Letizia, S¨¢nchez o Ans¨®n: ?qu¨¦ tienen The Killers para gustar tanto a las ¨¦lites?
De Pedro S¨¢nchez a la reina Letizia, pasando por Enrique de Inglaterra a Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar. Todos ellos han acudido a conciertos de la banda de Brandon Flowers, que estos d¨ªas celebran el 20 aniversario de su debut, ¡°Hot Fuss¡±
¡°Estaba todo Madrid, desde Aznar, el pol¨ªtico, a Guti, el futbolista; desde Hugo Silva, el televisivo aspirante a actor, a M¨®nica Cruz, la actriz excelente; desde pepepijos de vario pelaje a destacados progres caviar socialistas (¡) Los Killers, que est¨¢n desbancando a U2, prorrogan el fen¨®meno social de los Stones y los Beatles. Por eso el mundo madrile?o in se instal¨® en pleno en el Palacio de los Deportes. La juventud electrizada lo desbord¨® todo mientras los se?ores antiguos, los carrozas disfrazados de chaqueta, e incluso de corbata, los muy cutres, contempl¨¢bamos at¨®nitos el esplendor del incendio¡±.
Estas palabras las escribi¨® Luis Mar¨ªa Anson en una columna en El Mundo en marzo de 2009 bajo el t¨ªtulo Los killers. Fue un art¨ªculo muy comentado en su momento no solo por adentrarse en un terreno tan inh¨®spito para el exdirector de ABC como el del pop-rock de regusto indie, sino tambi¨¦n por c¨®mo sobredimensionaba al grupo y su impacto cultural y social y, no menos importante, al se?alar que su concierto en Madrid hab¨ªa sido el evento VIP en el que todo el mundo ten¨ªa que estar.
Nueve a?os despu¨¦s, en 2018, Pedro S¨¢nchez, protagoniz¨® una pol¨¦mica pol¨ªtica que todav¨ªa perdura. El motivo fue su asistencia al concierto de The Killers en el festival de Benic¨¢ssim utilizando, seg¨²n otros partidos, el avi¨®n presidencial para una actividad de ocio (el gobierno mantuvo que se us¨® para cumplir con la agenda pol¨ªtica en Castell¨®n). Aquel fue el primer acto cultural de S¨¢nchez como presidente del Gobierno, pero, antes de ello, en 2013, fue Letizia Ortiz (por aquel entonces, todav¨ªa Princesa de Asturias) quien acudi¨® al mismo festival a ver a la banda de Brandon Flowers.
El fen¨®meno no se queda solo en Espa?a. Se sabe, por ejemplo, que Enrique de Inglaterra es amigo personal de la banda, y que a veces incluso toca con ellos en jam sessions. Seg¨²n declar¨® en 2017 el bater¨ªa Ronnie Vannucci Jr., ¡±tambi¨¦n han venido primos y personas de la familia y son todos gente normal y simp¨¢tica¡±. Raquel Pel¨¢ez, actual subdirectora de SModa, estaba trabajando como camarera de c¨¢tering en una fiesta en la CNN de Londres para celebrar la primera elecci¨®n de Barack Obama como presidente de EE UU, en 2009, y recuerda perfectamente que entre los invitados figuraba Brandon Flowers.
?Qu¨¦ tienen The Killers para haber cautivado de esta manera a la alta sociedad? Y, sobre todo, ?por qu¨¦ han sido ellos y no otros grupos? ¡°Creo que The Killers son como U2 o Coldplay en cierto sentido, capaces de crear m¨²sica muy muy ¨¦pica con estribillos muy coreables, capaces de mover a las masas, pero con un punto supuestamente underground. De alguna forma han conseguido no dejar de ser indies en un plano simb¨®lico, y eso les da paz de esp¨ªritu a estas ¨¦lites, les confiere la tranquilidad de pensar que no est¨¢n dej¨¢ndose llevar por un fen¨®meno obviamente de masas¡±, afirma la propia Raquel Pel¨¢ez, que en septiembre publicar¨¢ Quiero y no puedo. Una historia de los pijos en Espa?a (Blackie Books). Para la periodista, las canciones de The Killers son claramente himnos de estadio que, adem¨¢s, ¡°podr¨ªan ponerse en cualquier mitin para enaltecer a los afiliados, o al final de cualquier junta general de accionistas. Tiene algo esa m¨²sica que le hace conectar tambi¨¦n con la gente que se traga manuales de superaci¨®n personal y ese tipo de cosas¡±.
