La trampa de los contratos de refuerzo covid para sanitarios en Madrid: ni de refuerzo ni para covid
La comunidad cifra en m¨¢s de 11.000 los sanitarios extra para afrontar la pandemia, pero muchos de ellos ya formaban parte del sistema sanitario desde hace a?os en puestos estructurales
Alba, neur¨®loga, es plantilla del Servicio Madrile?o de Salud desde 2012. Tiene un ¡°contrato covid¡± desde abril del a?o pasado. Sara y Cristina, geriatras, 12 y cuatro a?os trabajando para la sanidad p¨²blica, son ¡°contratos covid¡± desde junio de 2020. ?ngela, intensivista en Madrid desde 2014, ¡°contrato covid¡± desde aquel mismo mes. Sara, urgenci¨®loga, har¨¢ cinco a?os el pr¨®ximo mayo dentro de la sanidad p¨²blica, con ¡°contrato covid¡± desde el comienzo de la pandemia. Daniel, neur¨®logo desde hace ocho a?os, tiene ¡°contrato covid¡± desde hace un a?o y nueve meses. La lista es larga porque muchos de esos ¡°contratos de refuerzo covid¡± no son ni contratos de refuerzo ni para covid, sino personal estructural desde hace a?os de la Comunidad de Madrid, donde hay una temporalidad que alcanza a la mitad de toda la plantilla sanitaria y unas condiciones que los han obligado a firmar incontables n¨®minas a lo largo de esos a?os: sustituyendo bajas, excedencias, haciendo guardias, parches aqu¨ª y all¨¢. Cuando lleg¨® el virus, simplemente, su relaci¨®n laboral con la Consejer¨ªa de Sanidad pas¨® a llamarse de otra manera: ¡°contrato de refuerzo covid¡±.
Con lo que parec¨ªa el principio del fin de la pandemia, el Gobierno regional de Madrid, como tambi¨¦n lo hicieron otras autonom¨ªas, inform¨® de que esos contratos se rescindir¨ªan cuando acabara el a?o. Lo hizo en octubre. El 19 de noviembre, un portavoz de la consejer¨ªa explic¨® que preve¨ªan ¡°la continuidad de entre el 45% y el 50%¡±. Y ese mismo d¨ªa, en una reuni¨®n con los sindicatos, se habl¨® del 35%.
Este mi¨¦rcoles el cese masivo se detuvo, aunque no por mucho tiempo. La presidenta regional, Isabel D¨ªaz Ayuso, anunci¨® que, debido a la subida en los contagios y a la necesidad de asistencia sanitaria a esos enfermos, iban a invertir 40 millones de euros extraordinarios para que algunos de esos profesionales permanezcan en sus puestos uno, dos o dos meses y medio m¨¢s: ¡°Los que se necesiten, al menos, hasta que pase el invierno¡±. Este jueves, Javier Fern¨¢ndez-Lasquetty, consejero de Hacienda, confirm¨® en la Asamblea que se prorrogar¨¢n hasta el 31 de marzo.
?Y despu¨¦s? ?Cu¨¢ntos son ¡°los que se necesiten¡±? ?Solo se necesitan durante el invierno? ?Cu¨¢ntos de esos ¡°refuerzos¡± lo son realmente? ?Y qu¨¦ dicen las cifras oficiales de recursos humanos del propio Servicio Madrile?o de Salud (Sermas)? Seg¨²n el Portal Estad¨ªstico de personal del Sermas, en enero de 2020 (¨²ltimo mes prepand¨¦mico), hab¨ªa 74.095 profesionales; a 31 de octubre, 83.717 ¨D9.622 m¨¢s de todas las categor¨ªas, sanitarias y no sanitarias¨D.
Y la cuenta no es tan sencilla. Por un lado, hay un n¨²mero indeterminado que se ha marchado a lo largo del ¨²ltimo a?o y medio: bajas largas, excedencias, cambios a la sanidad privada o a otras comunidades. Algunos han tenido sustituci¨®n y algunos no.
40 contratos en 11 a?os
Por otro lado, est¨¢ la parte que ya estaba dentro del sistema, sanitarios que acumulan contratos precarios desde hace tres, siete, 13 a?os y que de repente, su relaci¨®n contractual con la Comunidad cuenta como nueva y pasa a llamarse ¡°contrato de refuerzo covid¡±. Pero son las manos de siempre. Por ejemplo, las de una pediatra del Doce de Octubre con unos 40 contratos firmados en los 11 a?os que lleva en el Sermas y es ¡°refuerzo¡± desde marzo de 2020, ¡°La inestabilidad se ha acabado los meses que ha durado ese contrato y ahora se termina porque dicen que no nos necesitan, pero s¨ª nos necesitan. Est¨¢bamos antes porque nos necesitaban sin pandemia, luego durante la pandemia m¨¢s, y nos necesitar¨¢n despu¨¦s¡±, asegura.
