M¨¢s all¨¢ del flechazo: ?Es posible (y positivo) racionalizar nuestras relaciones?
Para muchas parejas, existe un limbo entre la pasi¨®n extrema y el amor tranquilo y aletargado. Una experta nos da las claves para mantener v¨ªnculos estables y sanos con la pareja sin terminar siendo solamente buenos amigos, como intentar relacionarse de una forma en la que haya espacio para la sorpresa
Chispa, flechazo, qu¨ªmica, magia¡ Hay bastantes formas de denominar al enamoramiento repentino, la pasi¨®n s¨²bita, la fascinaci¨®n, el encandilamiento. Es un sentimiento incontrolable, dif¨ªcil de describir, pero que a veces se parece un poco al fuego: nos puede desbordar, destruir, pero tambi¨¦n iluminar. Por amor podemos hacer las mejores y las peores cosas, tomar las mejores y las peores decisiones. En esos momentos de ¨¦xtasis, independientemente de lo que ocurra a nuestro alrededor, nos sentimos las personas m¨¢s afortunadas del mundo y estamos convencidos de que nadie m¨¢s, en toda la historia, ha sentido algo como lo que nosotros estamos sintiendo.
¡°Conoc¨ª a ?scar por unos amigos y enseguida conectamos. Ten¨ªamos el mismo humor. Nos pas¨¢bamos el d¨ªa haciendo chistes que solo nos hac¨ªan gracia a nosotros. Supongo que nos enamoramos perdidamente a los cinco minutos¡±, recuerda Mar¨ªa Jos¨¦, de 33 a?os. ¡°Enseguida empezamos a quedar casi todos los d¨ªas. Todo pas¨® muy r¨¢pido. Hicimos un par de viajes juntos, conocimos a nuestras familias, ¨¦l se mud¨® a mi piso y muy poco tiempo despu¨¦s (ahora me da algo de verg¨¹enza contarlo) nos casamos. Mi familia no entend¨ªa nada, pero al salir del juzgado yo era la mujer m¨¢s feliz del mundo¡±, termina de relatar Mar¨ªa Jos¨¦ sobre el flechazo instant¨¢neo que sinti¨®.
¡°En psicolog¨ªa definimos el concepto de chispa o de flechazo como una enorme explosi¨®n hormonal que se produce cuando sentimos atracci¨®n, conexi¨®n y deseo por alguien¡±, explica Nuria Jorba, psic¨®loga, sex¨®loga y terapeuta de pareja. ¡°Lo curioso es que psicol¨®gicamente no se sabe del todo por qu¨¦ ocurre esto. Se sigue investigando para descubrir qu¨¦ es lo que desencadena esa respuesta hormonal que, a su vez, genera fuertes cambios emocionales y f¨ªsicos. Existen diversas teor¨ªas, claro, como que est¨¢ relacionado con el acoplamiento del ADN, con patrones culturales, con la simple idealizaci¨®n¡ Pero realmente todav¨ªa no est¨¢ claro¡±, advierte.
No obstante, el ¨¦xtasis del enamoramiento, el amor fou, no siempre es la puerta de entrada a una relaci¨®n sana, feliz y duradera. De hecho, muchas veces lo es hacia todo lo contrario. ¡°Poco tiempo despu¨¦s de la boda tuve que irme unas semanas de viaje debido a mi trabajo¡±, contin¨²a relatando Mar¨ªa Jos¨¦. ¡°A partir de entonces comenc¨¦ a ver una cara de ?scar que hasta ese momento no hab¨ªa visto. Llegaron los celos, las sospechas y la desconfianza. Empez¨® a haber altibajos muy grandes en nuestra relaci¨®n. Momentos de disfrute brutal seguidos de crisis muy profundas. Dramas, lloros, conversaciones de madrugada, finalmente todo degener¨® de una manera muy r¨¢pida. Tal y como empez¨®, el amor se termin¨®, y acabamos divorci¨¢ndonos¡±, recuerda.
No todas las relaciones que empiezan de forma tan explosiva acaban as¨ª, pero lo cierto es que en una gran cantidad de casos la existencia o no de esa chispa a la hora de iniciar una relaci¨®n amorosa es un requisito imprescindible para continuar o terminar con una persona. Por tanto, muchas veces es esa atracci¨®n irracional, inexplicable, lo que acaba determinando con qui¨¦n compartimos nuestra vida. Pero cabe preguntarse, ?es eso una buena idea? Y, ?es posible hacerlo de otra manera?
Cuando la pareja se reduce al deseo y la pasi¨®n inmediatos
No es raro que todos busquemos ese arrebato rom¨¢ntico como una especie de sem¨¢foro en verde para arrancar una relaci¨®n cuando la pasi¨®n amorosa ha sido el sentimiento que ha tenido la mejor campa?a de publicidad (y la m¨¢s larga) de la historia. De Homero a Garc¨ªa M¨¢rquez, pasando por Shakespeare o Jane Austen, todos han escrito algunas de sus mejores obras hablando, precisamente, del amor. Lo mismo pasa en el cine, la m¨²sica o la televisi¨®n. ¡°Estamos convencidos de que ese tipo de atracci¨®n es necesaria para comenzar y mantener una relaci¨®n amorosa¡±, explica Jorba. ¡°Cada vez m¨¢s la base de las parejas es el deseo y cuando la pasi¨®n se reduce, muchos se separan¡±.
