Michael Oakeshott, el pensador esc¨¦ptico que cre¨ªa en la conversaci¨®n
Conservador en pol¨ªtica y radical en lo dem¨¢s, el fil¨®sofo brit¨¢nico sosten¨ªa que conservadurismo es preferir lo familiar a lo desconocido
¡°Se puede ser conservador en pol¨ªtica y radical en todo lo dem¨¢s¡±, dec¨ªa Michael Oakeshott (1901-1990), uno de los fil¨®sofos brit¨¢nicos m¨¢s destacados del siglo pasado. Oakeshott, autor de obras como Experience and Its Modes (la experiencia y sus modos), Rationalism in Politics and Other Essays (racionalismo en pol¨ªtica y otros ensayos) y On Human Conduct, (sobre la conducta humana) era un fil¨®sofo pol¨ªtico al que no le interesaba la pol¨ªtica pr¨¢ctica, un pensador que detestaba el mundo moderno pero se interesaba por la opini¨®n de los j¨®venes, un esc¨¦ptico que ten¨ªa algo de rom¨¢ntico.
¡°Se le clasifica como conservador o liberal cl¨¢sico, y en ocasiones ¨¦l se denominaba esc¨¦ptico¡±, dice por videoconferencia el profesor del Colorado College Timothy Fuller, que este a?o ha publicado Michael Oakeshott on the Human Condition (Michael Oakeshott sobre la condici¨®n humana). ¡°El conservadurismo es un movimiento pol¨ªtico con posiciones espec¨ªficas que quiz¨¢ apoyara o quiz¨¢ no. ?l pensaba que la pol¨ªtica era un elemento inevitable de la condici¨®n humana, pero que hay cosas m¨¢s importantes¡±. Oakeshott rehuy¨® la pol¨ªtica pr¨¢ctica; cuando Thatcher lleg¨® al poder, rechaz¨® los reconocimientos que le ofrec¨ªan.
Elizabeth Corey, profesora en la Universidad de Baylor y autora de Michael Oakeshott on Religion, Aesthetics and Politics, (Michael Oakeshott sobre religi¨®n, est¨¦tica y pol¨ªtica) escribe por correo electr¨®nico: ¡°Su amor a la individualidad lo se?ala como pensador liberal, opuesto a los movimientos de masas y al gregarismo: para ¨¦l, los individuos construyen qui¨¦nes son dentro de pr¨¢cticas (tradiciones) que reciben, no a partir de la pura invenci¨®n¡±.
Seg¨²n Oakeshott, ¡°ser conservador es preferir lo familiar a lo desconocido, lo que se ha probado a lo que no, el hecho al misterio, lo real a lo posible, lo limitado a lo infinito, lo cercano a lo distante, lo suficiente a lo superabundante, lo conveniente a lo perfecto, la risa presente a la felicidad ut¨®pica¡±.
Hijo de un funcionario de Hacienda miembro de la sociedad fabiana (un movimiento socialista brit¨¢nico), Oakeshott estudi¨® Historia en Cambridge; hizo estancias en Alemania y fue elegido fellow en 1925. En los a?os treinta public¨® con Guy Griffith A Guide to the Classics: Or How to Pick the Derby Winner (Gu¨ªa para las cl¨¢sicas, o c¨®mo escoger al ganador de un derbi). En 1940 intent¨® alistarse en el Special Operations Executive, que realizaba acciones encubiertas en Francia, pero lo descartaron por ser ¡°demasiado inconfundiblemente ingl¨¦s¡±. Desde 1951 ocup¨® la c¨¢tedra de Ciencia Pol¨ªtica en la London School of Economics. Escribi¨® sobre filosof¨ªa pol¨ªtica, educaci¨®n y filosof¨ªa de la historia; mantuvo un inter¨¦s m¨¢s bien privado por la teolog¨ªa; sus libros sol¨ªan ser recopilaciones de ensayos con un aire inconcluso, porque pensaba que la filosof¨ªa deb¨ªa parecerse m¨¢s a una conversaci¨®n que a un debate.
Escribi¨® que el Quijote se desarrolla en la vida de todos nosotros: empezamos siendo Quijotes y nuestro Sancho interior va ganando terreno
Entre sus disc¨ªpulos est¨¢n los te¨®ricos pol¨ªticos Kenneth Minogue y No?l O¡¯Sullivan. Su obra fue decisiva para el ensayista Andrew Sullivan y el fil¨®sofo pol¨ªtico John Gray. El fil¨®sofo estadounidense Richard Rorty reconoc¨ªa su deuda con ¨¦l en Contingencia, iron¨ªa y solidaridad.
