Aleix Sarri¨®n, el chef de D¨¦nia que sirvi¨® gazpacho a la reina Isabel: ¡°Los ricos de verdad no van a restaurantes¡±
El cocinero privado aterriz¨® en Londres con 17 a?os y sin apenas hablar ingl¨¦s, hoy cocina para la alta sociedad brit¨¢nica y su ¡®catering¡¯ atiende eventos exclusivos de Louis Vuitton, Bulgari o Rolls-Royce
Aleixandre Sarri¨®n Blesa (D¨¦nia, 35 a?os) recibe a EL PA?S en Mission Kitchen, un coworking londinense para profesionales de la gastronom¨ªa. Es un espacio luminoso situado en New Covent Garden Market, el mercado de venta al por mayor de frutas, hortalizas y flores de la capital brit¨¢nica. El cocinero alicantino alquila all¨ª una cocina desde hace tres a?os, desde donde gestiona su propia empresa de catering para eventos, clases y cenas privadas By Sarrion. En este lugar, de ambiente relajado a pesar de la constante actividad, trabajan Aleix y sus dos empleados a tiempo completo. A cada lado hay una tienda de t¨¦ y un pastelero que les invita a galletas y cruasanes. Otros de sus vecinos son cocineros de conocidos restaurantes que prueban nuevas recetas, autores de libros de cocina, o start-ups de productos comestibles. ¡°Encontrar este lugar me dio el empuj¨®n definitivo para abrir mi propio negocio¡±, explica el chef mientras ofrece unos canap¨¦s reci¨¦n hechos.
Sarri¨®n aterriz¨® en Londres con 17 a?os, sin hablar apenas ingl¨¦s, para trabajar en un hotel: ¡°Mi padre, que pas¨® gran parte de su vida en Inglaterra, insisti¨® en que me mudara porque no me estaba portando muy bien¡±, comenta entre risas. El due?o del establecimiento hostelero se fij¨® en lo r¨¢pido que aprend¨ªa de lavaplatos y le ofreci¨® enrolarse en un curso de cocina. Cuando el hotel cerr¨®, su jefe le hizo una carta de recomendaci¨®n para entrar en un restaurante con estrella Michelin, donde aprendi¨® el oficio. Excepto el tiempo en el que volvi¨® a D¨¦nia para trabajar con Quique Dacosta, su carrera profesional se desarroll¨® fundamentalmente en conocidos locales londinenses como Nobu y Le Gavroche.
Pero un d¨ªa, a trav¨¦s de uno de sus jefes, recibi¨® una oferta para un puesto como cocinero particular para una familia en una mansi¨®n hist¨®rica a orillas del r¨ªo T¨¢mesis. De la noche a la ma?ana, el Aleix veintea?ero se vio volando en jet privado, con vacaciones en Escocia y Saint-Tropez, manejando grandes presupuestos y cocinando para pol¨ªticos, realeza y famosos.
En ese momento tambi¨¦n comenz¨® a mezclar los productos del mar de su tierra natal con las influencias de la cocina asi¨¢tica que siempre le hab¨ªan llamado la atenci¨®n. ¡°Me gastaba mi sueldo viajando para conocer la gastronom¨ªa de otros pa¨ªses. Pasaba los d¨ªas de vacaciones probando la comida que me hab¨ªan recomendado y cenando solo¡±, explica. Y, adem¨¢s, hizo una suerte de curso de inmersi¨®n sobre los particulares gustos de los multimillonarios. ¡°Los ricos de verdad no van a restaurantes¡±, apunta. ¡°El lujo para ellos tiene que ver con la privacidad y prefieren recibir en casa. Est¨¢n muy estresados y no buscan a un cocinero artista que se encierre a experimentar en la cocina. Prefieren a alguien sociable y que no transmita tensi¨®n. Yo ven¨ªa de cocinas en las que se gritaba, pero como chef privado est¨¢ claro que eso es impensable¡±, remata.
En los 10 a?os que estuvo con esa familia, tuvo la ocasi¨®n de cocinar para todo tipo de personalidades conocidas, entre ellas Isabel II de Inglaterra, a la que sirvi¨® un gazpacho que le gan¨® una nota de agradecimiento desde el palacio de Buckingham. ¡°La reina prefer¨ªa la cocina simple y tradicional, adem¨¢s se ten¨ªan que seguir una serie de requisitos. Nunca com¨ªa marisco fuera del palacio y ped¨ªa un gin tonic a las siete de la tarde¡±, desvela. Tony Blair tambi¨¦n qued¨® impresionado con una de sus cenas. El ex primer ministro brit¨¢nico quiso agradecer su trabajo regal¨¢ndole a Sarri¨®n la exclusiva botella de Chateau Lafite 1961 que ¨¦l y su esposa Cherie no hab¨ªan bebido. ¡°Me dijo que, de todas las residencias privadas en las que hab¨ªa comido, mi comida era la mejor¡±, recuerda.
La pandemia trajo ganas de cambio para Sarri¨®n, que dej¨® su trabajo para alquilar una casa grande junto a unas amigas. Se encontr¨® con una cocina ¡°incre¨ªble¡±, recuerda, en la que decidi¨® organizar cenas en cuanto se levantaron las restricciones. Pronto se corri¨® la voz, y gracias al sistema boca oreja, empez¨® a recibir llamadas de marcas de lujo.
Fue entonces cuando se propuso montar su empresa de catering, con la que quiso aplicar su experiencia en la alta cocina. ¡°Cuando me invitaban a fiestas de marcas siempre pensaba que los canap¨¦s eran bastante mediocres. Mi idea fue usar producto de mucha calidad como bogavante, tartar de at¨²n o caviar¡±. Su propuesta ha convencido a firmas como Louis Vuitton, Bulgari, Rolls-Royce, Cartier y Chopard e instituciones de arte como Serpentine, Gagosian o Sotheby¡¯s, adem¨¢s de clientes privados que prefieren no ser nombrados.
Tampoco hay que olvidar que en plena escasez post Brexit de profesionales de la hosteler¨ªa, Aleix se las arregla para contratar a profesionales encantadores. Sin embargo, es el innegable don de gentes del siempre sonriente Sarri¨®n y su instant¨¢neo entendimiento de lo que quiere el cliente lo que le hace destacar. ¡°Lo principal es adaptar el men¨² al tipo de clientes que tiene cada marca. Las croquetas de jam¨®n no funcionan para todas las culturas: me encantan, pero en determinadas ocasiones no las voy a servir. Por ejemplo, para la industria de la moda siempre hay que preparar comida ligera y aportar opciones veganas¡±.
Le llaman de Par¨ªs, Mil¨¢n y M¨®naco, pero para este cocinero Londres es su ciudad favorita para disfrutar de la gastronom¨ªa: ¡°Tiene una gran diversidad de oferta, con comida procedente de todas partes del mundo. No es verdad que se coma caro y mal. Por ejemplo, hay restaurantes japoneses prohibitivos, pero tambi¨¦n un sushi fant¨¢stico por 20 euros. Yo a veces alucino con lo mucho que se gastan los espa?oles en restaurantes¡±.
Su pr¨®ximo proyecto pasa por dirigir un restaurante en un complejo tur¨ªstico de Madagascar, en el que montar¨¢ una escuela de cocina para formar y emplear a los j¨®venes locales. ¡°Esto es lo que ahora quieren aquellos que se han alojado en los mejores hoteles¡±, dice mostrando unas im¨¢genes de playas desiertas. Y teniendo en cuenta el calibre de sus contactos, habr¨¢ que creerle.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.