Los profesionales no quieren una pr¨®rroga temporal de sus contratos ni creen que sea la soluci¨®n para la sanidad p¨²blica. Se han organizado en el grupo M¨¦dicos precarios de Madrid, en Twitter, y en #YoSoyContratoCOVID, han creado una web, est¨¢n recogiendo firmas en Change.org, se han movilizado a las puertas de distintos hospitales la ma?ana de este jueves y esta tarde, a las 16.30, se concentraron frente a la Asamblea de Madrid y registraron su petici¨®n: el 100% de la renovaci¨®n de los contratos.
De las casi 80 especialistas y enfermeras ¨Dla inmensa mayor¨ªa son mujeres¨D con las que ha hablado este diario, pr¨¢cticamente todas est¨¢n convencidas de que el cese se producir¨¢, pero no de forma definitiva. Piden que esa renovaci¨®n s¨ª lo sea, formar parte del sistema no solo en la pr¨¢ctica, sino tambi¨¦n sobre el papel. ¡°Nos echar¨¢n y a la semana siguiente nos volver¨¢n a llamar con las condiciones de siempre: una basura, contratos de una semana, de dos d¨ªas, de 17 horas por una guardia; parches, parches y parches. Pero parches continuos, somos personal estructural. Es lamentable¡±, dice una urgenci¨®loga de un hospital mediano.
Esos servicios son los que m¨¢s han visto aumentar la plantilla, hay 129 facultativos de Urgencias m¨¢s que en enero de 2020. Despu¨¦s, los internistas, con 92 m¨¢s, y tras ellos, Medicina Intensiva, con 90 m¨¢s. Son algunas de las especialidades que han tenido un contacto m¨¢s directo con el virus. Pero tambi¨¦n los facultativos de Medicina de Familia, los primeros en sufrir el impacto de la pandemia y, sin embargo, seg¨²n los datos oficiales, Madrid tiene 25 m¨¦dicos de centros de salud menos que en enero de 2020 y cinco pediatras menos.
No solo no ha aumentado sino que ha visto c¨®mo sus efectivos se reduc¨ªan. Tambi¨¦n en los m¨¦dicos de urgencias y emergencias, 74 menos. Laura, m¨¦dica de familia, trabajaba en un centro de salud. Ahora lo hace en las Urgencias de un hospital: ¡°La situaci¨®n en primaria es indignante. Sal¨ª de all¨ª en septiembre porque de cinco a nueve de la noche ¨¦ramos dos m¨¦dicos para cubrir urgencias, avisos telef¨®nicos y consultas. Yo ya no pod¨ªa m¨¢s, hab¨ªa pacientes incluso que se pon¨ªan agresivos. Si la gente supiera las condiciones en las que trabajamos de verdad, se echar¨ªa a la calle¡±.
Tambi¨¦n las enfermeras aluden a una tensi¨®n cada vez mayor con los enfermos. ¡°?La culpa? De c¨®mo est¨¢ todo: la gente tiene que esperar y no entiende que estamos hasta arriba. Quienes tampoco parece que lo entiendan son los pol¨ªticos, pero la poblaci¨®n tiene que saber una cosa, que hacemos lo que podemos con las que somos y, si no se puede m¨¢s, que se quejen a quien corresponde, a quien decide que seamos menos de las que tenemos que ser¡±, dice Elena, enfermera ¡°de todo lo que ha ido haciendo falta¡± en un hospital de la regi¨®n.
Enfermer¨ªa, el ¨¢mbito que m¨¢s ha necesitado crecer
En n¨²meros absolutos, en todo el Sermas son ellas las que m¨¢s efectivos han sumado: hay 3.878 m¨¢s enfermeras y 2.629 auxiliares m¨¢s que antes de la pandemia. Pero sus condiciones no son mejores que las de los especialistas. Dora trabaja en lo p¨²blico desde 1996 y es interina desde 2002. Hizo la ¨²ltima oposici¨®n en 2019 y todav¨ªa est¨¢ esperando la resoluci¨®n: ¡°Y la gente cree que la interinidad es la fijeza, pero no, est¨¢s en una plaza que no es tuya oficialmente y, cuando salga, te vas a la calle con una mano delante y otra detr¨¢s¡±. No es ¡°contrato de refuerzo covid¡±, pero s¨ª ¡°un ejemplo de c¨®mo funciona la sanidad en Madrid¡±. Cuenta que tiene compa?eras con 18 contratos en cinco a?os: ¡°Si se van, el sistema es insostenible¡±.
La pandemia ¡°demuestra que hace m¨¢s falta que nunca reforzar la sanidad, tener suficiente personal para atender a la poblaci¨®n como se merece¡±, dice Paula, enfermera en un centro de salud cerca del hospital Infanta Leonor. All¨ª, alrededor de 50 personas atienden las Urgencias, unas 430 diarias con una poblaci¨®n de m¨¢s o menos medio mill¨®n de habitantes y 18 de esos profesionales son ¡°contratos covid¡±. ¡°?Qu¨¦ somos? ?De usar y tirar?¡±, pregunta una de esas facultativas. ¡°Seg¨²n les vengan las olas¡±.