Para Jorge del Palacio, profesor en la Universidad Rey Juan Carlos y editor y traductor de la antolog¨ªa Ser conservador y otros ensayos esc¨¦pticos (Alianza, 2017), Oakeshott recoge una tradici¨®n brit¨¢nica y la pone en el mundo de la segunda posguerra: ¡°Es interesante que no hable de una ideolog¨ªa, sino de una actitud¡±, dice por tel¨¦fono. Se trata de una postura esc¨¦ptica, reticente ante los proyectos totalizadores y ante la idea de que la vida es la resoluci¨®n de un problema tras otro: una concepci¨®n que ¨¦l llamaba ¡°racionalismo¡±, nacida a partir del siglo XVII en Europa, que asume que el conocimiento es t¨¦cnico, y que no solo rige la pol¨ªtica sino muchos otros aspectos de la sociedad. Para Oakeshott, hay conocimientos que son pr¨¢cticos, se desarrollan de manera tradicional y no pueden aprenderse solamente en los libros. Esa actitud ir¨®nica y cautelosa tiene tambi¨¦n ra¨ªces continentales: una de las principales es Montaigne. Dec¨ªa que el Quijote anticipaba y criticaba el racionalismo, y escribi¨® que esa novela se desarrolla en la vida de todos nosotros: empezamos siendo Quijotes y nuestro Sancho interior va ganando terreno. Otros autores de esa tradici¨®n esc¨¦ptica que admiraba eran Hobbes y Hume. (Reconoc¨ªa la influencia de Hegel, pero hab¨ªa le¨ªdo m¨¢s a Nietzsche de lo que daba a entender: se le daba bien borrar las huellas).
Su pensamiento evolucion¨®, pero fue fiel a algunos temas, como el valor de la conversaci¨®n y la importancia de preservar lo que no est¨¢ orientado a un objetivo. Pueden vincularse a conceptos como la ¡°asociaci¨®n civil¡±, una de las tipolog¨ªas que invent¨® para explicar la pol¨ªtica. La asociaci¨®n civil es un tipo de organizaci¨®n que tiene un consenso sobre las normas que comparte, pero no sobre los fines; la asociaci¨®n empresa es el tipo de asociaci¨®n pol¨ªtica que persigue un fin y subordina todo a ese fin.
Oakeshott es poco conocido en el mundo de habla hispana. Seg¨²n Jorge del Palacio, ¡°un cat¨®lico tradicionalista lo lee y ve que lo que prevalece es un canto al escepticismo, un minimalismo pol¨ªtico, cierta distancia frente a la praxis pol¨ªtica, una presentaci¨®n de m¨ªnimos que no se puede traducir f¨¢cilmente a pol¨ªtica o guerra cultural¡±.
Luke O¡¯Sullivan, profesor en la Universidad Nacional de Singapur, editor de seis libros suyos y autor de Oakeshott on History (Oakeshott sobre la historia), subraya el contexto de los art¨ªculos de Rationalism in Politics, los m¨¢s conocidos y accesibles: tras la Segunda Guerra Mundial, liberales y conservadores tem¨ªan perder en la paz aquello por lo que hab¨ªan luchado en la guerra, y eran muy reacios a la planificaci¨®n. ¡°Obras como On Human Conduct son m¨¢s sustanciales y rigurosas. Fue uno de los grandes fil¨®sofos de la historia del siglo XX¡±, explica por videoconferencia. Su pregunta, naturalmente, era esc¨¦ptica: ?c¨®mo saben los historiadores lo que creen saber?
Para O¡¯Sullivan, del conservadurismo est¨¢ndar lo alejaba su rechazo a la idea de ley natural y su estilo bohemio de vida, y al liberalismo lo acercaban la defensa del imperio de la ley y la asociaci¨®n civil. A su juicio, en algunas cuestiones Oakeshott sigui¨® apegado al socialismo rom¨¢ntico de sus or¨ªgenes familiares. No lo motivaban el estatus o el dinero. Dej¨® el socialismo, pero en cierto modo sigui¨® siendo un rom¨¢ntico ingl¨¦s.
Oakeshott, que admiraba la idea de la aventura, quiso escribir una biograf¨ªa del vicealmirante Nelson y ten¨ªa entre sus autores predilectos a san Agust¨ªn e Isak Dinesen. Combin¨® una personalidad anal¨ªtica con una existencia ca¨®tica: se cas¨® tres veces y tuvo numerosos romances (uno de ellos con la novelista y fil¨®sofa Iris Murdoch). Su empe?o en el individualismo, en vivir ¡°como el personaje de una novela¡±, ¡°tuvo un coste considerable para quienes lo rodeaban, en particular las mujeres de su vida¡±, explica O¡¯Sullivan. La relaci¨®n con los amigos, escribi¨®, ¡°es dram¨¢tica, no utilitaria¡±; mientras que ¡°el amor, como la embriaguez, no se puede disimular¡±. En su discurso de jubilaci¨®n, dijo: ¡°He intentado ser un fil¨®sofo, pero la felicidad no dejaba de interrumpir¡±.
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