Las libanesas salen del coma pol¨ªtico
Con 112 candidatas registradas, las libanesas baten un r¨¦cord hist¨®rico en la competici¨®n por los esca?os parlamentarios desafiando al sistema patriarcal
Hartas de d¨¦cadas de palabrer¨ªas y falsas promesas, las libanesas han pasado a la acci¨®n. Lo han hecho con una hist¨®rica participaci¨®n en el registro de candidatos para los comicios parlamentarios fechados para el pr¨®ximo 6 de mayo, los primeros que se celebran en nueve a?os. De los 976 candidatos que se presentaron a principios de mes, 112 llevan nombre de mujer. Este aparentemente modesto 11,5% supone un r¨¦cord comparado con los ¨²ltimos comicios donde se contaron 12 mujeres entre 702 postulantes, de las cuales tan solo cuatro llegaron a sentarse en el hemiciclo junto a 124 varones.
¡°La pol¨ªtica es cosa de hombres¡±, ¡°ahora no es el momento¡± o ¡°no hay mujeres cualificadas¡±, son las zancadillas verbales que, dicen las candidatas, llevan escuchando desde hace a?os. ¡°Llevo 15 a?os trabajando como periodista y escritora en defensa de los derechos de la mujer, ya es hora de pasar a otro nivel, entrar en pol¨ªtica y generar un impacto en la esfera legal¡±, dice en Beirut Yumana Haddad, candidata independiente de 47 a?os. En un pa¨ªs convertido en el reino de la cirug¨ªa pl¨¢stica y donde la est¨¦tica es cuesti¨®n de deporte nacional, al menos para ellas, estas mujeres pelean el doble por demostrar su val¨ªa profesional.
¡°Soy experta en el mercado de hidrocarburos, uno de los retos m¨¢s importantes que habr¨¢ de afrontar el pr¨®ximo Gobierno y pretendo estar ah¨ª para definir las futuras pol¨ªticas¡±, cuenta Laury Haytayan, de 42 a?os. Haytayan se ha presentado en las listas de Libaladi, plataforma pol¨ªtica nacida por la?crisis de gesti¨®n de basuras que en el verano de 2015 levant¨® masivas protestas populares en el pa¨ªs contra la corruptela cr¨®nica que aqueja a la casta pol¨ªtica.
Doble patriarcado pol¨ªtico-confesional
Las candidatas no lo tienen f¨¢cil. El primer obst¨¢culo es el econ¨®mico. Para poder echar la firma en el registro, Haytayan y Haddad han tenido que desembolsar ocho millones de libras libanesas (4.277 euros) cada una. Para escalar la estructura tradicional han de enfrentarse a un doble patriarcado enraizado en la esfera pol¨ªtica con los partidos tradicionales y en lo confesional, coto privado de hombres. La discriminaci¨®n legal de las mujeres es uno de los puntos clave que las elegidas podr¨¢n abordar en el Parlamento, impulsando en la esfera legislativa la lucha social que durante d¨¦cadas han librado en las calles.
¡°El 52% de la sociedad vive en un coma pol¨ªtico, somos ciudadanas de segunda¡±, dice Haddad en espa?ol, uno de los siete idiomas que domina. La impunidad frente a la violencia machista, la imposibilidad para las libanesas de transmitir la nacionalidad a sus hijos, el no-derecho al divorcio o el matrimonio infantil, son algunas de las arcaicas leyes de un pa¨ªs donde religiones y pol¨ªtica van de la mano.