De Las Vegas a la conquista del mundo
Hay ciertas peculiaridades ins¨®litas en la historia de The Killers. La principal es que se hayan formado en Las Vegas y siempre lo hayan esgrimido con orgullo. Hablamos de una ciudad que parece de ficci¨®n, en la que uno se piensa que no vive nadie permanentemente y donde tampoco se conocen precedentes de ning¨²n artista musical local de ¨¦xito en una atm¨®sfera cultural tomada por imitadores de Elvis y otros cantantes en decadencia. All¨ª, en 2002, el vocalista y letrista Brandon Flowers, el guitarrista Dave Keuning, el bater¨ªa Ronnie Vanucci Jr y el bajista Mark Stoermer conformaron la alineaci¨®n definitiva de The Killers (nombre que, por cierto, tomaron de la banda ficticia que aparec¨ªa en el videoclip del tema Crystal, de New Order). Esa era una de las influencias con las que nacieron, junto a otros cl¨¢sicos del indie y del rock para las masas como U2, Bruce Springsteen, The Cure y The Smiths, aunque la epifan¨ªa que propuls¨® a Flowers fue el asistir a un concierto de Oasis en el Hard Rock Hotel de su ciudad.
En 2004 lanzaron su primer ¨¢lbum, Hot Fuss, cuyo 20 aniversario van a celebrar este mes de agosto con una residencia en su ciudad natal, donde lo interpretar¨¢n al completo durante ocho noches. En realidad, el ¨¦xito de su debut fue paulatino. Aqu¨ª lo presentaron en septiembre de aquel a?o en la sala Cop¨¦rnico de Madrid (unas 800 personas de aforo), pero ninguno de los presentes nos imagin¨¢bamos entonces lo que iba a suceder con esa banda. En el verano siguiente, cuando actuaron en el macrofestival televisado Live 8 en el estadio londinense de Wembley, su interpretaci¨®n de All These Things That I¡¯ve Done llam¨® la atenci¨®n no solo del p¨²blico de todo el mundo, sino de compa?eros de gremio como los antes citados U2 y Coldplay, adem¨¢s de Robbie Williams.
Todos ellos pasaron a insertar en distintos momentos de sus propios repertorios de directo el extra?o estribillo de aquella canci¨®n: ¡°I¡¯ve got soul but I¡¯m not a soldier¡±. A partir de ah¨ª, The Killers se convirtieron en uno de los grupos m¨¢s vendedores del siglo XXI (se acercan a los 30 millones de discos despachados y su Mr Brightside supera los 2.000 millones de escuchas en Spotify) y han colaborado, entre otros h¨¦roes musicales, con Bruce Springsteen, Elton John, Pet Shop Boys y Lindsey Buckingham, de Fleetwood Mac, quien ha dicho sobre ellos que ¡°su material est¨¢ tan bien elaborado que atraviesa muchas l¨ªneas generacionales¡±. Por si eso no fuera suficiente, cineastas tan dispares como Tim Burton, Spike Lee y Werner Herzog han dirigido videoclips o retransmisiones de conciertos de la banda.
Otra peculiaridad es el extra?o carisma como l¨ªder de Brandon Flowers. Suele ser vencedor habitual en votaciones sobre el cantante m¨¢s sexy o el m¨¢s estiloso vistiendo, pero tambi¨¦n tiene una cualidad de anti-estrella del rock and roll. Profesa la religi¨®n mormona, est¨¢ casado con su novia de adolescencia, con la que tiene tres hijos, y presume de no beber alcohol ni fumar ni consumir drogas. En el aspecto pol¨ªtico, ha apoyado p¨²blicamente a Barack Obama, pero tambi¨¦n ha asistido como invitado a una convenci¨®n del Partido Republicano en Nevada, manifestando entonces su neutralidad. Todas las navidades, The Killers publican un EP con versiones y temas in¨¦ditos, que nacieron para su club de fans y cuya recaudaci¨®n suelen dedicar a causas ben¨¦ficas. Pero su perfil general es del de no molestar demasiado en eso. Se han implicado en causas m¨¢s o menos correctas (concernientes al medio ambiente, la lucha contra el sida, el control de armas o la explotaci¨®n sexual), pero no se han posicionado, por poner dos ejemplos, sobre la pol¨ªtica exterior estadounidense o sobre el conflicto de Israel y Palestina. Cuando han sido pol¨¦micos fue debido a torpezas por puro desconocimiento, como cuando invitaron a tocar la bater¨ªa con ellos a un fan ruso en un concierto en Georgia, lo que les vali¨® un sonoro abucheo.