Este hecho, que nos parece lo m¨¢s l¨®gico del mundo, es, sin embargo, relativamente nuevo. Las relaciones en tiempos de nuestros abuelos e, incluso, de nuestros padres, no eran as¨ª. El deseo no ten¨ªa tanta importancia y las parejas se manten¨ªan unidas por aspectos como la uni¨®n de la familia, el qu¨¦ dir¨¢n o la estabilidad econ¨®mica. Algo que tambi¨¦n se alejaba bastante de lo ideal.
Sin embargo, las formas en las que nos conocemos ahora tambi¨¦n favorecen esta ¡°ley del deseo¡±. Hoy en d¨ªa parece m¨¢s dif¨ªcil que nunca conocer a alguien en el mundo real y comenzar una relaci¨®n con ¨¦l o ella. De ah¨ª el auge de las plataformas para encontrar pareja. Seg¨²n un informe de la empresa de investigaci¨®n de mercados y an¨¢lisis de datos GfK, cada mes, en Espa?a m¨¢s de cuatro millones de personas utilizan alguna de estas aplicaciones o webs. El chispazo amoroso se hace especialmente necesario para iniciar una relaci¨®n a trav¨¦s de ellas. La competencia, la facilidad de conseguir una cita y la sensaci¨®n de que siempre habr¨¢ alguien disponible hace que, seg¨²n la experta, el enamoramiento repentino sea casi obligatorio. ¡°Esos encuentros, adem¨¢s, ya sea en persona o a trav¨¦s de la aplicaci¨®n, suponen una fuerte inyecci¨®n de autoestima y de dopamina, lo que puede provocar una adicci¨®n al enamoramiento¡±.
La psic¨®loga contin¨²a con estas palabras sobre los efectos del flechazo en nuestro cerebro: ¡°Se ha demostrado que el enamoramiento nos produce a nivel cerebral un efecto similar al de una dosis de coca¨ªna. Cada vez acuden a consulta m¨¢s personas con esta adicci¨®n¡±, afirma. ¡°Por tanto, las aplicaciones para encontrar pareja han contribuido much¨ªsimo a la b¨²squeda constante de la pasi¨®n y a la identificaci¨®n de la pareja con el sentimiento a flor de piel, haci¨¦ndonos olvidar que la pareja tambi¨¦n es racionalidad, es compromiso y es esfuerzo¡±.
Enamorarse con tranquilidad
No obstante, tambi¨¦n hay amores que empiezan de maneras m¨¢s tranquilas, que se van construyendo a lo largo del tiempo y sin tantos arrebatos. En ocasiones, para dar forma a una pareja se puede tardar a?os y, seg¨²n la experiencia de Jorba, las uniones que se gestan as¨ª suelen mostrar algo m¨¢s de equilibrio. ¡°Hay bastantes pacientes que me cuentan que el inicio de su relaci¨®n fue tranquilo, sin mucha chispa, pero que se fueron enamorando con el tiempo¡±, reconoce la terapeuta. ¡°Eso tiene una parte muy buena, que es que pueden ponerle un poco m¨¢s de cabeza al asunto. Como hemos visto, la pasi¨®n nos lleva a elegir desde la irracionalidad y eso en ocasiones sale mal. Ir tejiendo algo m¨¢s elaborado nos permite acoplar mejor los valores, plantear un proyecto futuro y formar un equipo cohesionado por algo m¨¢s que la pasi¨®n¡±.
Aun as¨ª, la doctora no defiende ¨²nicamente las relaciones que se crean de forma lenta y pausada. ¡°La clave es encontrar una combinaci¨®n de ambos extremos¡±, plantea la experta. ¡°Lo que asegura una relaci¨®n duradera son tres cosas: que haya cierta pasi¨®n, pero quiz¨¢ una que no sea demasiado desenfrenada para que podamos a?adirle el segundo ingrediente: un poco de cabeza que nos permita analizar si somos compatibles, si el estilo de relaci¨®n que queremos es el similar. Finalmente, el tercer factor es que vayamos evolucionando juntos en la vida. Esto ¨²ltimo creo que es lo m¨¢s dif¨ªcil y consiste en no caer en relaciones divergentes y que al cabo de muchos a?os sigamos teniendo un camino en com¨²n por delante¡±.
El secreto para conseguir (y mantener) una relaci¨®n estable
Conseguir el equilibrio entre los dos tipos de relaciones que se plantean en este art¨ªculo resulta complicado. Podemos conseguir evitar una pareja guiada por la irracionalidad, pero es muy f¨¢cil caer en el otro extremo: ser solamente dos buenos amigos. Cada uno de nosotros, adem¨¢s, tenemos nuestras preferencias y un hist¨®rico personal de relaciones pasadas. Por tanto, ese equilibrio se encontrar¨¢ en diferentes puntos entre pasi¨®n y racionalidad dependiendo de la persona.
Si nos encontramos al inicio de una relaci¨®n y la pasi¨®n lo inunda todo, la doctora recomienda que, adem¨¢s de disfrutar de ello, intentemos buscar un momento para considerar qu¨¦ es lo que realmente necesitamos de nuestra pareja, analizar si, aparte de esa diversi¨®n inicial, podemos llegar al equilibrio que necesitamos.
Y si ya hemos superado la etapa inicial de la relaci¨®n y la pasi¨®n se ha reducido, ya sea porque el amor apasionado se ha esfumado tras un tiempo o porque este nunca fue el protagonista, Jorba considera positivo que tratemos de activar lo que ella denomina el ¡°rol de amantes¡±. ¡°Es decir, una forma de relacionarse en la que quepa la sorpresa, en la que activamente se encienda la chispa. Dar besos inesperados, invitar al otro a cenar sin previo aviso o generar un espacio er¨®tico, puede hacer que nuestra relaci¨®n mantenga la buena salud durante m¨¢s tiempo¡±, concluye.
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