Cu¨¢nto m¨¢s dif¨ªciles son las cosas¡
Primero, ayudas universales; luego, a la clase media trabajadora; ahora, a los vulnerables
Cu¨¢nto m¨¢s dif¨ªciles son las cosas, peor funciona el sistema de laissez-faire¡±, declar¨® Keynes en el a?o 1924. Y las cosas se est¨¢n poniendo dif¨ªciles de verdad en el ¨¢mbito global. El Fondo Monetario Internacional FMI) ha rebajado cuatro veces las perspectivas de crecimiento en el mundo para el a?o que viene, y ahora la Organizaci¨®n de Cooperaci¨®n y Desarrollo Econ¨®mico (OCDE) las ha empeorado una vez m¨¢s.
Ante este deterioro de la econom¨ªa que tenemos delante de nosotros, los instrumentos que existen para combatirlo son cada vez m¨¢s parcos. En general, desde el a?o 2008, cuando comenz¨® la Gran Recesi¨®n, la deuda p¨²blica no ha parado de aumentar y se ha utilizado en cantidades ingentes para corregir los peores efectos sobre la mayor parte de la gente. Como, seg¨²n esos pron¨®sticos, habr¨¢ que seguir haci¨¦ndolo, los organismos internacionales y el club al que pertenecemos, la Uni¨®n Europa (UE), recomiendan abiertamente que el n¨²cleo ciudadano sobre el que se aplican los escudos sociales se vaya reduciendo, lo que no deja de ser una contradicci¨®n si hay agravamiento de la situaci¨®n. En un principio sirvieron las ayudas universales (como la bonificaci¨®n de los combustibles y la bajada de impuestos a la electricidad), a continuaci¨®n el relato ha sido el de las muletas para la clase media y trabajadora (que en realidad es la mayor¨ªa poblacional; as¨ª es como se siente una gran parte de la sociedad aunque sus recursos, por abajo o por encima, no se correspondan con esa definici¨®n), y finalmente se est¨¢ poniendo el foco en los denominados m¨¢s vulnerables, que es la clase baja.
Todos sabemos qui¨¦nes son los m¨¢s vulnerables. Quiz¨¢ sean aquellos a los que se dirigen las ayudas hipotecarias a las que se ha referido el Gobierno. La definici¨®n t¨¦cnica de vulnerable es la de aquellas personas que perteneciendo a la clase baja ascienden a la clase media en los buenos momentos, y corren del riesgo de volver a caer en coyunturas como la recesi¨®n, la pandemia o los efectos de la guerra de Ucrania.
El FMI, la OCDE y la UE han coincidido en esa focalizaci¨®n, y algunas ministras ya han manifestado sus dudas de que se deban renovar algunos de los apoyos que vencen a final de a?o. En el informe del FMI sobre Espa?a se enfatizan los beneficios fiscales a los m¨¢s vulnerables ¡°con un coste fiscal relativamente bajo¡± y no los auxilios a los hogares de mayores ingresos. La OCDE demanda apoyos ¡°espec¨ªficos y temporales¡±, de nuevo para los de abajo y exige, de paso, que las medidas para combatir la inflaci¨®n no detengan la transici¨®n verde. Por ¨²ltimo, la Comisi¨®n Europea pide que se protejan los sueldos m¨¢s bajos y los salarios m¨ªnimos, y alerta sobre los seis pa¨ªses europeos con m¨¢s endeudamiento p¨²blico: Grecia, Italia, Portugal, Espa?a, B¨¦lgica y Francia.
Este giro, que reducir¨¢ medio en silencio el n¨²mero de personas sobre las que se aplica ahora el welfare del Estado, habr¨¢ de hacerse con mucho cuidado, ya que el golpe m¨¢s duro lo sufrir¨¢n probablemente las rentas intermedias, ya que dejar¨¢n de beneficiarse de las ayudas selectivas y sus salarios seguir¨¢n perdiendo poder adquisitivo a causa de la inflaci¨®n (m¨¢s all¨¢ que ¨¦sta se reduzca un poco), adem¨¢s de que las subidas de impuestos, si las hubiere, suelen recaer sobre ellas. Ya tenemos experiencias de que el voto al extremo derecho o las movilizaciones en las calles no est¨¢n protagonizadas por los pobres sino por los descontentos, decepcionados en sus expectativas de bienestar.
En una conferencia previa a la asamblea del pasado octubre del FMI, su directora gerente, la b¨²lgara Kristalina Georgieva dijo que ¡°es muy probable que las cosas se pongan peor que mejor¡±, y que aunque el crecimiento de la econom¨ªa seguir¨¢, aunque sea en dosis homeop¨¢ticas, muchos ciudadanos ¡°se sentir¨¢n en recesi¨®n¡± por la disminuci¨®n de sus ingresos reales y el incremento de los precios.
Este no es un problema espec¨ªficamente espa?ol como proclama, protestona y sin alternativa, la oposici¨®n.
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