El 23 de noviembre se fech¨® el comienzo de la sexta en Madrid. Lo hizo el grupo de m¨¦dicos que informa sobre la situaci¨®n hospitalaria de la Comunidad desde el pasado verano. Por el momento, es una de las autonom¨ªas en la parte baja de la tabla de incidencia acumulada de covid, 149 casos por cada 100.000 habitantes en los ¨²ltimos 14 d¨ªas (la media espa?ola est¨¢ en 217), aunque va subiendo, en la ¨²ltima semana ha reportado el 9,8% del total de casos en Espa?a, 10.146 de 103.018. Y est¨¢ en la parte alta de la tabla en la ocupaci¨®n hospitalaria: es la segunda regi¨®n, por detr¨¢s de Catalu?a, con 536 pacientes hospitalizados, 122 de ellos en UCI.
La subida en las listas de espera
Lejos de los n¨²meros de ocupaci¨®n hospitalaria de los peores momentos de la crisis, a esta cifra hay que sumar las de los enfermos que ocupan el sistema de forma habitual. Madrid super¨® por primera vez el medio mill¨®n de pacientes en lista de espera para ver al especialista en septiembre. Es el dato m¨¢s alto desde que existe la contabilidad oficial, que empez¨® en junio de 2016, cuando hab¨ªa 229.280. En octubre esa lista ha crecido en 36.269 personas m¨¢s: a 31 del pasado mes, hab¨ªa 536.635 pacientes aguardando. Alba, la neur¨®loga, cuenta que en su hospital hay 1.700 personas pendientes de segundas citas: ¡°La que se cuenta siempre es la primera para decir: ¡®Tardamos dos semanas en que te vea el especialista¡¯, pero, ?qu¨¦ pasa despu¨¦s? Pues nosotros tenemos 300 de esas segundas citas que tendr¨ªan que haber sido vistas en 2020¡å.
Ella cre¨® y puso en marcha una consulta monogr¨¢fica de cefaleas. Tiene una lista de espera de siete meses y si hoy pide una revisi¨®n en tres meses, la cita sale para julio de 2022: ¡°Voy llena de post-it, apunto los nombres para ir directamente a pedir huecos donde no los hay para no retrasar ese seguimiento¡±. Es decir, que si una ma?ana tiene un paciente a las 9.00, ella se pone dos o tres pacientes a la misma hora. Supone un 30% m¨¢s de trabajo en su agenda. ?Qu¨¦ ocurrir¨¢ si es uno de los ceses? ¡°Si me echan, esa agenda no la pueden hacer desaparecer, la tendr¨¢ que llevar otra persona y como no puede estar con dos cosas a la vez, crecer¨¢n las dos listas de espera, la m¨ªa porque no va a dedicar todos los d¨ªas necesarios y la suya porque tendr¨¢ que dedicar tiempo a la m¨ªa¡±.
Y como en el servicio de Alba, en muchos otros. En el de Sara y Cristina, las geriatras, si se van esos ¡°refuerzos¡± se quedar¨¢n a la mitad, dos de cuatro. En el de Jorge, bioqu¨ªmico, ¡°la sobrecarga ir¨¢ a los compa?eros que se queden¡±. Daniel, neur¨®logo, cuenta que revis¨® esta semana pruebas pedidas en febrero de 2020. En las UCI, ?ngela, la intensivista, dice que se est¨¢n viendo problemas que hac¨ªa a?os que no: ¡°Enfermedades del d¨ªa a d¨ªa, como vasculares de las piernas, descontrolad¨ªsimas, cosas de finales de los noventa. Un retroceso brutal: tenemos todas las herramientas para que nuestra poblaci¨®n est¨¦ bien atendida, controlada, y no ocurre, por el debilitamiento de la sanidad p¨²blica¡±. Sara, urgenci¨®loga, recuerda que los servicios de urgencias de los centros de salud llevan cerrados desde marzo de 2020: ¡°?Y d¨®nde va a ir la gente un martes a las tres de la ma?ana si le pasa algo? A los hospitales. Todo se colapsa y se deteriora¡±.
Y los propios profesionales, tambi¨¦n. ¡°Estamos acostumbrados a la mierda porque el maltrato viene de hace muchos a?os¡±, dice Elena, pediatra. Y David, de Medicina Interna, asegura que se sienten enga?ados: ¡°El anuncio de la pr¨®rroga, no s¨¦ qu¨¦ palabra utilizar... vergonzoso, es un caramelo para que nos planteemos no seguir reivindicando un m¨ªnimo de respeto profesional. Pero ya no, hasta aqu¨ª¡±.
Otra internista, con m¨¢s de 30 contratos en los ¨²ltimos cuatro a?os y medio, resume: ¡°Hay cansancio, enfado, tristeza y no se puede comprender que no vean los retrasos que hay en todo, pacientes con enfermedades descompasad¨ªsimas, como los bronqu¨ªticos cr¨®nicos, o los oncol¨®gicos no diagnosticados que cuando los diagnosticas ya no hay cura y se mueren... porque se mueren. Y ese exceso de mortalidad lo veremos, no ahora, pero en no mucho tiempo. Y as¨ª es como est¨¢n las cosas: camino de empeorar la atenci¨®n a la poblaci¨®n, a su salud¡±.
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