, Vox no convoc¨® en su nombre, sino que lo hizo a trav¨¦s de marcas blancas como la fundaci¨®n Denaes o la supuesta asociaci¨®n juvenil Revuelta, promotora de las protestas ante las sedes del PSOE.
Pese al riesgo que supon¨ªan estas manifestaciones, por la infiltraci¨®n de elementos violentos, Abascal se dio un ba?o de multitudes en las del martes y el jueves, aunque se march¨® antes de que empezaran los altercados. Algunos diputados populares como Cayetana ?lvarez de Toledo o Alfonso Serra acudieron a otra concentraci¨®n ante la sede de la delegaci¨®n de la UE en Madrid.
Vox aprovecha los titubeos de G¨¦nova para intentar arrastrar a los populares. Quiere que los ayuntamientos y comunidades donde gobiernan juntos convoquen ¡°manifestaciones institucionales¡±. Y presiona para que el Senado no solo demore la tramitaci¨®n de la ley de amnist¨ªa, sino que se niegue a admitirla cuando le llegue del Congreso, provocando un choque in¨¦dito entre las dos c¨¢maras legislativas. El siguiente es la ruptura de relaciones institucionales entre los gobiernos auton¨®micos donde est¨¢ Vox (Castilla y Le¨®n, Comunidad Valenciana, Arag¨®n, Extremadura y Murcia) y el Ejecutivo de S¨¢nchez. Abascal ha pedido coherencia al PP, ¡°si de verdad¡±, afirm¨®, ¡°nos creemos lo que decimos¡±. Y ¨¦l ya ha dicho que el futuro Gobierno de S¨¢nchez ser¨¢ ¡°ilegal¡±.
Los jueces exhiben sus armas. El rechazo a la amnist¨ªa de los sectores conservadores de los jueces se ha traducido en declaraciones institucionales y comunicados, pero todos los operadores jur¨ªdicos dan por hecho que, una vez que la norma est¨¦ aprobada, la mayor¨ªa de los tribunales que tienen que aplicarla llevar¨¢n su oposici¨®n al Constitucional o acudir¨¢n al Tribunal de Justicia de la UE. Estos recursos, informa Reyes Rinc¨®n, no paralizar¨ªan la aplicaci¨®n de la ley, pero s¨ª la dejar¨ªan en suspenso para el procedimiento concreto en el que se presenten. En el caso de la causa abierta en el Tribunal Supremo contra Carles Puigdemont y el resto de fugados, se da por hecho que la Sala Penal acudir¨¢ a alguno de los dos estamentos, lo que, en principio, no evitar¨ªa que el expresident pudiera volver a Espa?a mientras tanto. Por esta v¨ªa, el Supremo podr¨ªa frenar la rehabilitaci¨®n de Oriol Junqueras y el resto de inhabilitados por el tribunal. La posibilidad de frenar la tramitaci¨®n de la ley en el Congreso acudiendo al Constitucional, una v¨ªa que el PP ya ha avanzado que intentar¨¢, tiene escaso recorrido, seg¨²n distintas fuentes.
Mientras, el juez de la Audiencia Nacional Manuel Garc¨ªa Castell¨®n ha imputado a Puigdemont y a la secretaria general de ERC, Marta Rovira, por un supuesto delito de terrorismo alegando la muerte por infarto de un ciudadano franc¨¦s en el aeropuerto del Prat, el d¨ªa que estaba bloqueado por las protestas contra la sentencia del proc¨¦s. El magistrado admite que no tiene pruebas s¨®lidas de la existencia de terrorismo ni de la vinculaci¨®n de la muerte con los hechos investigados, pero ha se?alado a los dos l¨ªderes independentistas, lo que podr¨ªa abrir la puerta a dejarlos fuera de la amnist¨ªa si, como parece, esta excluye los delitos de terrorismo.
El ala m¨¢s conservadora del poder judicial ha amplificado esta semana su oposici¨®n a la amnist¨ªa, a trav¨¦s de declaraciones suscritas por jueces, fiscales y el CGPJ. Este ¨²ltimo, cuyo mandato caduc¨® hace cinco a?os, comanda las movilizaciones, para lo que ha activado todas sus armas: pleno extraordinario para repudiar la mera intenci¨®n de aprobar la medida, una declaraci¨®n conjunta en la que se afirma que la amnist¨ªa ¡°supone degradar y convertir¡± el Estado de derecho ¡°en objeto de mercadeo al servicio del inter¨¦s personal¡± del presidente en funciones, reuni¨®n urgente de su comisi¨®n permanente y nueva declaraci¨®n horas despu¨¦s de que el PSOE y Junts firmaran su acuerdo. Han remitido adem¨¢s sus declaraciones a las principales autoridades de la Comisi¨®n Europea.
Aunque la protesta se hab¨ªa ce?ido a los sectores conservadores, los progresistas suscribieron el viernes un comunicado de rechazo porque el acuerdo entre PSOE y Junts alude a la posibilidad de que el Parlamento investigue supuestos casos de lawfare o uso abusivo de la justicia contra miembros del independentismo.
Polic¨ªas en pie de guerra. El pacto entre PSOE y Junts ha terminado de soliviantar a los sindicatos de la polic¨ªa y las asociaciones profesionales de la Guardia Civil, que en las ¨²ltimas semanas ya hab¨ªan mostrado su oposici¨®n a la amnist¨ªa, informa ?scar L¨®pez-Fonseca. La pr¨¢ctica totalidad de las organizaciones de agentes se ha sumado a la ofensiva. Cinco asociaciones de guardias civiles ¡ªentre ellas Jucil, la mayoritaria, que ya d¨ªas atr¨¢s public¨® un tuit acusando a S¨¢nchez de ¡°felon¨ªa¡±¡ª suscribieron este s¨¢bado una declaraci¨®n para denunciar que la amnist¨ªa ¡°quebranta la separaci¨®n de poderes, el pilar b¨¢sico de un Estado de derecho¡±. El d¨ªa anterior, una sexta, la Asociaci¨®n Pro Guardia Civil (minoritaria, pero con implantaci¨®n en la escala de mandos) hablaba incluso de ¡°derramar¡± su sangre ¡°en defensa de la soberan¨ªa e independencia de Espa?a¡±. El viernes, el SUP y la Asociaci¨®n Unificada de la Guardia Civil (AUGC), hasta hace unos a?os pr¨®ximos al PSOE, se manifestaban en Barcelona junto a dirigentes de PP, Vox y Ciudadanos.
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