¡°El patriarcado confesional es un contrincante a¨²n mayor que el pol¨ªtico ¡°, opina Joelle Abou Farhat Rizkallah, cofundadora de la organizaci¨®n Women in Front. Y ello, en un pa¨ªs en el que, con 4,5 millones de habitantes, conviven 18 confesiones diferentes. ¡°112 candidatas es una victoria hist¨®rica, pero ahora hay que ver qu¨¦ posici¨®n ocupar¨¢n las mujeres en las listas¡±, apostilla Rizkallah. Seg¨²n la nueva ley electoral, los candidatos y. candidatas ten¨ªan hasta el 27 de marzo para anunciar la lista a la que se unir¨ªan. Para ello, est¨¢n sujetas a la compleja cuota confesional que var¨ªa en cada una de las 15 circunscripciones del pa¨ªs. El distrito de Beirut I vale como ejemplo: entre los ocho esca?os disponibles, seis de ellos deben ser ocupados por candidatos de las seis confesiones diferentes que profesan los votantes registrados en esa ¨¢rea. ¡°Es decir, las mujeres competir¨¢n con los hombres que compartan su misma religi¨®n por el ¨²nico esca?o disponible en tanto que maronita, musulm¨¢n chi¨ª, greco-ortodoxa, cat¨®lico, musulm¨¢n sun¨ª etc¡±, intenta resumir Rizkallah.
La segunda verja a la que habr¨¢n de enfrentarse es la del patriarcado pol¨ªtico, uno donde los l¨ªderes de los partidos tradicionales y feudales han instaurado la vieja pr¨¢ctica por la que el capital pol¨ªtico se hereda de padres a hijos. Los Jumblat, Karame, Geagea, o m¨¢s recientemente los Hariri, son algunas de las familias asentadas en el espectro pol¨ªtico liban¨¦s. Estas din¨¢micas profundamente ancladas en el tejido social son las que parad¨®jicamente han propiciado en el pasado la entrada de la mujer en pol¨ªtica. Desde 1963, a?o en que la primera libanesa ocup¨® un esca?o el senado liban¨¦s, tan solo 11 mujeres han pisado el parlamento. Las mismas candidatas han rotado en el hemiciclo durante 55 a?os, cuya legitimidad pol¨ªtica se basa en ser las hijas de o mujeres de hombres pol¨ªticos asesinados o fallecidos.
Mirna Bistene fue la primera mujer en ocupar un esca?o en 1963. Lo hizo reemplazado a su padre, el importante hombre de negocios, Emile Bustani, tras la repentina muerte de ¨¦ste en un accidente de avioneta. Hoy, cuatro mujeres se sientan en el Parlamento: dos viudas, una hermana y una hija de. Hay una sola mujer entre los 30 ministros, y no precisamente a la cabeza del reci¨¦n creado Ministerio de la Mujer, que dirige un hombre. Por lo que la entrada de las primeras candidatas independientes al hemiciclo promete abrir m¨¢s de una grieta en el techo de cristal que cubre al Gran Serrallo de Beirut.
Muchos ciudadanos se preguntan ?Por qu¨¦ ahora? La propuesta de una cuota del 30% de mujeres en el Ejecutivo liban¨¦s cay¨® en saco roto varios a?os atr¨¢s. ¡°Esto demuestra que se pod¨ªan haber presentado antes, si no lo han hecho es porque no han querido¡±, reprocha Haifa W., ama de casa en Beirut. ¡°Una d¨¦cada de lobby y de trabajo por parte de mujeres profesionales de todos los ¨¢mbitos¡±, responde en la capital libanesa la espa?ola Bego?a Lasagabaster, representante especial de UN Women en L¨ªbano. ¡°Hay que aprovechar el momentum pero tambi¨¦n hacer un buen an¨¢lisis de los resultados finales¡±, agrega. Lo cierto es que la hist¨®rica candidatura de mujeres responde tangencialmente al surgir de una consciencia social civil que rebasa la cuesti¨®n de g¨¦nero e incluso la de cambio generacional.
¡°De las 112 candidatas, tan solo el 12% han sido avaladas por los partidos tradicionales y 88% son independientes¡±, recuerda la cofundadora de Women in Front. Bar¨®metro que refleja el pulso que libra una sociedad civil hastiada del deterioro socioecon¨®mico bajo el poder tradicional. M¨¢s de 11 partidos se han unido en la campa?a electoral en marcha bajo una plataforma bautizada como Watani (mi patria) para competir con un ¨²nico listado de candidatos independiente contra los partidos tradicionales en cada una de las circunscripciones del pa¨ªs. Las urnas pondr¨¢n a prueba la voluntad de cambio por parte del electorado y su peso en las zonas urbanas y rurales.
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