Un grupo generacional para los millenials tard¨ªos
¡°Nunca hab¨ªa visto a The Killers en directo hasta el Mad Cool de este a?o y me pareci¨® incre¨ªble. Incre¨ªble que un grupo no solo mediocre, sino manifiestamente hortera (Brandon Flowers me pareci¨® un Rick Astley desprovisto de toda iron¨ªa) sea capaz de causar dicho fervor¡±, afirma H¨¦ctor Garc¨ªa Barn¨¦s, periodista cultural en Ruta 66 y El Confidencial. ¡°Supongo que en su m¨²sica est¨¢ el germen de ese modelo de indie festivalero, que fueron pioneros de cierta est¨¦tica musical que se ha reproducido hasta la saciedad. Sus guitarras, sus ritmos medio ochenteros, sus sintes, sus estribillos facilones, son la banda sonora de una generaci¨®n de, digamos, millennials tard¨ªos. Su primer disco era un eslab¨®n intermedio entre The Strokes y todo ese indie de garraf¨®n que vendr¨ªa m¨¢s tarde. A su manera, ocupan el mismo lugar que U2, The Cure, Nirvana o Pearl Jam para otras generaciones; de hecho, suelen aparecer en los flyers de las discotecas indies a su lado, cuando son evidentemente muy inferiores a cualquiera de aquellos grupos, y su impacto cultural es tambi¨¦n mucho menor. Por eso mismo llegan a las ¨¦lites, como todo lo popular, y que adem¨¢s est¨¢ desprovisto de cualquier carga pol¨ªtica controvertida. No creo que sea tanto una cuesti¨®n de nivel socioecon¨®mico, aunque su indie sea particularmente pijo, como de popularidad y transversalidad, de haber llenado un hueco para una generaci¨®n que no tiene demasiados referentes similares¡±, argumenta el periodista.
Mar¨ªa Canet, que escribe en Efe Eme y la web musical Free Rockin¡¯, incide tambi¨¦n en ese factor generacional, de estar en el lugar y el momento adecuados, y el car¨¢cter atrapalotodo de su m¨²sica. ¡°Hay que enmarcar el surgimiento de The Killers en un momento de explosi¨®n del nuevo indie rock a principios de los 2000, con el auge de grupos como The Strokes. Volv¨ªan las guitarras, los hits inmediatos y pegadizos al rock, pero con un sonido actualizado para aquellos a?os. Ellos siguen esa senda en lo musical, pero con el toque ¨¦pico que impera a menudo en EE UU, cuyo mejor ejemplo quiz¨¢ sea Springsteen. Temas como Mr. Brightside o When You Were Young son hits perfectos de pop-rock, pero tambi¨¦n han tenido incursiones en la m¨²sica electr¨®nica, como es el caso de Human, sabiendo adaptarse a los tiempos. Tambi¨¦n hay que contextualizar su auge con el fen¨®meno de los festivales. A nivel mel¨®dico, por ejemplo, el grueso de sus composiciones se basa en el m¨ªtico ¡®bombo a negras¡¯, lo que les convierte autom¨¢ticamente en carne de festivales para generar esos momentos de euforia colectiva y enganchar a la gente. Y, por ¨²ltimo, Brandon Flowers tiene mucho carisma como frontman. Bebe de la vis interpretativa de Mick Jagger o David Bowie, interpelando mucho al p¨²blico, viviendo intensamente las interpretaciones, y en directo genera una fuerte conexi¨®n entre la banda y el p¨²blico¡±, afirma la periodista.
De estas opiniones se puede inferir que hay algo social y cultural m¨¢s gen¨¦rico que enmarca la ca¨ªda en gracia de The Killers como s¨ªmbolo de algo mayor. Tanto Pedro S¨¢nchez como Letizia Ortiz han sido vistos a menudo en otros festivales y conciertos de indie rock. ¡°Hace quince o veinte a?os no ve¨ªas a tantos pol¨ªticos en el backstage de los conciertos¡±, le dec¨ªan recientemente los componentes del grupo Lori Meyers a Jordi Bianciotto en una entrevista para El Peri¨®dico, mencionando que tanto S¨¢nchez como el presidente de la Junta de Andaluc¨ªa, Juanma Moreno Bonilla, hab¨ªan acudido a saludarles al camerino. Tambi¨¦n se recuerda ver al exlehendakari Patxi L¨®pez en el festival Bilbao BBK Live, a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel D¨ªaz Ayuso, en los ¨²ltimos conciertos de The Cure y Depeche Mode en la capital, y especialmente conocida es la afici¨®n de la concejala del PP en el Ayuntamiento de Madrid, Andrea Levy, por la m¨²sica indie.
Habr¨ªa, por tanto, un componente generacional que alcanza tambi¨¦n a quienes han crecido en la pol¨ªtica en los mismos a?os que The Killers lo hicieron en el pop global y, en todo ese entorno, su veneraci¨®n desde el poder parece m¨¢s plausible. Seg¨²n Jos¨¦ Dur¨¢n, coordinador de Culturas en el diario El Salto, puede haber en el ¨¦xito de los de Las Vegas ¡°una mezcla de m¨²sica inofensiva y ¡®el evento del a?o al que hay que ir¡¯, pero tambi¨¦n podr¨ªan entrar en juego cuestiones como esa cosa que, a falta de un nombre mejor, llamar¨ªa ¡®el premio del sistema¡¯. Estamos en un momento (?los estertores del capitalismo?) en el que podemos asistir al hecho de que una reina, por ejemplo, disfrute de un producto cultural popular, masivo, y lo promocione, pero eso no significa que el elegido sea ni el mejor ni el m¨¢s cualificado en su g¨¦nero o estilo. Es posible que este premio tenga mucho de loter¨ªa, de azar¡±.
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